YA NO HAY AMOR

1331 Words
CAMILLE Toda la tarde me la pasé pensando en las palabras del abogado. No creo que sea de confianza, quizá, mi padre no debería de confiar tanto en él. No sé cuáles son sus intenciones para con mi familia, así que será mejor tener cuidado. Además, ¿por qué me dijo eso?, ¿tendrá algún otro significado que no entendí? Es demasiado para procesar, y con todo lo que tengo en mente, ni siquiera puedo pensar con claridad. En cuanto regresé a mi habitación para poder descansar, lo primero que hice fue escribir otra carta a mi padre, no puedo permitir que le hagan más daño. Además, esos papeles que me mostraron, no lo sé, pero no me generaron demasiada confianza. Si mi padre me pide firmar lo haré, pero si es todo lo contrario, deberé encontrar la manera para no hacerlo. Si en algo tiene razón Daniel, es que no tengo ni idea de lo que me encontraré ahí. Si todo se encuentra redactado en términos legales, entonces no comprenderé un carajo. Lo que también me dejo pensando, fue sobre que Daniel se encuentra buscando al culpable de esta estafa, y aunque lo hace solo por él, entonces, ¿debo descartarlo como alguno de los involucrados en el fraude? Quizá deba esperar un poco más hasta estar segura, por ahora, no debo confiar tanto en él. Una vez que terminé de escribir la carta, salí a dejarla a su lugar. Como a esta hora ya no hay nadie afuera de su habitación que pueda ver lo que estoy haciendo, es más seguro así. No quiero que alguien se vaya a dar cuenta, sobre todo Daniel o Denisse, porque entonces cortarían la poca comunicación que tengo con mi padre y eso no lo puedo permitir. … A la mañana siguiente, me desperté muy temprano, para tener la oportunidad de hablar con Yolanda, sé que es muy arriesgado y no sé si pueda salir a entregar esta nueva carta o hasta cuando, pero es de suma importancia, que sea lo antes posible. Esperé a que ella llegara a la cocina, y en cuanto se colocó el delantal, me miró. —Camille, ¿otra carta? —preguntó casi en un susurro. —Lo siento, Yolanda, sé que estás en riesgo, pero es necesario que esta carta llegue a manos de mi padre cuanto antes o de lo contrario… — Escuchamos unos pasos y ella comenzó a darme instrucciones para fingir nuestra charla. Se trataba de Benjamin quien al parecer tenía mucho trabajo que hacer, debido a su llegada antes de lo habitual. —Buenos días —saludó con una particular sonrisa. —Buenos días, Benjamin —respondió Yolanda, mientras yo también respondía al saludo. —Pareciera que interrumpí una charla demasiado importante —bromeo. —Para nada, solo le estaba dando instrucciones a Camille, sobre sus tareas de este día. Y tú, ¿por qué te encuentras a esta hora? Además, hoy no te toca trabajar. —La señora West me pidió que viniera, ayer dejé un trabajo inconcluso y al parecer, necesita que lo deje listo para estos días, ya saben, tengo que obedecer órdenes o de lo contrario —hizo una seña de cortarse el cuello y hecho la cabeza de lado con los ojos cerrados y la lengua de fuera, haciéndonos reír. —Eres muy gracioso —comenté, estaba a punto de volver a hablar, cuando se apareció Daniel. —¿Ahora también coqueteas con el personal? —El ambiente se puso tenso de repente, yo agaché mi cabeza porque no quería responderle de mala manera o, de lo contrario, sé que me pondría a hacer algo peor. —Disculpe, señor, pero no estaba coqueteando, solo… —¿Quién te pidió que la defendieras?, ya la follaste y ahora… —Daniel, ¡ya basta! —dije más alto de lo debido. —¿Acabas de alzarme la voz? —rio con ironía— ahora resulta que también tengo que aguantar tus… comportamientos en casa de mi madre, eso no lo voy a permitir —se acercó a mí, para abofetearme seguramente. —Lo siento, por favor, no quería responderte así; por favor, perdóname, no volverá a suceder —detuvo su andar hacia mí, me miró con furia y se dio media vuelta, dejándonos a todos tensos y nerviosos. —No deberías rebajarte de esa manera —Benjamin habló con un poco de rabia en su voz, una vez que se aseguró que Daniel no podía escucharnos. —Yo también pienso lo mismo Camille —mencionó Yolanda con un deje de tristeza en su voz. —Sé que no debería hacerlo, pero si no lo hubiera detenido con mis palabras, seguro me habría vuelto a abofetear. Cada vez que lo hace me queda el moretón por días. No quiero verme al espejo nuevamente así. Ambos se negaron con la cabeza. Benjamin se acercó a mí y me tomó de los hombros mientras que yo lo miraba con sorpresa. —Camille, sé lo que piensas, pero eso no es amor. El amor entre ustedes ya murió hace mucho. Ese hombre, si en verdad te amara, no te estaría haciendo esto. Deberías escapar, ¿lo has pensado? Todos en esta casa pensamos lo mismo —lo miré con los ojos muy abiertos. —No puedo —, hable con tristeza—, por lo menos, ahora no que mi padre se encuentra en la cárcel. Sé que no debo confiar en Daniel, pero es el único que puede ayudar a mi padre. —No deberías de poner todas tus esperanzas en ese hombre, quizá lo único que está haciendo es hundirlo más. —¿Cómo lo sabes?, ¿has escuchado algo? —Por supuesto que no he escuchado nada, y tampoco es que tenga alguna otra información que los noticieros no hayan revelado; sin embargo… no tiene ningún motivo para apoyarte, sino todo lo contrario —negué con la cabeza. —No, sé que lo está ayudando debido a que tiene distintos negocios en marcha con mi padre, sé que solo lo hace por él, para salvar su dinero y su imagen. —Bueno, yo solo te lo digo porque es mi percepción, aunque tú sabes lo que haces —se dio la vuelta para salir al jardín, pero antes de hacerlo volteó para decirme una última cosa—. Si necesitas ayuda, la que sea, puedes contar conmigo —habló con seriedad, pero sus palabras denotaban mucha sinceridad. —Quizá él pueda ayudarnos —dijo Yolanda pensativa. —¿Deberíamos confiar en él? —respondí con una pregunta. —No lo sé, pero sus palabras fueron demasiado sinceras y él puede entrar y salir libremente. —Lo pensaré —dije cuando todos comenzaron a llegar y tomar sus puestos. … Miré a Benjamin desde la ventana que me encontraba limpiando, quizá Yolanda tenga razón y debamos confiar en él, no parece que le tenga mucho afecto a su jefe; sin embargo… ¿Qué pasaría si él me delata? No, no creo que lo haga, el mismo me dijo que… ¡Carajo!, ya ni siquiera sé en quién confiar y en quién no. Todo este tiempo, Daniel se ha encargado de hacerme ver mi suerte, pero no puedo dejar que tome el control hasta de mis pensamientos. Si influye también en eso, entonces sí estaré perdida. Además, lo que me dijo sobre mi relación con Daniel creo que hasta cierto punto tiene razón, ya no existe amor entre nosotros. En un principio me quedé y acepté estas condiciones para que él se diera cuenta de mi amor, pero todo ha sido en vano, cada día me trata peor y no creo que algún día vaya a mejorar. Quizá lo mejor sea escaparme, tal y como me lo han hecho saber, porque el divorcio, eso sí, que está fuera de discusión. Sé que no me lo dará con tal de seguirme fastidiando. Por ahora seguiré aguantando, todo sea por la libertad de mi padre.
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