Capítulo 4

1718 Words
Maria siente su corazón acelerado pues no sabe cuál será la respuesta de Rodrigo pues aunque al ser unos niños ella le prometió esperarlo y eso es lo que ha estado haciendo alimentando en su corazón un bonito sentimiento de amor del cuál no sabe si es o no correspondido pues lo único que ha visto en Rodrigo es la manera en que se ríe de sus ocurrencias y la forma en que escucha todo lo que ella dice pero no hay nada como en las novelas: no hay corazones y flores, y eso la hace dudar de sí Rodrigo la ve como algo más que solo la niña que limpia la casa.   -Maria - la toma de las manos sacándola de su ensimismamiento y ella se remueve nerviosa - hay algo que tengo que decirte, ya no puedo ocultarlo más - se siente estremecer hasta la punta de los pies al oírlo - tú me gustas, siento que yo también te gusto - titubea nervioso pues es la primera vez en su vida que no sabe qué terreno pisa con una mujer- ¿quieres ser mi novia?.   -... - se queda en silencio visiblemente sorprendida, se tapa la boca antes de decir cualquier cosa - Si - responde finalmente sonriendo - si quiero, ¿pero qué es eso? - Rodrigo suelta la carcajada y Maria frunce el ceño pues no entiende qué le hace tanta gracia, en las novelas que ha visto el galán no dice nada como eso.   -Ay Maria - la toma de la mano con una ternura que jamás había sentido por una mujer - eres muy dulce - acaricia su rostro viéndola cerrar los ojos suavemente ante su tacto y escuchándola suspirar - los novios son dos personas que se atraen - comienza a explicar con tanta paciencia que ella solo sonríe en respuesta - sienten cosas cuando están juntos - Rodrigo intenta explicarle de manera sencilla pero ni él mismo lo sabe pues sus relaciones se han basado en sexo, nunca ha tenido una novia - que hacen lo que nosotros: salimos hablamos de todo un poco - hace una pausa mirando sus labios y dandose cuenta de la manera en que sus ojos brillan - nos escuchamos pero con algo más que vienen siendo los besos de los que alguna vez te hable solo si los dos lo quieren… - traga saliva al decir lo último pues es lo que más se le está antojando.   -Ahhh bueno - se sonroja recordando que cuando las novelas que veía llegaban a partes románticas su padre apagaba el televisor - ¿me enseñas? - Rodrigo la abraza y ahora quien tiene el corazón acelerado es él.   -Claro que sí pequeña, - respondió tomándola de la mano - pero solo lo harás conmigo y yo solo contigo - aclara entendiendo que hay mucho por enseñarle pero pensando que si las cosas se dan ella será la futura señora Castro y madre de sus hijos cosa que le entusiasma pues Maria es una mujer intachable y sin temor a equivocarse también transparente.   La toma del rostro y lentamente la atrae hacia él para acariciar su rostro mientras la morena cierra los ojos dejándose guiar sintiendo como su cuerpo entero se estremece ante la cercanía de él además de sentir las famosas mariposas en el estomago algo nuevo para ella pero que sin duda la hace sentir curiosidad por lo que él está por hacer, Rodrigo acaricia sus labios con un dedo antes de juntar sus labios a los femeninos, la morena siente una corriente eléctrica al sentir la tibieza de los labios masculinos sobre los propios y para ser su primer beso siente que será el que más va a recordar hasta ser viejita. Rodrigo intenta ser dulce para que a ella le guste pues siente que con ella debe ser y hacer todo lo que nunca por ninguna otra mujer, unen sus manos entrelazando los dedos dando pequeños besos sintiendo que para él es quizás uno de los momentos más especiales de su vida.   -Eres perfecta pequeña - pega su frente a la femenina sintiendo que nunca podrá soltarla y eso le gusta, Maria en poco tiempo se ha adueñado de su corazón recordando su amor de infancia por ella  - te quiero mucho... - da pequeños besos sintiéndose incapaz de soltarla.   Maria se sonroja y se lleva las manos a los labios, jamás había tenido tal contacto con nadie pero sin duda le gusta mucho, no sabe cómo corresponder o qué debería decir en ese momento y más si él no para de decirle palabras bonitas, dulces confesiones de amor con promesas implícitas, promesas que ella quiere que él le cumpla. Sonríe sintiendo esa sensación de mariposas en el estómago cada vez más alborotadas, Rodrigo toca su rostro delicadamente y  para él esa sensación también es nueva pero le encanta sentirla pues no recuerda cuándo fue la última vez que beso sin implicaciones sexuales.   -¿Te gustó? - inquiere nervioso, al mismo tiempo que con ganas de seguirla besando pero la conoce y sabe que es solo una joven de campo inocente y quiere hacer las cosas bien con ella, no quiere cometer errores sí sabe que lo más probable es que pronto van a comprometerse pues aquel beso le ha hecho darse cuenta de que ella es la mujer que siempre ha deseado tener en su vida.   -Si, si me ha gustado - responde con el corazón acelerado mirándolo de una forma que a él le parece la más hermosa de todas - ¿eso es ser novios? - tartamudea mordiéndose un labio cosa que le parece demasiado sexy al bigotón quien aclara su voz antes de responder. -Eso es - acaricia su mejilla, luego lleva un dedo a los labios que acaba de besar deseoso de más, siente que Maria se ha convertido en su mayor debilidad - ¿quieres que vayamos a dar una vuelta? - ronronea e intenta disimular lo que le causó tal beso pues su cuerpo ha reaccionado, la morena asiente no sin antes ponerse en puntitas para besarlo dulcemente tomándolo por sorpresa. . -Te quiero - parpadea sonrojada pero sin miedo a nada, le gusta la manera en que la mira y la humedad de sus labios que alcanza a su bigote.   -Yo también te quiero Maria - su voz suena profunda, erótica cosa que logra estremecer a la joven quien evidentemente nunca ha experimentado algo así  - te quiero mucho, anda ve a ponerte más bonita y vamos a dar una vuelta - ella sonríe llevándose la mano a los labios al irse sin dejar de sonreír como si hubiera hecho alguna travesura.   Los días empiezan a pasar y las salidas entre Rodrigo y Maria son cada vez más seguidas haciendo que se sientan más felices de compartir además de hacer en Rodrigo crecer su deseo y en Maria sentir anhelo de algo más solo que no sabe qué pero que crece cada vez más día con día.   El padre de Rodrigo se siente feliz por él pues siempre quiso que esa relación se diera sabe que no hizo las cosas de la mejor manera pues tomó la decisión más fácil a la hora de educarlo pues no se sentía capaz de hacerlo y más cuando la madre de Rodrigo los abandono lo cuál trajo como consecuencia cierto sentimiento de resentimiento hacía su hijo pues la mujer nunca quiso ser madre, él por su parte no pidió ser padre y no era una idea que le agradará, alguna vez se le cruzó por la cabeza tomar por esposa a Maria pues veía en ella no solo su belleza sino también una mujer perfecta para ser su esposa y tener hijos pues  la idea de hacerla madre le gustaba tanto o más que la desvirgarla pues con su inocencia le inspiraba a hacer muchas cosas y volverla una ninfómana de lo cuál solo de recordarlo se pone aún más duro, pero solo fue un pensamiento algo frustrante, Jose Maria nunca permitió que la muchacha estuviera a solas con él y eso lo lograba frustrar más pues empezaba a tomar cuerpo de mujer, una mujer muy bella delgada pero capaz de despertar bajas pasiones en cualquier hombre.    Mientras toma un poco de su trago no deja de pensar en las cosas que hizo mal con Rodrigo, aparece Ramón una vez más para ofrecer en matrimonio a su hija Cristina pues argumenta que está ya tiene edad para casarse a lo que no sabe qué responder pues es de casi la misma edad que su hijo y sin más opciones termina accediendo, tal vez la idea de que la joven sea suya sea lo mejor, duda de que Ramón se preste para que Cristina se case con él y empieza a sentir ganas de ser padre nuevamente y hacer las cosas bien con Maria así que le hace caso a la idea que se cruza por su mente.   -Esta bien Ramón - brindan con un trago de mezcal - por la próxima unión entre los Castro Alvarez - sonríe pensando en el cuerpo de Maria y lo primero que quiere hacerle en cuanto la haga su mujer.   -Así sea Gonzalo - se ríen con cierta complicidad - mi hija y tu hijo unirán a las familias como tanto hemos querido desde que nacieron, además de hacerme enormemente feliz el que Rodrigo sea mi yerno pues es un hombre trabajador y puede darle muchas cosas a mi hija por no decir lo que ella puede darle, no puedo esperar el momento para que nuestras familias se unan.   Luego de dicho encuentro Gonzalo se asoma por la ventana y le parece encantadora Maria, le gusta ese aire de inocencia de ella pues le gustará mucho más quitarselo, espera con ansias el momento indicado para actuar, todo marcha como él quiere hasta que aparece Rodrigo tomándola de la cintura para darle un beso, un beso que ella le devuelve en medio una sonrisa de complicidad, eso lo enfurece pues tiene la fantasía de ser él quien sea el primer hombre de Maria con lo que le empieza a gustar hasta el grado de obsesionarse, planea esa misma noche entrar a la recámara de la joven y tomarla aprovechando que duerme sola.
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