Rita se quedo dormida apoyada en el hombro de Asiel. Un mechón de cabello que se había salido de su trenza se deslizo por su rostro, él se lo aparto con cuidado acomodándoselo detrás de la oreja, Rita estaba despierta sin embargo no abrió los ojos, dejo que él continuara velando su sueño.
Llevaban medio día de viaje cuando Daniel sintió las primeras gotas de lluvia caerle en la cara, el cielo había estado tapado todo el día, él sabia que era cuestión de tiempo que comenzara a llover sin embargo no se esperaba que fuera tan pronto, él detuvo el carruaje, Rita pensó que ya era su turno de conducir el carruaje, ella hizo como si acabara de despertarse, se bajo del carruaje y estiro sus piernas, unas cuantas gotas mojaron su rostro cuando había elevado su rostro al cielo.
_ Esto no pinta bien.
Dijo Rita mientras se acercaba a Daniel.
_ Parece que vendrá una gran tormenta, debemos buscar un lugar para refugiarnos de la lluvia.
_ Hay una pequeña posada a una hora de camino, ¿Crees que nos de tiempo de llegar?
_ No estoy seguro, pero tampoco es como si tuviéramos mas opciones, vuelve al interior del carruaje y esta atenta, las tormentas suelen ser los mejores momentos para atacar, podrían emboscarnos.
_ Si.
Rita volvió al interior del carruaje, Asiel le pregunto.
_ ¿Pasa algo?
_ Pronto comenzara a llover, intentaremos llegar a una posada que esta cerca de aquí aunque nos desviaremos un poco de nuestro camino.
_ No seria mejor continuar.
_ No, los bandidos suelen usar el mal clima a su favor, nos podrían atacar en cualquier momento, lo mejor será encontrar un lugar seguro donde podamos refugiarnos hasta que pase la tormenta.
Cuando llegaron a la posada estaba cayendo un gran chaparrón, como las cayes de aquel pequeño pueblo estaban llenas de barro ellos tuvieron que dejar el carruaje en una pequeña granja en la entrada y continuar caminando. Ellos tenían las ropas completamente empapadas y las botas llenas de barro, solo había una única posada en todo el pueblo, era pequeña y pero no se veía tan mal, ellos pidieron dos habitaciones y si les podían conseguir ropas secas ya que no habían querido sacar sus ropas del carruaje por que iban a terminar mojadas al igual que las que llevaban puestas.
Daniel puso una moneda de plata sobre la barra, el tabernero esbozo una gran sonrisa, la posada estaba prácticamente vacía y no solía tener muchos clientes al ser un pueblo tan pequeño y apartado, eran pocos lo viajeros que solían tener, él tomo la moneda de plata y dijo.
_ Enseguida preparare todo, Sofí.
Grito el posadero, una hermosa joven de cabello castaño salió de la cocina.
_ Tenemos clientes, prepara dos habitaciones y consigue algo de ropa seca para ellos.
En aquel pueblo tan pequeño todos se conocían y no había ningún hombre apuesto que llamara la atención de Sofí, ella había tenido sus queveres con el hijo del panadero pero al final él había marchado a otro pueblo mas grande a probar fortuna y ella se había quedado sola, cuando vio aquellos dos hombres tan apuestos ella se emociono, les lanzo miradas insinuantes a Asiel, Rita se interpuso entre ellos como diciendo.
Este hombre es mío, así que ni se te ocurra mirarlo. Sofí dirigió su mirada a Daniel, un hermoso joven de cabello n***o y unos seductores ojos grises, él le devolvió la mirada y le regalo una sonrisa. Sofí se sonrojo y les dijo.
_ Síganme, les mostrare sus habitaciones.
Ella los llevo a la segunda planta, abrió una puerta y le entrego la llave a Rita, ella arrastro a Asiel con ella. Antes de que cerrara la puerta Sofí les dijo.
_ En cuanto consiga la ropa la traeré, también traeré agua caliente para que se den un baño.
Rita sonrió al escuchar que podía darse un baño con agua caliente, como se habían alejado bastante de Bratis el clima se había vuelto mas frio y la tormenta había hecho que se helara hasta los huesos, ella respondió.
_ Si por favor.
_ Tu habitación esta por aquí.
Dijo Sofí mientras se dirigía a Daniel, ella lo guio hasta la habitación que había al fondo del estrecho pasillo, habían mas habitaciones vacías cerca de la de Rita y Asiel sin embargo Sofí le había dado esa habitación apostas, así si llegaba a pasar algo entre ellos nadie los escucharía.
Después de mostrarle su habitación a Daniel, ella se fue a preparar agua caliente y a las ropas secas para ellos.
Asiel le pregunto a Rita quien había comenzado a quitarse las ropas empapadas.
_ ¿Por que tengo que compartir habitación contigo?
_ Por que Daniel estará ocupado esta noche.
_ ¿Qué tiene que hacer?
Rita encendió la chimenea mientras decía.
_ Eres un poco inocente, las intenciones de esa chica eran mas que obvias, ¿no me digas que no te diste cuenta de nada?
Asiel se sonrojo, Rita sabia que su respuesta era mas que obvia, él no se había dado cuenta de nada.
Después de encender la chimenea Rita se puso de pie frente a Asiel y le dijo.
_ Me pareces que eres un poco lento con esas cosas.
Rita se quito la camisa húmeda que tenia pegada al cuerpo, quedo solo con un apretado corpiño frente a Asiel, mostrando sus curvas, le quito la capa que llevaba y le dijo.
_ Deberías quitarte esas ropas o terminaras enfermando.
Asiel tenia el cuerpo helado por las ropas empapadas, sin embargo en ese momento al tenerla tan cerca sintió que su rostro ardía.
Rita continuo quitándole la camisa, él se quedo completamente quieto, absorto en su rostro, en sus labios rosados que se veían tan apetecibles y dulces como la miel, en sus pechos que asomaban ligeramente por su corpiño, en su vientre plano.
Asiel estaba perdido mirando a Rita, alguien toco la puerta devolviéndolo a la realidad, su torso estaba desnudo, Asiel había estado tan perdido mirando a Rita que no se dio cuenta de que ella se la había quitado completamente.
Rita abrió la puerta, sin ningún pudor, era Sofí, en una mano llevaba un cubo con agua caliente y debajo del brazo llevaba un conjunto de ropa, al ver que estaban medio desnudos dijo.
_ Lo siento, los he interrumpido.
Rita suspiro y le contesto.
_ No, llegas justo a tiempo, muero por darme un buen baño.