Alexetimia
Una vez más me encuentro recordando la nada en la cual flotaba antes de mi inminente despertar, pensando justamente en ese momento que podría quedarme allí por siempre y eternamente, pero estaba claramente equivocado con mi afirmación fallida sobre lo que era real y lo que no, entonces era cierto que debía empezar a existir de la misma manera que todos existen.
Tenía que nacer.
Flotábamos en la inmensidad del espacio, esperando porque Howl Yakuza tornará una decisión con respecto al rumbo que estábamos dispuestos a tomar, me había ocupado de enviar un mensaje a Einity tal y como se lo prometí a Alanys en cuanto nos encontramos en la nave.
Tenía cierta confusión por todo los he había pasado, pero sabía que ella seguía con vida y estaba más que complacido con mi desempeño al funcionar como escudo.
Tenía problemas con mi armadura metálica y sintética, los disparos ardientes y constantes habían logrado penetrar un poco en mi armazón, provocando que mi estructura principal se viera deforme y poco atractiva e higiénica, pero eso tenía un rápido arreglo y estaba en mi disposición, justo en esa instancia me propuse a acomodarme un poco en mi asiento para empezar una lenta reprogramación interna y física.
Para que las células sintéticas se reagruparan y empezarán lentamente a reparar el daño en mi cuerpo, pero en esa instancia pensé en los nanobots que tan cuidadosamente el doctor se aseguró de colocar en mi interior, estaban inactivos temporalmente debido a mí inusual reinicio, así que procedí con una activación automática.
— ¡Mierda!—Grita mientras se coloca los brazos a los lados de la cabeza para tocar con sus manos entrelazadas su nuca.
—Howl Yakuza—Lo nombró rápidamente.
— ¿Qué?—Pronuncia en tono amenazante.
—Aun no estamos fuera de peligro, lamento decir—Expreso firme.
—Lo sé—Refunfuña—Pero temporalmente no tenemos a donde ir—Suspiro.
—Podemos volver a Einity por una cierta cantidad de días—Intento encontrar una solución al problema.
Él se vuelve en su asiento al girar con él y me observa se nota su desesperación.
—Podríamos volver—Traga saliva—Para rescatar a Her—Serio.
—Me temo que no es prioridad en la misión que Alanys Berellon me encomendó—Aclaro severo.
— ¡Si lo es, ellas es tan importante como yo, es solo una niña!—Grito abrumado.
—Alanys Berellon en su plan para rescatarlo no contó con el hecho de que la individuo denominada Her se encontrará con usted en esas circunstancias—Explico álgido—Por lo tanto me niego a poner la vida de Alanys Berellon nuevamente en riesgo para cumplir con sus fines egoístas—Declaro firme.
Él me observa con indecoro por un momento hasta que parece entrar en razón y se encoge en el asiento, traga saliva y se cruza de brazos para ver a Alanys quien se encuentra completa y totalmente inconsciente realizando lo que sería una recarga de su energía mientras se encuentra en suspensión.
—Tienes razón, lo siento—Baja la mirada y se desabrocha el cinturón para acercarse a Alanys.
—Confirmo—Aclaro.
—Ella siempre se pone en riesgo para salvarme, debería poner más empeño en demostrarle lo que siento en agradecimiento—Sonríe nostálgico mientras desabrocha el cinturón de ella y la abraza con fuerza—Gracias Alanys—Le susurra tiernamente en el oído y la sujeta con fuerza—¡Lamento ser tan egoísta!—Musita—Lamento depender tanto de ti—Suspira—Y siento no poder demostrarte todo lo que siento hacia ti—Se acerca a besar su mejilla y luego a tomar sus manos y besarlas también.
—No puede escuchar nada—Espeto serio—Se encuentra en un estado de hibernación temporal Howl Yakuza—Explico.
—Sus oídos son biónicos Alex, la verdad es que todo lo que ella escucha queda guardado por medio de una conexión sináptica directamente en su cerebro, puede reproducirlo una y otra vez—Explica mientras la acomoda en el asiento—Por eso duerme tan plácidamente en ocasiones, reproduce un sin fin de listas de canciones o un audio de cualquier recuerdo que haya tenido, y aun cuando está inconsciente graba todo a su alrededor—Suspiro—Yo mismo me asegure que le colocarán esa función a su capacidad biónica, porque estaba consciente de que hay muchas cosas que quiere silenciar—Ameno se arrodilla frente a ella y coloca su rostro sobre su regazo.
—Impresionante—Incrédulo, entonces empiezo a escanear su cuerpo rápidamente para entender mejor su función—Comprendo.
Era cierto sus oídos estaban directamente conectados con su hipotálamo en la sección del cerebro de la cual se encarga de la audición, todas las conexiones delgadas que lo conectaban todo en su interior permitían resguardarla información y amplificar los sentidos al mismo tiempo, replique la misma estructura en mi interior conforme Howl Yakuza se armaba de determinación solo para tomar el control de la nave una vez más.
Él respiró profundo parado justo en medio del puente y se sentó una vez más en la silla del piloto.
—Pasaremos por el cinturón de asteroides más cercano y luego iremos a donde una muy buena amiga—Declara con voz exhausta conforme empieza a avanzar a través de la nada.
No emito ni el más mínimo sonido ya que resguardo todo mi energía para auto repararme y construir una nueva estructura en mi interior, pero había algo que no parecía encargar y era que no la necesitaba, ya poseía una estructura muy parecida internamente a la de Alanys Berellon lo cual me sembró un poco incertidumbre o tal vez un poco más de lo normal.
Empiezo a revisar los archivos en mi interior y a compararlo arduamente con la estructura básica de Alanys y concluyó que ambos poseemos la misma estructura básica pero no la misma estructura compleja, mi armazón no era como el de sus estructuras Cyborg.
— ¿Quién construyó las partes mecánicas de Alanys Berellon?—Pregunto en voz alta por inercia.
Howl se tensa en su asiento y solo explica en voz alta rápidamente una conjetura.
—Supongo que uno de los mejores Maquinománcer que hay en Barshee, aunque no lo sé con certeza—Parece confundido— ¿Por qué preguntas tan repentinamente eso?—Espeta cauteloso.
—Debido a que cada vez que analizó la estructura robótica de Alanys Berellon logro concluir que es muy parecida a la mía—Explico.
—Pues todas las estructuras robóticas básicas son basadas en los mismos planos que se han ido desarrollando con el tiempo—Explica severo—Por ende ambos poseen la misma estructura.
Analizó la información que fue impresa en mí y puedo concluir que los datos que posee Howl son los mismo que se inscribieron en mí.
Howl Yakuza pasa entre los asteroides que flotan sin rumbo en el espacio y con diferentes trayectorias, se agitan lentamente de un lugar a otro, inevitablemente continúan interponiéndose en nuestro camino, sus tamaños varían se grandes a pequeños y en ocasiones medianos.
Él pasa a través de ellos con elegancia y gran cautela, parece tener un buen manejo de las naves poseyendo una gran precisión para ser un humano, así es como note que Howl Yakuza poseía mucho más talento del que podía admitir, sin dudarlo era un individuo ejemplar y más aún sin modificación alguna, podría decirse que en su totalidad aún conservaba su juventud.
—Requiero conectarme a la información contenida en la nave—Expreso abiertamente.
—Tendrás que esperar—Ni se inmuta por mi repentina aparición verbal.
Sigo con el silencio expectante mientras observó anonadado la increíble extensión de asteroides que se encuentran en frente de la nave.
Todo el material que no se aglutinó en forma de estrella central, planetas y satélites, se condensó en forma de pequeños mundos que llamamos asteroides. Una vez formados y durante millones de años tuvieron colisiones entre ellos y de esta forma el número creció. Muchos de estos asteroides caen al Sol o algún planeta y de esta forma va disminuyendo el número. Es un equilibrio entre colisiones que crean más asteroides y más pequeños claro.
Los asteroides están compuestos principalmente de diferentes tipos de rocas en general. Los hay también con grandes cantidades de hierro en la superficie. Los asteroides mayores son originales, casi sin alteración, del material original de formación del sistema solar. Los más pequeños son fragmentos de colisiones posteriores. Los asteroides son el material que nunca llegó a aglutinarse para formar un planeta. De esta forma la composición es la misma que la del material que formó a todos los planetas y a nuestro sol. Hay gran diversidad de clases de asteroides dependiendo si sufrieron colisiones, alteraciones térmicas, etc. Se puede pensar que la composición de los asteroides es tan variada como las rocas terrestres.
Son tan fascinantes como cualquier otro astro en el universo.
∆∆∆
Helycion, Ardoscan.
Jeriko Yakuza.
Sonrió.
Camino en el helado lugar escuchando como el silbante viento arremete contra mí, puedo escuchar los rugidos que resguardan el mismo conforme avanzo por la estructura rota y el agujero en el costado del lugar.
— ¿Huyeron del lugar?—Pregunto precavida a Markus quién continua analizando el sitio.
—Al parecer lo abandonaron luego del ataque—Logra concluir.
— ¿Ataque?—Arqueo una ceja.
—Alanys Berellon perpetró en el lugar para salvar a Howl—Logra explicar conforme termina de hurgar en las cámaras de seguridad.
— ¡Esa perra!—Grito enfurecida—Ese bastardo de Howl debería está muerto ya, debía parecer un pinche accidente —Refunfuño.
Los guardias que traía conmigo y la flota armada que se había apoderado de los límites una vez tomada por sorpresa su defensa.
—Imploro que se calme emperatriz—Se acerca Markus dominante.
Gimo.
— ¡Bien!—Exclamo al alzar las manos—Hay que encontrar al gordo bastardo y matarlo—Propongo sádicamente.
—Se dirige a su nave en estos momentos—Sonríe Markus mientras calcula su ubicación rápidamente.
—Envía los depredadores—Ordeno de inmediato.
Puedo sentir como me hierve la sangre puramente por la gran rabia que me transmite el fracaso, Howl debía morir allí.
Respiro profundo en busca de alguna paz, mientras nos movimos por el terreno nevado en la nave. Al parecer había activado un Meca monstruoso que se salió de control, me parecía muy graciosa la verdad, puesto que su tecnología tenía complicaciones en su desarrollo, siempre se salían de control, estaban tan defectuosas como él y por ello me alegraba que fuera el último de su calaña.
« ¿Cuánto tiempo que tardaré en matarlo? “Pienso mientras continuo viendo a través del cristal.
Salgo de mis pensamientos en cuanto aterrizamos justamente en frente del hangar en donde guardaban las naves.
Empiezan a disparar desde las rendijas que se encuentran en la gran puerta de seguridad. Los disparos no logran penetrar el escudo de la nave, ni siquiera el armas más potente que pudieran operar podría ser capaz de acabar de atravesar la gran defensa que idee.
Sonrió mientras aplaudo al salir de la nave y apuntar con mis dedos hacia la puerta. El piloto entendió la orden que le di para que dispararan todos al mismo tiempo.
Una melódica sinfonía de disparos amenazó con destruir la puerta y conforme la atravesaban podía escuchar los gritos desesperados de quienes fueron drásticamente presa de la misma.
Recorro mis labios con mi lengua para terminarlos y así poder disfrutar del sabor ficticio que empezaba a imaginarme.
Suspiró y doy un giro en el mismo lugar para ordenar con una señal que entren a masacrar a quien se ponga en su camino.
—Recuerden capturar vivo al gordo bastardo e intentar mantener la tecnología que les pertenezca intacta—Insto a por medio de un micrófono adherido a mí muela en la boca que solo se activa cuando yo presionó un botón en mi muñeca.
— ¡Si emperatriz!—Expresan en dos perfectas palabras.
—Markus—Musito en cuanto logro verlo salir de la nave como si de un fantasma se tratase.
—Dígame emperatriz—Se arrodilla ante mí.
—Acompáñame—Exijo.
Me rió entusiasmada como si fuera una niña que entra en un circo, el hangar es increíblemente extenso, cálculo que unos 120 metros cuadrados, está lleno de naves con las cuales se pueden escapar, alrededor de 10 naves fueron destruidas en el bombardeo que me propuse a iniciar hacia la puerta, la demás seguían intactas.
Los cien hombres y mujeres que traje para que realicen el trabajo se dedicaban a degollar, disparar y destripar a cada una de las víctimas. Uno de los hombres de Helen imploro por su vida en cuanto uno de los Yakuza que estaba de mi lado corto su pierna.
Me acerqué con benevolencia.
— ¡Ayúdame por favor!—Suplico.
— ¿Te unirás a nosotros para salvar tu vida?—Pregunte con los labios fruncidos y las manos agarradas frente a mí.
— ¡Si... Si!—Se arrodilló como pudo.
El soldado a mi cargo me miró por encima de su hombro y me extendió su arma para luego arrodillarse frente a mí.
—Bien—Sonrió al disparar justo en su frente con un láser.
El rostro vacío del hombre me recordó a la mirada que pudo haber tenido Howl cuando viniera a matarlo. Y eso me enfureció más.
—Incumples con una ley que importa más que tú vida escoria, si traicionas mueres—Extiendo el arma al soldado que la recibe con los brazos abiertos, la dejó caer y este continua arrodillado ante mis hasta que me giro.
Me muerdo un labio excitada.
Y continuo caminando, pensando que es impresionante la enorme cantidad de frío que hace en un lugar como ese, pero supuse que era también porque se encontraba desprotegido, por fin logré localizar a la bola de grasa que continuaba corriendo protegido por mecas hacia una nave al final del espacio.
Sonrió y empiezo a maniobrar entre los cuerpos desangrados de los guardias de Helen, Markus me sigue entre apariciones esporádicas hasta que me encuentro cara a cara con Helen en la misma nave en la que planeaba huir.
— ¡Príncipe!—Grita uno de sus guardias al intentar dispararme.
Pero los Yakuzas bien entrenados llegaron antes y terminaron por disparar a quien intentó amenazarme, un escudo grueso me rodea y cada vez que un láser intenta penetrarla es brutalmente repelido por el mismo campo que me protege, suspiro al abrigarme bien con el enorme chaleco.
Helen chilla por su vida mientras los Yakuza que mataron a sus guardias y desactivaron sus máquinas lo amenazan con armas y lo sujetan por los brazos para esposarlos detrás de su espalda.
Aplaudo y se desactiva el campo de fuerza, camino poco a poco los metros que me hacen falta para encontrarme frente a frente con él.
Pero algo sujeta mi tobillo y casi me hace tropezar, era el mismo guardia que intento detenerme al disparar, jalo mi pie con fuerza y me giro hacia él apunto mi tacón directo a su rostros, solo para patearlo con mucha fuerza y romper su nariz, luego alzó mi pierna en el aire para golpear la parte de arriba de su cráneo con mi talón, la sangre salpica un poco mi pierna y zapato pero no me importa, allí me había deshecho un poco de mi cólera.
Me vuelvo hacia Helen y empiezo a quitarme el chaleco grueso y que cargo encima, posee pelaje de un monstruo y una estructura que permite la conservación del calor en sí misma, lo más parecido que encontrarán a un calentador en una prenda.
Le entrego la prenda a Markus y por fin me cruzo de brazos frente a Helen.
—Helen Bastardo de Ardoscan—Gruño— ¿Dónde está?—Pregunto severa.
— ¿Espera qué...?—Trémulo puedo ver el sudor que baja por su frente y la increíble tensión que posee en su cuerpo.
Tiembla como un niño asustado.
— ¿Dónde está?—Grito enfurecida y sujeto el cuello de traje elegante para acercarlo a mí.
Traga saliva.
— ¡No sé de qué hablas!—Alarmado.
Preparo mi puño para plasmarlo en su rostro tres veces seguidas hasta hacer que la sangre de su nariz empiece a gorgotear.
—Ya sabes de quién y que habló—Sonrió sádica en cuanto sacudo la sangre de mi mano.
Los Yakuza que me acompañan observan en silencio y atento a que no quedará ningún cabo suelto en el atentado, suspiró y colocó mis manos en las caderas para darme la vuelta y luego volverme rápidamente y perforar su estampado con mi tacón.
—Se lo llevo ella y lo que queda de eso está en mi nave—Logra pronunciar ahogado mientras las lágrimas empieza a caer por sus mejillas.
—Tardaste—Tuerzo la boca.
Señaló a tres de mis guardias para que entren a hurgar en la nave, miro a Helen quien se arrodilla ante mí y arqueó una ceja.
—Se supone que debías matar a Howl, si lo matabas no habría problema en perdonarte por lo que pasó hace unas semanas atrás... ¡Pero no tenías que ser un egoísta petulante y hacer todo lo opuesto a lo que yo quería!—Espeto mientras peino mi cabello hacia atrás—Me robaste, no mataste a Howl como lo planee y para el colmo huyes del conflicto que tenemos pendiente desde mucho antes que nacieras—Me acercó a escupir su cara.
Puedo escuchar sus sollozos desesperados y su dolor llega a causarme tanta satisfacción que terminó por reírme.
—Ahora...justo ahora me vas a pagar todo lo que me debes—Me inclino a susurrarle en el oído—Nuestro matrimonio de mierda termina aquí Helen—Con voz severa—Dulces sueños—Junto mi nariz con su nariz deforme y perforó y su cráneo y pecho al mismo tiempo con dos dagas en cada mano, una vez hecho eso activo el mecanismo para que se extienda en su interior y finalmente solo emita un gemido ahogado.
Su sangre salpica un poco mi rostro y mis manos pero por el momento no era una molestia.
Contempló un largo rato su mirada perdida con una sonrisa mientras me alejo.
—Lo encontramos emperatriz— Afirma Markus en cuanto sacan una enorme caja de la nave.
Markus empieza a dar órdenes para que los Yakuza sean cuidadosos con la caja.
—Terminamos aquí—Suspiro—Podemos irnos de vuelta a Babilonia—Impero en cuanto tomo mi abrigo y aplaudo para activar el campo de fuerza a mí alrededor.
Markus va a mi lado sonriendo.
— ¿Por qué tan sonriente?—Siseo curiosa.
—Ya no tienes compromiso por lo tanto, lo que haga de ahora en adelante no tiene que ser a escondidas—Explica con una mirada sádica.
—Me gustan las cosas en secreto—Me muerdo un labio—Es prohibido y despierta en mí muchos sentimientos—Sensual—Pero aún tenemos un problema pendiente Markus—Increpo severa.
—Howl.
—Sí, Howl.
∆∆∆
Howl Yakuza
Continúo viendo a la nada desesperado por encontrar una solución rápida al problema que dejamos atrás en Ardoscan, había abandonado a Her, había puesto en un riesgo innecesario a Alanys.
— ¡Mierda!—Grito mientras se colocó los brazos a los lados de mi cabeza para tocar con mis manos entrelazadas mi nuca.
—Howl Yakuza—Me nombra rápidamente.
— ¿Qué?—Pronuncio en tono amenazante.
No estaba de buen humor para atender las preguntas de una máquina que apenas conocía.
—Aun no estamos fuera de peligro, lamento decir—Expresa firme.
—Lo sé—Refunfuño—Pero temporalmente no tenemos a donde ir—Suspiro algo desanimado.
—Podemos volver a Einity por una cierta cantidad de días—Intenta encontrar una solución al problema.
Me vuelvo en el asiento al girando a su vez el también y lo observo con desesperación.
—Podríamos volver—Trago saliva—Para rescatar a Her—Propongo serio.
—Me temo que no es prioridad en la misión que Alanys Berellon me encomendó—Aclara severo.
Por un momento odie esa reacción fría y sin emoción alguna.
— ¡Si lo es, ellas es tan importante como yo, es solo una niña!—Grito abrumado.
—Alanys Berellon en su plan para rescatarlo no contó con el hecho de que la individuo denominada Her se encontrará con usted en esas circunstancias—Explica álgido—Por lo tanto me niego a poner la vida de Alanys Berellon nuevamente en riesgo para cumplir con sus fines egoístas—Declara firme.
Lo observo con indecoro por un momento hasta que me percato que no estoy en mis cabales y entro en razón, después de respirar profundo y encogerme en el asiento, trago saliva y me cruzo de brazos para ver a Alanys quien se encuentra completa y totalmente inconsciente realizando lo que sería una recarga de su energía mientras se encuentra en suspensión.
Su modo extensión mecánica es algo que no puede manejar en su totalidad, debido a que solo lo ha usado dos veces en su vida y con tremendos fallos en su energía, cada vez que lo usaba su parte mecánica se extendía un poco más absorbiendo de esa forma su parte organiza. Cada vez que usará está habilidad perdía un poco más su humanidad.
—Tienes razón, lo siento—Bajo la mirada y me desabrocho el cinturón para acercarme a mi amada Alanys.
—Confirmo—Aclara.
—Ella siempre se pone en riesgo para salvarme, debería poner más empeño en demostrarle lo que siento en agradecimiento—Sonrió nostálgico mientras desabrocho el cinturón de ella y la abrazo con fuerza—Gracias Alanys—Le susurro tiernamente en el oído y la sujeto con fuerza—¡Lamento ser tan egoísta!—Musito—Lamento depender tanto de ti—Suspiro—Y siento no poder demostrarte todo lo que siento hacia ti—Me acerco a besar su mejilla y luego a tomar sus manos y besarlas también.
—No puede escuchar nada—Espeta serio—Se encuentra en un estado de hibernación temporal Howl Yakuza—Explica.
Me rió internamente porque no puede entender nada de lo que está pasando en ese momento.
—Sus oídos son biónicos Alex, la verdad es que todo lo que ella escucha queda guardado por medio de una conexión sináptica directamente en su cerebro, puede reproducirlo una y otra vez—Explico mientras la acomoda en el asiento—Por eso duerme tan plácidamente en ocasiones, reproduce un sin fin de listas de canciones o un audio de cualquier recuerdo que haya tenido, y aun cuando está inconsciente graba todo a su alrededor—Suspiro—Yo mismo me asegure que le colocarán esa función a su capacidad biónica, porque estaba consciente de que hay muchas cosas que quiere silenciar—Ameno me arrodillo frente a ella y coloco mi rostro sobre su regazo.
Su piel están suave y su olor es precisamente como lo recordaba, un dulce aroma a flor escondida. Quedó por un breve instante embelesado
—Impresionante—Incrédulo solo puede pronunciar—Comprendo.
Me tomo en momento para pensar.
Respiro profundo observando la inmensidad del universo frente a mí, solo sabía de una persona que nos podía ayudar, tal vez hasta dar asilo temporalmente, pero estaría algo lejos de sitio en el que estábamos y debíamos despistar el rastro que estábamos dejando para los depredadores, temía que me hubiesen incrustado un rastreador en el cuerpo, pero de todas maneras ya tenía uno y ese me lo coloco mi propia hermana, sin embargo, entre en un dilema podíamos volver y salvar a Her o seguir y resguardarnos hasta que pudiéramos resolver alguna situación.
Por fin tomo una decisión.
—Pasaremos por el cinturón de asteroides más cercano y luego iremos a donde una muy buena amiga—Declaro con voz exhausta conforme empiezo a avanzar a través de la nada.
Me siento en el asiento del piloto, sujeto el volante firme y empiezo avanzar rápidamente en la zona abandonada, las estrellas pueden discernirse a la distancia y su tenue luz llega a nosotros sin siquiera saber si siguen vivas o no.
Entró en completa y total concentración hasta que Alex habla.
— ¿Quién construyó las partes mecánicas de Alanys Berellon?—Pregunta en voz alta por inercia.
Me tenso un poco en el asiento, me parecía extraño que cada vez formulará más preguntas sobre Alanys, temía que ella no leyera el reporte aun cuando le advertí lo grave que era la misión en la que se metería, me propuse a dar una explicación rápida para Alex.
—Supongo que uno de los mejores Maquinománcer que hay en Barshee, aunque no lo sé con certeza—Confundido porque no recordaba muy bien los hechos de ese momento— ¿Por qué preguntas tan repentinamente eso?—Espeto cauteloso.
—Debido a que cada vez que analizó la estructura robótica de Alanys Berellon logro concluir que es muy parecida a la mía—Explica.
—Pues todas las estructuras robóticas básicas son basadas en los mismos planos que se han ido desarrollando con el tiempo—Explico severo—Por ende ambos poseen la misma estructura.
Después de refutar su argumento, puedo disfrutar del silencio una vez más conforme nos adentramos al cinturón de asteroides, mientras los esquivaba me formulaba si había sido buena idea adentrarnos en esa zona sin tener en cuenta que la nave era muy grande y el tiempo de reacción ligeramente lento.
Nuevamente esperándolo puedo escuchar la voz de Alex resonar atrás de mi espalda.
—Requiero conectarme a la información contenida en la nave—Expresa abiertamente.
—Tendrás que esperar—Ni me inmuto por la repentina aparición verbal.
Porque ya me lo esperaba, esperaba que volviera a formular alguna pregunta o presentará alguna petición, tenía el mismo interés en saber sobre todo que un niño de cinco años, muchas de las programaciones que colocaron en su interior eran explícitas sobre su desarrollo cognitivo conductual, estaba basado en un humano, tenía que replicar el mismo carácter pero orientado a eliminar la violencia de cualquier tipo.
Me preocupaba que Alanys no leyera en informe, porque justamente se remarcaba allí que el robot debía estar inconsciente para proceder con la extracción.
Pero las cosas acontecieron justamente como me esperaba que fueran.
Empecé tenso a cruzar entre los asteroides, tenía algunos problemas para concentrarme por completo pero luego de unos minutos pude sujetar con fuerza la palanca.
Trago saliva.
Porque no estaba totalmente seguro de que ella nos recibiera. Tal vez se molestaría mucho conmigo por llevar a Alanys en esas condiciones pero no tenía otra opción.
Respiro profundo.
Pues poco a poco salíamos del mismo cinturón de asteroides en el cual entramos, para después viajar con un salto a la siguiente galaxia.
— ¡Bien!—Grito al mirar de reojo al Meca sentado justo detrás de mí—Puedes conectarte—Musito en cuanto preparo la nave para un nuevo salto.
—Procederé justamente ahora—Expresa fríamente mientras desplegar de sus brazos cuatro pares de extensiones tubulares que se conectan al suelo de la nave.
—Ese conocimiento que quieres adquirir—Elijo mis palabras con cautela— ¿Para qué son?—Frunzo el ceño.
—El conocimiento es para entender con mayor claridad cuál es mi propósito—Su voz parece dudosa—Y para prepararme para sobrevivir—Severo.
«Salto en...uno...dos...tres».