Capítulo 9:
Liam
Iba a matar al maldito que estaba tatuando la suave piel de Lia. Ella sonreía forzada a sus amigas que estaban contentas con que ella perteneciera a su grupo de mierda.
-Oye Li, hay un problema ahora... El pijo podrá reclamarla. -murmuró Curt.
Quise golpear a alguien en ese momento. Lia se había metido en un gran problema y sin dudarlo, yo iba a protegerla, sería intocable. Sentí a alguien al lado mío, volteé y me encontré a Bully.
-¿Pasa algo? -preguntó.
Bufé y decidí hablar. El cuidaba demasiado a su pequeña prima quien era parte de su grupo así que quizá posiblemente podría entenderme respecto a Lia.
-Lia debe ser intocable, Bully. No dejes que nadie la reclame, es nueva y no quiero que un idiota le complique la vida. -dije.
-Es la hermanastra de Liam y ha tenido una vida dificil, tu cuidas a los tuyos pero ten especial cuidado con ella. -pidió Parker.
Lo miré y noté la angustia en sus ojos, hacía dos años su hermana había muerto por culpa del idiota de su novios en una de las carreras. Claramente el me entendía mejor que nadie y no quería que eso me sucediera, aunque mí relación con la enana no era la mejor.
-Entiendo, la cuidaré. -dijo Bully y nos dimos un apretón de manos.
Nos alejamos y volteé disimuladamente para ver a Lia. Ella estaba ahora conversando con su séquito de amigas. Entonces pasó algo raro, me sentí extrañamente flechado. De repente todo alrededor de ella perdió importancia, sólo resaltaba ella en toda la fiesta como si tuviera un brillo especial. ¿Qué mierda?
-Liam... ¡Liam! -oí y me encontré con Darcy frente a mí.
-Hola hermosa... -saludé algo nervioso, no entendía que acababa de pasar.
-¿A quién mirabas así? ¡Liam Chase! -gruñó.
-A nadie. -suspiré.
Tomé su mano y la alejé de ahí. Por alguna razón no quería que Lia me viera con Darcy. Ella no solía venir aquí, justo hoy debía venir. Bufé y le hice señas a Isaac que a lo lejos me observaba, el asintió. Ese era mí luz verde para poder irme. Ya había corrido la carrera y ganado, cada uno tenía su dinero y por ahora estábamos bien.
-Llegó el demonio... -advirtió Parker-. Vete tranquilo, me quedaré con Isaac y vigilaremos.
-Gracias. -dije entendiendo que se refería a Lia.
Darcy había venido en su auto, un Mini Cooper. Me dió las llaves y conduje hasta un motel, nos divertimos un rato y finalmente me dejó en casa. Eran alrededor de las 4 am, entré y noté que Lia aún no volvía a casa. Subí las escaleras y entré a su habitación, tendría una seria charla con esa niña.
...
Lia
Me sentía algo mareada, no debí beber esa cerveza. Rayos, yo no bebía, ni siquiera tenía edad para eso. Como pude entré en la casa e intenté no hacer ruido mientras subía las escaleras, parecían una trampa mortal, estuve a punto de caer varias veces. Finalmente llegué a la puerta de mí habitación pero gran susto me llevé a ver al chico de cabellos dorados sentado en mí cama.
-Está por amanecer. -dijo en tono molesto.
-¿Y? Que yo sepa no eres mí padre. -respondí irónica.
-Estás yendo por mal camino Lia, hablo en serio.
-No puedes decirme nada, tu vives en el mal camino. Además, es mí vida. -gruñí.
-Te estoy protegiendo, ¿no te das cuenta? -preguntó poniendose de pie.
-Ya te dije que me dejes en paz, no quiero tu maldita lastima. ¡No me quieres y yo tampoco a ti! -levanté la voz y luego me tambalee, joder.
-Has bebido... -murmuró decepcionado.
-¿Y? Mira guapo, seré directa. Me tienes hasta aquí. -señalé en el aire-. Me odias, lo noto en tu mirada desde el día en que llegué, se que la mierda que tengo te causa pena pero no me vengas con eso. No quiero tu pena ni la de nadie. -murmuré-. Suficiente he tenido, ahora estoy haciendo lo que quiero, tengo amigas, personas que se preocupan por mí, no dejaré que lo arruines.
-Tienes ahora un maldito tatuaje.. Dime cómo se lo explicarás a papá. -pidió y suspiré.
-Ya veré como hago, es mí problema, mí vida. ¡No te metas!
-¡Me meto porque me importas! -exclamó acercandose a mí-. Me preocupas, me tienes como idiota atrás tuyo porque no quiero que te pase nada. ¡No todo es como te lo pintan Lia! Debes tener cuidado, tantear el terreno antes de confiar, maldita sea.
La luz del amanecer que se colaba por mí ventana le daba justo a Liam, su cabello rubio brillaba y sus ojos azules ahora se veían más claro y brillosos, la luz solar parecía acariciar su rosto bien definido y que me condenen pero se veía muy guapo para mis alborotadas hormonas. Quizá era el alcohol en mí organismo o la falta de sueño pero me sentía perdida, perdida en mí maldito hermanastro.
-Te lo diré una sola vez... -me armé de valor para hablar-. Si no sales de la habitación gritaré... Oh y otra cosa... ¡Mantente alejado!
Dije y me alejé lo más que pude de el sin mirarlo. Verlo sería un error, estaba alcoholizada y no quería hacer algo de lo que luego me arrepentiría. El me odiaba entonces yo debía odiarlo, además... No podía permitirme ser cercana a el, ningún lazo firme nos une, nada impediría que fácilmente yo cayera enamorada de el y eso sería lo peor que podría pasar.
-Maldita sea...
Liam no salía de mí cabeza y no podía dormirme por el. ¿Era posible qué me gustara? Nos llevábamos mal, ahora el claramente me tenía lastima y yo, yo era una idiota. Miré el pequeño símbolo en mí muñeca y suspiré, ahora pertenecía a un grupo, tenia tres amigas y muchas personas por conocer. Enamorarme de Liam sería un grave error, suficientes problemas tenía como para sumarle a ello, el posible enamoramiento de mí hermanastro. Sería una locura y claramente no debía suceder.
Continuará...