7 x Ciudad

3371 Words
Barshee, Einity. Alanys Berellon Entramos en la parte trasera del búnker, allí hay algo parecido a un simulador, en eso se puede vivir la experiencia que uno desee y también se guardan los vehículos, mis armas y herramientas, es más un almacén que cualquier otra cosa. Salimos del búnker bien cubiertos dentro de un Skype un pequeño y refrigerado vehículo ovalado que flota sobre la arena con imanes bipolares que repelen el suelo al estar encendidos. —¿Alanys no deberías estar más al pendiente?— Dice Saúl un tanto dudoso de salir. —¿De qué?—Suelto obstinada. —De tu misión recuerda que aún no se ha cerrado la búsqueda, Jeriko piensa que aún está en el carguero—Tartamudea conforme me habla. —Mmm ¿Cómo lo sabes?—Gruño en cuando le doy un golpecito en la frente con mi mano derecha. —Leí el mensaje del último aviso—Sobándose la frente—¡Y ay! Es duele—Refunfuña. —Eso te pasa por metiche—Le digo obstinada. —Bueno el punto es que aún siguen buscándolo, Howl no ha reportado que lo encontraste—Nervioso —Entonces en cualquier momento pueden llevar aquí—Activo una ola de preocupación y paranoia en sí mismo. —Sobre piensas—Me burló—Ahí que esperar que Howl mandé el mensaje—Suspire—Espero que sea pronto—Susurro para mí misma. —Bueno sobre lo que hablamos de ayer...—Estaba algo apenado. —¿Qué hablamos ayer?—Digo afable. Él solo me sonríe como si fuéramos cómplices de un crimen juntos. —Bueno llegaremos en un momento—Me relajo en la silla. —Me siento un poco mal por dejar a Rem, el sería de mucha ayuda en estas circunstancias—Se toca la nuca. —Rem es inútil y despistado—Increpo—Solo perderíamos el tiempo, es mejor que se quede cuidando de ellos y él sabe cómo tratar a Kacknnis...¡tú no!—Lo miro sería y luego me rió. —Es que me da vergüenza que me empiece a maquillar o a intentar peinar—Se sonroja. Me rió a carcajadas sin parar. Comienzo a ver los montículos de arena más pronunciados y definidos, pero sé que entre el calor infernal que azota la tierra que libera el mismo, puedo empezar a discernir los edificios, las pequeñas avenidas, las casas y el gran domo translúcido junto con el domo que protegen a la ciudad. —Venían aquí solos—Suelo de improperio. —Si—Tuerce la boca—No teníamos opción—Pude sentir como su voz se quebraba al pronunciar esas palabras. —Tranquilo—Hablo de una manera dulce. Ya habían esperado bastante por mí. El sonido que detonaba la enorme ciudad me causaba repelús, no encontraba satisfacción en estar cerca de multitudes o estar cerca de demasiadas personas, detesto plenamente involucrarme con la gente de manera social, como en eventos, promociones y fiestas. Lo detestaba plenamente, pero a Howl le encantaban y en ocasiones me suplicaba para que yo también asistiera con él. Eso me causaba dolor de estómago y lo máximo que era capaz de aguantar era una mísera hora. Además, había cosas de las que tenía que ocuparme en casa como para estar regodeándome entre las multitudes y perdiendo el tiempo de manera pomposa. Para entrar en CityCocenity debías pasar por un enorme túnel ultravioleta que te escaneaba, no era la gran cosa y luego de pasar por allí tenía que pasar por algo parecido a una aduana donde debías entregar una palma de identidad, había chip incrustados meticulosamente en las palmas de nuestras manos derechas y eso se escaneaba en casillas que tenían el aspecto de donas con personas o robots. Realizamos ese proceso y continuamos por una carretera lisa bien asfaltada pero con una sustancia parecida al cobalto. Suspiró en cuanto veo la gran metrópolis repleta de personas y objetos. Saúl está muy entusiasmado, mira asombrado hacia a todos lados. Nunca lo había traído a CityCocenity por varios motivos, detestaba ese lugar y me daba fastidio tener que estar pendiente de él en ese lugar. Pero hoy creí que sería bueno, normalmente siempre comprar en el pueblo y la última compra fue pésima la verdad, me refiero a la prostimeca, frunzo la boca de tan solo pensarlo. —¡Es enorme!—Grita con asombro—¡Solo la había visto en fotos y hologramas!—Grita de la emoción otra vez. Estoy tentada a callarlo pero me relajo pensando que necesita liberar toda esa presión que lleva por dentro. Estacionamos el Skype justamente en un aparcamiento y puedo distinguir que mi vehículo es el más nuevo. Lo cual me sorprende, Einity es un planeta que basa su economía en la creación de vidrios debido a la enorme cantidad de arena y las ventas de sal puestos he hay océanos con gran extensiones, pero muy diferentes a los de la tierra. —Deberíamos ir a lugares específicos en donde venden los repuestos que necesito—Dice Saúl con un mapa en la muñeca. Lo miro con seriedad. —Iremos a un solo lugar, no tenemos tanto dinero y me niego a pasar tanto tiempo aquí—Digo irritada. Empezaba a ver como las personas se juntan y tropezaran entre sí en las entradas de los centros comerciales. Mis ojos se abren con gran exageración y siento la gran necesidad de desenfundar mi arma y matarlos a todos, era mejor que escuchar el bullicio y la desesperante presencia de las personas. —¿Pero qué lugar entonces?—Dice dudoso. Lo tomó por el brazo y lo jalo hacia mi mientras prosigo caminando entre la multitud y lo uso a él de escudo, este más que confundido. —¡Ahh que haces Alanys!—Grita entre la multitud que lo ignora. Me rió un poco. —Eres mi defensa—Musito a su oído conforme avanzo entre el gentío y finalmente llegamos a un lugar tranquilo. Él tiene todo el cabello desordenado y la ropa elegante que había elegido para ir se había arrugado y cambiado por completo de lugar, había surcos en toda su ropa y el pequeño cubo en su collareta se había desplazado un poco fuera de lugar. —¡Estás loca!—Grita en cuanto recupera el aliento. —No quería que me tocaran—Lo miro por sobre mi hombro mientras p**o la entrada en una casilla—Además era más factible que tú fueras la defensa, eres acolchonado—Lo miro de reojo estirando la espalda y acomodándose el traje. Luego saca un peine de su bolsillo y empieza a peinarse rápidamente. Sonrió levemente y con algo de nostalgia porque se cuál es el motivo de su apariencia elegante, sin duda alguna podía ser todo un caballero a simple vista. Me había encargado de ello. —¿Bueno a donde vamos al fin?—Sonríe irritado. —A una sección muy grande de aquí—Suspiro. «Contamos con un total de 200 secciones a las que puede dirigirse sin problema, tenemos lo que busca y si no lo tenemos es porque no está en ningún lado». Los centros comerciales eran tan grandes como un pueblo pequeño, podías perderte sino te acompañaba un ayudante robot, eran como bolitas flotantes esponjosas que te hacían un tour por todo el lugar o te llevaban directamente a donde querías ir, dependiendo lo que elijes ellos actúan, tienen voces femeninas algo chillonas y se presentan ante ti con un rostros digital de puros signos. «Por favor elija su ayudante temporal». Hay una sección al entrar en donde puedes elegir a tu ayudante temporal, hay de varios tamaños, diseños y colores pero al fin y al cabo todos ellos cumplen las mismas funciones. Guiar. «Cualquier duda consultar conmigo su más servicial droid, llamada Ismo». — ¡Pinche voz artificial que no se calla!—Grito irritada puesto que desde que llegamos había ruido en todos lados. —Que agresiva Alanys relaje—Se encoje de hombros—Yo la elijo—Dice Saúl en cuando empieza a revisar los modelos. —Me sorprende que traste eso como si tuviera un género —Frunzo los labios algo irritada. —¿Qué tiene de malo?—Sonríe al tomar una que llama su atención—Una pronombre no define lo que eres Alanys—Activa al robot. Le doy la orden al ayudante. Una simple palabra y eso empieza a dar una introducción breve. »Bienvenidos a CityCocEinity, estamos muy contentos de que se tomarán el tiempo de elegir nuestro servicio de ayudantes guías, por favor indique a donde quiere dirigirse y enseguida nos dirigimos hacia su destino. Cómo me gusta la brevedad me sentir relajada al ver la velocidad con la que nos dirigíamos a la mejor sección de partes robóticas, no quiera seguir esperando la verdad y ya habían pasado varias horas desde que llegamos al sitio. Saúl se giraba con gran afán cada vez que pasábamos por los pasillos que se desplazaban con bandas, no había necesidad de caminar, solo te parabas sobre la banda y está te llevaba a tu destino, había pocas personas que se dirigían a la misma sección, podía imaginarme a que se debía, había partidos, partidos que cambian la mentalidad de las personas conforme estuvieran especializados en manipular sus necesidades: los transcendentales quienes apoyaban la robótica, los conservadores quienes aborrecían la plenitud del avance tecnológico y biológico, entonces estaba el último y con mayor influencia los liberales un partido religioso que se basaba en el conocimiento de Espinoza creían que estábamos conectados química, física y espiritualmente con todo por los que creían significativamente en el avance. Por mi parte, no pertenecía a ninguno de sus pensamientos, no tenía tiempo para discusiones estúpidas, solo me importaba el bienestar de los niños y el mío a toda costa, era mi única necesidad de discusión, mantenernos con vida. —¡Alanys aquí hay de todo!—Grito de la emoción —Mira son droides, buzos de rastreo, audios electrónicos y cámaras sintéticas—Me señaló con gran desesperación. Miré sería hacia la tienda que poseía una increíble iluminación, adornos y bailarines mecánicos, allí había una linda chica vestida con un traje sexy y miraba a Saúl sin parar, parecía tímida y con esa ropa puesta podía discernir que fue obligada a ponérsela. Saúl no la miraba a ella, solo miraba al chico que estaba de espaldas acomodando una cosas en unas estanterías. —Saúl reacciona—Gruño en cuanto le doy un golpecito en la nuca. Él se agita un poco y me mira algo avergonzado. —No estamos aquí para que andes fijándote en chicos—Espeto—Buscamos las piezas que necesita Alex para construir una estación de carga, si mal no recuerdo—Reitero nuevamente por si él no lo recordaba. —Lo siento... Es que es guapo—Se sonroja y se encoje de hombros. —Guapo o no aún eres muy joven para estar en una relación —Digo con severidad, no quería que llegara alguien que no debía a herirlo—Sé que estás en la edad de las hormonas y los arranques sexuales, pero las personas indicadas se esperan—Suspiro mientras llegamos a el destino. —Tú te comprometiste cuando tenías 10—Sonrió—Encontraste a la persona indicada sin buscarla a los 8 y siguen juntos aún después de todo ese tiempo—Su rostro de iluminaba cuando hablaba de ello—No me hablas de eso porque ya lo entiendo Alanys, pero no tiene nada de malo que quiera verlo—Se sonrojó. —Es difícil saber si es la indicada—Bajo la mirada. —Estuviste un año encerrada en tu cuarto y él te espero, se preocupó y hasta iba a verte aunque tú no quisieras—Hablo serio y estiró sus brazos—¿Acaso debe demostrar algo más para que te des cuenta de lo mucho que te ama?—Sonrió— Él ya te ha demostrado todo Alanys y ni siquiera sé cuál problema tuvieron como para darme cuenta de que es así. —¿Por qué sacas este tema en plana tienda?—Gruño. —Porque eres muy orgullosa y afirmó que se del amor—Frunce los labios. Lo miro de reojo mientras entro a la tienda sin argumentos con los que defenderme, me tomo por sorpresa su fuerte contexto de la situación, no me imaginé sentirme culpable y apenada en ese momento, pero lo estaba. «Howl solo está intentado emendar su error» me digo a mi misma para mis adentros. —No importa—Álgida—Compremos las cosas y vámonos—Ordeno. Saúl traga saliva y asiente. Restaba realmente estresada ya. Entramos al lugar lo primero que puedo ver es metal, más pilas de metal y prótesis sintéticas, plástico biodegradables, pero quién sabe qué más en ese reducido lugar, solo había una pequeña puerta allí y el ayudante no se equivocaba. —Creí que era una tienda—Soltó horrorizado Saúl. —No es solo un almacén —Escuche al frente una voz un tanto chillona pero al mismo tiempo agradable y pasiva. Tomó mi arma y me acerco sigilosamente. —¿Quién eres?—Hostil en cuanto logro verla. Ella levanta las manos nerviosas, es una chica sin cabello y con la piel azul y los ojos negros por completo. Completa y totalmente sumisa se queda viendo al arma. —Soy Sisu la encargada de esta sección—Trémula. Saúl me tocó un hombro en forma de pasividad, yo relajo mi espalda y apaciguó mi cuerpo que se encontraba a la defensiva, claramente pensaba que el lugar estaba abandonado, pero mis conjeturas habían sido erróneas, observó a Sisu y gruño. —Discúlpala siempre quiere matar algo—Tierno Saúl se acerca a la chica—Me llamo Saúl Dani—Extiende ambas manos y toma la de ella—Estamos buscando piezas para construir una pequeña estación de recarga—Dulce. En algún punto se volvió muy encantador. Entonces, me di cuenta de que ya no era el mismo niño que cargue hasta mi nave ese día, sino que era un joven agradable que intentaba encontrar su camino en el mundo. —Entiendo—Afable extendió sus manos y tocó el rostro de Saúl—¿Qué es lo que buscas?—Pregunto con sutileza. Me sentí abrumada por su increíble calma y confianza. Ella suelta a Saúl y me se dirige hacia mí, da una reverencia. —Usted es su tutora—Cordial—Buen tiempo, para proseguir con las siguientes fases debe haber una afirmación y declarar abiertamente lo que desea buscar—Cantarina se aventura hacer su petición. —Soy Alanys Berellon la tutora de Saúl Dani y apruebo las fases junto con la búsqueda de los objetos necesarios para la compra—Andida enuncio pomposa—Empieza a buscar de una vez—Impero con hastío. Saúl se gira a verme confundido y algo avergonzado por la forma en la que ella lo tocaba, tenía un tacto cálido, por lo que pude inferir debido a la actitud bochornosa del chico, él se acerca a mi observando con Sisu realiza la búsqueda implacable de los aparatos que creyó que necesitábamos. —¿Es una robot?—Consulta con incertidumbre entre susurros. —Para nada se nota que es tibia, consciente y comprende correctamente la emociones—Alego drástica al analizarla—Es una Cyborg como yo—Me sorprendo en cuanto utiliza una increíble cantidad de fuerza para levantar unas pesadas partes metálicas. Ni me inmutó comprendo totalmente que es, pero Saúl salta hacia atrás sobresaltado y me usa como escudo temporalmente. —¡Dispárale!—Susurra en tono chistoso. —Que cobarde eres—Gélida—Aunque tienes motivos, si intentará lastimarte serías como una pera de boxeo barata—Me burló. Él me mira ofendido y baja la cabeza. Sisu se acerca con pieza redondas, cuadras, triangulares y hasta con extensiones tubulares, las guarda en una caja que a su vez se encoje hasta poder llegar a caber en un mano y se acerca con un capta huella. —Necesito que apruebe el p**o—Educadamente extiende su mano derecha. La tomo y apruebo mi compra para poder marcharme de una vez. —Gracias por su compra Alanys Berellon—Sonríe afable y se da la vuelta para volver a su lugar. Saúl queda intrigado. Me doy la vuelta y empiezo a caminar hacia la estrecha salida. —Alanys espera—Suplica Saúl —Quiero saber más de ella—Sonrojado. Arqueó una ceja lo miro y luego miro a la chica que está acomodando todo e ignora nuestra presencia, gruño malhumorada y respiro profundo porque tal vez me arrepienta de hacer lo que haré en ese instante. —Tienes quince minutos—Ronca—Ni más ni menos—Ordeno de inmediato y coloco un cronómetro en mi muñeca. Asiente con entusiasmo. «Pinches hormonas púberas masculinas, por lo menos sé que reacciona a todos esos estímulos externos como un hombre» Pienso conforme toco mi nuca. Él se acerca a ella con rapidez. —Quisiera hacerte algunas preguntas antes de irnos—Amablemente. —Como desees—Detiene toda acción que hacía anteriormente y se gira hacia él. —¿Tienes partes robóticas?—Empieza a interrogar con entusiasmo. —Sí, soy un Cyborg en proceso de desarrollo integral—Suspira—Aun no logro controlar todo mi cuerpo con normalidad. —¡Es grandioso!—Suspira—¿Y tu piel por qué tiene ese extraño color?—Jadeo. Por un momento llegue a creer que le excitaba interrogar a la chica. —Es un defecto en la pigmentación de la melanina—Seria—Sé que es aterrador y extraño—Trémula. —Creo que eres hermosa—Comprensivo toma sus manos. «Este chico es un don Juan... Ahora me preocupo» Abro los ojos con exageración. Ella sonríe. —Gracias Saúl Dani—Tierna. —¿Puedo venir a verte más seguido?—Insta. —Por supuesto, pero me temo que debes comprar algo cada vez que vengas es lo que exige el comercio—Explica con algo de aversión. —Está bien Sisu— Besa sus manos dulcemente y se acerca a mí para irnos finalmente. Una vez lejos del lugar y habiendo estado varios minutos en silencio me digno a persuadirlo. —¿Entonces buscarás trabajo aquí?—Lo miro de reojo conforme avanzamos en la banda. —Si... Si supongo—Distraído—No... No es sólo por curiosidad que quería... Bueno—Abrumado y arrepentido por su respuesta inicial. —Aquí hay chicos y chicas atractivos, entiendo que quieras trabajar en este sitio—Gruñí—Pero no entiendo el que andes seduciendo a todo el mundo a tu pasó—Espeto. Traga saliva. —Intento ser agradable—Entre dientes. —Agradablemente seductor mocoso púbero—Replico en un tono tranquilo pero ofensivo. Estando de vuelta a el pueblo me tomo un momento para relajarme en el auto, curiosamente no había tantas personas como creí y también había suficiente tiempo como para llegar a la hora acordada. Alex debía estar inconsciente, comprendí que sus extrañas actitudes se debían a ello, estaba agotado y me refiero explícitamente a estar sin carga, podía ser muy persistente con respecto a mis hipótesis y recordé que cuando lo robe estaba reparando algo en sí mismo que necesitaba con urgencia, pero no deduje que fuera tan desgastante lo que reparo. —¿Alanys si me dejaras trabajar?—Insto Saúl mientras miraba por la ventana del Skype. —Si claro...¿ Por qué no?—Gruño—Debo darte la oportunidad de crecer por ti mismo, además sé que lo harías aunque te dijese que no y para que negarte la oportunidad de aprender, prefiero que tengas un trabajo a que andes apostando y prefiero decirte que si a algo que te puede hacer crecer que negártelo por simple capricho—Melodiosamente honesta. —Estoy feliz—Melódico. —Sí, bueno más te vale—Me burló.
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