Jeriko Yakuza
—Más a dentro—Suelto un gemido en cuanto puedo sentir su primera embestida.
—Emperatriz—Susurra.
Desayunada y con hambre algo que no se asemejaban en lo absoluto a la comida, engatuse a Mael para que me acompañase junto a Markus a darnos un rico baño en la tina.
Me rió.
Markus se acerca por detrás de mí para besar mi cuello y luego lamer y oreja.
Mael sigue sin estar muy convencido de nuestro juego mañanero pero logró hacerlo cambiar de opinión cuando lo besó.
—Deja de ser tan tímido, el holograma solo hace lo que yo quiero—Le explico con picardía.
Vuelvo a besar a Mael quien se aventura a tocar mis glúteos con sutileza, por fin note que empezaba a perder la timidez.
Era su primer mes de trabajo como mi asistente personal, era de esperarse de que nunca pensará que yo querría hacer un trío junto con él, era nuestra primera vez juntos, solo lo considere porque tenía un gran atractivo y era muy educado aun cuando pasaba el día seduciéndolo.
Me vuelve a embestir está vez con un poco más de fuerza, el agua salpica un poco mi cuerpo y Markus se aventura a juguetear con mis pechos, su cuerpo artificial hierve conforme me toca los pezones duros y se toma su tiempo para acariciarlos y presionarlos con mucho cuidado.
Mi vientre se estremece cuando Mael me abraza contra su cuerpo y empieza a embestirme sin control alguno.
Gemí de placer mientras me encontraba encima de él.
Mi cabello caía hacia adelante húmedo turbándome la vista mientras la fricción de nuestros cuerpos hacía sonar el agua en la tina.
Markus ríe un poco en mi oído y me susurra.
— ¿Por atrás está bien?—Pícaro desliza un dedo por toda mi espalda baja hasta la abertura entre mis muslos.
Me toma un momento responder porque estaba ocupada gimiendo de placer.
—Si Markus empieza ya—Musito en cuanto él toma mi cabello en un moño y me jala hacia atrás con algo de dureza.
Markus no parece humano en absoluto y esa es la idea, porque después de todo me encantan las cosas extrañas de apariencia robótica, tengo una enorme afición con ellas pero en ocasiones me gusta darme mis gustos humanos.
Y Mael era uno de ellos.
Puedo sentir como Markus empieza a introducir lentamente un dedo dentro de mi estrecho orificio, se masturba un poco antes de seguir con el proceso y luego de dilatar con un dedo el orificio se toma el tiempo de introducir otro, mete y saca, mete y saca, sin parar ambos dedos conforme Mael me embiste y él desliza su m*****o contra mi muslo izquierdo y luego contra el derecho.
Me acerco a Besar a Mael quien desliza sus manos por mis caderas para luego abrazarlas y embestirme con más fuerza.
Gritó.
En cuanto Markus introduce dos dedos más y ahora son cuatro dedos que se dedican a dilatar mi orificio, prosiguiendo con un mete y saca, mete y saca que no se detiene sino hasta que está lo suficientemente dilatado como para meter su enorme m*****o.
Puedo sentir la punzada de dolor leve que recorre mi vientre, conforme Mael detiene sus estocadas y Markus empieza las suyas, toda la presión que siento en mi interior es completa y totalmente placentera.
Jadeo.
En cuanto ambos se ponen de acuerdo para embestir al mismo tiempo, el agua suena con más vigor y mi cuerpo queda absorto en la adrenalina y dopamina que invade mi cuerpo, un dolor placentero recorre mi intestino y otro mi útero mientras ambos miembros llevan a cabo la fricción.
Markus aprieta mis muslos con fuerza antes de envolver en un puño mi cabello y llevarme hacia atrás de un jalón para empezar a besarme sin control, Mael se vuelve hacia adelante y empieza a chupar mi pezón derecho y deslizar su lengua alrededor del mismo, mientras masajea con su mano lentamente el izquierdo con lentitud.
Markus baja sus manos por mi espalda hasta tocar mi abdomen y causar un cosquilleo violento en toda mi entrepierna, era bueno en ello, de todas maneras estaba programado para ello, él mismo se dedicó un día entero a encontrar las formas más rápidas y complejas de hacerme sentir placer y cuando me aburrí de ello me las arregle con los tríos.
—Casi—Suspiro.
En cuanto Mael logra callarme con el salvajismo de sus labios contra los míos.
Estaba a punto de venirme.
Pero ellos tal vez no.
Puedo sentir como se atreven a perturbar la tranquilidad de todo mi cuerpo con sus calidad manos y cómo el agua tibia se une a ellos en el desenfrenado proceso, gritó incontable veces abrumada por el placer y las leves punzadas de dolor que lograr provocar dentro de mí.
—Emperatriz—Me susurra Markus al oído en cuanto empieza poco a poco a retirarse hacia atrás.
Él sabe que ya casi estoy lista para el clímax y opta por hacer lo que más me gusta.
Se acerca a mi boca y me obliga a tragar su m*****o, mientras Mael me embiste tumbado en el escalón de la tina.
Sujeto fuerte con mi mano su m*****o holográfico conforme lamo y chupo su glande con fiereza, logro crear un movimiento rítmico con mi mano a pesar de la increíble desconcentración a la que me enfrento al acercarse mi orgasmo, me atragantó antes de darme cuenta porque puedo sentir la corriente placentera que viaja por todo mi cuerpo mientras acabo sobre Mael y él dentro de mí.
Toso.
A un lado de Markus en cuanto logro recuperar el aliento, el me carga con cuidado desprendiéndome de Mael para por fin liberar mi entrepierna hinchada y palpitante y terminar mi baño finalmente.
Markus se dedica a frotar mi cuerpo enrojecido lentamente.
Mientras Mael está sentado observado atento mientras recupera el aliento.
—Él sabe lo que hace—Sonrió—Hasta mejor que tú—Me burló un poco.
Él bajó la mirada avergonzado.
—Pero tienes un buen equipo y sabes cómo usarlo—Halague—Pero aún sigo prefiriendo a mí Meca—Alardee.
—Tiene una reunión en media hora—Replico Markus.
Frunzo los labios y dejó que el haga el resto conmigo.
—Emperatriz—Susurra Mael— ¿Puedo retirarme?—Pregunta con temor.
Miro el cuarto de baño hasta llegar a un enorme reloj digital que flota en frente de la tina.
—Por supuesto Mael—Sonrió—Hasta dentro de un rato—Me muerdo un labio—Espero poder usarte más a menudo—Sensual le guiño un ojo mientras él empieza a secarse rápidamente y vestirse.
Markus me mira serio y continua frotando mi cuerpo hasta mucho después de que él chico sale.
—Una máquina no debería estar celosa—Sarcástica.
—Los fluidos del espécimen masculino han entrado en su conducto reproductor, por lo tanto es un riesgo, él no está calificado para proceder a crear una progenie fuerte—Concluye.
—Mi padre cree que debemos ser vírgenes hasta nuestro matrimonio, esas reglas tan arcaicas me parecen absurdas, las personas deben experimentar su sexualidad—Suspiro—Recuerdas que tú me quitaste la virginidad—Le susurró al oído—Por pensar que según tu programación eres el más acto para procrear conmigo—Me burló.
Él ladea el rostro y luego cierra los ojos.
—Lo considere en ese instante, pero ahora entiendo que no soy capaz de procrear y ofrecerle hijos como usted deseara en algún momento de su vida—Decepcionado.
—Sabes el KND tiene más capacidades de lo que se afirma, entre los archivos de la estación Mérida hay uno que está clasificado—Sonrió—Y es él del mismo robot que Alanys Berellon se tomó la libertad de robar—Suspiro—Cambiara el mundo, bueno lo mejorará todo—Toco su rostro con cuidado y me acerco a besarlo—Podre hacer lo que desee si tengo a ese robot—Afirmo.
Entonces habré pisado los cimientos de una nueva generación.
∆∆∆
Barshee, Einity.
Alexetemia
Las nebulosas son nubes de gas y polvo situadas entre las estrellas. El gas está compuesto en un 90 por ciento por hidrógeno, y en menor proporción por helio y el resto de elementos químicos. Tan sólo un 1 por ciento de las nebulosas es polvo, principalmente carbono, hierro y silicatos. La apariencia de las nebulosas depende de la presencia de estrellas cercanas y de su interacción con la radiación que estas emiten. Así pues, podemos clasificar las nebulosas en nebulosas de reflexión, donde básicamente la nebulosa refleja la luz de las estrellas cercanas; nebulosas de emisión, donde la presencia de estrellas muy masivas y energéticas calienta tanto el gas que este comienza a emitir por si mismo; y por último las llamadas nebulosas oscuras o de absorción, grandes concentraciones de gas molecular, muy frías y densas y donde la luz no puede penetrar, mostrándose como una región oscura sobre el fondo de estrellas. Estos tres tipos se engloban en las llamadas nebulosas de formación, ya que son los lugares donde nacen y se forman las estrellas, de ahí la importancia de su estudio. Otro gran grupo de nebulosas corresponden a todo lo contrario, es decir, a la muerte de una estrella. Son las nebulosas planetarias y los restos de supernovas, auténticos cadáveres estelares que vierten al medio el gas que conformaba la estrella durante su vida. Antes de la invención del telescopio, el término nebulosa se aplicaba a todos los objetos celestes de apariencia difusa. Como consecuencia de esto, muchos de las inicialmente cataloga das como nebulosas sabemos ahora que son cúmulos de estrellas o galaxias.
Es impresionante.
— ¿Alanys vas a volverte a ir así como así?—Grita Kacknnis.
Alanys empacaba comida en un bolso.
— ¿Por lo menos puedo acompañarte?—Pregunta el joven Rem preocupado.
—No, es muy arriesgado para ustedes y Alex irá conmigo—Gruñe— ¿Le quitaron los rastreadores?—Pregunta al mirarme con frustración.
Saúl asintió rápidamente.
— ¡No queremos que vayas así, aun con eso, sigue siendo muy peligroso!—Rezonga Kacknnis.
—¡Es tarde! Es de noche Alanys , puedes esperar hasta mañana—Habla entre dientes Saúl.
—Es Howl y está en riesgo cada minuto es crítico para él en Ardoscan—Grita con voz ronca.
Puedo visualizar a través de mi escáner su desesperación, su pulso agitado, su cuerpo caliente y el corazón desenfrenado ahogado en pálpitos incesantes, la presión sanguínea alta y la respiración descontrolada, la deducción que podía formular sobre todos sus síntomas era; Temor.
—Es riesgoso—Advierte Saúl.
—Puedes enviar a alguien más... Tal vez su padre...—Trémulo intenta explicar Rem.
— ¡A su padre no le interesa su vida, él solo considera que debe sobrevivir el más acto, todos sus hijos son experimentos, que deben cumplir con un legado absurdo, eso es todo!—Grita desesperadamente.
Todas la miraban compungidos y mortificados, parecía que nunca antes la joven Alanys Berellon había perdido la compostura enfrente de los niño pero justo un día como hoy—lo hizo— podía ver con tanta claridad su corazón potenciado y obligado a trabajar en exceso por las mismas actitudes que ella poseía en esos momentos y los mismos e irreversibles pensamientos a los que se estaba enfrentando en esos momentos.
Tenía una batalla campal interna con un dilema; poner en riesgo su vida, a los niños, la misión y salvar a Howl en Ardoscan por su cuenta o simplemente dejar que pasara lo inevitable y sentarse a esperar que confirmaran la misión recoger la recompensa y vivir una vida plena.
Pero a mí parecer ella no estaba dispuesta a cumplir con la segunda opción.
Cierro mis ojos por un momento en busca de algo de tranquilidad, concentro vertiginosamente todas mis capacidades en una única habilidad y esa era la de empezar a desarrollar algo de empatía.
—Alanys Berellon, comprendo que no quieres ser partícipe de la muerte de Howl Yakuza por ello quieres salvarlo debido a que los une un lazo amoroso, por lo tanto me pongo a su plena disposición para lo que desee ya que mi voluntad me lo participa—Alzo la cabeza y me acerco firme hacia ella extiendo mi mano, justo para tocar su parte mecánica—La mantendré a salvo—Afirmo.
Entonces la tensión entre los especímenes menores cesa y por fin Alanys Berellon después de ver a varios lados sujeta con fuerza mi mano.
—Más te vale Meca—Sonríe petulante en cuanto logra calmarse.
Asiento con delicadeza.
Finalmente decide que debemos dirigirnos en esa misma instancia hacia la nave.
Una vez dentro solo quedo ajustar los cinturones y activar el salto en el hiperespacio, una distorsión del espacio tiempo a través de un pequeño agujero de gusano.
La vía más rápida para cruzar de un extremo a otro en el mismo universo en expansión, pero un método arriesgado sin una dirección predeterminada.
Todo era posible después de cruzar al siguiente extremo, desde quedar atrapado por una tormenta de rayos gamas hasta ser arrinconado por una órbita anillada de asteroides.
Pero una vez fuera de la atmósfera de Einity solo queda dirigirnos al ostentoso destino sin determinación.
—Usare la fuente de poder nueva de la nave, creamos una a base de la estación que usamos para poder recargarte, pero esta tiene energía como para igualar a un sol en su dulce juventud—Ronca explica—Y Alex... Gracias por disponerte a cumplir con esta misión—Nostálgica.
—Entiendo Alanys Berellon—Intento sonar reconfortante—Pero no hay nada de que agradecer, mi programación explica;
»No mataras ni dañarás a ningún ser vivo, al menos que represente una amenaza para ti.
»No violaras ninguna de estas leyes impuestas en ti.
»No te destruirás.
»Estás obligado a cumplir cualquier orden impuesta en ti.
»No huiras.
»No podrás revocar ninguna de estas leyes al menos que tu creador lo decida.
—Reproduzco la voz del doctor—Mi creador murió en la estación espacial Mérida el día que la atacaron, pero tú me rescataste fuiste la segunda persona que respondió a mí pregunta de reconocimiento, por ende una vez respondes el ¿quién eres? Te vuelves la nueva imperatora de mis actos—Explico.
—Tu programación de exige buscar a un mandamás solo para cumplir con un propósito—Frunce el ceño.
La nave busca por medio de un sondeo la ubicación de un agujero de gusano por el cual se pueda cruzar.
—Afirmativo.
—No te dejaron ninguna manera de tener libre albedrío ¿Eh? Y tienes un serio problema en tu fase A—Suspira.
—Soy consciente de ello, pero no me causa ningún problema, molestia o indignación, todo lo contrario desde que accediste a ser la imperatora de mis actos he comprendido más de la vida y el propósito que cuando me encontraba en la Estación Espacial Mérida—Afable—Hasta he aprendido con más precisión a proyectar emociones sin comprenderlas, pero esto se debe a un proceso de emulación que estado implementando.
—Que bien por ti—Sarcástica.
—Gracias—Expreso amablemente.
—Eres mucho más dinámico e inteligente que otros mecas, hasta superas a un IA de Sexta generación—Halaga—Eres el segundo Meca que me agrada—Sonríe.
— ¿Segundo?—Musito.
—El primero fue Go—Se burla—Después fuiste tú—Suspira—Lograste reparar el daño en mis terminaciones nerviosas—Se vuelve a verme en el asiento que funciona como copiloto—Ningún Maquinománcer había podido reparar ese daño—Me miro con asombro.
—Entonces ningún era bueno en su trabajo—Replico—La mecánica de tu cuerpo es tan compleja como la mía, tal parece que tus operaciones no sólo fueron para recuperar miembros perdidos y realizar mejoras sino que también fueron para detener una enfermedad degenerativa—Logro deducir.
Ella asiente, parece indignada por mi repentina declaración.
Y vuelve a su asiento, solo puedo contemplar el gratificante silencio.
«Ubicación completa, salto preparado».
—Activa el conteo—Impera—Programa el reloj—Ordena al instante.
Los motores se activan y el conteo empieza.
«Marcando ruta».
«Salto en uno...dos...tres».
Solo puedo percibir un "glup" y al enfocar mis vidas no encontramos frente al sol de él sistema Helycion.
El corazón de Alanys late lentamente estando frente a frente del planeta helado, sabía que mientras flotábamos en la inmensa oscuridad los segundos que pasaban en Ardoscan eran cruciales.
—Seguramente la atmósfera está bajo vigilancia por si entra alguna nave desconocida, por suerte el sistema de mimetismo hace que la nave sea imperceptible pero...—Traga saliva— ¿qué hay de ti Alex?—Me mira en cuanto analiza una vez más el plan.
—Puedo emular la acción de la nave y de esa forma ser imperceptible—Afirme.
— ¿Y qué tal es tu tolerancia al frío?— Pregunta con una sonrisa sardónica, mientras dirige la nave para adentrarse a el terreno gélido e inhóspito.
—Puedo regular mi temperatura—Declare firmemente.
Ella solo río a carcajadas conforme se hacía evidente que los protocolos de defensa de Ardoscan tenían sus fallas, había enormes esferas con la apariencia de minas flotantes en puntos específicos de la atmósfera, Alanys Berellon adentra la nave a través del tormentoso domo de nubes grisáceas y gélidos cúmulos de nieve.
Se activa el domo de protección contra la tormenta helada.
Una vez la aterriza activa un nuevo protocolo.
«Tienes 50 minutos, antes de que se activen los motores y se procesa con la extracción».
—Es muy poco tiempo—Explico.
—Es el que necesito—Espeta ella.
Observó con atención lo que está a punto de pasar.
Alanys Berellon arquea su espalda y empieza contorsionar su brazo izquierdo.
«Empezando con protocolo de invasión».
Una voz robótica se manifiesta de su cuerpo, al mismo tiempo que empiezan a acoplarse sus partes robóticas y entrelazarse por medio de conexiones delgadas atravesó de su piel simulando líneas de circuitos impresas en una tarjeta madre, sus ojos brillan con códigos binarios en la claridad de su expresión y su voz ahora posee tres tonos distintos que van al unísono en una sola palabra.
—Modo Extensión Mecánica—Su voz me llena de curiosidad y el repentino cambio de actitud sin duda alguna me llena de incertidumbre, sigo absorto en mi análisis sobre su increíble metamorfosis.
Me preparo para salir al frío exterior y darme cuenta de que mis cálculos eran imprecisos, el frío era mayor del que podía soportar por mí mismo.
Estando en el exterior puedo prescindir que los vientos feroces y silbantes son un poderoso contrincante sobre mi cuerpo no modificado, Alanys Berellon camina sin problemas por las cumbres rocosas y se dedica a subirlas.
— ¡Alex!—Con un grito ensordecedor.
Preparo mi cuerpo para emular su increíble metamorfosis y creo una extensión mejorada de mí mismo, poco a poco todas las conexiones mecánicas que me componen empiezan a comprender el lenguaje que implementó para ordenar con rapidez su transformación.
—Modo Compresión Acelerada—Musité en cuanto mi cuerpo crea reguladores térmicos en mi interior y aumenta a su máxima capacidad todas mis habilidades.
Una vez más avanzo en un escalón para comprenderme.