Después de que Sofí dejará el agua caliente y les entregará la ropa se fué, Rita terminó de preparar el baño, había una pequeña bañera en el cuarto de baño, casi llena con agua fría, Rita vacío el agua caliente, después salió un momento, tomó sus ropas y antes de volver a entrar en el cuarto de baño miró a Asiel y le dijo.
_ ¿Nos bañamos juntos?
_ No digas tonterías, vete a bañar.
Rita sonrió y le dijo.
_ Como quieras.
Rita tiro el resto de sus ropas húmedas al suelo, ella se metió en la bañera, el agua caliente quitó el frío que tenía caldo en sus huesos, ella se zambulló completamente, después sacó su cabeza y se quedó mirando el techo de madera, ella se quedó un rato disfrutando de su baño. Después se obligó a salir antes de que el agua se enfriará ya que Asiel aún debía bañarse, ella secó su cuerpo y después se puso un sencillo vestido que le había llevado Sofí, cuando salió del cuarto de baño con el cabello suelto secandolo en con una toalla dijo.
_ El agua aún está caliente, deberías darte un baño antes de que se enfríe.
Asiel estaba en cuclillas frente a la chimenea intentando calentarse, él seguía sin camisa, su torso desnudo llamó la atención de Rita, aunque él era delgado tenía la cantidad justa de músculo y se veía increíblemente bien.
Asiel paso a su lado y se metió al cuarto de baño, al entrar vio las ropas de Rita tiradas en el suelo, por alguna razón eso lo hizo sentir nervioso, él terminó de quitarse las ropas, y se metió en la bañera, él se quedó dentro hasta que el agua comenzó a enfriarse. Al salir buscó sus ropas, de pronto recordó que no las había tomado, busco algo para ponerse, no había nada además de sus ropas húmedas tiradas en el suelo.
Él iba a recogerlas y ponerse los pantalones, la idea de volver a ponerse esas ropas húmedas y frías le desagradó, sin embargo tampoco podía salir completamente desnudo.
Rita abrió la puerta de golpe, ella lo vio completamente desnudo, no mostró vergüenza alguna, es más ella parecía disfrutar lo que veía, ella se apoyó en el marco de la puerta y sin quitar su vista de su cuerpo desnudó, Asiel parecía ser el único avergonzado intentando cubrirse con las manos.
_ ¿Por qué has entrado?, Cierra la puerta, estoy desnudo.
Rita sonrió mientras levantaba una ceja y le respondió.
_ Eso ya lo veo.
Rita le tiró la ropa, Asiel la atrapó en el aire olvidándose que tenía que cubrirse, cuando volvió a recordarlo se cubrió inmediatamente, ella solo volvió a reírse y le dijo.
_ Habías olvidado tus ropas, solo quería ayudar y no deberías avergonzarte, tienes un maravilloso cuerpo y lo de abajo, no está nada mal, siente orgulloso.
Asiel solo quería que la tierra se abriera en ese momento y se lo tragara.
_ Necesito cambiarme, ¿Puedes cerrar la puerta?
_ Si te molesta que te siga mirando.
_ Si, me molesta, así que cierra la puerta.
Rita cerró la puerta con gran pesar, había disfrutado mucho viendo su cuerpo, ella esperó a que él saliera, él tardó un poco, estaba tan avergonzado que no quería verla.
Cuando por fin se decidió a salir miró se quedó mirando a Rita un segundo, después alguien tocó la puerta, era Daniel.
_ Aún es temprano para ir a dormir, ¿Vamos a comer algo?
_ Esa me parece una idea genial.
Contestó Rita mientras cruzaba la puerta.
_ Me estoy muriendo de hambre.
Asiel se había quedado atrás, Daniel le preguntó.
_ ¿No vienes?
Asiel estaba que se moría del hambre, no podía negarse a ir con ellos, sobre todo por qué lo considero peligroso.
_ Si, también tengo mucha hambre.
_ Entonces andando, estoy que me muero del hambre.
_ Cuando bajaron a la taberna de la posada solo vieron a dos ancianos bebiendo en la barra, por lo demás la taberna estaba completamente vacía, debía de ser por las fuerte tormenta que se había desatado. Ellos buscaron una mesa y se sentaron, a los pocos minutos Sofí apareció y les preguntó qué iban a pedir.
Ellos pidieron algo para cenar y una botella de vino. Después de lanzarle una mirada coqueta y provocativa a Daniel Sofí se marchó.
Ella volvió poco después con tres platos de sopa, una hogaza de pan, queso fresco y una botella de vino de manzana, ella dejó todo y después volvió a marcharse, mientras comían Daniel dijo.
_ Aún sigue lloviendo, esperaremos a que deje de llover para reanudar nuestro viaje.
_ No esperaba que lloviera, esto nos retrasara bastante.
_ ¿Y si no deja de llover?
Pregunto Asiel.
_ Solo nos queda esperar.
Le contestó Rita mientras se metía una cucharada de sopa caliente, era una simple sopa de patatas sin embargo Rita la encontró un manjar, estaba deliciosa y con el clima frío y húmedo iba perfecto.
Cuando terminaron de comer, Rita se sintió casada y dijo.
_ En días como estos lo mejor que se puede hacer es tomar una buena siesta y esperar que ya haya dejado de llover cuando nos despertemos.
Rita se levantó de su silla y le dijo.
_ Yo volveré a la habitación, Asiel, ¿Vienes conmigo o te quedas con Daniel?
_ Prefiero quedarme un rato más.
_ Como gustes.
Rita le puso la mano en el hombro a Daniel y le dijo.
_ Lo dejo a tu cuidado, regresamelo en una sola pieza y no te distraigas.
_ No lo haré, así que vete.
Después de que Rita se fuera Daniel abrió la botella de vino, sirvió dos copas y dijo.
_ ¿Quieres una copa?
Después de la vergüenza que había pasado Asiel cuando Rita había entrado al baño y lo había visto completamente desnudo necesitaba esa copa, él se la tomó de un solo trago y le dijo.
_ Hoy si lo necesitó.