Al matar aquel bandido el hechizo que cubría aquel bosque desapareció, todo aquel silencio también. Una fría ráfaga de viento le alborotó el cabello. Rita podía sentir el frió en sus huesos, vio a Daniel tirado en suelo inconsciente, ella quiso ir junto a él para ver si estaba bien, pero su cuerpo no se movió, permaneció quieto, inmóvil, en su mente ella se repitió una y otra vez, muévete, muévete, pero era como si cuerpo ya no fuera de ella y sintió que poco a poco su conciencia iba desapareciendo. En eso escucho una voz diciendo su nombre, era Asiel, acaba de salir del barracón. _ Rita. Su cuerpo se dio la vuelta y le sonrió. Asiel preguntó. _ ¿Quién eres? Aquella voz espeluznante volvió a salir de la boca de Rita y le dijo. _ Me han llamado por muchos nombres a lo largo de mi v