«Buenos días Emperatriz» Masculina y cordial hace denotar su presencia la voz artificial.
La ignoró.
Estoy lo suficientemente estresada como para estar relacionándome con ciertos aparatos.
—¿Aun no lo han conseguido?—Vuelvo a preguntar irritada.
Creía que ya se había cumplido con el pedido, pero parecía ser que no.
Siento que estoy rodeada de incompetencia por doquier y que quien mejor haría el trabajo en su lugar sería yo.
—No aún no, al parecer el Terrex se desapareció de nuestro alcance territorial, pero nuestros infiltrados están pasando información sobre los avances—Informo rápidamente, porque sabía que mi descarado insulto vendría inminente.
—No puedo creerlo—Rezongo—Planteo una firme estrategia para realizar un robo y nadie es capaz de ajustarse a mis estándares—Irritada persisto con la idea de que debería hacerlo yo.
—Pero... Tenemos una situación—Interrumpe drásticamente.
—¿Cuál?— Interrogó agresiva.
—Revisamos los informes y los contratos de misión aceptados—Suspiro—Después de un meticuloso descarte sobre quiénes fallecieron y quiénes no la aceptaron, apareció una persona que si la acepto y continúa con vida—Indica—Y esa persona es...
Interrumpo entusiasmada.
—Alanys Berellon—Sonrió complacida.
—Me temo que si—Susurra y se aleja de mi educadamente.
—No me sorprende que siga con vida—Fascinada—Y más cuando es una misión de color azul—Frunzo el ceño—¿Dónde está Howl?—Demando rápidamente conforme me incorporo en mi cama.
—Se encuentra en una negociación en Helycion Emperatriz, usted misma pidió que él en persona se presentará antes Helen Fabriano de Ardoscan por cuestión de que Howl es su hermano y es su embajador oficial—Amablemente me da una breve explicación.
—¿Sigue allá?—Sarcástica curioseo.
—Según nuestra informante Her que se ha encargado de enviar dibujos, explica que el príncipe encarceló a Howl y espera que este acepte su petición carnal, por contrariedad de ese suceso el príncipe cree que mientras tenga a Howl en el castillo usted no hará nada con tal de evitar la pérdida de su joven hermano—Argumenta objetivamente.
—¡Que se cree el gordo miserable!—Vocifero—Cree que no soy capaz de matar a Howl—Suspiro.
Me da una reverencia.
Me levanto de la cama cubierta nada más y nada menos que por una transparente tela que vislumbra la figura de mi cuerpo y muestra en si todo con poco claridad, me acerco a él y tomo con sutileza su mentón para que me observé con detalle.
—¿Desea que se preparen las naves para una intervención?—Pregunta trémulo.
—Por supuesto que sí Mael—Afirmo con dulzura—Pero antes tráeme de comer—Ordeno sensual al acercarme a sus labios fruncidos y lamer la comisuras de los mismos.
Lo empujó hacia atrás y me incorporo desatando el cordón de mi bata.
Él asiente rápidamente y se retira a paso acelerado.
Sonrió complacida.
Porque es el efecto que tengo sobre los hombres y la necesidad de control que tengo sobre ellos, me dedico a caminar por la enorme habitación completa y totalmente desnuda hasta llegar a el baño y entrar en la extravagante tina llena de agua, suelto un gemido cuando el agua caliente toca mi piel palidecida, se enrojece conforme el agua se desliza a través de ella y finalmente empiezo a dejarme llevar por la calidez de la misma.
—Como deseo a un hombre en este momento—Jadeo.
« ¿Activo el holograma Emperatriz?».
—No es mala idea—Azarada.
«Mi deber es complacerla».
—Markus esta vez quiero que seas agresivo—Insto.
Colocó mis brazos cruzados sobre la orilla de la tina y pongo mi mentón sobre ellos, acto seguido de que por mera curiosidad me acerco a tomar el auricular el primero en contestar en Mael.
—Emperatriz ¿qué desea?—Cordialmente.
—Apresúrate—Impero.
∆∆∆
Helycion, Ardoscan
Howl Yakuza
«Hora de depuración del área».
Hay eventos que son inevitables y están predeterminados a pasar, todo acontece de formas desconocidas y aun así estamos obligados a proseguir con ello con aceptación y sin una pizca de compresión consciente, somos víctimas de un orden, de un destino y un propósito.
Eventualmente todo pasa.
Suspiró.
Sigo mirando al techo aún después de despertar ¿qué podría hacer encerrado allí? Burlarme de los guardias un poco tal vez, pero en realidad no quiero hacer nada de eso, solo quiero regresar y ordenar toda mi vida, porque está echa un desorden.
La verdad es que me he tomado una enorme cantidad de tiempo para pensar mientras estoy aquí, no suelo coincidir con las personas la mayor parte del tiempo y es porque creo que tengo razón, pero en muchas ocasiones desafortunadamente no la tuve, admito que mi padre es un buen consejero y eso a pesar de que nuestras relación no es la mejor de toda, pero siendo sincero—Me avergüenza—Ser como soy, soy muy inteligente, pero poco comprensivo, muy imprudente y egoísta o tal vez mi visión del egoísmo solo se basa en lo que siento hacia Alanys.
Debe ser tortuoso para una persona tener que estar con alguien tan frívolo como ella, pero no, me ha tomado años entenderla y en esos años mi amor por ella solo ha aumentado más y más, tal vez dependo de ella o solo siento que si la dejo sola —Desaparecerá— no tiene mucho sentido querer tanto a alguien y alejarte por su bien.
Recuerdo lejano
»Puedo ver cómo sostiene el cristal en su mano y le da un sutil sorbo al empinarlo frente a él.
— ¿Crees que hay que tener compasión?—Formula severo.
—Creo que si—Trémulo.
Me mira frívolo.
—Deberías estar seguro de lo que afirmas hijo—Con voz ronca.
—Estoy seguro que si—Tomo valor de donde no sé qué hay y reafirmó mi respuesta.
—Eres débil entonces y demasiado generosos—Concluye llevándose una mano a su barbilla y empezando a sonar su barba despeinada.
— ¿Por qué?... Solo respondí como quería—Bajo la mirada confundido.
—La compasión es una debilidad hijo, si tienes un enemigo y ambos están en un combate cuerpo a cuerpo, en un caso de que tú tengas ventaja y este a punto de morir serás compasivo y cuando lo dejes vivir el aprovechará esa debilidad para matarte, pero sin compasión uno decide que es justo y lo justo es que esa persona muera para tu alcanzar tu objetivo—Explico—Lo justo es que vivas sin compasión, porque todos están en tu contra, todos son tus enemigos en esta vida y todos intentan asegurar su supervivencia, es la ley de la vida, pero hay una excepción... Y esa es la familia Howl, la familia es lo único que jamás fallara y nosotros debemos ser fuertes y justos por ello—Afable.
—Está bien padre—Respire profundo.
—Entonces hijo, ¿Crees que hay que tener compasión?—Severo volvió a preguntar.
—Estoy seguro que no padre—Con todo feroz.
—Por supuesto que no hijo—Sonrió.
Él continuo sentado frente a la mesa en el patio recelosos de su alcohol y observado la fauna, mientras yo me retiraba derrotado a mí habitación, solo tenía cinco años cuando comprendí que mi familia era despiadada.
∆∆∆
—Debe tener higiene joven Howl—Ronronea Helen.
Salgo por completo de mis pensamientos y me incorporo en la cama de forma que puedo verlo frente a mí, teniendo como único impedimento el cristal grueso.
—Hace frío, no huelo mal y no te voy a mostrar mi culo pálido—Gruño—Prefiero mantener mi cuerpo virgen de tu obsesa vista—Espeto.
Se muerde un labio de apariencia fina y se menea de un lado al otro.
—Acontece que estás en toda la libertad de hacer lo que desees, pero sólo fuera de este castillo—Hostil—Mientras estés dentro de estas paredes estás obligado a obedecerme.
A ambos lados de él se juntaron dos híbridos robots consientes e independientes físicamente, que procedieron rápidamente a entrar una vez el cristal ya no estaba en su camino.
Me perturbe.
Sabía lo que venía a continuación.
— ¡Gordo marrano!—Grito en cuanto intento zafarme del increíble agarre de la maquinaria.
Forcejeo constantemente mientras aún soy consciente de mí, me quitan las prendas de ropa rápidamente y la absorber para luego desintegrarla luego se dedican a mojar mi pálida piel con agua caliente, grito en cuento el agua empieza a caerme hirviendo encima.
—Eso te enseñará a ser más generoso con lo que tienes pequeño Howl—Se burla mientras observa fascinado y con una mano en la su mentón.
—Hijo de tu...
Me interrumpen otro chorro de agua hirviendo que cae deslizándose desenfrenadamente a través de mi cuerpo, suelto un grito desgarrador tan fuerte que no puedo evitar quedar ronco en el acto.
Una vez mi piel está débil, enrojecida y con urticaria empiezan a frotar con jabones todo mi cuerpo.
Quemaduras de segundo grado salen a relucir conforme pasan los minutos y todo mi palidecido cuerpo se torna de un rojo pálido, las heridas ahora pican y se llenan de un ardor infernal.
Para cuándo empiezan a echarme agua fría ya empiezo a caer inconsciente.
∆∆∆
Barshee, Einity.
Alexetemia.
—Tardara mucho su carga—Nostálgico.
—Al parecer—Gruño—Creo que le dejaron ese inconveniente por si quería escapar o revelarse—Dedujo perspicaz.
—Es lo más acertado que has dicho hoy—Se rió un poco.
—Pues yo lo saque del Terrex y después de leer el informe de la misión, está claro que se más de esta chatarra que tú—Vocifero.
Escucho un estruendo y después un silencio aliviado.
Aún no puedo abrir mis ojos, solo resguarde energía para poder escuchar y estar al tanto de las situaciones a mí alrededor.
Por fin había deducido a qué clase de robot pertenecía y eso fue después de una exhaustiva búsqueda en la base de datos central de Mérida.
Híbrido.
Eso fue lo que arrojo mi análisis personal, pude inferir en que no contaba con que fuera una intervención de dos clases al mismo tiempo, pero había algo que yo tenía y ellos no, el "yo", es decir, el pensamiento interno y la capacidad de razonar independientemente.
— ¿Cuánto crees que le tome cargarse?—Pregunta con incertidumbre.
—Como unas 12 horas—Puede deducir el joven Rem—Por el tamaño de la estación y su matriz, es decir vistes la forma en la que trabaja su matriz—Con asombro.
—Es muy extraño es como mirada a través de un caleidoscopio—Suspiro.
— ¿Crees que Alanys se moleste si le echamos un vistazo interno?—Propuso entusiasmado.
—Seguramente nos matará, así...—Parece tenerlo en mente—Vamos a verlo por dentro—Se ríe y aplaude conforme puede percibir como se acercan a mí.
Abro mis ojos rápidamente y ellos perplejos frente a mí sonríen.
—Íbamos hacer una revisión—Alega sincero y con una herramienta brillante en su mano el joven Rem.
—No te haremos daño solo nos da curiosidad saber cómo funcionas, eres mucho más avanzado que la Meca y el asistente que están en casa—Suspiro intrigado— ¿Nos das permiso?—Insto amablemente.
—Permiso denegado—Rechace la proposición rápidamente—Necesito una orden directa de mi creador o mi salvador para poder aceptar su petición de manera legal y política con respecto a mi programación predeterminada—Informo de forma concisa.
Ambos asientos igual de intrigado.
— ¿Entonces quién te imparte órdenes?—Intrigado se encorva hacia a mí.
No dudo ni un segundo en responder.
—Alanys Berellon—Pronuncio rápidamente—Ella es mi salvador.
∆∆∆
Barshee, Einity.
Alanys Berellon
— ¿No vas a desayunar?—Tierna se acerca a mí con un plato de alimentos.
—No, la verdad es que estoy algo cansada y me gustaría ir a dormir—Álgida sonrió levemente para intentar quebrar el hielo que sale de mi boca.
Kacknnis solo asiente.
Me retiro a mí habitación camino por el extenso y oscuro pasillo, por el vuelo soy capaz de ver sin problema gracias a mis ojos biónicos.
Abro la puerta y me desvisto en la frescura de mi elegante recinto, miro las partes metálicas que conforman la silueta de mi cuerpo y una vez más me odio frente al espejo.
Respiró profundo.
Cierro los ojos y me arropó en la cómoda cama solo para que el sueño silencie mi mente desbocada llena de desilusión.
Recuerdo lejano.
»Repito una y otra vez la rutina, hago las flexiones con rapidez, tengo que seguir el paso o me van a dejar atrás, no puedo detenerme, no puedo flaquear en este momento tan importante.
— ¡Más rápido!—Grita enfurecido.
Mi pecho arde, todo mi ser lo hace y lo ha hecho desde que tengo memoria.
El sudor salado se desliza por mi rostro conforme sigo la rutina, no soy la única en el lugar, hay cincuenta más que se entrenan para guerrear.
Los resuellos de cada persona llegan a mis oídos meticulosamente concentrados en llegar hasta el final con el entrenamiento, cada vez que bajo puedo sentir como la flexión contrae mis músculos y los libera ligeramente cuando subo.
—Nadie aquí saldrá hasta que no hayan cumplido con la reto—Hostil gira entorno a mí pasando las columnas y filas de protegidos que son dirigidos por él.
300.
Ese era el reto, 300 flexiones sin parar, teníamos llevar nuestros cuerpos al límite para poder cumplir con lo que hacíamos, solo seguíamos órdenes y a cambio recibíamos pagos, no éramos esclavos, solo éramos mercenarios a sueldo, entrenados por la mejor familia del universo hasta la fecha.
Repito.
Solo seguimos órdenes.
—Termine—Gélida en cuanto me levanto agotada y con mi cuerpo ardiendo por dentro.
Él me observaba sorprendido y me extiende una mano hacia la salida.
Avanzo y veo de reojo a los protegidos que se encontraban en la misma columna que yo, haciendo el ejercicio con dificultades y siendo hombres, puede sentir su desdén en mi nuca, me lo esperaba era la mejor de lo mejor en la base de entrenamiento y me servía de mucho, era mi propósito trabajar duro cada día por mí.
—Ya no podemos más—Grito exhausto un chico al final.
Calculo que la faltan unas 100.
— ¡Alanys Berellon puede más que ustedes y aun así tienen el descaro de decir que están cansados!—Colérico—50 más para ti por ser tan débil.
Estoy en los vestidores, sentada en una banca esperando que mi cuerpo regresé a la normalidad y mi corazón no haga como si fuera a explotar, empiezo a dormitar agotada sobre la banca acolchonada, todo está iluminado con blanco, solo los compartimientos en la pared son de un azul turquesa resaltante.
Me esforcé.
Cómo lo hacía todos los días, porque nadie se esforzaría por mí, pero estaba agotada.
Me dormí.
—Eres grandiosa—Susurra en mi oído.
—Howl—Pronuncio torpemente mientras puedo sentir que me carga en brazos.
—Eres demasiado buena para esta base, todos son unos debiluchos aquí en comparación contigo—Tiernamente.
—Tú eres el que finge ser fuerte ¿no?—Sonrió con los ojos cerrados mientras tocó su pecho con delicadeza.
—No, yo soy el entrenador de deporte que grita a sus alumnos para que hagan los deportes y el no hace nada, más que dar órdenes—Se burla—Tranquila nadie te vio en los vestidores, salí detrás de ti en cuanto todos terminaron—Suspiro—La IA me avisó personalmente que te habías quedado inconsciente.
—No me preocupa que me vean, me preocupa que te vean a ti conmigo—Álgida pronunció en cuanto analizó la situación.
—Tengo favoritismo, si ellos le molesta que trate con amor a mí futura esposa me vale mierda—Se detiene frente a una puerta y esta se abre inmediatamente—Deja de preocuparte, aunque nadie lo sepa aún, tú y yo vamos a estar juntos—Sonríe amablemente y me da un beso en la frente—Saladita—Se burla.
Solo puedo ponerme contra su pecho cómodamente.
—Howl—Musito— ¿Me trajiste a tu habitación?—Pregunto constipada.
Él sonríe petulante.
—Por supuesto, mereces dormir cómoda y protegida hoy—Me acuesta sobre la cama y me arropa rápidamente.
—Protegida por ti—Sonrió guasona.
—Por supuesto, también se pelear—Afirmo mientras se quitaba su ropa.
—Creo que la principal amenaza aquí eres tú—Enuncio con los ojos cerrados.
Él se desliza sin camisa y solo en ropa interior hasta mí en la cama, una cama amplia elegante con tonos rojos y dorados.
—Tranquila que la serpiente no es atraída por chicas sudadas y agotadas —Se burla en cuento se arropa colocando un brazo debajo de mi cuello y recostado todo su torso de mi espalda para luego darme un cálido abrazo.
—Entonces no me bañare—Afirmo sería.
Olisquea mi larga cabellera con delicadeza y luego pone su rostro sobre mi cuello.
—Hueles bien aún así—Halaga—Hueles a dulces y limón—Me da un leve apretón y se acerca más a mí—Te veías muy sexy haciendo flexiones—Me susurra al oído jadeando.
—Howl hablamos de esto antes—Álgida rápidamente reacciono—Detente ya—Exijo.
Él se da la vuelta y empieza a ver el techo con hastío, es hombre, el hombre se molesta cuando no obtienen lo que quieren, pero pude oír como su respiración desaceleraba y todo en él empezaba a calmarse.
—Está bien—Dice dulcemente—Lo entiendo.
Suspira y se queda lentamente dormido.
Y allí me di cuenta de que eso no importaba tanto como le importaba yo.
∆∆∆
«Has recibido un mensaje Alanys Berellon».
Me despierta la sutil y melodiosa voz del AI en la mensajería de mi habitación.
Gruño malhumorada.
— ¿Quién es?—Refunfuño con la voz ronca.
«Howl Yakuza».
Me levanto de golpe para confirmar si es así y puedo ver claramente en la pantalla holográfica que se abrió frente a mí, que es verdad recibí un mensaje de Howl.
—Tres menos y una calavera...—Hablo en voz baja conforme observo con atención.
Miro mi brazo robótico.
—La misión fracaso, me atraparon y la negociación fallo, por lo tanto estoy muerto—Deduzco con lentitud.
Cubro mi gritó ahogado con desesperó, colocó mis manos en mi ahuecada boca y respiro profundamente.
—Alanys Berellon—Puedo escuchar una voz que llama desde afuera.
Cierro los ojos un momento.
— ¿Quién es?—Se quiebra mi voz un poco.
—Alexetimia—Gélido.
— ¡Qué quieres!—Grito frívola en cuanto recuperó la compostura.
—Percibí inestabilidad en tu sistema sensitivo y una acción errática por parte de tu corazón—Explico atento.
Bajo la mirada y cierro los puños con fuerza, mientras empiezo a maquinar un plan que sea útil para lo que está por acontecer en esa instancia, debía ir a Helycion y salvarlo, —pero... ¿sola?—tenia riegos, pero valía la pena correrlos, miro hacia la puerta suelto una exhalada y hablo.
—Pasa Alex—Severa lo invito a pasar.
Puedo sentir como mi sangre hierve conforme la puerta se abre y él pasa.
Y entonces me viene a la mente el gran plan.
∆∆∆
Helycion, Ardoscan
Howl Yakuza
Es gracioso como pueden llegar a pasar las cosas, como puedes salir de casa y terminar en una fiesta y luego borracho en algún lado, pero desde mi punto de visto sólo queda esperar que todo eso que puede pasar no suceda.
Empiezo abrir los ojos.
— ¿Cómo va la regeneración?—Pregunta ansioso.
—Solo falta media hora joven príncipe—Entusiasmado responde.
—Es increíble cuán rápido es este nuevo sistema—Puedo imaginarse su sonrisa guasona—Tarda solo una hora, una mísera hora en reparar los tejidos dañados y dejar a la persona como nueva—Se ríe—Estoy ansioso por vislumbra su belleza—Suspira—De solo pensarlo me pongo duro—Sisea entre tu voz toma una extraña narración sensual.
—Admiro su entusiasmo príncipe —Halaga rápidamente la personas que está a su lado.
Con mis ojos entre cerrados solo puedo discernir un ofuscante brillo que me entorpece la vista y no me deja contemplar por completo en lugar en el que estaba tumbado. Aparentemente estaba desnudo y lo sabía era porque sentía la calidez de esa blanquecina luz pasar sobre mí con ases repetitivos e incansables que me sondean una y otra vez sin parar, solo sentía la calidez de la luz y eso me llenaba de una tranquilidad temporal. Porque sabía que después de que terminara ese proceso me tocaría enfrentarme a algo peor.
Suspiró en mi mente.
Conforme empieza a despertarse mi cuerpo y puedo percibir los leves cosquilleos internos que viajan por el mismo alertándome de que aún no se despertaba por completo.
Trago saliva.
Porque estoy a punto de sucumbir a la relajada interacción que estoy teniendo y dormirme en el mismo lugar en el que se podría llevar a cabo mi matadero, pero no dudo ni un minuto en que puede terminar en cualquier momento.
Así que me mantengo alerta lo más que puedo, pero la verdad es que debería reservar fuerzas, estaba sin ventajas de todas maneras y en todos los casos posibles, por el hecho de que estoy desarmado, desnudo y en completa desventaja sobre las guarniciones de Helen.
Quería morir antes de perder mi dignidad.
¡Claro que sí! ¡Mis padres me crearon para mantener mi orgullo y dignidad intactos! Porque eso es lo que más importa.
Pero nunca he tenido orgullo ni dignidad.
¿O sí?
Que frustrante es saber que mañana te puedes morir.
«Regeneración completada».
Mi corazón da un vuelco y mi estómago se comprime en cuanto logro percibir la melodiosa voz de la máquina.
— ¡Oh vaya por fin!—Aplaude repetidas veces con sorpresa.
— ¿Qué quiere que hagamos con el ahora príncipe?—Pregunta curioso.
—Quiero que lo lleven a mis aposentos—Suspira con ilusión—Y lo encadenen a la rueda.
Abrí los ojos de golpe, salte de la cristalina mesa y me pare frente a ellos quienes estaban justamente detrás de las cortinas tubulares de energía, puedo percibir la incredulidad en sus miradas y al mismo tiempo el asombro.
—Vaya, vaya—Se muerde un labio mientras me mira perversamente hambriento.
—Pon un dedo encima de mí y me mato—Le gritó y lo señaló mientras miro a mi alrededor disimuladamente buscando un arma filosa.
—Howlibinki, no hay nada con lo cual puedas lastimarte—Se ríe haciéndose hacia adelante con las manos puestas en la boca.
Tenía razón.
Resolló buscando desesperadamente una solución, entonces miro atrás y está la mesa cristalina que flota suspendida sobre magnetos.
Pero sería casi imposible romperla puesto que era vidrio reforzado.
Ya no me quedaban opciones.
Así que baje la guardia y miré hacia donde estaban ambos hombres parados riendo, los guardias aparecieron por un costado de mi mira y Helen les indico rápidamente.
—Guardias llévenlo a mi habitación—Insto con una sonrisa maligna y el celo fruncido.
Trago saliva y solo me dejó llevar sin poner resistencia.
Uno de ellos trae consigo un traje sencillo, algo que se adhiere a mi piel con solo tocar un pequeño botón en donde va el cuello, frunzo los labios y continuó con esposas robóticas puestas hacia la salida de esa extensa área.
Solo ruego porque Her este bien y porque yo no muera tan lento.
Suspiró conforme lo armados y obstinada guardias vestidos de plateado me escoltan hacia un pasillo largo, solo puedo distinguir que la decoración es la misma, las mismas cerámicas negras con dorado y los tonos crema en la pared, la decoración moderna con candelabros flotantes y los ventanales que reproducían un océano con criaturas fosforescente, estoy anonadado pero no asustado.
Es impresionante que la única persona en la que piense mientras camino sea en Alanys, la bella Alanys, no puedo imaginarme una vida sin ella en la que sea completamente feliz.
Entiendo el porqué, porque la amo.
La palabra “amor” es curiosa, significa; sin miedo.
Tal vez por eso mis temores se deducen a solo dos cosas, perder Alanys y morir sin cumplir con mi propósito.
Solo queda esperar.
Finalmente estoy frente a las puertas que dan con la habitación de Helen, trago saliva conforme el brillo enceguecedor amenaza a mí vista perfectamente enfocada.
Mis pensamientos se vuelven blancos y ninguna emoción me perturba al entrar.
Es un lugar muy elegante de color bermellón, entonces comprendí porque pidió que me sujetarán en una supuesta rueda y es porque justo al frente de su enorme cama había un círculo con una cruz contrapuesta detrás de él, me sujetaron allí imitando la imagen del hombre que Da Vinci pinto una vez y allí me dejaron con los brazos extendidos y las piernas un poco separadas, muevo mi lengua en mi boca buscando la última cosa que Her me trajo a la celda y esa fue la carta en un papel capaz de moldearse, creo un delgado tubo y lo apunto hacia mi mano derecha para sujetarlo y empezar a perturbar la cerradura en mi mano.
Pero soy interrumpido por un pensamiento interno.
«¡Aquí debe haber cámaras!» Suspiro y mantengo la sutil herramienta en mi boca, si manifestaba movimientos extraños el IA avisaría de inmediato a los guardias y a su vez los robots en la habitación se activarían.
«Piensa, piensa» Miro a hacia los lados, estaba en un callejón sin salida nuevamente, prefería ser paciente.
Entonces, espero con la herramienta en mi boca y mi mirada fija en la cámara pequeña del IA.
Tenía tiempo, el suficiente o eso creía.