Con la intención de sacarme este nudo en la garganta, me dirigí a altas horas de la noche al departamento de Enzo. Si temía que tras nuestro encuentro de ayer me negase la entrada, estaba equivocada, pude pasar con normalidad a este y con la misma normalidad, Estela me invitó a pasar a su habitación. De todos los lugares en los que podía estar con Enzo, eso de estar con él en su habitación no me parecía muy inteligente de mi parte. Pero lo que debía mantener presente era que tenía un descarte importante que hacer y que debía seguir manteniéndome firme en lo que podía. Al entrar en la guarida del susodicho, me lo encuentro recostado del marco de su puerta de baño. Viste únicamente la parte baja de una pijama y por lo tanto, deja al descubierto su definido abdomen. Concentración, fuerza,