26 x Fuego

4668 Words
Helycion, Ardoscan. Jeriko Yakuza Una vez más volvía al lugar en donde había comenzado todo. El lugar de mi origen, Ardoscan. Observo expectante mientras se renueva la barrera del castillo y Markus empieza a reprogramar al grandísimo meca que se encuentra a nuestras espaldas. Estaba esperando a los tortolos para iniciar el verdadero plan, puesto que en Ardoscan había sembrado los nuevos cimientos de la sociedad que deseaba empezar a crear. Una en la que yo sería indispensable. El viento silva y el helado pronóstico afirma que se acerca una tormenta. Sonrió Sardónica mientras veo como las defensas empiezan a ser mortíferas contra cualquier atacante, empezaba poco a poco a ilusionarme sobre cómo estaba atrayendo a Alanys Berellon y a Era Borges a una trampa mortal. Miro hacia el castillo mientras el frio arrecia con ferocidad. Trago saliva de tan solo recordar lo horrible que era vivir en las garras de Helen Fabriano de Ardoscan, era muy joven para saber que mi propio hermano abusaba de mí y aún más joven para desarrollar odio hacia mi padrastro. Las fragatas una vez terminaran de descargar todo lo que estuviera dentro y fuera de valor volverían a la atmosfera para ser la primera prueba a la que se enfrentaran mucho antes de siquiera llegar hasta el castillo. Respiro profundo. Vuelvo la mirada hacia Hermes quien se encuentra a mi espalda igual de abrigado que yo. —No fue mala idea dejarte con vida—Expreso sarcásticamente. El levanta la mirada y empieza a reír coqueto. —He aprendido muchas cosas…cosas que te gustaran si las pruebas gracias a ello Jeriko—alega petulante y seductor. Me muerdo un labio. Puede que hubiera provocado una reacción en mí solo con esa declaración. Hermes me guiña un ojo y da una reverencia en cuanto decide retirarse para llevar a los niños hacia el laboratorio en loa hangares, ya Markus se había encargado de asignar las obligaciones a cada quien. Mientras los observaba caminar me topaba con Gael, el joven y guapo Gael quien se encontraba dando órdenes a los nuevos mecas y alzando su brazo para dirigir. Quien pensaría que en un mes pasaría de ser un sirviente en Esfinge a ser comandante de mis tropas personales, claramente el chico de cabello oscuro me causaba hambre y despertaba todos mis deseos aun cuando solo realizaba las tareas sencillas que deseaba que hiciera. —Debería entrar al castillo Emperatriz—Insta con amabilidad y preocupación en su voz el IA en el que tanto confiaba. —Es cierto Markus, pero aun deseo observar un poco más el lugar y los preparativos—Ronroneo. Se acerca a mí y susurro a mi oído con severidad. —Las minas se han puesto con éxito en los alrededores del castillo y el hangar, el Meca bestia se ha reactivado para poder llevar a cabo una mejor defensa y las fragatas se encuentran vigilantes en la atmosfera, todo está listo Emperatriz…no necesita seguir congelándose en el exterior cuando podría entrar en el interior del cálido castillo —Jadea en mi oído en cuanto sujeto su cuello. —Markus…ya se todo eso y si lo que deseas es estar conmigo mientras esperamos a que el laboratorio sea funcional, vamos al castillo, pero sino es así quédate callado—Impero en cuanto lo veo sonreír. El cuerpo Morano que le había otorgado para su apariencia me excitaba, era extraño y todo menos humano, en ese momento paso hacer mi principal objetivo. Respire profundo para percibir el aire helado y empezara a caminar hacia el glorioso castillo. Le regalo a mis seguidores una sonrisa de medio lado y me dirijo hasta una habitación adaptada especialmente para mí, alegraba haber dejado un grupo de Yakuzas para remodelar y reparar el lugar. —¿Está segura sobre el lugar? —Pregunta con incertidumbre Markus quien me acompaña hasta la habitación que anteriormente era de Helen. —Debo enfrentarlo y para enfrentarlo debe de estar en el mismo lugar del cual decidí huir en primer lugar—Explico al empujar las puertas y vislumbrar el cálido lugar que fue decorado con colores monocromáticos. Todo estaba diferente tal y como lo había ordenado. Suspire y pase sin dudarlo ni un segundo. —Muy pronto empezare a reactivar el proyecto con las nuevas actualizaciones—Explico Markus. —Pues espero que esta vez sean iguales a mí y no sean como la otras—Impere al acostarme en la cama y empezar a ver el techo que reproducía una enorme cantidad de espacios. —¿Desea qué alivie la tensión en su cuerpo? —Pregunta al cerrar la puerta y adentrarse a mi habitación. Respiro profundo y me lanzo sobre él. —No te he puestos la atención necesaria últimamente Markus, entiendo que estés molesto o emules estarlo después de todo solo eres una máquina—Siseo en su oído para provocarle una reacción. —Estas equivocada—Gruñe. Sujeta mis caderas en una trampa mortal en la que sus manos funcionan como los agarres, opta por destrozar mi ropa en el proceso y ponerme contra la cama y asfixiarme con agresividad. Intento zafarme de su bruta agarre pero en cuanto logro sentir su m*****o arrebatarme el aliento de una estocada solo cedo ante él. Jadeo en cuanto sujeta mis caderas con fuerza y revuelve mis entrañas, no esperaba hacerlo con el en ese momento pero debí suponer que mis movimientos corporales amenazaban con enseñarle otras señales que no le había propuesto. Grito. —¡Lo está disfrutando!—Se exalta al acercar sus labios hasta los míos y robarme de un beso el aliento. Jadeo. Al sentir sus labios en mis pechos, muerde mi pecho con dulzura y luego empieza a colocar mis piernas sobre sus hombros. —¡Carajo Markus! —Grito porque su m*****o mueve todo mi interior. Ni siquiera m había dado tiempo de mojarme cuando él ya se encontraba acribillando mi interior y causando fricción entre los dos. Él sonríe sardónico en lo que sus fuertes y grandes manos empiezan a recorrer mi cuerpo con lentitud, gimo al sentir como apretar mi piel y empieza a embestir con más lentitud formando un movimiento semicircular. —¿Te lastimo? —Pregunta irritado. Sonrió y saco mi lengua con sensualidad para recibir sus hinchados labios y sentir su lengua invadir con agresividad el interior de mi boca indefensa, me estremezco de solo pensar que estaba dejándome someter por Markus. —No, así está bien—Susurro mientras me sujeta el rostro. Puedo sentir su peso sobre mí, cada embestida, cada mordisco y lamida en el cuerpo, por un momento llegue a pensar que era humano, el no hacia cosas como esas, recuerdo que hasta ese momento solo podía hacer lo que yo le pedía que hiciera, pero su desarrollo me asusto un poco. Empecé a manosear su espalda con lentitud y pude percibir como la arqueaba cada vez que me daba una embestida. —Jeriko—Lamio mi cuello y jadeo mi nombre al mismo tiempo. Me petrifique abrumada, apreté mis piernas con fuerza alrededor de sus caderas. —¿Qué?—Gemí con fuerza. Trago saliva. —Te amo—Susurra a mi oído. Suelto un gemido de la impresión, por algo motivo mi corazón se sacudió y termino latiendo más rápido de lo que ya lo hacía, era imposible que alegara tal cosa, pero si era imposible o no en ese momento no me importaba, quería acabar, lo estaba disfrutando demasiado y en ese punto estaba tan feliz por su declaración de amor que no pude evitar responderle también. —Yo también te amo Markus—Mi voz temblequea con cada embestida y llego a morderme un labio de solo pensar que la máquina que cree tenia mente propia y me amaba. Era maquiavélico porque sabía justamente donde darme placer, sabia como obligarme a ceder y caer en sus redes, nunca antes me había sentido tan complacida de un cuerpo como el de él. Me gira con gran ferocidad y empieza a follarme en cuatro, Mi espalda se encuentra arqueada y mis muslos alzados para dejarse golpear con sus caderas, la rítmica contracción que realizan sus músculos en conjunto con mis leves movimientos crea una sensación muy placentera. Al tomarme por sorpresa logro hacerme calentar con gran velocidad. Mi cuerpo ardía en placer y el olor dulce que emanaba era el de la excitación, él era culpable de mis necesidades que con el tiempo se habían vuelto insaciables. Logro soltarme de su agarre y ponerme enfrente de el para empezar a salivar y darle una lamida a su m*****o azul bien erguido, mis labios ardían un poco mientras intentaba meterlo todo a mi boca, suelto una arcada en cuanto me dio cuenta de que mi garganta no es lo que era antes. El me observa con perversión y sostiene en un puño mi cabello. —¿Esta es la nueva mejora que habías querido? —Pregunto con curiosidad. Sigo lamiendo su glande y masajeando su escroto en mis manos. —En efecto—Afirma al hacerme tragar de golpe su v***a. Suelto lágrimas de impresión mientras él empieza a embestir lentamente, una vez decide sacarla vuelvo a respirar nuevamente y lo observo con una mirada suplicante, él se acerca a besarme y empieza a posicionarse para introducir en mi enrojecida v****a su endurecido m*****o nuevamente. Jadeo. —Me vengo Markus—Susurro a su oído. —Fue demasiado rápido—Gruñe. Sujeta mis pechos entre sus manos y mordisquea mis labios, hasta que ambos logramos llegar al clímax al mismo tiempo. Lo observo con ternura y me doy cuenta de que él debió ser el hombre con el que me casara, pero no era real y mucho menos era lo que mi padre quería, Kenji nunca descubrió mi relación bizarra con el IA, pero Howl si. Trago saliva con dificultad. —¿Cómo reconfiguraste tu sistema? —Pregunte llena de incertidumbre. —Rescribiendo tu código Jeriko—Sonrió y se levantó para empezar a vestirse. Del impacto no me di cuenta en qué momento se había desvestido, sonreí y por primera vez me sentí encantada por un ser, Markus me había conquistado mucho antes de crearlo. Puesto que recuerdo claramente que éramos una de las pocas familia que solíamos contratar mercenarios y había un Morano entre las filas que olía elegir mi padre, entonces su rareza y personalidad me cautivo, para mi proyecto de desarrollo decidí hacer a Markus basado en un Morano. —Pero eso significa que ya no estas bajo mis órdenes y ahora tienes libre albedrio—Hablo en voz alta mientras analizo la situación. —Sigo bajo tus ordenes, tengo libre albedrio, pero no deseo faltarle de ninguna manera a usted—Sonríe y se acerca a besarme. —Nunca antes había sido tan domada como lo fui hoy—Me reí sin parar un largo rato. —Porque ninguno de ellos sabia como conquistarla mi señora—Expresa petulante. Seguía sin comprender plenamente el cambio tan repentino que había llevado a cabo en tan poco tiempo, aunque tal vez esas llamas venían encendidas desde hace amucho. ∆∆∆ Barshee,Einity. Alanys Berellon Me arrodille frente a sus tumbas mientras aun no amanecía, a mi lado Roxanne con una máscara en el rostro me observaba y acompañaba sin dudarlo, los Cathros se habían percatado de nuestra llegada y se había propuesto apuntarnos con armas mucho antes de llegar a salir. Pero Miaumen reconoció el modelo de la fragata perteneciente a la flota espacial del General Varskosk el Morano que se había quedado en Liberty en caso de que Jeriko decidiera empezar a atacar. Sollozo en silencio al tomar conciencia de todo lo que había pasado, el frio del desierto empezaba a golpearme con fuerza y solo para ese momento traía puesto el traje que Era me había otorgado para protegerme. Respiro profundo. —No se sobrecargue de emociones tan rápido, aún está bajo vigilancia recuerde que no es saludable para usted Alanys Berellon—Musita al cubrirme con una manta. Seguía sin entender porque les importaba tanto mi bienestar. —Debo llorar si quiero sentirme mejor Roxanne. No sé cómo funcione eso del duelo con los de tu especie pero los humanos lloramos, gritamos y nos deprimimos durante este largo proceso—Increpo lleno de lágrimas y con la voz quebrada. Miaumen se acerca a mí y empieza a ronronear bajo mi abdomen. —Hazle caso al conejo miedoso y cálmate—Ronronea con dulzura. Empiezo a acariciarlo hasta que por fin puedo ver su rostro con claridad puesto que las lágrimas me lo impedían. —Te dejaste tocar felino esponjoso—Sonrió. —Necesitabas tocarme supongo—Gruñe. Tenía entendido que los Cathros usaban las vibraciones en sus ronroneos para calmar a otros seres y a sus crías durante momentos traumáticos, también ayudaban en la regeneración de heridas y constantemente servían a un bien común en el que podían sanar a otros seres con ello. Antidepresivos vivientes, guerreros tenaces y estrategas invencibles. Eso eran los Cathros en el universo basto y lleno de oportunidades. —Estas a mi merced lo sé—Empiezo a Reír. El gato coloca una cara de confusión y huye de inmediato, pero luego de darse cuenta de que mi tacto no se sentía tan mal regreso. —El gran general Miaumen cayo ante las manos de una humana—Expresa con ironía el conejo—Por lo menos el conejo miedoso sigue con vida aun después de a verse orinado durante el aterrizaje—Admite avergonzado. Los Cathros que vigilaban empezaron a reírse con maullidos. —¿Enserio se orino? —Pregunta Miaumen con incertidumbre. —Tal cual lo está afirmando—Frunzo el ceño y observo a Roxanne temblequeando del frio a mi lado. Corroborar la información fue un detonante letal para las risas de los feroces felinos. —Tengo preguntas—Su tono de voz cambia completamente—Y necesito las respuestas Alanys Berellon—Impera mientras continuo cargándolo hasta la casa. —Pregunta gatito—Expreso con dulzura mientras observo la fogata que los escoltas de Miaumen habían realizado una fogata justo en el lugar en el que me sentaba todas las noches o las noches que me sentía de ánimo. —El pueblo que se encuentra a unos cuantos kilómetros ni se inmuto cuando llegamos y mucho menos pareció alarmarse en cuanto los Yakuza amenazaron el lugar—Expreso con incertidumbre. —Es un pueblo fantasma general, allí no hay nadie, todos se habían retirado a la ciudad, por eso elegí este lugar, alejado de todo y desconocido—Explico al encontrarme frente a la entrada del bunker. —Entiendo—Expresa con un gruñido al forcejear para salirse de entre mis brazos y entorpecer mi entrada hasta el bunker—No puedo permitir que pases—Amedrenta. Frunzo el ceño y me echó para atrás sin oponer resistencia mientras los gatos se ajuntaban en la puerta y todo para que no fuera capaz de entrar. —Quiero ver a Howl…quiero saber si está bien—Atona. —La operación fue un completo éxito Alanys Berellon, según lo que explico el robot antes de entrar en un proceso de hibernación —Específico el gato. —¿Pero cómo saben que funciono realmente? —Pregunto dudosa. —Lo sabremos cuando amanezca y para eso falta poco—Señala hacia el horizonte—¡Le ordeno que descanse en su nave! —Impera. Suspiro. Asiento y me retiro junto con Roxanne hasta la nave, los ojos de los gatos brillan en la oscuridad y se notan mucho más con el resplandor del fuego, tenía poco tiempo y mientras conjeturaba hacia donde Jeriko pudo haber llevado a mis niños empiezo a sentir hambre. —¿Trajiste comida Roxanne? —Le pregunto al conejo que se encuentra sentado tras de mí. —¡Por supuesto que si señorita Alanys traje un bolso repleto de provisiones para un mes! —Expresa exaltado. —Comamos para dormir un rato—Insto. Lo observo sacar de una mochila una increíble cantidad de legos, pero claramente no eran legos, realmente solo eran los envases de comida miniaturizados. —Hay gran variedad, casi todo es vegetariano—Pronuncia inseguro. —Comeré lo que sea mientras lo reconozca y no me mate—Expreso fría. Roxanne se echa a reír y me extiende el envase. Empiezo a comer poco a poco lo que tan amablemente ha traído, agradecía tenerlo conmigo ya que a mí se me olvidaban las necesidades habituales de un ser viviente cuando algo como lo que acababa de pasar ocurría. Termino y me acuesto a dormir, tal vez la impresión que recibí fue más fuerte que cualquier otra cosa y cuando corrobore que mi mascota y mi pupila habían perecido la ira se incrementó, no permitiría que Jeriko saliera con vida del lugar en el que estuviera. Rem también se preocupaba todo el tiempo por mis comidas. » —¡Alanys!. —Ash—Dijo mientras lo ignoró. —¡Alanys!. Sigo ignorándolo. —¡Alanys!¡Espera por favor!—Grita desesperado Rem. Logro tener algo de piedad y me giro a verlo, puedo presenciar como tarda un poco en ejecutar un paso debido a la enorme cantidad de arena. —¿Qué?—Increpo. Me extiende la mano con una caja. —Tu desayuno—Tenia la boca abierta y entre resoplos y jadeos porque para mí fue un paseo recorrer cien metros, para el enaltecido chico era toda una odisea—No queríamos que te fueras sin una última comida de casa —Sonrió. Ellos me recordaban esa parte de mi humana que no podía perder. —Gracias Rem—Sonrió y tomo la caja mientras subo a la fragata—Que no se te olvide alimentar bien a Khoalmy y vigilar a Saúl junto con Kacknnis no quiero que destruyan la casa—Me rió, ya que realmente logra causarme gracia aquella petición. —¿Volverás?—Lo dice de manera preocupada y puedo verlo en su rostro. La compuertas de la fragata se abren y yo termino entrando, activo por comandos de voz la gran pieza de ingeniería y miró por sobre mi hombro la chico tras de mí. —¿Quién crees que soy?—Con sarcasmo. —¡Alanys Berellon, la mejor mercenaria que podrían tener los Yakuza!—Grita con entusiasmo. Mientras la puerta de la fragata se cierra. ∆∆∆ —Alanys Berellon—Escucho la voz de Roxanne. —¿Ya amaneció? —Pregunto con la voz ahogada. —Howl Yakuza acaba de despertar—Suelta con rapidez Roxanne. Me sobresalto y lo miro confundida, frunzo el ceño y empiezo a correr hacia donde se encuentra Miaumen. Lo observo y el señala hacia dentro del bunker, sin dudarlo ni un segundo entro en la casa y por fin lo observo viendo su cuerpo inerte sobre una mesa, un escalofrió recorre mi cuerpo e inmediatamente siento la necesidad de comprobar quien es realmente. —Howl—Digo dulcemente. —¡Alanys!—Suelta un grito desesperado en cuanto logra reconocer mi voz fría y al mismo tiempo cálida, estaba muy asustada. Era el rostro de Alex, el cuerpo de Alex vestido con la ropa que antes poseía él, pero la voz de Howl. Respiro profundo y me acerco dudosa hacia él. —Tranquilo—Musito al estirar mis manos hacia a él—Está bien, no te exaltes a decir verdad no puedes hacer muchas cosas con este cuerpo…entonces déjame explicarte la situación—Explico con la voz serena.  —Tranquila…Miaumen ya me explico todo y por mí mismo he comprobado que demostrar emoción alguna o realizar un desahogo es completamente o casi imposible—Insto—El simple hecho de que intentes abrazarme y no pueda sentirte…me volvería loco—Arisco. —Es mi culpa—Susurro llena de ira, llena de dolor. Nunca antes me había sentido tan culpable en la vida como me sentí ese día, pero al verlo actuar como Howl tuve esperanza, tal vez no estaba tan equivocada y mucho menos cuando su actitud se mostraba igual, su cuerpo ahora era metálico y las manos tibias que solían rodearme eran remplazados vilmente por piezas robóticas suaves. —Nunca vuelvas a sentirte culpable por decisiones que yo tome, tú no tiene la culpa de absolutamente nada—Susurra a su oído con severidad. Continúo sollozando. —Pero… yo le pedí a Alex que lo hiciera que te salvara— Sé que mi voz se quiebra constantemente y el dolor que sentía emanaba con más fuerza en mis palabras. —Lo hiciste para mantenerme con vida…no querías que fuera a ningún hueco a vivir con gusanos o a un incinerador porque tenías miedo que nuestro bebe se quedara sin su padre—Susurra dulcemente—Yo tampoco quería morir y menos así—Afable. Comencé a calmarme porque su voz me convencía de la realidad que me obligaba a ver y nuestra realidad afirmaba que mi cuerpo humano ya no existía, pero yo seguía vivo en un cuerpo diferente al mío. —Te lo agradezco Alanys—Susurra con calidez a mi oído mientras continuo abrazándola sin dudarlo ni un minuto. —Pero yo te condene a esto Howl—Trémula. —Si vivir gracias a ti es una condena, viviría sin cuerpo solo por observarte cada mañana—Murmuro con dulzura Respira profundo y le da un beso en la frente aun cuando sé que no podía sentir nada. Me sienta culpable, porque sinceramente creía que yo lo había llevado a hasta esa situación, pero Howl nunca culpaba a los demás por lo que le pasara aun cuando realmente fuera su culpa, el seguía fielmente la ley del caos. —No sé si fue lo mejor—Dudosa.           —No lo cuestiones, debió pasar así, agradezco a Alex por estar presente en un momento como ese—Me lo imagino sonriendo ampliamente, la sonrisa hermosa que solía mostrarle al público y sobre toda mi para calmarme. —Deberías ir a ver sus tumbas entonces—Insto con nostalgia. Él debía saber que no solo había estado llorando por él, sino que también por Her y Khoalmy que se encontraban enterrados en algún lugar del desierto en el que nos encontrábamos. —Está bien—Musita lleno de tristeza. Salgo hacia afuera más tranquila con un peso menos en el pecho y los hombros porque por fin corroboraba que Howl Yakuza habitaba en el cuerpo de Alex, ¿pero qué pasaría con Alex? Howl avanzo poco a poco hasta llegar a donde se proyectaban los hologramas y se quedó observándolos durante un largo rato. Roxanne se acerca preocupado hacia mí. —Debemos irnos a Helycion—Explica con cierta hostilidad. —¿Cómo sabes que debemos ir a Helycion? —Pregunto hostil. —El general que ahora se encuentra…haciendo sus necesidades… Bueno me dijo que Alex conjeturo que Jeriko Yakuza tenía planes en Ardoscan—Dudoso intenta recordar claramente que fue lo que Miaumen le dijo. —Alex siempre tiene razón—Sonrió de medio lado y recuerdo con claridad el día en el que lo conocí. »Me quedaba poco tiempo, ya mi fragata debía estar empezando a encenderse para poder preparar la huida sino había sido capturada por algún Félido. Resolló. Cuando mi cañón se desactiva notó que no fue suficiente, pero aún podía cargarlo pero sería demasiado para mi cuerpo robótico. Estaba acabada, sería desmembrada y moriría como pensaba desde el momento en que entre en el Terrex carguero. Entonces sucede lo impensable. 100% «Carga finalizada». —Déjame ayudarte—Puedo oír su amabilidad. Y a su vez una potente explosión acaba con lo que quedaba de la pared. Una vez ocurrió eso, la presión nos lanza hacia afuera con una fuerza de proporciones abruptas, finalmente estamos justo flotando en el exterior del carguero. ∆∆∆ —Ese robot esta desalmado—Suspira desanimado Roxanne. Me echo a reír. —La mejor idea que haya tenido fue conservarlo conmigo—Expreso con entusiasmo. Me vuelvo a mirar a Howl quien viene de regreso hacia mí, sigue viéndose como Alex, pero se que es Howl. —Alanys debemos ir a salvar a los niños y parar esta guerra estúpida que Jeriko planea…Solo intenta sacarnos de quicio, torturarnos y actuar como una villana pero…—Howl intenta justificarla delante de mí. Lo interrumpo llena de cólera y cambiando por completo la expresión en mi rostro. —¡La detendremos y yo misma la matare! —Increpo con severidad. ∆∆∆ Helycion, Ardoscan. Saúl Dani »La sujete en mis brazos antes de que se perdiera en la protección de su habitación, y empecé poco a poco a consolarla, conforme me sentaba justo en la sala frente al ventanal rectangular, desgastado, rayado y lleno de arena, cierro los ojos y empiezo acariciar su cabeza, mientras ella toma en llanto mi camisa y se refugia en mi pecho. — ¿Sabías que Alanys es la mujer más fuerte del mundo?—Emito un dulce sonido conforme empiezo a formular una pregunta. —No lo sabía—Sorbe sus mocos y me mira con nostalgia. Intento verme seguro y esta vez lo intento desesperadamente. —Pues te contaré una historia sobre ello—Sonrió con amabilidad y la pongo nuevamente contra mi pecho—En tiempos remotos había una niña, una niña fuerte y dedicada que vivía en un planeta con una estrella moribunda... ∆∆∆ ¿Qué había pasado conmigo y ese pensamiento sobre ella?¿Por qué ahora dudaba tanto de la mujer más fuerte del mundo?¿Qué me hizo cambiar de opinión? Suspiro mientras pienso que había perdido completamente la cordura, estaba asustado y todo porque realmente las responsabilidades no son lo mío, seguía siendo un niño, un mocoso con adicciones y mucho estrés hormonal. Respiro profundo.   Mientras observaba la nueva celda a la que nos habían trasladado nuevamente, en definitiva seriamos parte de un excéntrico laboratorio, seguía sin tener idea para que eran los contenderos cilíndricos transparentes, pero había lago muy extraño en todo lo que estaban transportando delante de nosotros y era que todos los guardias bien cubiertos median igual. Ladeo mi rostro lleno de incertidumbre. —Saúl—Susurra Rem con dificultad, detestaba el frio, no lo soportaba a esa escala y mucho menos en un lugar con tan poca calefacción. —¿Qué ocurre? —Diligente. Me acerco a él con una manta de la cama y lo envuelvo junto con Kacknnis. —Tú también te diste cuenta—Sonríe de medio lado, por un momento creí que hablaba de los guardias—De que en los papeles de Alanys había una sola palabra que se repetía—Tose. Nunca termine de examinarlos la verdad, entre el agotamiento y la sobrecarga emocional, estaba demasiado agobiado como para poder trabajar como un genio. Ha este punto me planteaba ¿el por qué no habían enviado más mensajes aun cuando ya estaban a salvo? ¿y por qué no nos avisaron de un ataque, podíamos ocultarnos? Pero lo último que se me ocurrió era que Alanys confiaba demasiado en el lugar en el que nos encontrábamos  y por eso opto por no agilizarse, creyó que tendría tiempo, pero nada de eso fue lo que paso. —No entiendo lo que dices—Confundido. —Debería contarte…que las primeras personas que Alanys mato fueron para vengarte y salvarme—Susurra con voz se escucha ronca y ahogada. —¿A qué te refieres? —Me lleno de horror al escuchar eso. —Deberías preguntarle tú mismo—Adormilado. Ambos estaban muy cansados como para seguir despiertos aun cuando no nos encontrábamos a salvo, tal vez era el frio que causaba en ellos un efecto hibernado y los obligaba a ahorrar energía, suspiro al darme cuenta de que yo también debía descansar. Pero seguía pensando que las mismas estaturas, tal vez había algo que no estaba viendo.
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