Babilonia, Esfinge.
Jeriko Yakuza
El campo de visión que poseo no es tan amplio, camino sobre las baldosas a través del pasillo pedregoso hasta llegar al recinto, puedo vislumbrarlo sentado justo en el medio junto a una ovalada mesa grisácea que flota a su lado con bloques cuadrados acomodados sobre ella, se acomoda en la silla, mientras parece leer algo frente a una pantalla delgada flotante.
Logró pararme erguida justo en medio del recinto.
—Buen tiempo padre—Expreso gratificada.
—Buen tiempo hija mía—Él extiende sus brazos.
Aún era temprano, la audiencia comenzaría dentro de una media hora, Markus me había tratado bien, lo suficiente como para poder sentir llenura el resto del día, tenía un apetito s****l muy vivido y eso no era culpa de nadie más que la mía, Markus fue programado para darme asistencia y yo lo reprograme para darme sexo.
Es muy gracioso con funcionan los sistema de IA, cuando los comprendes no tienes problemas de ningún tipo con su programación.
Para mí todo es un programa, el carácter, la crianza, las relaciones, entre muchas más, puesto que todo se basa en un aprendizaje repetitivo e interactivo en el cual realizas el mismo procedimiento para que el individuo reaccione de la misma forma, pero no aplica para todos. Por ende lo diferente no coincide con mis expectativas sobre los ideales de mi padre.
Las aves canturrean, la luz del sol se siente tenue y con una sensación helada en la piel.
Suspiró.
Ya que mis trajes de gala refinados no pueden ser tan descotados y demostrativos como me gustaría que fueran.
Una gabardina color crema sin mangas, una camisa cerrada hasta el cuello y sin mangas junto con un largo pantalón escarchado de un plateado metálico, la joyería en mi cabello recogido y los extravagantes collares colgando de mi cuello, los zapatos altos transparentes y el maquillaje poco llamativo.
Solo me dispongo de esta apariencia para eventos especiales que requieren de proyección al público.
—La reunión es muy importante—Explica mi padre—Hoy hablaras ante una gran cantidad de personas, por ser más explícito, frente a una multitud—Espeta—Por lo tanto espero que seas capaz de inspirarlos, darles a conocer tu punto de vista—Expuso encogiéndose de hombros—No te será imposible—Afirma.
—Para nada, padre—Bajo la cabeza.
Sonrió levemente.
Me siento a su lado.
—Espero mucho de ti Jeriko—Expresa afablemente.
Sonrió complacida.
—Eso me alegra padre—Musito.
Se acomoda en la silla y acaricia su barba con un pensamiento que lo perturba puedo distinguir.
— ¿Howl dónde está?—Arquea una ceja, sus hombros se llenan de tensión y se cruza de brazos, claramente estaba indignado.
—Realiza una negociación en Helycion con El príncipe Helen Fabriano de Ardoscan, padre—Suspiro—Me temo que se ha tardado más de lo esperado y no podrá asistir—Miento.
—Debería estar presente en este momento tan importante de tu vida—Increpa—Siempre es irresponsable y poco comprometido con las cosas, no podría imaginarme cómo sería la familia si él hubiera ascendido pasando hacer el cabecilla de la familia—Su voz ronca resuena en el recinto y sin ella el silencio de las aves.
—Lo sé padre—Frunzo el ceño— Él debería ser castigado por ello—Propongo entusiasmada.
Él me mira con cierta indignación.
—Howl tendría potencial si no fuera tan compasivo—Suspira—Pero es el más firme de tus hermanos, entiende mejor lo que es la familia y eso lo prueba cada día—Sonríe levemente mientras ve perspicaz hacia el horizonte.
Me lleno de envidia.
Mantener la atención de mi padre es como mantener la atención de una abeja en una flor hay muchas flores por las cuales interesarse, es decir, hay tantas cualidades de entre sus hijos por las cuales interesarse. Pero Howl en definitiva sin hacer esfuerzo alguno, sin realizar un sacrificio, se podría decir que es el favorito de papá y es por ser el menor.
Somos 7 hermanos Yakuza, para continuar con el amplio legado de nuestro padre quien tiene 5 hermanos y 4 hermanas, pero él es el mayor y el más capacitado para estar donde está.
Nació para ello, responde a ese propósito desde que tiene memoria.
Y a su vez la más capacitada para liderar la familia soy yo.
Soy mucho mayor que Howl pero mucho más joven que mis hermanos mayores.
Mi padre cumple los cien años dentro de dos meses y allí anunciará su retiro, hemos hablado de ello incontables veces, él se retira porque desea pasar más tiempo con mi madre y menos tiempo en el trabajo.
Todos en la familia responden ante mi cuando se trata de cualquier asunto económico y se rigen por las 5 simples reglas que establecí;
»Si traicionas a la familia, mueres.
»Si mientes en la familia, mueres.
»Si tu protegido no hace su trabajo, mueren.
»Si intentas huir o escapar, mueres.
»Si intentas dañar a un familiar, mueres.
Disfrute matar a tres de mis hermanos menores gracias a esto.
Sonrió.
—Padre—Musitó—Estoy segura que superaré tus expectativas padre—Confiada mientras me inclino frente a él.
—Ya las superaste hija mía—Sonríe al tocar mi frente con la punta de sus dedos.
Desde afuera del recinto puedo escuchar una voz familiar que se acerca con cuidado.
—La reunión está a punto de empezar—Aparece por la entrada Solaris Yakuza mi hermano mayor.
Padre se levanta y avanza hacia el con gran entusiasmo.
Procedo a seguirlo.
∆∆∆
Helycion, Ardoscan.
Alanys Berellon.
La respiración es mucho más liviana estando en el modo de potenciación.
Suspiró y puedo ver como el gas blanquecino se manifiesta conforme voy subiendo la escarpada montaña.
Detrás de mí Alex continúa imitando mi acción a su ritmo.
— ¡Apresúrate!—Ordeno con mi voz modificada.
Alex hace su mayor esfuerzo para continuar detrás de mí.
Conforme me fortalezco empiezo a volverme más rápida y la escalada resulta ser un juego de niños para mí.
Una vez en la cima puedo vislumbrar entre la brisa caótica y helada la imponente edificación espeluznante que se asoma protegida dentro de un domo.
Sonrió de medio lado en cuanto Alex por fin llega a la cima.
Activo el mimetismo de mi cuerpo y me adentro invisible en el campo minado con detección de movimiento y escáner de área.
La nueva forma que tome tenía sus ventajas y podía manipular mi temperatura hasta llegar hacer tan helado como la tormenta pero no duraría mucho tiempo, tenía un nivel de tolerancia.
Corrí con gran destreza entre los montículos de nueve acercándome a gran velocidad al domo, detrás de mí Alex seguía los mismos movimientos, ambos cómplices perpetrábamos juntos la barrera del castillo.
Mi cuerpo se contorsiono lo suficiente como para dar un salto mortal y a travesar la delgada capa protectora de la enorme guarida. Los robots reaccionaron en alerta y se propusieron a atacar con gran ferocidad, tres enorme máquinas se acercaron hacia nosotros velozmente. Estaba preparada para esa acción predeterminada, así que me acerque por la parte de atrás del primer contendiente y arranque la cabeza de su cuerpo, lo mismo hice con el anterior luego de esquivar un disparo voluminosos que creo un cráter en medio del patio ostentoso.
«Intrusos».
«Activación instantánea contra amenazas de primer grado».
Sujete su extremidad armada y lo empuje hacia atrás con mi pierna, me dirigí hacia el después de su caída y pisé ya cabeza, el siguiente que se acercó tan grande y armado como los otros dos activo nuevas alertas.
Sonríe en una posición de combate y corrí hacia el mientras disparaba, zigzagueé los disparos y lo atravesé por el medio con todo mi cuerpo, puedo escuchar la electricidad que proviene de ellos y las fallas arbitrarias creando una bizarra escena llena de piezas metálicas regadas en todo el costado el patio lateral del castillo.
«Activación instantánea de defensa contra amenazas de segundo grado».
Alex seguía camuflado se acercó detrás de mí.
Estaba reposando aún no habían llegado los otros mecas.
— ¿Puedes ubicar en cual habitación está?—Interrogue al Alex.
—Por supuesto, escaneaba el área hace tres minutos punto cuarenta segundos—Afirmo—Se encuentra justo del otro lado del castillo en la segunda planta en la habitación del medio, es más amplia que todas las demás—Explica.
Asentí.
Y me preparé para entrar en el castillo.
Entonces los disparos desde la parte de arriba empezaron, desde las torres los cañones se activaron.
Me encogí de hombros.
—Alex vamos a traspasar la pared del castillo—Sonrió mientras empiezo a correr.
Sostengo una de las armas de un robot caído y empiezo a disparar a los cañones.
La explosión es estremecedora.
Corro una vez más hacia la entrada y logró ver a los mecas que empiezan a dispersarse a las afueras de la misma. Empiezo a sentir con más espesor la euforia que emana de mi cuerpo, pero esta vez no son sólo tres Meca son 16 en total.
Respiró profundo.
Y poco a poco empiezo a disparar a cada Meca con carcacha brillante que intenta acercarse a mí el impacto los deja hechos pedazos y los disparos que dan lo esquivo ágilmente.
«Ansiedad».
«Euforia»
«Adrenalina».
Son todas las sensaciones que corren por mi cuerpo en ese instante. Álex sigue ocultándose con gran precisión, se mantiene a raya del conflicto puesto que las restricciones le prohíben entrar al conflicto sin ser amenazada su existencia previamente.
Continúo rápidamente hacia la entrada perpetro las defensas con un poderoso disparo del cañón del Meca.
Tiro el arma sobrecalentada al suelo y me adentro finalmente al castillo— debo de admitir que el gordo bastardo tiene unos gusto exquisitos por la decoración— miro alrededor determinando el número de amenazas.
Gruñó en cuanto un disparo casi perfora mi casco.
Alex había colocado su brazo en forma de defensa al disparo, su brazo arde con un humeante olor a metal caliente.
Me sorprende una vez más.
—Yo seré tu escudo Alanys Berellon—Impone finalmente.
Sonrió.
— ¡Que te acribillen por mí!—Arqueo una ceja—Me parece bien, chatarra—Petulante.
Traspaso los pasillos siendo perseguida por los guardias.
— ¡Un intruso!—Puedo oírlos gritar.
— ¡Confinen las habitaciones!—Impera el que está al mando.
Los pasos resuenan en el suelo ceramicado mientras yo me refugio en un pasillo desde el cual disparo.
«Confinamiento» la voz del IA avisa.
Las habitaciones empiezas a ser recluidas por medio de una enorme puerta metálica, con un grosor del equivalente a sesenta centímetros.
Trago saliva.
No precise que pudieran tener un sistema como ese en el castillo.
Maldigo.
—Solos las puertas están protegidas las paredes de las recamaras no tienen recibimiento o protección—Explica mientras toca la pared.
Lo miro intrigada y me planteo si la idea que me acaba de dar es lo suficientemente buena.
—Escudo prepárate—Ordeno casi de inmediato.
Tenía que ser rápida y audaz, solo en esta modalidad podía correr a más 150 kilómetros por hora, Alex me protegía desde atrás, recibía los disparos por mi e increíblemente se regenerada después de cada uno.
El plasma parecía solo arder en su caparazón metálico, me parecía asombroso. Si yo fuera en escudo en otras condiciones el metal de mi cuerpo no lo soportaría, además, ya estaba en mi límite, la modalidad de extensión mecánica usaba al máximo todas mis capacidades pero como todo en esta vida, tenía un precio.
Empezamos a correr nuevamente a través de los pasillos, me giro en ocasiones a disparar a los guardias, por fin logramos llegar hasta el otro lado.
120 metros de distancia.
Frente a la puerta y las paredes por las cuales podía atravesar con un golpe fulminante, corrí lo más rápido posible.
Me alce en el aire y destruí con una patada de mi pierna izquierda la pared, todos los escombros se dispararon hacia adentro y los mecas amenazaban con aumentar su velocidad.
«Activación de alerta contra amenaza de grado cinco».
Soy su peor amenaza en estas circunstancias.
∆∆∆
Helycion, Ardoscan.
Howl Yakuza.
Respiro profundo.
Miro hacia la puerta, sabiendo que estoy en una encrucijada, tenía entendido que ella seguridad del castillo era muy alta, me preocupaba que significará un problema para Alanys, ella seguramente vendría sola a sacarme de aquí. Dirijo la mirada hacia las cámaras, las flotantes y pequeñas cámaras que me observan con detenimiento, estaba ocultando la delgada barita que cree con un material sintético que pertenecía al papel en el que escribió Her.
La puerta se abre.
Mi cuerpo se tensa en el instante en el que no soy capaz de ver en dirección a ella.
—Desde que te admire en tu discurso de consagración en Esfinge, te desee Howl—Siseo mientras caminaba alrededor de la habitación.
Traía puesta una bata bien adornada y de tela suave con un brillo ejemplar, tomaba los lazos con ambas manos y empezaba lentamente a soltar el moño que había enfrente de él.
— ¡Obsesivo gordo repulsivo!—Grite de inmediato abrumado.
—Si niño bonito—Afirma mordiéndose un labio—Grita más, grita mucho más—Excitado.
«Repelús».
Bramó.
Solo puedo sentir repulsión mientras el desnudo se acerca a mí, su grasosa masa se menea con cada paso y no puedo evitar reírme.
Helen se detiene y coloca una cara de indignación.
— ¿De qué te ríes?—Frunce el ceño.
—De tu panza meneándose—Me burló.
Ni siquiera logro entender porque me daba tanta risa mirar la piel plácida y los movimientos lentos de Helen.
Suelta un bufido y se acerca a mí hasta ponerse justo en frente.
—Adivina quién se va a meter tu gelatinosa v***a en su boca—Sonrió con gran fascinación.
Dejo de reírme en seco, mis ojos se abren como platos y trago saliva. Intento desesperado y disimuladamente entrar en el mecanismo de la cerradura del grillete, conforme Helen avanza hacia mí.
Debo admitir que siempre me ha parecido estúpido el color de cabello que tiene, un verde neón bioluminicentes.
—Suerte con eso—Advierto.
El grillete sigue sin abrirse y él se arrodilla ante mí.
Siento nauseas de verlo.
Ruego porque Alanys llegue de la nada y me salve, pero creo que a estas alturas ya es imposible.
Helen empieza a acariciar mis muslos al frente y ninguno de sus desesperados intentos para emocionarme logra funcionar.
Finalmente se acerca a mí entrepierna con su boca bien abierta y lo primero que se me viene a la mente es asqueroso.
Entonces un fuerte golpe lo hace retroceder, me rio cuando veo como su mantecado cuerpo se contorsiona hasta el otro lado se la habitación. Una gratificante sensación recorre mi cuerpo y justo en el enorme hueco de la pared logro ver la heroína.
Sonrió.
Porque cada vez que ella aparece no puedo evitar dejar de sonreír como un tarado.
— ¡Helen Fabriano de Ardoscan!—Ruge enfurecida— ¿Qué haces tocando a mi Howl?—Pregunta severa mientras lo apunta con un arma.
Él se hiperventila y empieza a rogar por su vida, arrodillado en el mismo sitio al cual fue brutalmente arrojado.
—Alanys podemos hablarlo—Trémulo extendió su mano hacia ella.
—Alex ayuda a Howl de inmediato—Impero.
No comprendí a quien le ordenaba, porque nadie parecía estar con ella, pero repentinamente un robot se reveló ante mí, entonces pude ver en una pequeña inscripción en su pecho de forma casi invisible que era el KND-946.
— ¿Alex?—Lo mire con incertidumbre.
—Howl Yakuza—Inexpresivo.
Mi corazón dio un vuelco, mire a Alanys quien quién apuntaba a Helen y disparaba hacia las afueras del agujero en la pared.
— ¡Howl debemos irnos ya!—Me gritó en cuanto tomo mi brazo.
Recibió un disparo justo en su hombro izquierdo, quedó aturdida por unos minutos, pero se incorporó rápidamente, Alex se colocó delante de ella rápidamente.
— ¡Mata a Helen!—Advertí alarmado.
Él se levantó y se dirigió rápidamente al baño.
Sin embargo, me ahogue en un pensamiento altruista.
¡Her!.
La única acompañante que tenía a Ardoscan, la niña que no tenía ni la menor idea de dónde se podría encontrar y aún peor, con todo el castillo en alerta y confinado, podría decirse que bajo las circunstancias en las que nos encontrábamos era más que complicado salvarla.
— ¡No tenemos tiempo!—Grita en cuanto los robots están justo frente a ella.
— ¡Her!—Grito desesperado.
Pero Alanys me sujeta rápidamente y me obliga a atravesar el ventanal junto con ella, ambos caemos en la nieve y detrás de nosotros cae Alex de pie, Alanys sigue disparando a los robots.
Mientras nos levantamos rápidamente.
—No hay tiempo—Dijo Alanys fatigada.
Su respiración era más lenta y sus ojos tenían una mirada triste y desgastada.
—Pero Alanys...—Suplique.
—Ella estará bien—Tosió.
Nos encontrábamos rodeados, los Mecas empezaron a acribillarnos con disparos sin piedad.
Corríamos lo más rápido que podíamos hacia el escudo roto, Alanys tomaba mi mano con fuerza y detrás de nosotros se encontraban Alex.
Alanys corría más lento que yo y en algún punto se tropezó.
Nos detuvimos a varios metros de la enorme barrera.
Los disparos emperezaron a incrementar, los láseres quemaban la nieve del suelo sobre la cual corrimos, podía ver cómo los orificios en la nieve ardían constantemente.
Alex se colocó frente a nosotros y recibió cada disparo sin dudarlo, su armadura metálica ardía, cada vez más podía discernir los rosetones y el punto de fusión del metal, era cada vez más evidente que los disparos lograban poco a poco penetrar su metálica fortaleza.
—Alex—Susurra Alanys conforme se empieza a quedar inconsciente.
El precio que debía pagar por usar su modo de extensión mecánica, esa el sueño.
—Los protegeré—Expreso firme.
Estaba preocupado por Alanys, estaba completa y totalmente dormida, pero cuando un reloj en su muñeca logra marcar los 50 minutos una enorme nave atraviesa el domo y empieza a disparar hacia el castillo.
Alex se vuelve hacia nosotros conforme la nave abre su escotilla y nos lanza a ambos dentro de ella para luego entrar el también.
Miro hacia el castillo desde la nave que empieza a retroceder y Helen vestido me mira a través de hueco que Alanys dejo en el ventanal, se ríe a carcajadas y parece presionar un botón.
Me apresure a carga a Alanys hasta un asiento, Alex se sentó a su lado y yo como piloto.
Sujete el volante lo mejor que pude para empezar a salir de allí, sabía lo que seguía después de salir de la atmósfera, los cazadores de Ardoscan empezarían hacer lo que deben.
Cazarnos.
Trago saliva.
Porque lo que pensé que pasaría, no era lo que se encontraba frente a mí.
Justo frente a la nave una enorme creatura mecánica se levanta, la nieve cae a cántaros a su alrededor, parecía que estaba enterrada justo debajo de todo ello y entonces me di cuenta que el enorme Meca era el acantilado, el barranco que daba con un lago congelado, no era más que una enorme proyección mecánica de una enorme bestia con unos cuatrocientos metros de altura se alza frete a la nave con ojos penetrantes de un brillo abismal.
Abrí los ojos como platos y empecé desesperado a elevar la nave, solo éramos un acto de entretenimiento para Hele Fabriano de Ardoscan, unos payasos en su amplio circo de extravagancias de rico .
Los pistones del Meca provocaban sonidos ensordecedores, bramaba con fuego en el cielo de la boca y el metal caliente empezaba a derretir la nieve que caía sobre el su armazón metálico.
Una extremidad del mismo fue elevada e intento arremeter contra la nave, lo esquivé rápidamente y por fin pude alejarme de él, del castillo y de Her.
«Nostalgia».
«Culpa».
«Preocupación».
Son emociones que me invaden con gran rapidez, me vuelvo a ver a Alanys y respiro profundo al ver que está completa y totalmente a salvó, se arriesgó por mí, activo un modo de su cuerpo que resulta ser fatal trayendo consigo una fatiga crónica y un desgaste desmesurado de las partes robóticas.
Acercándonos a la litosfera disparo con los cañones laterales hacia las minas que a su vez explotan los trozos de material carbonizados flotan a la afueras de la nave, activo el salto una vez estamos lo suficientemente lejos y logró percatarme que estamos siendo perseguidos.
«Salto en... Uno ...dos ....tres».
Suena un Glup, cuando desaparecemos del campo de visión.