Barshee, Einity.
Saúl Dani
Sigo sentado debajo de la roca esperando a que Rem termine de sacar los papeles que requiero, ni siquiera se para que quería ver esos papeles, una vez internalice mejor lo que estábamos haciendo, seguramente Alanys deseaba que no supiera nada de ello porque podría afectarme de alguna forma, pero ¿Por qué Rem si podía saberlo? ¿Por qué Kacknnis podía entenderlo y yo no? ¿Qué tenía de malo? era el mayor de ellos pero me trataba como el más pequeño.
Llevábamos cuatro horas en ese lugar.
Ya estaba cansado y tenía hambre igual que Rem pero debía saber, saber que ocultaba tanto Alanys en ese lugar, Rem sale por debajo de la rendija que hay entre la gran entrada y finalmente puedo ver qué carga consigo la mochila que le di llena de papeles.
Sonrió y me levanto para ayudarlo a terminar de salir, está todo cubierto de polvo y manchas de óxido.
—Estos son todos—Suelta en lo que empieza a sacudirse.
—Genial, ahora podemos irnos—Sonrió en cuanto empezamos a caminar a el Skype unos metros más adelante de nosotros.
—Si Alanys los ve se molestar mucho—Baja la mirada mientras cierra la escotilla de metal incrustada en el suelo.
— ¡Que se moleste!—Espeto.
— ¿Cómo supiste que te mentía?—Dijo con incertidumbre mientras caminaba tras de mí.
—Pues tú no tienes trabajo ni disciplina para uno—Gruñí.
Mientras nos dirigimos por el camino arenoso puedo ver qué el cielo empieza a oscurecer poco a poco conforme empezamos a llegar a casa.
—Si va a llover—Declara Rem algo incrédulo todavía.
—Pues te lo dije—Digo petulante.
Una vez estacionado en el almacén el Skype cerramos bien las puertas, aunque fue difícil debido a la gran fuerza con la que soplaban los vientos áridos, golpeaban concuerda cualquier prenda y todo lo que pudiera desprenderse de su sitio. Sin embargo, nos movimos ágiles por la entrada de la casa y entramos con rapidez, empezamos a reírnos una vez adentro puesto que el cielo empezó a centellear, Lucila el remplazo se acerca hacia nosotros para activar el campo de protección contra tormentas del búnker, ambos nos sentimos exhaustos en el suelo mientras vemos cómo Kacknnis parece estar alimentando a Go, el pobre Meca tenía toda su pantalla embarrada de comida y eso nos terminó haciendo reír más.
—No se rían que le da pena que lo vean comer—Refunfuña Kacknnis—porque es un desastre—Afirma mientras limpia su rostro con un pañuelo.
Me asomo rápidamente por la ventana para percatarme de qué tipo de tormenta se trata y termino descubriendo que es una poderosa tormenta eléctrica. Me abruma la velocidad con la que se acerca y solo me vuelvo a la mesa en donde me siento a comer junto con Rem
— ¡Esta delicioso!—Suelta de inmediato mientras lleva a su boca grandes cantidades de alimento cocido.
Dudo en probar la primera cucharada puesto que se ve deforme y de un momento a otro empiezo a atragantarme con la misma comida que se encontraba en el plato.
— ¡Esta riquísima!—Exclamo asombrado puesto que mi paladar se encontraba embelesado con la exquisitez que deglutía.
— ¿Verdad?—Sonrió contenta corriendo hacia Lucila el remplazo.
— ¡Te quedó divino! ¡Por fin aprendiste a cocinar!—Grita de la emoción Rem.
— ¡Esto es un gran avance!—Expreso alegre.
—Solo lo dicen porque tienen mucha hambre—Hace puchero mientras abraza a Lucila.
—Somos sinceros contigo Kacknnis—Sonrió al verla con ternura.
Ella se acerca a mí emocionada y empieza a abrazarme con cariño.
— ¿Dónde estaban?—Curiosa.
Rem me mira negando su rostro, me pareció más una advertencia que cualquier otra cosa, así que solo mentí.
—Estábamos buscando comida para Khoalmy pero no encontramos—Musito.
Kacknnis me miró con ternura y volvió a abrazarme con mucha fuerza.
—Bueno—Suspiro y luego se volvió a donde se encontraba sentado Go.
Miro a Rem nuevamente y este frunce eso ceño para suspirar nuevamente en forma de alivio.
Me encogí de hombros y continúe comiendo, luego de terminar fui al refrigerador para calmar la sed que la resequedad de la comida había provocado en mi garganta.
—No le digas nada—Dice Rem entre dientes al pasar a mi lado muy cauteloso y seguir por el pasillo amplio hacia su habitación.
Trago saliva.
Considerando que tal vez sacar los papeles de la nave abandonada de Alanys podía haber Sido un error. Pero ya no había vuelta atrás, entre en mi habitación con la mochila en una mano rozando el suelo, estaba atiborrada de papeles que se resguardaban muy bien dentro, suspiré en cuanto cierro con seguro.
—IA coloca la protección a mí habitación y procura que nadie me moleste—Impero a la inteligencia artificial que me sirve.
«Por supuesto Dani».
Mi habitación sin duda era un desastre, pero hacia lo posible para mantenerla ordenada, tenía hologramas en las paredes sobre afiches de información, un cielo estrellado en el techo y un piso luminoso, estaba mi cama, los estantes retractiles y la mesa de estudio que también era retráctil, estaba pintado con matices azules, amarillos y en pocas cantidades colores como el morado y el violeta.
Suspiró.
Al sentarme frente a la mesa y empezar a indicar con mis objetos de que se tratan los extraños escritos que se visualizan en él, los papeles eran casi inexistente en el nuevo mundo, a decir verdad eran como reliquias difíciles de mantener, podía conversarlos en plástico y transcribir la información de forma digital, pero el papel terrestre era extraño y las plantas originarias de allá ya casi no existían.
Estaba muy entusiasmado.
Nunca antes había estudiado una escritura tan arcaica y mucho menos en papel.
Pero de un momento a otro me quedé profundamente dormido.
Recuerdo lejano
»Mi respiración es lenta, siempre intento que lo sea, que este calmada y que ningún acontecimiento me perturbe, pero eso no tiene que ver con la respiración, ya llega a nivel psicológico, tener miedo, que te causen miedo y que sólo con oír la voz de alguien puedes activar tantos miedos y mecanismos de defensa solo para enfrentar a esos miedos.
—Dani—Su tono dulce me perturba—Ven siéntate aquí—Palmea su muslo.
Si desobedezco el collar en mi cuello me dará una descarga eléctrica, así que me acerco poco a poco y me siento sobre su muslo derecho.
—Me pones tan feliz Dani—Se acerca a susurrarme al oído—Quiero que sientas lo feliz que me pones—Jadea.
Solo puedo mantenerme en silencio.
—Saúl—Susurra a mí oído mientras me coloca la mano sobre si entrepierna.
∆∆∆
« ¿Qué pasa?»Pienso.
« ¡Saúl!».
«Alerta».
«Saúl».
Mis ojos se abren de golpe, pero aún sigo escuchando los gritó ahogados en ecos y a la distancia, salgo corriendo a tropezones para abrir la puerta y desactivar la protección y caigo de rodillas frente a ellos.
—Has dormido todo el día—Se agacha Rem preocupado— ¿Estas bien?—Musita.
Trago saliva agitado.
Siento que mi corazón está a punto de empezar a armar un recorrido hacia mi boca solo para salirse y que todo mi cuerpo huye despavorido de algo.
Por ese momento no lo recuerdo, la adrenalina no me lo permite, ningún pensamiento cuerdo pasa por mi mente, pero logró empezar a recuperar la compostura.
— ¿Qué pasa?—Se acerca con cuidado a tocar mi espalda.
—Solo tuve una pesadilla—Logre hablar.
Kacknnis se para frente a mí y sujeta mis mejillas con fuerza.
— ¿Vas a comer?—Sonríe.
Es increíble la forma en la que es capaz de mantener la calma y eso que solamente es una niña.
Respiro profundo.
—Claro que voy a comer—Me levanto rápidamente y la tomo de la mano.
—Hice un platillo extravagante hoy—Expreso orgullosa.
Rem se notaba preocupado, dudoso de que solo fuera una pesadilla lo que me atormentó al dormir, podía ver aún incertidumbre plasmada directamente en su rostro perfilado, pero decidí ignorarlo por completo, mis pensamientos seguían abatidos en mi propia mente y con los minutos empezaban a calmarse sediento finalmente a mi necesidad urgente de silenciar todo aquello de lo que me había alejado.
Caminamos juntos hacia el comedor, está mi plato demarcado justo en el lado derecho del disco flotante y lleno de una cosa extraña que Kacknnis describe como "extravagante".
Me siento y empiezo a comer con desánimo, ambos se inclinan en sus puestos a verme con mucha intriga.
— ¿Qué soñaste?—Logran decir al mismo tiempo.
Me quedo frío.
—No lo recuerdo—Miento con mucha naturalidad como si nunca hubiera pasado nada.
Ellos se miran y vuelven a sus asientos para empezar a comer, debo de admitir que aunque la apariencia de la comida que elabora Kacknnis es extraña, sabe muy bien, empezaba a creer que solo tenía demasiada hambre y por ello creía que ella comida que hacía Kacknnis sabía bien o solo representaba una apariencia.
Ellos no insistieron, se quedaron en silencio al parecer respetaban el hecho de que no me encontraba en completa paz conmigo mismo, tal vez mis pesadillas regresaron porque Alanys no estaba.
Después de comer regrese a mí habitación y antes de entrar recordé que me había quedado dormido sobre los papeles, mi impresión al ver a Lucila el remplazo adentro limpiando la saliva que derrame sobre ellos, corro a detenerla en cuanto logro notar que la tinta se ha corrido toda y casi no se logra entender nada, suelto un grito de hastío cuando la Meca continua limpiado la mesa.
— ¡Lucila no, mira ve eso se está dañando mientras lo limpias!—Grito enfurecido.
Estaba reprimiendo todo, desde mi tristeza hasta la enorme irá que sentía hacia el mundo, realmente detestaba muchas cosas y una de esas era yo.
Rem llama a Lucila y ella solo da una reverencia en forma de disculpa para luego retirarse, estaba agotado pero más por el hecho de estar pensando todo el día que por esfuerzo físico. Me toca alimentar a Khoalmy y por poco lo olvidaba, así que después de haberme frustrado decido salir para poder buscar fuera de mi cuarto el alimento del enorme monstruo, cada día le dábamos presas congeladas miniaturizadas por un aparato especial, una vez encontraba la presa en la gran enfriadora salgo para poder activar el mecanismo y llamarlo, opto por sentarme en el mismo lugar que suele sentarse Alanys cuando se encuentra de buen humor, entonces desde mi asiento lanzó la pequeña caja la cual empieza a romperse y luego suelta una enorme creatura congelada por la cual Khoalmy mataría, sale de su agujero en el suelo todo entusiasmado y empieza lentamente a acercarse a su presa para luego saltar sobre ella y devorarla brutalmente. Lo observó, lo escucho y lo huelo, tiene un olor peculiar y es el de la tierra mojada sigo siendo espectador su apetito voraz y me planteo sí estuvo bien traerlo a este desierto.
—Me preocupas—Escucho una voz conocida a mis espaldas.
Miro por sobre mi hombro y puedo distinguir por el rabillo del ojo que es Rem.
— ¿Por qué?—Arqueo una ceja y sigo observado a Khoalmy.
— ¿Enserio lo vas a preguntar?—Replica con voz serena.
—Se el porqué de tu preocupación pero no sé por qué te interesa, deberías estar por allí pululando en tus asuntos e ignorando todo como normalmente lo haces Rem—Espeto cruelmente.
Él suspira con pesar y finalmente empieza hablar.
—Me interesa porque eres mi mejor amigo, más que eso eres como un hermano para mí y sé que te afecta y preocupa el gran problema en el que se ha metido Alanys—Explica—Me interesa porque no puedes vivir haciéndote el fuerte y creyendo que no debes tener la ayuda de nadie más—Gruñe—Admite que no puedes hacerlo solo y que necesitas ayuda, no necesitas mostrar que estás bien todo el tiempo, este año ha Sido tan frustrante para ti como para Kacknnis y yo, tú y Alanys todo el tiempo evitándonos, comportándose como unos adultos descuidados y sumidos en depresiones que podrían matarlos, tú y tus apuestas, ella y su alcohol—Habla entre dientes—Y nosotros solos pero acompañados, fingimos que no nos importa pero si nos importa, nos importa demasiado el cómo te sientes y que no digas nada al respecto—Musita.
Si su voz nunca se había oído tan madura como en ese momento, su rabia nunca había Sido tan nítida y su dolor me golpeó con una lanza el pecho para hacerme entrar en razón, para por fin iluminar mi mente y darme cuenta de que nada era color de rosas y que había estado evitando todos los problemas en casa.
Sigo encapsulado en mis pensamientos, pensando en todo pero difícilmente puedo pensar en todo lo que había ido mal, lo reprimo por completo, no quiero aceptar que tanto me afecta y porque lo hace. Pero encuentro las palabras para poder calmar a Rem.
—Lo siento, sé que he estado actuando raro últimamente pero tengo mis razones Rem, no necesitas saberlo todo, pero quiero reconfortarte diciéndote que esto es temporal en dentro de poco estaré bien—Sonrió levemente y giro a verlo.
Su ceño está fruncido y su mirada es de desaprobación, pero parece que mi leve sonrisa logra hacer cambiar su endurecida mirada y suavizarla.
—Solo quiero que vivas—Suspira—Sin preocuparte—Sonríe y se devuelve a la casa.
Sus palabras eran el empujó que necesitaba para darme cuenta de lo que estaba haciendo mal.
∆∆∆
Alanys Berellon
Recuerdo lejano
»— ¿Qué haces con eso Alanys?—Se burla un poco al notar que traigo conmigo muchos troncos.
—Construyo una estaca—Sonrió con entusiasmo—Para defendernos de los monstruos—Digo desafiante.
Ella se ríe a carcajadas, pero su risa es tan hermosa, era ese tipo de risa que escuchas en cualquier lugar y te agrada poder admirar.
—Pues entonces esperemos esa estaca nos salve de esos monstruos y la feroz guerrera vuelve a cazar nuevamente su presa—Se acercó a mí en tono burlón y me abrazó con fuerza para darme muchos besos.
— ¡Mami! ¡Mamá!—Grito mientras ella me atrapa en su prisión amorosa y finalmente me obliga a sucumbir a su afecto.
—Toda una heroína ¿Verdad Roger?—Elogia mi madre.
Papá acababa de llegar a casa, se coló por la puerta de atrás del patio en donde mamá y yo nos encontrábamos, se acercó con su mirada tierna y empezó a decir.
—Es la verdad y solo la verdad, puesto que nuestra intrépida guerrera se arriesga a salvarnos—Dice dulcemente, se acerca a cargarme y empieza a darme vueltas en el mismo lugar.
—Papi—Digo emocionada.
Él me baja y se dirige a darle un beso a mamá, curiosamente Kacknnis Berellon residía en su vientre con muy pocos meses de existencia, y aún las cosas no se habían puesto complicada o eso creía yo.
Desde ese día todo fue cuesta abajo.
Las protecciones estaban dañadas, los campos de fuerza absorbían demasiado calor y explotaban cada vez más rápido, solo vivíamos allí por la economía tan estable debido al mineral que se sacaba del planeta, pero había criaturas muy peligrosas que eran mantenidas a raya gracias a los domos, pero las tormentas solares destruían las defensas, quedamos indefensos contra las enormes bestias, más el alimento y los recursos que empezaban a escasear junto con el calor que empezaba a aumentar.
— ¡Alanys!—Gritan mientras me aventuró a los campos.