Alanys Berellon
Empiezo a recuperar poco a poco la conciencia sin tener idea de dónde me encontraba, pero no me dolía nada, entonces me propuse disimuladamente a tocar la cama en la cual me encontraba que eran tan suave y cómoda, tan serena que mi debilidad por el sueño empieza hacer una desventaja contra ese enemigo tan prometedor, logro abrir los ojos pero para mí sorpresa enfoco borroso, por un momento me preocupo profundamente y después empiezo a creer que el modo extensión mecánica aún está activado, pero solo me engañaba a mí misma, estaba completa y totalmente bien pero agotada.
Miro a mí alrededor y por fin lo encuentro con la mirada, está acurrucado en un asiento cubierto con una sábana y lo más cerca posible de mí, tiene los ojos cerrados y el cabello despeinado.
Sonrió.
—Howl—Musito con ronquera.
Él de inmediato abre los ojos y el azul penetrante de ellos se dirige hacia mí con una tormenta helada
—Alanys—Sus ojos brillan nostálgicos y se lanza hacia mí con gran velocidad.
Logra contenerse a unos centímetros de mí para poder acercarse poco a poco a mí cuerpo solo protegido con la ropa interior.
—Hola Howl—Suelto dulcemente mientras él me rodea con sus brazos y empieza a besar mis mejillas con delicadeza.
—Hola mi reina—Dice con la voz trémula, con la mirada perdida en mis ojos y con el cuerpo temblequeando.
Extiendo mi mano para poder tocar su mejilla y acariciar su piel con mi dedo pulgar.
— ¿Estás bien?—Interrogo amena.
—Estoy bien, pero ahora que te veo despierta siento que he vuelto a vivir—Está lleno de ternura y puedo percibir la gratificante emoción que sentía al verme despierta.
— ¿Mi reina?—Pregunto intrigada por el repentino apodo que me coloco.
—Si eres mi salvadora, mi reina y mi Alanys—Sonríe con esa linda mueca que suele hacer todo el tiempo que es tan encantadora.
—Estoy bien con ello—Afable, entonces logró percatarme de qué Alex no se encuentra por ningún lado.
La habitación era elegante, parecida más a una decoración para alguien de la realeza que para alguien como yo, no tenía idea de dónde estábamos ni de cuánto tiempo dormí. Howl logra fijarse en mi preocupada expresión y decide calmarme.
—Alex está siendo evaluado en otra habitación, dormiste dos días y estamos en la residencia de Era Borges—Aclara aliviado—Era el único lugar que podíamos visitar sin poner en riesgo a nadie, si íbamos a Barshee, Jeriko me rastrearía pero mientras estamos aquí ella no puede interferir en nada, va en contra de sus acuerdos—Suspiro.
Me toma un momento procesar toda esa información, Howl era muy astuto, pero siempre se metía en problemas debido a Jeriko, pero aun así siempre sabía cómo salirse con la suya, al parecer Jeriko quería que su muerte pareciera un accidente, para que así su padre no pensar que fue ella quién mató a su hijo favorito.
Trago saliva.
—Lo pensaste muy bien verdad—Afirmo en cuanto recuerdo que Her no está con él.
—Lo pensé demasiado, me tomo mucho tiempo darle cuenta de que la única solución era esta—Musito nostálgico.
—A ella la entrene yo—Sonrió para después incorporarme lentamente y sentarme como él en la cama— Además sobrevivir para ella es como un juego de niños que siempre sabrá cómo ganar—Le guiñó un ojo y me acerco poco a poco hacia él.
—Pues ella es como una mini versión tuya, fuerte, valiente y honesta—Me mira con intensidad— ¿Me personas ahora?—Pregunta con incertidumbre.
Sus labios y los míos están a solo centímetros de pecar, huele muy bien pero sigo inmersa en la colorada boca que posee y la sexy forma con la que se logra pronunciar las palabras que se dirigen hacia mí.
—Te perdone mucho antes de que ocurriera todo esto Howl—Lo miro con malicia y me lanzo sobre él.
Nuestros labios se encuentran y empiezan una contienda salvaje por comerse desesperadamente, su saliva está cálida tanto como la suavidad de sus labios, me urgía total y completamente el contacto humano, pero no estaba en condiciones para forzarme.
Él sujeta mi rostro con sin grandes y fuertes manos, para que no pueda escapar de su necesidad, de su benevolente acción. Todo mi ser me pide a gritos que lo deje continuar, pero la parte de mí que es cuerda intenta zafarse de su fuerte y delicado agarre.
El constante intercambio de saliva y la llameante necesidad de rozar nuestras lenguas me hace temblar y todo por culpa de esa estremecedora habilidad que poseía Howl para domarme, suelto un pequeño gemido y él parece enloquecer.
—Te he extrañado tanto—Suelta al aire mientras empieza a besar mi cuello, el roce de su lengua contra mi piel causa en mi escalofrío.
—Howl—Logro pronunciar su nombre con dificultad.
Él sigue perturbado mi cuerpo desnudo sin piedad, la ropa interior que poseo no implica ninguna restricción, por ello pasea sus manos alrededor de las zonas donde hay piel, la yema de sus dedos rozan con cuidado mi vientre y empiezan a escabullirse hasta mis pronunciadas caderas.
Puedo oír su respiración agitada y fijarme en que su m*****o se encuentra desesperado por salir entre sus piernas, se lanza nuevamente sobre mí y se sube a la cama para empezar a besar mi abdomen poco a poco.
—Howl—Susurro otra vez su nombre debo detenerlo pero no quiero.
Estoy excitada, tan excitada que solo un toque de su dedo podría empezar hacerme hervir la piel.
Mi corazón late con rapidez y mi cuerpo sucumbe ante él poco a poco.
Sigo debajo de él observando cómo besa a picos mi abdomen plano, llega hasta mi ombligo y decide meter su lengua en él, estaba ansiosa por qué me arrancará la poca ropa que tenía y me penetrara allí mismo. Pero algo que decía que debía parar y eso era el cansancio que llevaba encima, no había comido sólidos al parecer me habían puesto intravenosas por las marcas en mi brazo.
Suspiré.
Al escuchar que alguien llama a la puerta, Howl se pone colorado y se sienta a mí lado de golpe, mientras yo solo intento poner en calma mi respiración.
—Embajador Howl se le solicita en la sala de reuniones—Se escucha una melodiosa doble voz—Por favor venga de inmediato que es urgente.
—Iré enseguida—Se levanta y me lanza a medida que termina su recorrido hacia la puerta.
La puerta se abre con su presencia y se gira a verme.
—Esto aún no termina—Susurra con sensualidad.
Yo solo sonrió y termino enfocando bien la mirada hacia donde una macrobeast se encuentra, una versión más pequeña y vestida de un conejo blanco, esta baja la cabeza mientras Howl sale de la habitación y entra lentamente.
—Buen tiempo señorita Alanys Berellon—Se arrodilla ante mí, sigo acostada y de medio lado en la cómoda cama—Soy Roxanne, soy su asistente personal, cumplo el papel referente a cubrir y atender todas sus necesidades mientras se encuentre en este planeta—Cortez se incorpora nuevamente y me observa esperando una respuesta.
Sonrió.
— ¿Eres hembra?—Pregunto con incertidumbre.
—Soy macho—Ladea su rostro.
—Pues Era Borges me envió al conejo de Alicia, eres muy parecido a un conejo, y esos están extintos—Suspiro.
—Nuestra señora nos permite realizar metamorfosis por medio de la transmutación porque hemos pasado por enfermedades que nos han deformado, elegimos ser bestias porque así nos sentimos más cómodos—Explica con una leve sonrisa.
—La verdad eres muy lindo—Lo halago mientras me levanto para ir hacia el baño.
—Gracias señorita Alanys—Ameno.
Se dirige hacia mí para ayudarme a caminar luego de que tropiezo un poco, llegó al baño y entro de inmediato.
— ¿Roxanne podrías buscar una ropa cómoda y traerme algo de comer?—Interrogo algo preocupada, mi estómago rugía y empezaba a sentir el sudor de mi cuerpo.
—Como ordene—Dice detrás de la puerta y luego se retira.
Me lavo el rostro y termino viéndome al espejo, respiro profundo al ver sorprendida que hoy era un poco más robot que ayer.
Mi corazón da un vuelto porque la parte metálica de mi brazo izquierdo se fusionó con mi hombro y creo uniones con la clavícula, lo mismo pasó con mi pierna derecha, mi espalda y mi estómago, mis ojos seguían intactos igual que mis oídos, podía ver de cinco formas distintas y oír a kilómetros con solo concentrarme en esas habilidades.
Volví a respirar profundo.
Entre a darme un baño, pensativa, dándome cuenta de que no sentía dolor alguno por nada de lo que había hecho, puesto que cada vez que salía a las misiones tenía que morder bien fuerte un trozo de plástico para no sentir tanto dolor, un dolor que se sentía como punzadas incesantes que hacían notar su presencia constantemente, después de lo que me hizo Alex en definitiva se sentía como tener un cuerpo nuevo, nuevas partes robóticas y un nuevo sistema operativo, sentí que se reinició mi vida con ello.
Luego de darme una larga ducha salgo del baño y empiezo a caminar hacia la puerta, una vez en la habitación logro visualizar unas prendas bien dobladas sobre la cama y un plato de comida tapado por una caja cuadrada sobre una mesa suspendida en el aire.
Sonríe sorprendida.
Me visto rápidamente y me siento a comer, estaba muy hambrienta, tanto que los bocados que daba al cubo azul gelatinoso era increíblemente grandes, me reí un rato al notar que era del tamaño de la palma de mi mano pero en mi estómago se sentía como tres porciones de comida.
Entra silenciosamente Roxanne por la puerta.
—Espero haya disfrutado de la comida y la ropa sea de su agrado señorita Alanys—Se inclina ante mí—Si ya ha terminado necesito que me acompañe al salón de agua—Insta con mucha amabilidad.
Asiento y lo sigo a la salida de la habitación.
Es simplemente majestuosa la decoración del pasillo, todo es muy colorido y su temática principal es una naturaleza que convive con gran serenidad con la estructura contemporánea. El suelo reluce y debajo de él grueso cristal nadan creaturas de todos tipos, transitan ignorando la presencia de Roxanne y yo.
— ¿Salón del agua?—Digo en voz alta.
Me mira de reojo conforme avanzamos.
—Es un recinto donde transita toda el agua regeneradora, una perfecta combinación entre la robótica y lo orgánico—Suspira entusiasmada.
— ¿Y para qué tengo que ir para allá?—Gruño, no me parecía tan interesante como el pasillo por el cual transitábamos.
—La sabía Era Borges me pidió llevarla a ese lugar, cree que necesitas una cambio de ambiente, pues tú cuerpo está bajo una fatiga extrema—Explica frío.
Me sorprende el nivel de serenidad que llega a tener es un ser muy extraño para mi entendimiento.
—Estoy perfectamente bien, no tengo fatiga ni ningún problema—Digo entre dientes algo irritada.
Él se detiene de golpe y saca de su bolsillo un pequeño cristal del cual emerge un holograma de mi misma.
— ¿Ve las zonas rojas?—Señala todas y cada una de ellas.
Mi brazo derecho, mi vientre, mi corazón, mis pulmones, mis piernas e incluso mi cuello estaban marcados con luz roja.
—Si—Frunzo el ceño.
—Todas esas partes se encuentran en su máxima potencia, según su examen de drogas a ingerido grandes cantidades de dópatenos, regeneradores y potenciadores e incluso estos en muy poco tiempo han amenazado su sistema—Serio—A sometido a su cuerpo a drogas experimentales y no se ha medicado adecuadamente para sobre llevar el titanio que se encuentra adherido a su parte orgánica—Suspira— ¿Tiene idea de lo intoxicada qué está Alanys Berellon?—Su voz es severa y parece estar preocupado.
Trago saliva.
¿Cómo sabían todo eso? ¿Solo me hicieron algunos exámenes y aun así pudieron solo en dos días indagar sobre mí de inmediato? La verdad era que si estaba muy enferma y lo que hizo al reparar mis partes robóticas solo era un arreglo temporal para los verdaderos problemas que sufría.
Asentí.
Él siguió caminando y yo proseguí a seguirlo, cabizbaja y que algo de vergüenza fui golpeada abruptamente por la realidad.
Una vez frente a un gran agujero del lado derecho del extenso pasillo, Roxanne extiende sus manos hacia él y me invita a pasar cordialmente.
— ¿Tú no vendrás?—Pregunto algo temerosa.
—No, señorita Alanys esto es algo que debe realizar usted sola—Dice dulcemente—Una vez dentro elija el circulo que más le guste y entre en él—Sonríe.
Al principio todo es oscuro conforme me aventuró en la fría cueva, pero luego de unos segundos empiezan a brillar adheridas a las paredes lámparas en forma de hexágonos, observó atenta mientras camino sigo pensando que debería volver, sin embargo, optó por avanzar intrépida hasta llegar a una especia de balneario, habían círculos encima de las rocas que poseían una tina natural y una entrada sellada en el mismo, los círculos eran de distintos colores y el agua olía a perfumes y era de un luminoso azul.
Me quite el vestido y lo doble para colocarlo justo en la horilla de la tina en la que me iba a sumergir.
Entro en el agua cálida, es tan cálida que empieza a invadir todo mi interior y por poco y me duermo sentada allí hasta que escucho su melodiosa voz.
—Alanys Berellon tienes que sumergir tu cabeza en el agua—Amablemente.
Gire de inmediato para encontrarme con una enorme macrobeast que rosaba el agua con sus garras. Era increíblemente sigilosa porque no la oí en ningún momento.
— ¿Quién eres?—Interrogo precavida.
—Soy una residente—Sonríe y logro observar sus grandes comillas.
— ¿Vienes a aconsejarme igual que el conejo?—Me burló poniéndome a la defensiva.
—Solo vengo a instruirte sobre la transmutación—Se sienta en el borde de la tina rocosa—Debes dejarte llevar por completo en el agua sobre la que estás flotando para que los nanobots y las bacterias benévolas entre en tu sistema—Severa.
— ¿Bacterias benévolas?—Intrigada—Nunca antes había escuchado nada parecido—Bufo.
—El cuerpo humanos alberga una gran cantidad de bacterias que colaboran con una perfecta simbiosis en el mismo lugar donde residen, la flora bacteriana se reproduce constantemente pero en algún punto pueden disminuir drásticamente y toma tiempo volver a recuperarla, con esta aguas estás recuperando la misma flora bacteriana que poseías anteriormente y que casi se extinguió, también se desintoxica tu cuerpo del metal que te está dañando, es muy poco común ver a un Cyborg en esta época—Explica mientras observa entusiasmada el agua.
—Solo tengo que seguir flotando aquí hasta que me sane ¿no?—Suspiro.
—Si necesitan tiempo—Sonríe nuevamente.
Intento observarla con mucho cuidado, su pelaje es violeta y sus ojos son amarillos, tiene uno que otro mechón blanco sobre su cabeza y es un poco más grande que yo, no parece tener intenciones de atacarme o dañarme pero me mantengo alerta, hasta que poco a poco empiezo a entrar en un profundo sueño.
∆∆∆
Barshee, Einity.
Saúl Dani
Es el primer día en CityCocenity solo, nunca había venido por mi cuenta, opte por no aventurarme en esos lugares sin Alanys, pues ella sabía que mi adicción a las apuesta y sabía cómocontrolarme. Pero ya había pasado una gran cantidad de tiempo desde que había realizado alguna apuesta, todo gracias a mi esfuerzo y gran determinación— aunque claramente eso era mentira, puesto que empecé a drogarme— para caer en un nuevo vicio, solía usar anestésicos para poder dormir, se me complica el sueño cada cierto tiempo, por eso planificaba las veces que debía tomarlas.
Suspiró.
Empiezo a caminar por los pasillos, reviso el infograma que tengo en el cristal conectado a la información general del gran centro comercial, reviso detalladamente las propuesta de trabajo, sigo algo nervioso puesto que quería encontrar una propuesta de trabajo en el mismo lugar en el que vi al chico que encendió mis deseos pecaminosos.
Me paro derecho y me miró en los espejos a mi lado derecho, me había puesto el mejor traje que tenía, era la segunda vez que asistiría a una reunión de trabajo y sinceramente estaba aterrado.
Podía sentir como me temblequeaban las piernas y como no dejaba de mordisquear mis labios.
Estaba muy ansioso.
Y por algún motivo me sentía solo, un poco perdido y algo confundido.
« ¿Así deben sentirse todos a mí edad?»Me pregunto al exhalar.
Me sentía un poco desalentado una vez frente al sitio por el que pasamos la vez anterior, me paro un momento frente a la puerta y me planteo si está bien o no pasar. Entonces soy llevado por un impulso al ver al joven que tan llamativo me parecía, habían muchas personas entrando y saliendo del lugar, al parecer las lámparas para decoración se vendían mucho en el sitio, no me impresionaba la verdad que la mayoría de los aparatos que se utilizaban en CityCocEinity eran para iluminación fría.
Las lámparas diseñadas para enfriar los espacios con la iluminación, lo curioso de ellas era que tenían una función muy útil ya que en Einity hacía en ocasiones—La mayor parte del tiempo—demasiado calor.
Entro en el lugar en donde se siente una gran frescura y se embelesa la vista con tantas bellas lámparas y objetos de enfriamiento que no se tomaban a la ligera en el sitio.
Suspiró.
Tenía que encontrar al gerente para poder entregarle mi currículum y aplicar para el trabajo, pero no tenía idea de quién era el gerente. Empecé a disimular que me interesaban las lámparas nada más por los nervios que tenía, hasta que un chico se me acercó muy amable por la espalda.
—Buen tiempo ¿Le interesa alguna?—Su voz era tan suave.
Me sonroje en cuanto me di cuenta que era él.
Entre en pánico otra vez por culpa de las hormonas.
—Si... Bueno no—Tartamudeo—De hecho vine a preguntar si estaban buscando personal—Logre pronunciar finalmente algo apenado.
—Si por supuesto que estamos aceptando currículum—Sonríe amablemente—Soy Hermes el gerente de la tienda—Se presenta colocando su mano en el pecho—Por favor sígueme—Extiende su mano en dirección hacia una puerta de cristal.
« ¡Te seguiría hasta el fin del mundo si me vuelves a sonreír así!» Pensé entusiasmado, estaba embelesado en sus palabras y atrapado por su mirada con los ojos color café.
Tenía que recuperar la compostura.
Así que empecé a imaginar problemas matemáticos que podía resolver, mi manera de calmarme era muy extraña, solía siempre utilizar números para poder silenciar mis pensamientos turbios y crear una secuencia en la cual todo transita en torno a pensamientos lineales.
—Entra por favor—Insta amablemente al hacerme pasar en la extensa habitación elegante tipo oficina.
Mi interior se perturba al ver tanta elegancia, sofisticación y orden en una sola habitación, entonces mi rostro se oscurece porque recuerdo claramente que la habitación de Alanys tiene la misma temática, frunzo el ceño levemente y me siento frente a él en una silla.
Me extiende una mano en dirección al cristal pequeño que poseo en la mano.
Me tardo un momento en dárselo.
Pero por fin consigo calmarme.
Introduce el cristal rectangular en una ranura y este empieza a reproducir de forma holográfica una amplia cantidad de actividades que puedo hacer de manera profesional y las transita como imágenes claras y un resumen rápido.
—Eres muy talentoso—Dice sorprendido.
Me sonrojo.
—Bueno son cosas sencillas—Apenado me muevo un poco en la silla.
—Pues para ser sencillas ni yo podría realizarlas con tanta eficiencia, eres algo así como un genio—Sonríe coloca sus codos sobre la mesa y entrelaza los dedos se sus manos—Bien ya que he visto tu información general empezaré a realizar una serie de preguntas—Explica serio.
Me tenso en la silla un poco de solo pensar que apenas estábamos empezando la entrevista.
— ¿Tienes experiencia laborando?.
—Si trabaje un tiempo en una biblioteca virtual en mi pueblo y luego en un taller mecánico—Explique serio.
«No debía revelar mi pasado oscuro en los casinos»Dije para mis adentros algo preocupado.
— ¿Tienes idea de cómo es el trato al público?—Sonríe ligeramente.
Trago saliva ya que su sonrisa me causaba ansiedad.
—Pues el trato al público varía según el lugar, la profesión y la forma en la que desees aplicarlo, en esta situación a los visitantes de la tienda deben ser tratados con amabilidad y educación para fomentar a la buena publicidad y mercadeo—Explico serio.
Él alza ambas cejas.
— ¿Cuántos años tienes Saúl Dani?—Frunce el ceño con incertidumbre.
—Tengo 16 años—Con voz ronca.
Él me observa un momento en silencio hasta que por fin llegar a cortar la tensión que emano.
—El nombre de ella tienda es Live como ya debes saber y tenemos una gran cantidad de clientes casi a diario que vienen de otros mundos también, así que ya que tienes mucho potencial y dos a pesar de ser tan joven me gustaría que fueras parte de esta tienda—Sonríe ampliamente y extiende su mano hacia mí.
Su mano se ve tan suave, toda pálida y bien cuidada, de la impresión de sentir su piel no dude en apretar su mano.Casi se baja mi tensión en cuanto soy capaz de percibir que si es real, tenía mis dudas sobre lo que sentía en ese momento.
—Bienvenido Saúl Dani—Expreso ameno.
Casi me desmayo al escucharlo pronunciar mi nombre, nunca antes me había sentido así hacia una persona, nada más la impresión que causaba en mi con solo verlo me parecía asombrosa y hasta cierto punto idóneo, pero no sabía cómo fuera a resultar todo en sí.
Solo asentí con una gran sonrisa y la mirada perdida en sus ojos.
—Empiezas hoy mismo en el taller—Dice emocionado.
Me horrorice al escuchar eso, puesto que nunca pensé que fuera aceptarme así de fácil y pues si paso así.
—Pero...—Musite.
—Dirígete a esta dirección—Me entrega mi cristal y me da un ayudante—Debes seguirlo para no perderte—Parece estar aliviado—Allí está tu contrato puedes leerlo y luego firmarlo, allí específica los horarios, el suelo y los días que se laboran más los beneficios—Explica con una amplia sonrisa.
Me parecía impresionante que no dejes de sonreír en ningún momento, era encantador, puesto que sus dientes eran blancos demostrando buena higiene bucal y también estaban perfectamente centrados, era una sonrisa de catálogo.
Me embelese un largo rato y sin darme cuenta ya me encontraba enfrente de la puerta del taller en la que trabajaría.
Mire la pantalla y al ayudante para luego percatarme que me encontraba en el mismo lugar en el que Alanys y yo compramos los materiales para crear la estación de Alex.
Frunzo el ceño.
Estoy algo confundido, si era un taller porque accedían a vender materiales, pensé que podía ser un fallo en el sistema del IA pero no.
Al entrar silenciosamente la Vi nuevamente.
Sisu.
Ella levantó la mirada de inmediato y se paró frente a mí.
—He recibido un informe en el que se me explica que eres un nuevo m*****o del taller, así que muy punto se te serán asignadas tus tareas diarias y se procederá con la preparación de tu atuendo para el trabajo—Frívola—Preséntate para comprobar la validez de los datos que me han sido confiados.
Parecía no ser capaz de reconocerme. Parecía más máquina hoy que nunca.
—Soy Saúl Dani nuevo en el taller de Live—Me presentó nuevamente.
Ella sigue sin reconocerme.
—Bienvenido entonces Saúl Dani—Coloca una amplia sonrisa— Performance—Activa por voz una máquina que me desviste y coloca un nuevo traje sobre mi cuerpo desnudo en un abrir y cerrar de ojos.
Gritó bajito antes de darme cuenta de que había sido usurpado mi cuerpo.
Me toma un momento darme cuenta de que Sisu no era un Meca, ni siquiera era un Cyborg, ella realmente era el IA del centro comercial solo que al parecer no lo sabía.