6 x Contigo

2798 Words
Helycion, Ardoscan Howl Yakuza  La celda no era tan lujosa como la habitación en la cual me había acomodado anteriormente, aunque después de todo no tenía derecho a quejarme, ya que tenía las tres comidas al día y podía dormir y escribir, Helen estaba más ocupado que nunca debido a los problemas en su frontera y me refiero a la galaxia con la que se topa la nuestra y la de él, no con territorio pequeño e insignificante de un planeta. Había mucho que discutir y mucha información que manejar por ello se me permitía usar todo tipo de objetos que deseara, después de todo, la celda no era de rejas sino que estaba hecha con compuertas de vidrio reforzado. Suspiré mientras aún estaba en el suelo acostado. —¡Hey tú! ¿Te parece si jugamos cierto o falso?— Le pregunto al guardia que están parado justo al frente de mi celda. Él ni se inmuta, desafortunadamente sino jugaba con él para distraerme no podría distraerme de ninguna otra forma, debido a que yo era el único prese en esa ostentosa prisión subterránea dejaba del castillo o bueno "calabozo" según el amanerado de Helen quien se había dispuesto a investigar toda la historia de la edad medieval o lo que quedaba de ella, puesto que mucha información se había perdido en "la gran migración" el evento en el cual se abandonó la tierra gracias a cargueros salvavidas. Suspiró. —¿No te cansas de estar allí todo el día?—Pregunto con persistencia. Siguió ignorando mi proposición de juego, no había nada más que las tablas con mis informes y alguno que otro libro virtual que podía sentarme a ojear. Bostezo con aburrimiento. Pensé que morir sería más aterrador y sin duda perturbador, pensé que estaría muerto de miedo, llorando y orinándome, pero todo se llenaba de un enorme y absoluto "¡No!", concluyó que no moriré hoy ni mañana, ni el día que le sigue, mientras nadie supiera que estaba allí tomado como rehén. Miro otra vez al guardia. Estiró mis brazos y ladeó mi cara hacia él. — ¿Helen te cogió?—Me rió al ver su leve perturbación. Entre cierro los ojos y sonrió de medio lado. —Eres gay ¿no?—Lo digo en un tono un tanto burlón. El cierra los ojos y niega con la cabeza. Por fin había dado en el clavo para iniciar una conversación. — ¿Por qué trabajas para él si sabes que puedes recibir ese tipo de abuso?—Frunzo el ceño en cuanto me deslizó sobre el suelo y me incorporo para sentarme cómodamente a escuchar lo que tenía que decir. —No todos son su presa—Puedo escuchar una voz un tanto gruesa y aliviada. —Nadie debería estar obligado a temerle por ello—Me encojo de hombros—Sé que tiene la mala maña de matar a quien lo rechaza dentro de su propio personal—Miro disimuladamente cerca de las orillas de la puerta cristalizada. —Si—Baja un poco la mirada, pero luego la levanta rápidamente al ver frente a él algo que lo devolvió a su trabajo—Pero es generoso con la paga y con quienes prestan sus servicios a él—Me miro arqueando una ceja. Hace una seña con la cabeza, levanta ligeramente el mentón hacia arriba y por fin entiendo. «Seguramente hay cámaras, micrófonos y mecas de vigilancia alrededor de la celda» Pienso en cuanto colocó mi mano izquierda en el mentón. Suspiró. —Bueno—Frunzo el ceño— ¿Sabes cuánto tiempo estaré aquí?—Pregunto con incertidumbre. —Lo que el príncipe decida que este—Dijo serio y dio un paso hacia adelante para ponerse de forma lateral a mí. Me quedo en silencio planeando un escape, un plan B en caso de que mi preciada Alanys no hubiera recibido mi mensaje. Cierro los ojos esperando un milagro. Entonces se asoma Her por el costado derecho del pasillo llevando consigo una bandeja de alimentos y puedo verla con completa claridad a través del grueso cristal, sonrió ligeramente y ruego porque haya hecho lo que le pedí el día anterior. Pero el tiempo era distinto en ambos puntos, la discontinuidad hacía de las suyas y por ende me era complicado saber si ella vendría o no a tiempo. —Vengo a traerle estos alimentos al señor Howl—Dice la pequeña niña con mucha determinación. Sus coletas se movían conforme caminaba hacia la celda. —Primero debo revisarla—Dice el guardia el cual extiende una mano para hurgar en la comida. Lo juzgo con la mirada, puesto que como iba a creer él que una niña cómo Her fuera capaz de traerme en la comida armas para escapar, tampoco estaba tan desesperado. —No hay nada—Se aleja de la bandeja y se acerca a el cristal, hay un punto en la que un botón activa un rectángulo del mismo tamaño de una bandeja y un poco más alto para que la comida que sobre saliera no se cayera. — ¡Howl!—Sonríe ella de inmediato al verme. Me levanto de golpe a recibir la bandeja y poder ver a la pequeña Her. — ¿Her estás bien? ¿Helen no te ha causado ningún daño? ¿No te ha amenazado?—Estoy claramente preocupado. —No, no, para nada el príncipe Helen ha Sido muy generoso, me deja dormir en tu habitación y preparar tu comida—Sonríe afable—Pero hice lo que me pediste y pase el informe a mano—Me guiña un ojo rápidamente, puedo discernir que es una mentira y que envió el mensaje que le pedí—Pues tres positivos y una catrina—Disimulo muy bien, tal y como se le enseño—Justo ayer terminé los dibujos y quedaron muy bien—Estaba nerviosa, pero el guardia no se daría cuenta, ella estaba tan desamparada y al mismo tan tranquila. —Bien, bien me alegra lo de tus dibujos, pero la idea era que fueran menos y una catrina—Miento al sonreír. Explico los menos son el equivalente a tres cosas que han dado un giro para mal; la negociación, mi salida de allí y el reconocimiento de la misión de Alanys, la catrina; es la muerte que cargo encima y son códigos sencillos que difícilmente podrían entenderse a simple vista. Cierro los ojos y rió disimuladamente tomo la bandeja, hay ensaladas, carnes y pan. El truco estaba en el pan. —Howl tengo que irme—Baja la mirada entristecida—Helen dijo que tenía permitido traerte la comida pero no quedarme—Hace puchero. —Has lo que...—Reformulo esa orden en mi mente luego de pensarlo muy bien—Puedes quedarte tranquila en la habitación, yo estoy bien aquí abajo—Trago saliva—Estoy lo más cerca y seguro de ti de lo que podría estar—Sonrió alegremente. Ella asiente con una sonrisa generosamente nostálgica, da una reverencia y se retira. Estaba muy preocupado, ahora más que entendía que Helen planeaba tenerme aquí un largo tiempo. Respiró profundo y le doy la espalda al guardia para poder comer. —Lo siento no quiero incomodarte viéndome comer soy un desastre—Miento mientras miro disimuladamente hacia los lados, sé que hay cámaras en las esquinas del cuarto. Tomó el pan lo abro y en uno de los costados hay un pequeño pedazo de queso lo coloco en mi bolsillo y empiezo a comer lentamente. Habían mecas detrás de esas cámaras que podían pasar el día vigilando sin siquiera parpadear, eran más eficientes que los seres humanos y por eso les convenían a Helen, su palacio estaba lleno de prostimecas, prostitutas y prostitutos, él les paga a todos bien por sus servicios. Y agradecía que no tuviera fetiches con los niños, solo le interesaba yo, pero de solo pensarlo me asqueaba de mí mismo, sabía que Her estaba a salvo y eso me dejaba tener la conciencia tranquila. Sin embargo, debo de admitir que la celda no era tan acogedora como pensaba, el baño estaba justo a un lado de la cama, había una regadera y un lavabo junto con un inodoro y algunos espejos, estaba a simple vista y podía verme completamente hacia el pasillo. No me molestaba exhibir mi cuerpo, pero sabía que Helen observaba las grabaciones, así que pasaría días sin bañarme, solo para mantener mi conciencia tranquila. Además, el increíble frío que hacía allí descartaba por completo la idea de darle un baño completo como los que suelo darme justo antes de ver a mi bella dama. Termino de comer y coloco la bandeja justamente en el mismo rectángulo y está desaparece. Llega el turno de otro guardia para vigilarme y vuelvo a mí cama acostarme, para abrigarme con el edredón y cubrirme hasta la cabeza y poder leer la nota oculta dentro del queso. Leo con detenimiento. Sabía que le papel no se puede registrar ni hackear y mucho menos intervenir. » La miro sentada frente a la ventana en la nave. —Her si me llegan a encarcelar, los mensajes que quieras darme escríbelos en papel y ocúltalos dentro de la cosas que este permitan darme—Le digo con detenimiento mientras estoy sentado detrás de a ella en mi escritorio. —Está bien Howl—Cabiz baja—¿Crees que ocurra?—Con duda. —Estoy muy seguro de ello pequeña—Suspiro—Por lo tanto necesito que esté atenta a todo y recuerda tu entrenamiento lo más que puedas—Suplico. —Recuerdo mi entrenamiento al pie de la letra Howl—Dice seria—Puedo seguir esas órdenes con precisión—Estaba segura de ello. Me levanto para ponerme tras ella. Asiento, colocó mis manos en sus hombros y luego acomodo su cabello. Había criado a Her desde que era un bebé, sentía que era una hija y una pequeña hermana al mismo tiempo, podía esperar mucha grandeza de ella y sentía que Alanys era como su madre, pero nunca supe que pensaba ella de eso. —Extrañas a Alanys—Me dice rápidamente—Siempre peinas su cabello cuando está cerca tuyo—Melancólica. —Va a volver tranquila—Digo algo inseguro—Hable con ella por fin. —Tardaste—Vira los ojos— Tardaste demasiado—Álgida. No puedo definir cuanto dolor puede sentir en mi pecho cuando una niña de 11 años me habló de esa manera tan fría. Respiró profundamente y me quedo en completo silencio. ∆∆∆ «Al parecer Helen ha bajado la guardia en el territorio, ha empezado a creer que tenerte como rehén es una gran oportunidad contra Jeriko, ha implementado nuevas técnicas de sublevación militar estratégicas y se ha dedicado varias horas a observarte en un cuarto cerca de la celda en la que estás, me ha perturbado un poco el nivel de obsesión que tiene hacia a ti Howl. Cree que eres un Adonis erudito y se pasa el día hablando de ti, pero no logro entender cómo sabe tanto de ti. Es un acosador muy hambriento e implacable, desde el día en el que te vio. Solo puedo intuir que en algún momento pedirá que te lleven a su habitación» Termino de leer el pequeño trozo de papel y me lo llevo a la boca, estoy más que perturbado y alarmado. Pero como pude concluir bajaría sus defensas y mi hermana vendría a cazarlo como a un zorro, podía sentir la presión en mis hombros y el cansancio del pensar en mí cuerpo. Opte por dormir y descansar para luego empezar en armar un plan. ∆∆∆ Barshee, Einity. Alexetemia Comprendía muy poco de sus actitudes arbitrarias en el día, todo era un completo desorden en el ambiente con el cual me empezaba a familiarizar. —¿Oye no puedes comer verdad?—Se acerca la niña a mí con un plato—Igual puedo darte de comer como a la prostimeca ¿no?—Se ríe—Ella finge que comer pero le da la comida a Rem—Señala a la robot sentada a un lado del chico desaliñado. —No gracias—Digo serio. Ella frunce el ceño y se sienta a un lado mío. —¿Vas a pasar todo el día sentado aquí?—Espeto. —No, he preparado un cronograma adecuado para este ambiente—Explico. —¿Cronograma?—Dice ella confundida mientras gira la cabeza hacia un lado y se inclina sobre el plato de manera que todo su cabello entra en la comida. Enfoco la vista para detallar como la comida de pega a las hebras de su cabello sedoso. Entonces se acerca Alanys con gran velocidad para tomar su cabello y sentarla a comer en la mesa con una explicación de qué estaba actuando como una niña. Sigo sin comprender. Alanys se pone frente a mí. —¿Que carajos haces allí?—Arquea una ceja. —Me refresco, aún no he ajustado mi termostato—Logro concluir. Vira los ojos y se inclina hacia a mí. —¡Saca tú metálico trasero del refrigerador ahora mismo!—Con hastío. El grito me desconcentra por completo y salgo rápidamente del refrigerador. Todos logran emitir risas y yo sigo sin comprender que sucede. Empiezo a recalentarme nuevamente. La temperatura iba desde los 37°c a los 39°c grados, por algún extraño motivo ellos parecían estar completa y totalmente adaptados, pero yo aún no terminaba de diseñar un sistema de enfriamiento eficaz. Así que me dispongo a escanear el refrigerador una vez Alanys se retira. Empiezo a generar todo a mi disposición para reproducir y emular la misma maquinaria a una pequeña escala. Para cuándo termino puedo regular la temperatura y deambular tranquilamente. —¡No puedo creer que te hayas metido en el refrigerador cuando podías emular su funcionamiento!—Se ríe con intensidad. Alanys me ve con desconcierto mientras suspende un tenedor en su mano. Apenas era las 10:00 AM y podía sentir como el calor aumentaba. —Tarde tiempo en pensarlo debido a el sobre calentamiento. —Tarado—Dice Alanys al proseguir comiendo. Podría decirse que es complicado entender todo los he ha sucedido a mí alrededor en 86 horas descontando el tiempo que viajamos aquí. Me senté en la mesa que poseía gráficas de peces en ella, está impresionado nada en ese acogedor búnker valía menos de mil Críticos. —¿Cómo mantienes tú maquinaria intacta?—Dice Rem con la boca llena—Yo apenas puedo hacerle mantenimiento a la prostimeca—La señal algo avergonzado. Ella tenía un rostro muy delicado con facciones muy definidas y delineados en el borde de las comisuras de sus labios hasta sus orejas cubiertas por una cabellera sintética anaranjada hasta las la mitad de su pecho forado, voluminoso y admirable. Me desconcertó describirla de esa manera y más sino después de que le hiciera el mantenimiento a Alanys, estaba desconcertado porque claramente estaba actuando de manera anómala. —¿Alex?—Pregunto Rem. —Es complicado, ni yo mismo puedo entender el funcionamiento de mi maquinaria en su totalidad pero sé que es autosuficiencia e independiente de un sistema externo por lo tanto puedo controlarlo a voluntad—Mire de un lado al otro al percibir el silencio. —¿Te puedes regenerar?—Dijo Saúl sorprendido. —Haciendo énfasis en ello, la palabra correcta para definir mis capacidades serían regeneración, construcción y mantenimiento—Concluí. —Te contradijiste—Dice Alanys sería. Claramente estaba distraído asentí lentamente mientras buscaba un lugar con luz tenue para sentarme a reposa. —Hay algo que se le denomina estación, es una gran base en donde se conecta un Meca para que realice una recarga, puede ser que necesite una y por eso ande confundido, puesto que su energía se está acabando—Dice Saúl mientras junta sus manos. Alanys frunce el entrecejo. —¿Crees poder crear una?—Le dice mientras me observa con una gran intensidad. —Claro pero necesito material—Algo desanimado. —Lo vamos a ir a comprar justo ahora—Sonríe. El da un salto y corre al baño. —¡Voy a vestirme!—Pasa a un lado de mi a gran velocidad. Cada vez me cuesta hacer movimientos normalmente. Puedo escuchar como alguien lava los trates. —¡Oye!—Dice Alanys—¡Oye!—Vuelve a gritar—Te ordenó descansar hasta que volvamos, solo espera aquí—Impera y entonces todo mi sistema obedece su orden. No parece que sea normal pero sé que es un sueño. Y poco a poco empiezo a tener uno.
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