Barshee, Einity
Saúl Dani
Sisu.
Ella levantó la mirada de inmediato y se paró frente a mí.
—He recibido un informe en el que se me explica que eres un nuevo m*****o del taller, así que muy punto se te serán asignadas tus tareas diarias y se procederá con la preparación de tu atuendo para el trabajo—Frívola—Preséntate para comprobar la validez de los datos que me han sido confiados.
Parecía no ser capaz de reconocerme. Parecía más máquina hoy que nunca.
—Soy Saúl Dani nuevo en el taller de Live—Me presentó nuevamente.
Ella sigue sin reconocerme.
—Bienvenido entonces Saúl Dani—Coloca una amplia sonrisa— Performance—Activa por voz una máquina que me desviste y coloca un nuevo traje sobre mi cuerpo desnudo en un abrir y cerrar de ojos.
Gritó bajito antes de darme cuenta de que había sido usurpado mi cuerpo.
Me toma un momento darme cuenta de que Sisu no era un Meca, ni siquiera era un Cyborg, ella realmente era el IA del centro comercial solo que al parecer no lo sabía.
Me quedo frío analizando la información. Pero no estaba seguro de si era el IA ni siquiera tenía idea de quién era yo, el diseño de los IA al pensar eran completamente diferentes y ella parecía estar llena de fallas, además de su extraño color azul.
—Un gusto Sisu—Sonreí nervioso.
Ella sonrió levemente con ojos inexpresivos y prosiguió a darme mis actividades.
—Empezaras a ordenar el área, por hoy esa es tu única responsabilidad—Señala todo alrededor y era cierto todo estaba echo un desastre la verdad me tenía algo confundido el nivel de desorden que había en el amplio lugar—Te daré un recorrido y evaluaré tu desempeño conforme realizas la actividad, espero entiendas que esto es parte del protocolo que se va a realizar para terminar de aprobarte—Se cruza de brazos y empieza poco a poco a caminar hacia el frente.
Live ya debía ser una compañía a nivel planetario puesto que muchos seres los buscaban por sus grandes inventos, la mente detrás de todas sus creaciones era un Psicoherrante un ser parecido a un pulpo del tamaño de un oso y de colores muy llamativos, estaba algo entusiasmado puesto que un Psicoherrante es una creatura difícil de vencer en debates que requieren de tiempo y una gran memoria porque ellos lo recuerdan todo, según la unión universal están catalogados como una de las especies dominantes en el mundo de la diversidad y se les conocía como "Los innovadores". Realmente eran seres muy curiosos y tal vez su único inconveniente sería que vivían en el agua, si su vida se dirigía plenamente en un planeta acuática.
Continúo siguiendo a Sisu por la recinto, puedo distinguir los estantes, los vagones especiales en el suelo y la gran cantidad de basura que había, me pareció extraño que ningún droides o ayudante estuvieses trabajando allí, a decir verdad no había visto ninguno entrar más que las máquinas que Sisu controla.
—¿Por qué no entran ayudantes aquí?—Pregunto confundido.
—Están prohibidos, se supone que seres como ellos que poseen un gran nivel de consciencia fueron prohibidos haces muchos años por el Régimen—Suspira—Por ello no hay ayudantes—Tuerce la boca.
—¿A qué especie perteneces Sisu?—Pregunte con entusiasmo.
—Morano—Me miro con sus ojos profundos y logré percibir la severidad en los mismos.
Los seres humanos llegamos tarde a los hitos de las comunidades inter espaciales, somos unas de las especies más jóvenes es en el universo y además somos vulnerables aun teniendo los conocimientos que tenemos, el régimen y la unión universal se encargaron de unir y catalogar a todas las especies en el universo conocido y en total se calcula que hay siete especies diferentes en total pertenecientes a la unión y con la capacidad de razonar, los antiguos se encargaron de empezar data de ello por obvias razones, y luego están los ricos y las familias importantes, los tres partidos que se dominan entre humanos está en discusión su elección ya que como tal se necesita un representante en la unión universal, ya que así deciden ellos desde el principio, es para un mayor control de las circunstancias.
Las especies alienígenas diferentes a nosotros nos consideran seres salvajes y descontrolados, declaran que somos poco civilizados y nos encanta crear caos. Y es verdad no es tan falso como se cree.
Siempre me he imaginado como será tener esa gran cantidad de información que manejar y ser un humano.
Es abrumador nada más pensarlo.
Respiro profundo y sigo viendo la enorme cantidad de residuos que hay en el sitio.
Pensando que los Moranos son realmente peligrosos, Sisu pertenecía a una especie que poseía capacidades de telequinesia, podía romperme con solo pensarlo, pero no estaba en su completa normalidad era mitad Meca, había muchas parte de ella que como tal eran metálicas y todas bien complejas, no era tecnología humana en definitiva.
Tenía tantas dudas y preguntas pero no quería acribillar a la pobre Sisu nada más el primer día de trabajo.
Después de mostrarme los que debía arreglará y limpiar me mostró una compuerta en donde apretaba un botón a su izquierda y esta se abría para luego empezar a incinerar cualquier cosa que cayera dentro de él y a su lado había otra en donde se almacenaban ciertas cosas que serían donadas, uno era para reciclar y el otro para destruir y fundir el metal.
Me sorprendo un poco pero luego me incorporo cuando empiezo a ver los brazos mecánicos empezar a trabajar, tomaban los pedazos de metal y fibra sintética y lo dirigían a las compuertas, no comprendía qué estaban pasando.
—Ellos te ayudaran—Sonríe levemente al levantar su cabeza, los Moranos tenían problemas para expresar emociones y realmente eran muy poco empáticos, tenían una apatía descomunal.
—Pero se supone que debía hacerlo yo—Frustrado un poco.
—Eso no es lo que vas a ordenar Saúl Dani—Dijo severa— lo que vas a ordenar son los sistemas.
—¿Sistemas?—Dije con incertidumbre.
—Hacerle mantenimiento a las máquinas y a mí—Sonrió ampliamente.
Su mirada psicótica me asusto.
Mis ojos se abrieron como platos y me avergoncé un poco, porque no tenían un Maquinománcer apenas hoy adquirían su más grande capital humano.
Era su nuevo mecánico, por decirlo así.
Nada de los he creía era lo que debía ser, debía dejar de ilusionarme con el mundo y darme cuenta de que desconocía todo totalmente.
Respiro profundamente.
Los Moranos realmente me intimidaban un poco, aunque nunca antes había convivido tanto con uno me parecían dominantes y frívolos, era como una Alanys robótica.
Sisu se acerca tanto hasta el punto de ponerme contra la pared.
—¿Entendiste? —Me interrogo con su cara seria.
∆∆∆
La música resuena en toda la instalación, las luces se turnan entre cada tonada, mientras la oscuridad da para muchos actos idílicos y mis pasos son imperceptible entre la ruidosa banda sonora, sonrió conforme las personas me reconocen, no puedo evitarlo después de todo el evento lo organice en cuestión de días.
La oscuridad y las tenues luces junto con los seres Psicoherrantes bioluminicentes que invite, llenaban de euforia el espacio lleno de una increíble cantidad de individuos.
Cruzo palabras con algunos mientras recorro las salas, hay tres plantas en su totalidad, en un edificio con la forma de una esfera y las escaleras en espiral.
—Espero estén disfrutando la ocasión—Saludo en la mesa llena de Psicoherrantes amablemente.
—Era, amada tienes un gusto exquisito por la decoración y la música, estamos disfrutando la ocasión—Ameno se menea en su silla agitando sus tentáculos.
—Aunque nos hubiera gustado que no fuera de improviso, planeábamos traer un gran cantidad de Algas fangosas — Dice otro invitado sentado a su lado, su piel resplandece en la oscuridad como luces navideñas.
—La ciudadela está ansiosa por tenerte como representante del consejo en la unión universal— Puedo observar a Galdock en el fondo con el brillo de su cuerpo tenue.
Los Psicoherrantes era muy sinceros e inteligentes, pero muy empáticos a pesar de ser tan bien informados, eran la especie dominante con respecto a la diplomacia, seres innovadores y pacíficos que sufrían de alergias a los Cathros las segunda especie dominante en el universo, luego a los Luponis una especie igual de peluda.
—Me alagan con toda su preocupación—Sonrió cortes—Miaunmen está en una mesa alejada para que no tengan problemas con sus alergias—Recalco al activar una burbuja especial que cubre la estancia decorada como un acuario—Quiero que estén a salvo y se sientan cómodos—Afable.
Los tres cefalópodos agitaron sus tentáculos al aire y empezaron a emitir cortos silbidos, comprendía que era una forma de demostrar agradecimiento y emoción, pero era algo perturbador, algo muy curioso de los Psicoherrantes era que solo podían estar fuera del agua una hora como mínimo y dos como máximo ya que su piel de resecaba y luego de sus conductos respiratorios se fatigaban de tal manera que empiezan arder. Así que me asegure de que pudieran refrescarse mientras estuvieran allí, por ello la burbuja en la cual los encapsule temporalmente se llenaría de agua brevemente y luego se vaciaría, sin embargo, gracias a ello temporalmente no tendrían que usar sus trajes especiales.
—Agradecemos tu preocupación y el detalle con el que tratas a las otras especies Era—Mueven sus tentáculos hacia arriba curveándolos un poco de manera que intentan imitar sonrisa.
Me cubro la boca rápidamente para evitar reírme y doy una reverencia para retirarme educadamente.
Me muevo entre los meseros y servidores los cuales pertenecían a la especie Luponis, todos muy serviciales pero al mismo tiempo muy sensibles a su alrededor. Con este me refiero que un susto podría matarlos de un infarto.
Parecerá gracioso pero no lo es.
Me preocupaba mucho que un Cathros los asustara, así que diseñe unos audífonos especiales que regulaban el sonido del exterior haciendo que cualquier sonido externo que fuera de alto nivel se escuchara normal, con eso tuve tranquilidad temporalmente.
Pude descansar un largo tiempo de cuidarlos a todos y relajarme, puesto que si quería demostrar que los seres humanos podían pertenecer a la unión universal y ser útiles para el desarrollo y supervivencia de otras especies debía trabajar duro para ello. Por benevolencia, por compasión y decisión propia, porque quiero un futuro en el cual todas las especies puedan convivir sin miedo.
Levanto la mirada y cerca de la tenue luz de la barra de tragos, puedo reconocer su torso y su espalda ancha, sonrió al ver como agita su cabeza y su cabellera azul resplandece con las luces que empiezan a cambiar.
Me acerco rápidamente, moviéndome sigilosa entre las mesas, justo entre el pasillo bien estructurado que diseñe y finalmente logro llegar hasta él.
— ¿Cómo la estás pasando?—Agradable, intento hacerlo sentir seguro pues supuse que estaba bajo el efecto del alcohol.
—Acabo de llegar—Obstinado.
— ¿Joven Howl ha considerado no beber un cóctel de fuego tan rápido?—Recuesto mi espalda desnuda contra el frio metal de la barra y lo mico con mucha gracia.
—No me digas eso, me han frustrado el día cómo no tienes idea—Refunfuña.
Me echo a reír, porque sabía muy bien a que se refería.
—Pues no se ha que te refieres, pero has podido irte cuando quieras—Me burlo—La salida está por allá Howl.
Le señalo con el dedo índice hacia un gran portal que tiene guirnaldas colgando en forma de cascada iluminando el portal de la enorme puerta arqueada, puedo notar que tiene problemas para coordinar bien su cuerpo con las señales que envía su cerebro, tensa su cuerpo y se vuelve a mirarme severo.
—Era Borges necesito que me lleves con Alanys Berellon—Impera entre carcajadas.
Cubro mi boca con la punta de mis labios y empiezo a reír, hasta que soy capaz de detallar su cuello donde el código QR se encuentra tatuado, una cuenta regresiva estaba plasmada en su piel de tal manera que demostraba que en algún momento llegaría a su fin la vida que tanto se había concentrado en conservar.
—No puedo negarme a cumplir el deseo de un hombre al borde de la muerte—Logro pronunciar trémula con nostalgia y sin ningún tipo de burla.
Él se echa a reír sin parar hasta que se levanta y estira su mano hacia mí.
—Era vamos llévame con la mujer que más amo en el mundo—Musita con voz ronca—Porque si muero mañana, hoy quiero decirle todo lo que siento y tengo por dentro—Sollozo con los ojos cristalizados.
Mi corazón da un vuelco y me lleno de incertidumbre porque no sabía que pensar sobre su declaración anterior, lo único que fui capaz de realizar fue una asentida.
Me levante y me acerque dulcemente a él quien se tambaleaba sujetándose con una mano de la barra.
Tome su mano y lo pase por encima de mi cuello para poder conducirlo hacia la salida, uno de los sirvientes que llevaba un traje de gala elegante de me acerco rápidamente con preocupación.
—¿Mi señora?—Ladea su rostro confundida—¿Necesita ayuda?—Frunce el ceño preocupada.
Niego con la cabeza y me llevo un dedo hacia los labios, y luego sonrió levemente.
De inmediato ella asiente y da una reverencia para luego retirarse.
Los Luponis eran muy complacientes, tenían una gran capacidad para detallar ciertas situaciones en las cuales se les necesitaba o no, todo eso gracias a su gran capacidad para escuchar, su oídos era lo suficientemente agudo como para escuchar los latidos del corazón y hasta el crujido que realizaban los huesos del cuerpo cada vez que se realizaba un movimiento, en el mundo en el que habitaban su oído era un sentido crucial para su supervivencia, pero también su más grande debilidad.
—Howl no fue tu culpa—Susurro a su oído, mientras caminamos por el pasillo con el piso acuático.
—Alanys no cree eso Era—Sonríe levemente mirando al suelo.
Guardo silencio, para poder respetar su declaración.
—Sabes me da tanto miedo morir—Pronuncia con una sonrisa.
Sigo en silencio notando que el alcohol ha liberado su naturaleza sincera y sus peores miedos.
—Siento que si muero no volvería a verla de ninguna manera—Respira profundo—Además ni siquiera sé si sea cálido o frio, sentiré dolor o me arrepentiré—Dice asustado—Lo peor de todo es que quien intenta matarme es o era mi mejor amiga—Aprieta su mandíbula—Jeriko era mi maestra, mi compañera de juego y la única que me defendía de mis hermanos mayores cuando algo malo pasaba y ellos me culpaban, ella tenía un complejo muy grande de héroe y de hermana mayor protectora… pero sé que en el fondo siempre me culpo por la muerte de mama, que siempre odio ese nivel de importancia que me daban por ser el hijo menor—Traga saliva—Ella me odia tanto como odia al mundo y no logro entenderlo Era.
Un escalofrió recorre mi cuerpo, manteniéndome en silencio sin saber cómo proceder con una situación como esa.
—No quiero estar solo—Solloza.
—No estás solo Howl—Digo afable mientras empiezo a notar que estamos a solo pasos de su habitación—Y de ninguna manera permitiré que te hagan daño—Afirme severa.
El me observo tiernamente y me abrazo con fuerza entorpeciendo de tal manera mi andar, sonreí ampliamente antes de estar justo frente a su habitación y tomarlo por los hombros, para poder ponerlo frente a mí.
—Ya estamos frente a tu habitación—Sonrió burlona—No cometas ninguna acto indecoroso bajo influencias del alcohol—Severa.
—Le hare el amor esta noche—Tartamudea.
Tuerzo la boca y abro bien los ojos con impresión.
—Es una información que no necesitaba saber—Espeto al observarlo entrar a su habitación.
Inmediatamente Roxanne sale y me observa con incertidumbre mientras ofrece una elegante reverencia a Howl.
Una vez las puertas se han cerrado el ladea su rostro hacia un lado.
— ¡Mi señora!—Impresionado—¿Qué hace aquí? —Pregunta desconcertado.
—Traje a un humano con un deseo, para que pudiera cumplirlo—Suspire.
—Pero debería estar en el evento justo ahora, saludando y recibiendo a los invitados, su imagen debe ser publicitada allí—Recalco en forma de regaño.
—Me agobia un poco la situación de Howl—Relajo mi ceño—Él es como un unigénito para mi— Sonrió dulcemente al llevarme una mano al pecho.
—¿Unigénito?—Confundido.
Sonrió con dulzura, para responderle hasta que logro escuchar un informe que se me es enviado directamente a mi oído por un audífono.
—Roxanne me retiro, asegúrate de no interferir de ninguna manera con ellos esta noche—Logro decir mientras me retiro—Intentaran procrear así que no seas irrespetuoso—Musito conforme me alejo.
Baja sus orejas y estas se ponen rojas demostrando lo avergonzado que se encontraba por mi declaración.
Me reí un largo rato luego de continuar.
Respire profundo al encontrarme atravesando una pared rápidamente y empezando a cambiar la morfología de mi cuerpo, para dejar de ser humana y empezar hacer quien realmente era.
Puedo observar a mi hermana flotando frente a un amplio ventanal rectangular, su apariencia de humano con cuerpo transparente como el agua, y una cresta prominente que logra extenderse desde su frente hasta su sus hombros crean una ilusión en la cual pareciera que es cabello.
Ella me observa con sus ojos blancos.
—Era logre reprogramar al robots—Afirma nuevamente.
Me acerco sorprendida al ventanal y puedo discernir que el diseño del recinto de la cuerva sirvió para mantenerlo calmado, no tenía conciencia de que estaba siendo observado y si la tenía, no sabría por quién estaba siendo vigilado.
—Es ilegal lo que acabas de hacer Enalis—Confieso preocupada.
—El régimen prohibió los IA, los robots conscientes y la experimentación por clonación, y aun así los humanos se han atrevido a realizar todo eso a sus espaldas, sigo sin comprender porque los defiendes Era, son malignos—Increpa al tocar el cristal.
—Porque ellos también merecen vivir—Digo nostálgica.
—Bueno—Severa—La reprogramación no sirvió, ahora es mucho más consciente que antes, revertió cualquier inscripción que intente en su código y la modifico—Suspira—Ya tiene consciencia, razón de existencia y quiere vivir—Los mira con lastima—El régimen no lo va aprobar, al menos que no represente una amenaza para la vida—Se encoje de hombros—Por otro lado no logro descifrar con certeza que deseaba hacer Jeriko con eso, pero tendrías oportunidad de ganar en las elecciones si le entregas al robots y así podría ser descalificada con pruebas nuevamente, la mujer es muy astuta, la única prueba que tenemos hasta ahora es el pobre Howl—Se cruza de brazos.
—Si lo mata sería más difícil demostrar los hechos—Desanimada.
—Era debes empezar a armar el plan—Me miro seria.
—Empiezo justo ahora Enalis—Sonrió.
∆∆∆
Damager, liberty.
Alanys Berellon.
Pude sentir sus jadeos tras mi cuello y su m*****o frotándose contra mi espalda, mi respiración se acelera y de un momento a otro mi cuerpo se petrifica, recordado que no puedo dejarme llevar por esos atroces instintos que nos vuelven salvajes a nosotros lo humanos.
—Alanys—Susurra a mi oído desesperadamente.
Mi cuerpo se tensa y la posición fetal que ha tomado mi cuerpo no se digna a ceder ante los estímulos externos.
—Howl, detente—Logro pronunciar con preocupación.
El jadea al escuchar mi voz y amedrente con sus manos el estrecho espacio que hay entre mis piernas.
Me estremezco.
—¡No me quiero detener no sabes cuando he deseado tenerte así!—Susurra alterado mientras osa a lamer mi cuello.
Su lengua contra mi nuca se siente tan húmeda y el cosquilleo que es capaz de transmitirme conforme realiza un movimiento circular mientras se acerca a su verdadero objetivo, que resulta ser en realidad mi oreja.
Suelo un suspiro.
Su mano derecha se encontraba hurgando entre mi ropa para llegar a descubrir y bien apretada vulva.
—Howl—Susurro con un suspiro.
—Estoy tan duro por culpa tuya… Alanys Berellon—Susurra en mi oído para luego empezar a lamer y mordisquear sus bordes.
La mano izquierda que se encuentra intentando penetrar entre el borde de mi torso y la cama, logra perpetrar la pequeña ranura con agresividad y tomar uno de mis pechos en el proceso.
Suelo un grito ahogado e intento alejar mi cuerpo de él, pero se me vuelve imposible la misión ya que al sentir mi repentina huida se digna a sujetar con más fuerza mi cuerpo y ponerlo contra el del sin ningún tipo de piedad.
—Howl es muy repentino que creas que ya puedes tener mi cuerpo—Me atrevo a decir en tono severo, mi voz podía aparentar ligeramente pero mi cuerpo terminaba por demostrar una intención completamente diferente.
Puedo escuchar su risa coqueta tras mi oído.
—¿Segura qué deseas que me detenga? — Pregunta con un tono sensual.
Mi entrepierna empieza a humedecerse conformé el realiza movimientos circulares sobre mi clítoris, suelto un gemido y arqueo mi espalda hacia adelante. Howl sujeta mi pecho con fuerza y con gran agilidad introduce su dedo anular en mi estrecho orificio.
Un gemido responde a su pregunta.
—Como podría detenerme cuando tu cuerpo pide a gritos que lo haga mío—Susurra nuevamente a mi oído mientras mueve su mano izquierda hasta mi rostro y sostiene mis labios con sus dedos.
Puedo sentir su erección contra mi espalda baja, el rose de su pene contra las prendas de ropa que ha empezado a remover rápidamente logra mojarme más, la sensación de ser dominada por el me enerva la sangre y me llena de euforia la simple idea de ser penetrada por él, sin embargo, pesar de su gran capacidad para domarme logro encontrar un halo de cordura en algún punto de mi cerebro y me vuelvo rápidamente para agredirlo.
—¡Te ordeno que te!…
Entra en mi con una estocada y se digna a besarme con ferocidad mientras me embiste, logro quitarme la ropa sin yo darme cuenta y penetro mi v****a sin dudarlo.
—Que rico—Pronuncia excitado.
Un grito ahogado abandona mis labios que son víctima de su eufórica invasión, su saliva sabe a alcohol y dulces, sus labios se siente como esponjosos trozos de carnes y su lengua amenaza mi garganta conforme masajea mi paladar y luego mi propia lengua hasta llegar hasta mi garganta.
—Mi ropa… en que momento…—Pronuncio trémula.
Algo de vergüenza recorría mi cuerpo mientras él me movía con sus enormes manos y sus fuertes brazos para ponerme en contra de la cama y finalmente mirarlo cara a cara.
—Por fin te dignas a verme a los ojos—Se muerde un labio mientras sujeta mis piernas para ponerlas sobre sus hombros.
Sus ojos se ven tan brillantes, por un momento antes de sentir nuevamente una estocada entre mis piernas logro perderme en su hermosa mirada y luego retornar a la realidad con el agridulce dolor que es capaz de provocarme por una milésima de segundo, se aventura a lamer mis piernas conforme realiza cada embestida con un movimiento particular que logra hacerme liberar un gemido cada vez que se forma.
Mi torso no está desnudo y en la tenue luz que las lámparas son capaces de emitir puedo discernir que Howl está completamente desnudo, su cuerpo caliente y sudado baña mis muslos de su amoroso líquido.
Sin piedad continua embistiéndome, su m*****o en mi interior logra provocarme tanta excitación como algo de dolor, teníamos dos años que no estábamos juntos, que no éramos capaces de percibirnos con el sexo, sentir su piel contra la mia esa noche era un acto ilícito que no se podría evitar ni en un millón de años, después de todo yo lo amaba y lo consideraba tan irresistible carnalmente.
—¡Bésame!—Le grito desesperada.
Él sonríe guasón quita con delicadeza mis piernas y se aventura a encontrar mis labios, soy tentada a tocar su abdomen bien marcado, deslizo con rapidez mis manos por su pecho hasta poder abrazarlo con fuerza, pensando que tal vez mi mano robótica se sienta fría y quitándola con vergüenza rápidamente.
Howl sigue embistiéndome, se detiene levemente, frunce el ceño y sujeta la muñeca de mi mano mecánica para ponerla en su pecho y seguir embistiéndome.
—No me molesta, sigues siendo cálida porque viene de ti—Dice con dulzura al besarme y acariciar mi mejilla derecha con su mano.
—Me da vergüenza mi cuerpo—Susurro con un pequeño gemido.
Él suspira mientras yo lo envuelvo con mis piernas.
—Tu cuerpo para mi… es la obra más maravillosa que el universo se ha osado a idear Alanys—Sonríe y vuelve a besarme.
Sollozo.
—Yo…te amo Howl—Musito.
Sus embestidas aumentan y soy capaz de percibir el calor de su cuerpo aumentando, mis pechos aún están cubiertos y protegidos de cualquier intento de profanación hasta que yo misma me desvisto, él sonríe y se muerde un labio al mismo tiempo que se aventura hacia mis pechos, mi cuerpo se arquea hacia adelante, mientras Howl empieza a lamer uno de mis duros pezones y a masajear el pecho contrario con su mano.
—Me vengo Howl—Susurro trémula.
El levanta la mirada y se acerca besarme, llevando una de sus manos hasta mi entre pierna, la armoniosa fricción que provocan nuestros cuerpos se ve irrumpida por su mano que empieza a masajear mi clítoris con mucho detenimiento.
—Nos vendremos juntos… te haré un bebe esta noche Alanys—Susurra con emoción.
Puedo sentir como mis mejillas se ruborizan y como entre mis piernas empieza a emanar esa sensación de cosquilleo tan placentera provocándome el clímax y volviéndome completa y total presa del líquido seminal de Howl que empieza a entrar en mi v****a, el cae sobre mi dándome cortos besos en los labios.
Mi cuerpo se estremece al sentirlo abrazarme nuevamente aun estando conectados por ambos sexos.
—¿Un bebe?—Pregunto un tanto nerviosa.
—Si mi Alanys… un bebe—Susurra mirándome fijamente con sus ojos llenos de devoción.
—Sera difícil…
Nostálgica.
—Tenemos que enfrentarlo ya—Me da un beso en la frente con dulzura.
—Si.