4 x Nombre

4195 Words
Vuelvo en mí. Todos se llena de silencio y finalmente la Macrobeast se aleja, continuo mi recorrido por el conducto sabiendo que estoy a unos pocos metros del objetivo, pero solo teniendo el conocimiento de la distancia y dirección, más no ubicación exacta. Llegue a donde tres opciones me indicaban a donde ir entre los conductos uno en el centro, uno izquierdo y otro derecho, pensé y elegí al azar pasar por el del centro. Pero me detuve al escuchar un pitido que provenía de mi muñeca robótica. «5 minutos restantes». Un gruñido. Y luego una gigantesca garra que a traviesa la pared metálica, con gran fuerza me lanzo hacia adelante y quedó encajonada en el conducto del centro, despliego mi arma y le apuntó al brazo de la Macrobeast a matar, este recibe el impacto y salpican gotas de sangre en el conducto y puedo escuchar el llanto de un perro. Pero eso no era suficiente había más de uno regados y vigilando, me apresure a moverme por el conducto y finalmente salir por una rejilla. Escaneo rápidamente el lugar y no parece haber actividad de ningún ser orgánico, bajo poco a poco hasta caer suavemente en la piso metálico y al darme la vuelta me encuentro cara a cara con una figura en la oscuridad. 75%  Enciendo la luz de mi traje y frente a mí, estaba el objetivo, parado firme y observándome fijamente, apunto con mi arma justo en su pecho mientras me hago espacio hacia atrás. —¿Quién eres?—Dijo con una voz de doble tono. Jadeo, aún estoy impactada por el ataque el Macrobeast, ignoró su pregunta para revisar mis piernas y me encuentro con que solo rasgo el traje. Hoy era mi día de suerte. —Humana—Habla un poco más serio—¿Quién eres?—No puedo distinguir bien un expresión pero su voz me hace entender todo. —Soy Alanys Berellon—Logro decir una vez recuperó el aliento. —Posees un nombre peculiar ¿Eres parte de los Félidos?—Ladea su rostro un poco. —Para nada, soy un Yakuza—Empiezo a revisar el área. No tenía tiempo para entablar una conversación con una máquina y menos una tan extraña, pero es difícil evadir sus preguntas tan persistentes. —¿Vienes a salvarme?—Camina un poco hacia mí. Esa pregunta logra hacer que me ría. —¿Salvarte?—Bufo—Vengo a robarte—Sonrió en cuanto el escáner que realizó de la recámara me indica que será difícil salir sin causar escándalo. Sujeto a los robots consiente y colocó un imán que lo presiona contra mi espalda y luego de sentir todo su peso y darme cuenta que sería una carga para mí, colocó una burbuja de gravedad cero para que sea mucho más liviano. —Dijeron que te robara, pero no indicaron las condiciones en las que debía llevarte—Gruño, mientras preparó una bomba justamente del lado de la puerta y lo uso como escudo en mi espalda, alejándome varios metros. La bomba explota y todos los sensores de la nave envían una alerta. —Me gustaría conservarme tal cual me veo—Menciona con perspicacia. Me sorprendo mientras cargo con él en mi espalda y corro hacia a fuera de donde la bomba explotó alejándome de la recámara, no había mucha tecnología que me importará, pero si un adorable ayudante circular con brazo plegables y cabeza de oso. —Ah ternura, eres perfecto para Kacknnis—Me dejo llevar por su encanto. Lo sujetó rápidamente y lo magnetizo al robot que estoy robando. —Sujeta eso y no lo sueltes—Le ordenó sin tener idea de si cumplirá mi orden, pero para mí pensar era muy inocente, no había puesto resistencia ante mi aparición. 87% «Mierda, dos paredes más y estoy afuera» Logro pensar mientras corría por los pasillos con el arma en mis manos y dos robots en mi espalda. Se me acababa el tiempo. Mientras la nave empezaba un aislamiento forzoso, yo pensaba en preparar otra bomba, las compuertas reforzadas bajaban de golpe y resonaban acercándose cada vez más a mí, me alejo y cubro con ambas máquinas y la explosión acaban con las paredes metálicas una vez más. Sigo corriendo, pero me encuentro cara a cara con Macrobeast. Trago saliva conforme freno el paso y giro rápidamente mientras disparo a los Macrobeast que empiezan a correr por las paredes. Utilizo otra bomba pero está vez para deshacerme de ellos. «Alerta, alerta, alerta». Resuena la alarma mientras continua buscando el final del pasillo para poder escapar. Entonces utilizo un cañón plegable en mi brazo izquierdo. Jadeo conforme espero que el mismo cargue. —Ya casi está completa—Puedo oírlo tras de mí. «¿Qué mierdas estaba completo?»pienso al instante mientras me coloco frente a la pared que buscaba que daba con el exterior, pero esta era mucho más gruesa que las anteriores y tal vez un solo disparo de mi cañón de neutrones no sería suficiente. 96% Los Macrobeast y los usuarios de mecanotrajes vienen tras de mí, puedo oírlos claramente. Pero debía concentrarme. La energía se posa al frente del cañón y puedo disparar, las luz refulge con gran intensidad conforme a traviesa el metal derritiendo y cayendo por inercia al suelo. 98% Me quedaba poco tiempo, ya mi fragata debía estar empezando a encenderse para poder preparar la huida sino había sido capturada por algún Félido. Resolló. Cuando mi cañón se desactiva notó que no fue suficiente, pero aún podía cargarlo pero sería demasiado para mi cuerpo robótico. Estaba acabada, sería desmembrada y moriría como pensaba desde el momento en que entre en el Terrex carguero. Entonces sucede lo impensable. 100% «Carga finalizada». —Dejame ayudarte—Puedo oír su amabilidad. Y a su vez una potente explosión acaba con lo que quedaba de la pared. Una vez ocurrió eso, la presión nos lanza hacia afuera con una fuerza de proporciones abruptas, finalmente estamos justo flotando en el exterior del carguero. Activo mis propulsores y la fragata ya encendida y preparada para dar un salto está esperándome con las compuertas abiertas. Solo puedo sentir alivio. Ya dentro aseguró al objetivo y a la carga demás en los asientos desplegados para poder sentarme y activar el salto. Pero lo peor solo empezaba ahora. Los Terrex no solo portaban mercancías robadas o de otro tipo, también tenían un repertorio inmenso de naves de caza, rápidas, ágiles y con tremendo arsenal de batalla. Me petrifique conforme veía como los caza empezaban a salir. El Terrex humeaba justo donde el agujero estaba y muchos de mis perseguidores flotaban en el nitrogenado espacio. Active el salto. Desapareciendo de su mira por un breve instante. Intento calmarme. —Aun no estamos fuera de peligro—Dijo el meca. —Es difícil salir de la mira de un cazador, tenemos unos minutos antes de que nos encuentren y la fragata necesita cargarse— Estaba inmersa en un vacío mirando hacia el frente. —Podemos escondernos en ese planeta— Indico el robot. Miro en dirección a dónde se encontraba el planeta con matices en su exterior rosados y algo morados con tonalidades amarillas, pensé que podía ser buena y idea, hasta que me percaté de que desconocía por completo sus condiciones atmosféricas, me tomé un tiempo para prescindir lo que haría y una vez más eso hablo. —Si dudas por las condiciones atmosféricas, el planeta es estable, —carece de oxígeno, pero eso no es un problema para ti—Dedujo con mucha elocuencia. Apretó la mandíbula y tuerzo mi boca. —¿Cómo lo sabes?—Giro en mi silla para estar al tanto de sus expresiones. —Te preocupa el ácido y las tormentas eléctricas que puedan verse reflejadas en su atmósfera, pero ese planeta carece de alguna de esas inestabilidades—Comenzó a mover sus manos al frente— Es un escondite factible temporal, sino no llegarás lo suficientemente lejos como para conservar tu vida—Me observó fijamente como si estuviera tratando de descifrar mis pensamientos—Puede pasar lo siguiente; que te atrapen en los siguiente 10 mil años luz y mueras brutalmente o que tengas como defenderte en el planeta anteriormente mencionado. Bramó. —Iremos a ese planeta—Giro en la silla con brusquedad y pongo las manos en los controles, de inmediato y sin otras opciones creo mi escondite en el planeta desértico. Activo los tanques de oxígeno y me coloco mi respirador, conforme maniobro con gran astucia en la atmósfera del mismo, puedo visualizar a la distancia un trozo de tierra cerca de una pequeña montaña escarpada, parecía que fuera de esa estruendosas corrientes a de aire no había paz alguna, pero había una quietud predominante y una planicie desierta con diversas rocallosas después de atravesar la atmósfera, logro poner la fragata justo frente a la montaña escarpada. Respiró profundo y apagó la nave. Veo por el cristal hacia el infinito cielo con mis ojos biónicos y mi visión alcanza hasta un poco más allá de donde prevalece el campo atmosférico. Los cazadores pasaron por alto el planeta y saltaron consecutivamente desde allí. —El resultado es satisfactorio—Resonó con gran fuerza en el recinto. Tanto que logra sacarme de mi concentrada misión de percibir con gran enfoque al enemigo fuera del escondite. —¡Que ruidoso eres!—Espeto en cuanto todo mi cuerpo empieza a fallar. —Tienes grandes fallas en tu sistema robótico— Ladea el rostro hacia un lado. —No he ido a un Maquinománcer en un año, estás prótesis son todas nuevas pero mis cuerpo consciente las rechaza, o ellas a el —Jadeo y hablo con dificultad mientras caigo agotada sobre el tablero de la nave. ∆∆∆ Ella queda totalmente inconsciente. Cae sobre el tablero y solo puedo precisar y contar sus respiraciones por minuto. Todo sus sistemas estaban fallando y no precisamente por su esfuerzo físico sino por graves daños en su mecánica. Me levanto de la silla o eso intento hasta que me dio cuenta que un cinturón ata mi cuerpo contra el asiento, lo desabrochó y continuó hacia donde está el Asistente bien asegurado y desactivado. Enciendo al pequeño robot que no mida más que una tibia del hueso de una pierna y procedo a darle órdenes que incluyen servir como mi ayudante en la operación que estába a punto de iniciar. La sujeto y acomodo en el asiento de manera que pueda desabrochar su cinturón primero. Una vez echo eso empiezo a remover y desactivar el traje que viste.La colocó sobre el suelo, con el traje de por medio entre su cuerpo y el frío piso. Escaneo con desmesurado detalle todo lo que la conforma, su estructura física no era muy diferente a la mía por lo tanto quedé inmerso en la igualdad que se emulaba. Me arrodilló frente a su cuerpo desnudo y poco a poco empiezo a palpar sus partes cibernéticas; su brazo izquierdo desde el hombro hasta la mano eran complemente mecánicos, su pierna derecha desde la rodilla baja hasta su pie, parte de su estómago, ambos ojos y oídos... Eran complemente máquinas independientes de si. Su cuerpo orgánico estaba rechazando desde hacía un gran tiempo esas partes, pero resultaba difícil de creer ¿el por qué ?. Poco a poco me aventure a su brazo que parecía ser la parte más reciente y me encontré con que una terminación nerviosa no estaba familiarizada con un contraparte, reubique las conexiones, limpie sus procesos y purifique la información que administraban independientemente, para que trabajarán como una sola unidad a manos del cerebro de la chica. Pero no me percaté de que toda su columna vertebral era robótica. Me exaltó un poco el poder ver esa posibilidad en un individuo como ella, hasta donde sabía esas operaciones eran ilegales por el riesgo y el conocimiento faltante de lo mismo. El asistente acudía a mis órdenes limpiando las partes orgánicas que se salpicaban con sustancias químicas de su contraparte, sin duda alguna el espécimen humano que palpaba con mis manos robóticas era sin duda extraordinario. —Parece ser que tu parte orgánica ha luchado contra enfermedades muy potentes—Digo sorprendido, la joven chica tenía indicios de una enfermedad degenerativa mortal en su sistema, pero que con los implantes robóticos había sido neutralizada. Supuse que la primera operación fue la de su columna vertebral por obvias razones y es que el origen de toda su problemática era esa estructura huesuda, la misma estaba completamente y totalmente robotizada, supuse que los nuevos avances tecnológicos basados en mis antecesores realmente había surtido efecto en las nuevas generaciones del milenio y ella era prueba congruente de ello. —Te participe un mantenimiento extenso Alanys Berellon, no debes preocuparte por un largo tiempo—Emulo lo que creía es una sonrisa, pero que solo fue un abrir y cerrar de mi boca. Entonces una vez he examinado y reparado toda su parte mecanizada, me aventuró curioso a examinar su parte orgánica. El asistente se retira un poco para poder consumir las toallas que utilizo para limpiar su cuerpo, mientras yo palpo el mismo. Todo el estaba lleno de cicatrices con surcos y algunas manchas por quemaduras, realmente se enfrentaba al riesgo casi a diario si era necesario. Hago el gesto de tocar su seno derecho, me planteo si tomarlo en el medio o sujetarlo completo, pero optó por tomarlo con mi mano, me acerco un poco mientras papel suavemente el órgano de alimentación materno, una vez realizado el proceso con el derecho continuo con el izquierdo y me percato que no parece haber ningún bulto anómalo tangible. Está algo flaca, puedo discernir como sus costillas sobresalen ligeramente en los costados y parte de su caja torácica se marca más de lo usual, tenía una clara anemia y desnutrición, así que conecte al ayudante para proceder alimentarla por vía intravenosa, algo curioso de los ayudantes era la gran cantidad de insumos médicos que podían llegar a poseer en su interior, básicamente por el objetivo principal de su invención. Su piel a simple vista sufría de resequedad y deshidratación, pero no podía sentirla, para mí tocar su cuerpo era como tocar la nada—sabes que está allí pero sólo eso—la nada en donde habitaba antes. Llegue hasta donde sus pronunciadas caderas mostraban su sexo, ladeo mi rostro intentado comprender el porqué de esa herida en si cadera y puedo sentir como un golpe abrupto me lanza hacia atrás. — ¡Que carajos haces robot de la...!—Respira rápidamente con exalto. Se había percatado de que no dolía ni ardía ninguna de sus partes mecánicas. Estoy tumbado a metros de distraía de ella y procedo a esperar que se calme. —Realice una reparación de tu cuerpo mecánico, tarde varias horas en ello por eso—La miro empezar a vestirse—Deberías intentar dormir un poco más tu sistema está en proceso de carga—Advierto. —Eres un robot pervertido—Se burla—Pero un buen Maquinománcer debo de admitir. Ella enciende su traje para vestir rápidamente su cuerpo desnudo. —7 horas de trabajo, 7 horas que pudiste perder hace un año antes de que tu cuerpo empezará a fallar a escala mortificante, ahora puedes tener más libertad con tu parte mecánica ... pero no logro prescindir lo mismo de tu parte orgánica —Explique. —Pues no estaba lista para volver a ese quirófano— Álgida —Una máquina... De frío metal como tú, no lo entendería— Increpo en cuento se levantó para dirigirse al asiento y sostener en sus brazos al ayudante. Palabras iracundas y sólidas que representaban su verdadera naturaleza. Una feroz guerrera. ∆∆∆ El primer ser vivo que orbito la tierra fue una perra a la que bautizaron Laika. La primera mujer que voló al espacio fue la soviética Valentina Tereshkova. Viajo alrededor de la tierra 48 veces mientras giraba en órbita en la nave espacial Vostok 6 en 1963. Su nombre en clave fue Chaika( gaviota en castellano). Tras la misión estudio en la Academia de la fuerza Aérea en Zhukovski, y se graduó como ingeniera espacial en 1969. Los nombres son más que una identificación, un nombre es una definición, deja en claro que existes, exististe o existirá, toda esa información que contengo tiene un nombre y transciende en el tiempo. Un conocimiento muy complejo. —Te llamaras Go—Sonríe Alanys mientras tiene al robot en brazos—Porque eres blanco y suave, nunca había sentido un robot tan suave como tú— Estaba sorprendida. Su actitud era la de una niña, había durado tres horas en esa faceta, estaba constipado. —Eliges nombres con gran facilidad—Logro decir. —Y tú pareces ser más humanos conforme pasan las horas—Me mira con incredulidad— Entiendo que para ti sea tan difícil, después de todo aún no eres consciente de ti—Tenia un punto. —No logro entender—Baje la mirada—Cuando estuve en la instalación Mérida el doctor llevo un espejo ante mí—Analizaba la situación en voz alta. —Pues intentaba hacerte consciente de la realidad a la que perteneces—Frunció el ceño —Eres un robot, no sientes nada y vives pero no como un vino realmente—Se burla. —Alexetimia—Logro pronunciar. —¿Qué?. —Alexetimia es la palabra que describe de forma adecuada lo que soy, alude a la incapacidad de sentir y expresar emociones— Miro mis extremidades y luego a la humana—Estoy conforme con mi decisión, así que llámame Alexetimia por favor. —¡Alexe... Que!—Parece confundida—Te diré Alex— Opta por entrar en un comportamiento irascible. —Preferiría la mención mi nombre completo Alanys Berellon—Digo con severidad. —No exijas chatarra, no mandas aquí—Gruñe—Ahora vete a un asiento que nos largamos de este lugar, ya hemos esperado lo suficiente—Impera. Obedezco sumisamente, no tenía motivos para reprochar su imponente petición. —Envía un mensaje a Howl Yakuza—Seguía usando un tono severo—Agrega tres positivos y una calavera —Sonríe. Parece tener intenciones de enviar un código, podría interpretarse como positivos y una muerte, pero el contexto de la muerte no lograba entenderlo, su misión se había cumplido satisfactoriamente. —Alex quiero que guardes silencio en el camino—Impera nuevamente. —Orden procesada—Accedo a que ella sea la nueva encargada de mi existencia. Dudo en que lo sepa y que lo acepte, pero después de la muerte del doctor necesitaba un propósito, así que mantenerla con vida, sería mi propósito. ∆∆∆ Helycion, Ardoscan.  Howl Yakuza  Estoy leyendo un informe, el mismo que se usó para redactar y entregarle el contrato a Alanys. Obviamente estaba inquieto, claramente estaba preocupado por mandar a la mujer que amo a salvarme el pellejo, pero solo ella podía sobrevivir. Respiré profundo mientras me reclinaba en el asiento y miraba al techo. La arquitectura propuesta del castillo realmente era seria y poco colorida, solo poseía el mismo color azul grisáceo, azul oscuro y un n***o profundo, era extraño encontrar un lugar donde pudiera verse de color blanco tenue, había buena iluminación y el mismo se mantenía caliente por calentadores en las paredes, claro que se podía regular la temperatura de la misma pero esa calidez me recordaba a mí hogar, o lo que quedaba de él. Her sigue parada en la esquina, esperando una orden que por algún motivo no me dispongo a darle. —Señor... —Si ya sé que tengo que ir a ver al gordinflón fetichista y bisexual de Helen—Dije en tono burlón. Eso la hizo reír a carcajadas mientras cubrirá su boca delicadamente con su mano derecha, sonreí porque era difícil sacarle una sonrisa a la pequeña Her.  — Él espera en el comedor señor—Musita y luego junto sus manos al frente. —¿El o ella?¿ O ambos?—Me burle un poco, sabía que no era tan chistoso como él anterior—Her sino vuelvo a mí habitación después de esto y recibes un mensaje de Alanys, dile que venga a Helycion...porque estoy en graves problemas—Digo serio. Her solo asiente algo preocupada. Salgo de mi habitación. No me preocupaba su seguridad porque tenía conocimiento de quién era Helen, no le interesaban los niños. Le interesaba era yo y de una forma más profunda y asquerosamente carnal, el único motivo por el cual me encontraba realizando una negociación en Helycion, era por qué Jeriko sabía sobre los gustos de Helen. Sabía exactamente qué yo era su tipo. Una vez más era la carne de cañón, el señuelo y el queso en la trampa del ratón. No había ninguna negociación de por medio más que una tregua, lo único que quería Jeriko es que el gordo bajará sus defensas hacia "La despiadada" y poder hincar su cabeza sobre una estaca, porque estaba interfiriendo en sus asuntos universales. Camino por los pasillos hasta llegar a las puertas del comedor. Doy una reverencia una vez dentro y logró escuchar al otro lado de la habitación un gran chillido de emoción. Mi cuerpo se retuerce internamente asqueado. —Howlibinki—Sisea con mucho entusiasmo colocando falsete en su voz. —Buen tiempo, príncipe Helen Fabriano de Ardoscan— Digo educadamente sin tener el valor de levantar la mirada. Él se acerca un poco hacia la mesa ty puedo sentir como cierne su mirada en mi. —Howlibinki toma asiento— Insta con mucho entusiasmo. Doy otra reverencia y me acero a un asiento en el otro extremo del extenso comedor. Trago saliva y observó como uno de sus acólitos coloca un plato frente a mí y sirve un cubo en el mismo. —Howlibinki me alegra mucho recibirte en mi palacio—Sonríe guasón— Tengo entendido que no te quedarás lo suficiente—Expresa con voz seductora— Pero me encantaría que extendieran tu estadía— Frunce los labios y me mira lascivamente. Siento mi estómago retorcerse. Esta vez no disimulaba su interés en mi de ninguna manera. —Meramente negocios me han traído hasta aquí príncipe, además no quisiera incomodar con mi presencia—Usos mi refinado vocabulario para apaciguar sus instintos carnales. «El que está incómodo aquí soy yo» Pienso. Pero solo empeoró la situación. —Me fascina ese tono educado con el cual eres capaz de articular Howlibinki—Puedo escuchar como jadea. Se postra sobre la mesa como una enorme morsa lo haría sobre un banco de arena, me estremezco abrumado por tal horror. El hombre solo usaba una tanga platinada. Tiemblo en mi silla de la rabia por estar en una situación tan vergonzosa como está, era de esperarse si ibas a la casa del morboso hombre que tiene gustos peculiarmente extraños. —Me temo que no es de mi agrado escuchar ese apodo príncipe—Tenso la mandíbula. —Uy Howlibinki me temo que ese es tu apodo de cariño ahora— Una vez más usa ese todo seductor. —Vine para negociar la tregua—Aclaro con severidad. Él parece sorprendido, estira un brazo hacia la dirección de uno de sus acólitos y este se dirige hacia a él a colocar una túnica en su cuerpo. Después el logran incorporarse y caminar hacia a mí, atando un cordón alrededor de la túnica aterciopelada. —Tu hermana es muy observadora lo sabes ¿no?—Se detiene a tomar unas frutas y comenzar a masticarlas conforme habla—Ella vio que tú me gustabas y te mando aquí en son de paz, como un regalo—Gruñe— Y estaría loco...—Se toma una pausa para mirar la fruta, masticarla y luego mirarle a mí con esa mirada despiadada y hambrienta—¡Para rechazarlo!— Se muerde un labio y se aproxima hacia a mí. Pensaba que hacia algo de frío y que él casi al desnudo no parecía tener problemas con ello. —¡Príncipe no creo que sea lo que mi hermana quiere!—Me levantó desesperado de la silla. —Ella no, pero yo sí y estás en mis dominios por lo tanto eres temporalmente mío—Se remoja los labios con la lengua y se acerca poco a poco a tocarme. Lo evado rápidamente y coloca la silla entre ambos. —¡Pues me niego a ser parte de esto!—Replico rápidamente iracundo. El príncipe vira los ojos y sonríe. —¡Guardias!—Impera—Llévenlo al calabozo de inmediato, para que piense con más claridad sobre lo que desea hacer el joven Howl. Trago saliva. Suelto la silla y sujeto un cuchillo de la mesa al momento en que me subo a ella. —¡No me iré sin primero pelear!—Apunto a los guardias que se acercar rápidamente y al príncipe que cruza los brazos sobre su enorme panza. Pero recibo un golpe y lo último que puedo sentir es mi rostro sobre la mesa.
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