Alexetimia
Enalis me acompaña a la puerta, había adquirido mejoras físicas y mi aprendizaje adecuado a el exterior se había intensificado, claramente mi armazón estaba mejor preparado que antes y aunque no era indestructible tenía más posibilidades de sobrevivir en caso de un asedio, pero ya me había tomado el tiempo de analizar la situación anteriormente, debido a los posibles inconvenientes que tendríamos en la riesgosa misión, sinceramente aun no desarrollaba o entendía las emociones humanas, seguía estando obviamente incompleto.
Ella me observa con el rabillo del ojo y sin disimular la miro fijamente, deseo saber cómo se puede reconocer un Etherografo, hasta los momentos ningún amplio espectro de visión había revelado a uno, solo se sabía que podían transformarse en cualquier orgánico después de tocarlo, parecía que sus células madres tenían la capacidad de ordenar a todas las demás células un cambio físico, fisiológico y morfológico, me llena de curiosidad saber si puedo llegar hacer capaz de realizar una audaz prueba como esa.
Mientras observaba a Enalis Borges me percataba que sin duda alguna era hermosa desde el punto de vista humano, aunque algo anómala y peculiar.
—¿Puedes respirar? —Pregunto curioso.
—Respiro de una manera muy diferente a los seres vivos que te han rodeado toda la vida—Se burla.
—Interesante—Afirmo con asombro.
—Es difícil de explicar —Expresa obstina.
—Como una planta—Comparo.
—No sé qué sea eso, pero si…creo—Parece estar dudosa.
Ladeo el rostro hacia un lado.
—Las plantas son organismos vivientes que habitaron en la tierra hace tres mil años y que por medio de trasplantación y gracias a la terraformación pudimos conservarlas de manera factible un largo tiempo, ahora las plantamos exitosamente en otros planetas, las plantas tienen la capacidad de realizar la fotosíntesis, y entre los subproductos de este proceso está la glucosa. Esta es usada por las plantas, entre muchas cosas, como fuente de energía en el proceso de respiración, el cual a diferencia de la fotosíntesis es ejecutado independientemente de la luz. Al respirar las plantas absorben oxígeno del aire y expulsan dióxido de carbono y vapor de agua. El intercambio de sustancias lo realizan las estomas; aberturas que actúan como compuertas en las plantas que además tienen la característica de cerrarse ante un descenso excesivo del vapor atmosférico.[—Explico—¿Cómo se alimentas? —Pregunto lleno de curiosidad.
Ella sonríe sorprendida y su ceño fruncido empieza a desaparecer.
—Del sol y de otros seres—Sonríe curiosa al darse cuenta de que lo que hablaba era confuso y de cierta forma confuso para ella.
—Fascinante — Expreso aún más lleno de curiosidad de lo que ya me encontraba.
—Te has planteado que hay cosas que se escapan de su saber —Expresa hostil.
—Siempre —Bajo la mirada.
—¿Estás dispuesto a ir a una misión de rescate en donde puede que arriesgues tu existencia, por unos niños que realmente no importan solo para complacer a una humana egoísta? —Levanta la mirada y observa el castillo con una mirada sombría.
—Ella es mi salvadora, ella arriesgo su vida para salvarme, lo correcto es que sea reciproco, o eso tengo entendido con respecto a las demostraciones de agradecimiento que tiene los seres humanos—La miro con seriedad.
Me mira con desdén y luego de que su ceño se frunza vuelve a tomar una actitud fría.
—Eres más humano que ellos —Frívola me da la espalda.
—No logro entenderte—Demuestro mi confusión con una rápida entonación de mi voz.
—Lo entenderás, cuando te encuentres contra la pared—Me mira por sobre su hombro y se ríe de medio lado.
—Me encuentro contra el metal de una nave…¿eso cuenta? —Pregunto con incertidumbre.
Ella vira los ojos.
En ese instante Howl sale perturbado del lugar, viene vestido con un traje azul para combinarse con su cabello pintado y a su lado corre en cuatro patas e General Miaumen con unos cinco escoltas felinos, tenía entendido que poseían una gran destreza con las armas y eran unos estrategas expertos.
—Enalis gracias por esperar con tanta paciencia—Se acerca con rapidez a la mujer de cabellos blanquecinos.
Ella sonríe levemente y asiente.
—Es un placer servir al embajador—Se aleja y comienza a ser una espectadora del abordaje de la fragata.
—Nos retiramos—Traga saliva y entra con gran velocidad a la nave.
Miaumen asiente ante Enalis igual que sus escoltas para dispersarse hacia otras naves.
Miro con gran curiosidad puesto que eran criaturas que nunca antes había visto y seres completamente parecidos a los gatos terrestres de los cuales albergaba información. Podía fácilmente reconocerlos donde fueran, me quedo inmóvil a un lado de la plataforma de la nave, observando a Alanys Berellon quien miraba a través de un balcón, para ella debía ser difícil no ser partícipe de una misión que incluía salvar a los niños que tanto se había dedicado a cuidar, no comprendía su afición por cuidar a las personas, por protegerlas y por salvarlas, debía ser su necesidad humana de preservar la vida, logro percatarme que en ningún momento mientras salvábamos a Howl, ella intento matar a alguien, pues no, ella no mato a absolutamente nadie, pero destruyo con gran destreza los robot que amenazaban con nuestra vida conforme avanzábamos a nuestro objetivo principal, solo optaba por huir e inmovilizar a sus atacantes, era una hazaña claramente peligrosa, pero ella debía tener un porqué de su extraño comportamiento.
—¿Alex que haces? —Grita Howl a mi lado.
—Observo—Respondo al mirarlo con detenimiento.
—Deja de observar y entra que perdemos tiempo—Impera con dureza.
Algo extraño le estaba afectando desde que nos dirigíamos hacia Barshee, podía notarlo en su nerviosa expresión que poseía sobre ella un poco de desesperación.
—Comprendo—Me dirigí a la nave y me senté como copiloto a la derecha.
Para percatarme de que al seguir las claras ordenes de Alanys me convertía en un espía, estaba pasando por una nueva experiencia.
∆∆∆
Damager, Liberty.
Alanys Berellon.
—Nunca antes te lo había dicho ¿verdad? —Me mira con ternura.
Extiende sus manos para tomar las mías y frunce ligeramente el ceño.
—Que él era el líder del movimiento político—Alzo la voz indignada.
—Si—Parece culpable.
—¡Por eso esa tontería de que es un embajador! —Grito con cólera.
Era se hace hacia atrás y entrelaza sus manos para observarme con preocupación.
—¡Él me ha estado mintiendo todo este tiempo! —Enfurecida.
En el gran salón en donde esperábamos a que cumplieran con la encomienda que personalmente le encargue había una gran cantidad de pilares y todos ellos tenían grabados en el cristal del cual estaban hechos seres que se parecían a Era, entonces justo a mi lado se encontraba una mesa que con furia tome y rompí a la mitad con mi brazo robótico.
—Por tu bien ha mentido, por el bien del mundo, aunque no resulta ser una mentira si nunca estuviste allí cuando sucedió, tal vez mejor decir que te lo oculto.—Explico con su voz llena de calma.
—Sigo sin creer que él sea el heredero real de toda la riqueza de su padre…que sea el mismísimo Howl el embajador que haya elegido la unión universal en primera estancia para participar en la elección—Suspiro agotada por la increíble carga de adrenalina que transita por mi cuerpo.
—Pero él ya no podrá ser embajador… el régimen informo que la familia Yakuza está descartada como posibles miembros, después de que Jeriko sea descartada por completo Howl será considera un cómplice—Explica con la mirada seria.
La observo con confusión.
—¿Y por qué no eligen a alguien más? —Pregunto severa.
—La siguiente opción no te gustaría—Musita.
—Ni que la siguiente opción fuera yo—Bufo.
—Eres tu Alanys—Su voz es dulce, desde el primer momento en el que la conocí, su voz no ha cambiado ni un poco.
—Imposible—Me rio.
—Dentro de unas semanas se te llevara al consejo para realizar una serie de pruebas, tiene el objetivo de elegirte como embajadora…para representar a la humanidad en la unión universal—Pronuncia cada palabra con toda la tranquilidad del mundo.
Por algún motivo mi pecho duele, logro pensar que tal vez sea la impresión que la noticia es capaz de conservarme, me siento un momento en el asiento en el cual nos encontrábamos anteriormente charlando, el mismo que tiene un estampado de símbolos extraños y que es tan suave como el algodón.
—¿Por qué? no soy de clase, tampoco soy santa y mucho menos salgo impune de algunos crímenes—Anonadada.
Trago saliva.
—Porque te hemos observado, en cada misión, en cada momento desde que Howl entro en la disputa humana, no deseamos que seas un símbolo de paz, ni mucho menos una justiciera, pero desde nuestro punto de vista, eres mucho más capaz que otros seres, no discriminas, comprendes y manejas las situaciones mejor que otros humanos que he conocido, no tienes miedo—Toma una pausa para elegir bien sus palabras—De los tres partidos el único que se ha tomado en cuenta desde el primer momento ha sido el de los liberales, puesto que los conservadores son radicales religiosos y los transcendentales son radicales tecnológicos además de que su líder es una genocida con psicopatías de asesina—Expresa abrumada.
—Me rehusó a tal responsabilidad—Digo indignada.
—No estas obligada o tal vez sí, no lo sé, depende de la prueba que se te lleve a cabo—Dice con incertidumbre.
—No gano absolutamente siendo embajadora—Protesto.
—Si lo haces, mi madre lo hizo—Nostálgica.
Era se levanta y empieza a caminar hacia el balcón, ya había anochecido y muy pronto tocaría la hora de la cena.
—¿Tu madre es la representante de los de tu especie? —Pregunto exaltada.
—Sabias que los Etherografos de sientes las emociones de la misma forma que los humanos, hasta cierto punto ni siquiera comprendo que es una emoción en si—Puedo notar lo abrumada que esta—Descubrimos que podíamos cambiar de forma hace unos cuantos milenios atrás, cuando empezamos a descubrir que al tocar a otra criatura y pesar en ella nuestras células empezaban reorganizarse para volvernos tal cual como esa criatura—Me observa con nostalgia—Claro que la misma unión nos tuvo miedo al principio, los Psicoherrantes pensaron que podíamos remplazar seres y crear una nueva sociedad, pero después de interactuar con nosotros y darse cuenta de que o teníamos ninguna intensión de lastimarlos de algún modo fuimos catalogados como la segunda especie más antigua en el universo y la más peligrosa—Su rostro forma una mueca triste.
—¿Y qué paso…con tu madre? —Pregunte preocupada.
Ella me miro con nostalgia nuevamente y esos hermosos iris purpuras se llenaron de un reflejo particular.
—Solo puedo sentir emociones cuando me transformo en una humana, allí es cuando me afecta cosas que nunca pensé que me afectarían—Suspira con pesar—Ella es la líder de nuestra…civilización desde el principio dela razón, vivimos eternamente al parecer, pero a todos nos lega el fin en algún momento—Trémula sonríe levemente—Nuestra r**a paso por una desesperante situación, puesto que poseíamos un depredador natural, una criatura del doble de nuestro tamaño, con cuello largo, patas con extremidades filosas y una increíble cabeza que podía estirar su cuello hasta mas no poder, se reproducían a gran escala y salían de la tierra, antes solo comían seres acuáticos igual que nosotros, pero un día desarrollaron un gusto peculiar con nuestra gelatinosa forma y así fue que empezaron a cazarnos sin descanso y con prisa, aprendimos a usar la luz solar para alimentarnos años y años de evolución lo permitieron, después empezamos como a poco a enfrentarlos, pero nuestro número había sido reducido exponencialmente y ellos eran demasiados, intentamos pasar desapercibidos al transformarnos en ellos y utilizar ataques por medio de ello en su contra, pero nos reconocían entre sus multitudes, no teníamos armas, pero descubrimos que podíamos manipular el agua a nuestra conveniencia entonces mi madre la última líder que quedaba se dispuso a crear técnicas para matarlos, iba contra nuestras creencias, pero la reproducción que tenían a gran escala fue demasiado, ni siquiera podíamos crear los forúnculos de los cuales salen nuestras crías en paz—Sonríe y ve el cielo nocturno que se encuentra invadido por grandes naves—Los Moranos y Cathros los erradicaron por nosotros a cambio de conocimientos, alimento y agua, mi madre logro todo eso—Entristecida—Pero nos abandonó para cumplir por completo con su deber y me dejo a mí a cargo—Suspiro.
—Los padres tienen responsabilidades—Exprese seria.
Porque entendí que Era posiblemente era solo una niña, frunzo el ceño y me planteo que si estuvo bien lo que dije, lo pensé de inmediato porque mis padres también tenían responsabilidades y al igual que ella deseaba ayudarlos a realizarlas solo para intentar levantar de sus hombros el enorme peso que llevaban consigo, pero tal vez ella lo pensaba solo cuando era humana, ¿pero qué pensaba el resto del tiempo cuando era Ethrografo?.
—Soy la más joven Alanys—Suspira con una leve sonrisa.
No lo entendía bien, era la mayor y siempre tuve que sobreponerme a las responsabilidades y aun mas estando huérfanas.
«Kacknnis» Es la primera persona que llega a mi mente en cuanto pienso en su situación.
Ella también debía sufrir como Era por mis acciones egoísta, tener que pasar todo un día esperándome, tener que alimentarse por si misma y esperar sin saber si volvería a verme algún día. Mi cuerpo se llena de un escalofrió y un dolor abismal, antes no lo entendía pero ahora podía comprenderlo a plenitud, deje que mis responsabilidades me consumieran y termine abandonando a lo único que me importaba en el mundo.
—Lo siento—Empiezo a sollozar.
Era se exalta y corre hacia a mí, para brindarme un cálido abrazo.
—Discúlpame a mí por abrir heridas que no sabía que tenías y por contarte una historia tan aburrida—Susurro a mi oído y empezó a cantar.
Sus manos se volvieron transparentes como el agua y empecé a vislumbrar su extraña anatomía, su piel paso de ser caliente y suave, a fría y algo resbaladiza, las luces en la habitación se atenuaron, para que en la oscuridad de la habitación su canto fuera mi canción de cuna.
—¿Tu eres la Macrobeast en el baño? —Susurro.
—He visto todo tu dolor, he visto todo…porque el agua amablemente me lo ha mostrado, sé que no será fácil, pero no estás sola y pase lo que pase te protegeré—Dice dulcemente.
Su declaración y su murmuro melodioso fue capaz de calmarme y dormirme por completo.
Recuerdo lejano
»Miraba el cielo azul en Esfinge mientras sentía cada una de sus patas en mi vientre, parecía que a él le parecía el cielo tan interesante como a mí, suponía e imaginaba como la luz se reflectaba a través de la delgada capa de piel que formaba mi vientre, Howl estaba a mi lado adormilado en el pasto debajo del árbol que habíamos elegido para descansar luego de una reunión con su padre, el más que nadie estaba feliz y agradecido por mi embarazo, pero había quienes no soportaban la idea de que Howl fuera a tener un bebe…
…Personas envidiosas como Jeriko quien no podía tener hijos, creía que al ser la hermana mayor tenía más posibilidades de ser la cabeza de la familia, la verdad es que estaba más capacitada, mientras Howl solo quería andar pululado en cualquier lado en el que yo estuviera.
—¡Howl esta pateando! —Me exalto y empiezo a reír.
Él se despierta de golpe y se mueve con velocidad hasta la silla en la cual me encontraba sentada, solo para sentir con las palmas de sus manos el movimiento del ser que se estaba formando dentro de mí, lentamente y con los días.
Howl coloca su oreja en mi vientre y empieza a escuchar sus movimientos con detenimiento.
—¡Mini Howl se está moviendo! —Expresa con emoción.
Me rio a carcajadas.
—¡Alanys no te rías que no puedo escucharlo! —Vocifera.
—Podrás escucharlo mejor si me rio—Sonrió y toco su mejilla con ternura.
—Mami está riéndose de papá, tu mami no me tiene respeto ni consideración—Susurra hacia mi vientre para burlarse de mí.
—Si eres bobito Howl—Suspiro.
—Sabias que tu mama y tu son los seres más importantes en mi vida—Besa mi vientre con ternura y luego ve mi rostro—Estas ruborizada—sonríe y su sonrisa es tan perfecta como ha sido siempre.
—¿Nos amas? —Susurro con picardía.
—Con toda mi alma—Se ríe y se levanta para poner sus manos alrededor de su boca, para empieza a gritar—¡Yo amo a Alanys Berellon con toda mi alma! —Vocifera hasta que el eco resuena en todos lados.
—¡Howl guarda silencio! —Ordeno entre carcajadas.
—¡Cállame con un beso! —Grita con fuerza.
Sujeto su brazo por la muñeca y le provocó una caída.
Sigo riéndome y el me observa serio, para luego empezar a reír más.
—Silencio—Coloco un dedo en mis labios.
—Tenías que callarme con un beso, no con una caída—Protesta entre murmuro al levantarse.
—Yo también te amo—Lo observo con ternura.
Él cambia su rostro por completo y empieza a acercarse a mi coqueto.
—Nuestro hijo será guapo como ambos—Susurra al darme un beso en la mejilla y luego uno en la boca.
—¿Cómo estás tan seguro? —Pregunto al sujetar su traje.
—No es obvio—Frunce los labios.
El pasaba los días haciéndome reír, porque quería que él bebe fuera tan feliz como su madre y lo hacía bien.
Porque el realmente me hacía sentir segura y feliz.
∆∆∆
Barshee, Einity
Saúl Dani
—Buen tiempo— Grita Rem sin darse cuenta que me encuentro acompañado.
—Yo no pude evitarlo, ellos insistieron en traerme…
Me interrumpe con un bufido.
—¡Parecerás estúpido!—Exclama en voz baja al ver a la chica y al chico que me acompañan.
Ambos nos encontramos en la puerta de la casa hablando antes de decidir qué haríamos con los invitados. Kacknnis se encontraba dormida aparentemente y tenía motivos al parecer ella y Rem habían pasado todo el día jugando.
—Lo siento—Trago saliva.
—Alanys se molestara cuando se entere—Se cruza de brazos y entra en la casa.
—¡No hemos sabido nada de ella en un mes! —Grito.
—¿Y Crees que eso te da derecho a romper sus reglas? —Espeta severo.
Se acerca a mí y coloca su dedo en mi pecho justo en donde se encuentra mi corazón.
Trago saliva porque no sabía que responder a su refutación.
Miro afuera y la fuerza que busco esta recostada de la parte delantera de su Skype, es Hermes quien después de todo ha estado allí, esperando que me despidiera, vuelvo a voltear a ver a Rem y gruño.
—Ella debe de estar muerta—Replico con rabia.
En ese momento aparece Kacknnis por el pasillo con Go en las manos y Lucila bien armada en un lado.
—Ella no está muerta, Alanys está esperando el momento adecuado para volver—Me observa con severidad e indignación.
Por primera vez me mostraba esa mirada, la mirada que siempre colocaba cuando odiaba algo con todo su corazón. Resolló desesperado e intento ir tras ella quien me dio la espalda en cuanto logro pronunciar con esas frías palabras lo que deseaba decir desde un principio, se supone que yo era el mayor, que debía dar el ejemplo, que debía mantener la calma, pero ningún niño debería tener todo esa tensión en el cuerpo, nadie debería tenerla en realidad.
Lucila me apunta con un arma en la frente en cuanto intento tocar a Kacknnis.
Trago saliva completa y totalmente confundido por lo que estaba pasando en el momento en que Lucila coloca el cañón de un arma en mi frente, tenía su vista fija en la mía y a Kacknnis perpleja a su espalda.
Rem gruñe y me grita exaltado.
—¡Saúl! —Vocifera.
Yo de inmediato lo observo y puedo ver que Hermes sujeta a Rem por el cuello con su ante brazo y apunta sus sien con la punta de un arma.
Un escalofrío recorre mi cuerpo, mi respiración empeora y me lleno de ansiedad. La impresión de lo que empezaba a ocurrir en el instante en el que le di la espalda a mis acompañantes había sido demasiado para mí.
—¿Qu…que haces Hermes? —Tartamudeo al estirar los brazos de forma que intentaba calmar a Rem.
Sonríe de medio lado.
—¿Qué crees que hago mocoso? —Pregunta petulante.
Miro hacia atrás y puedo ver como Lucila apunta hacia Hermes con el arma que dejo Alanys para que ella la manejara. Era increíble que fuera capaz de confiar en un robot y aún más increíble que confiara más en Rem que en mí para haberle entregado un arma.
—¡Esto debe ser un mal entendido! tú no eres así… ¿o si? —Dudo al colocarme las manos a los lados de la cabeza.
—Dile a la prostituta que baje el arma o lo huelo los sesos al gritón—Impera frívolo.
Apretó la mandíbula y escucho a Kacknnis atrás de mí.
—¡Has lo que dice Saúl!—Grita y su grito logra despertar a Khoalmy.
—Lucila te ordeno que bajes el arma—Trémulo insto al estirar un brazo hacia ella.
Ella asiente y enfunda el arma en su cinturón.
Khoalmy ruge con ferocidad al salir por completo de su cueva, veo por la ventana y noto que había dos naves que empiezan lentamente su descenso.
—¡Puedes llevarte lo que quieras pero no le hagas daño a Rem! —Grito.
El me mira con desdén, arquea una ceja y luego se echa a reír al escuchar los disparos.
Seguidos de los gruñidos y chillidos de Khoalmy, miro afuera aterrado, la bestia que tanto le costó a Alanys criar estaba siendo brutalmente acribillada por disparos de pistolas de laser incinerador, ad disparo lograba penetrar su gruesa piel y causar una quemadura tan grave como profunda. Pero eso no lo detenía contra los invasores, puesto que con ferocidad los masticaba y atacaba sin parar aun cuando sus heridas eran profundas.
—No es obvio… lo que queremos son los niños preciados de Alanys Berellon—Pronuncia lentamente mientras sujeta con fuerza a Rem quien solloza al escuchar os chillidos de Khoalmy.
«¿Que hice?¿Que he hecho? Alanys sigue viva, claro que si… ella intentaba protegernos, ella intentaba mantenernos fuera de los problemas…y yo me metí de lleno en ellos como era de esperarse» Pienso al mirar a Hermes con ira. Me había dejado engañar con mucha facilidad, aun después de que ella confiara en mí como lo hizo ese día.
» —¿Alanys si me dejaras trabajar?—Insto Saúl mientras miro por la ventana del Skype.
—Si claro...¿ Por qué no?—Gruñe como siempre—Debo darte la oportunidad de crecer por ti mismo, además sé que lo harías aunque te dijese que no y para que negarte la oportunidad de aprender, prefiero que tengas un trabajo a que andes apostando y prefiero decirte que si a algo que te puede hacer crecer que negártelo por simple capricho—Melodiosamente honesta.
—Estoy feliz—Melódico.
—Sí, bueno más te vale—Se burla.
Por fin tenía una oportunidad para demostrarle que cambie, que pude enfrentarme a mi pasado y seguir adelante, por más difícil que fuera debía demostrar que estaba creciendo y era tan fuerte como ella.
La admiraba.
∆∆∆
Hermes apunta rápidamente el arma hacia a mí y de la impresión me paralizó, el disparo que provoco iba dirigido a Lucila, el sonido del disparo llegando a su objetivo me dejo perplejo y lo que escuche luego fue el cuerpo robótico de la meca cayendo sobre la pobre Kacknnis que gritaba desesperada.
Podía escuchar los latidos de mi corazón.
Trague saliva y me acerque corriendo a Hermes quien aún continuaba con la mano extendida hacia Lucila.
—¡Saúl no! —Vocifera Rem quien aún sigue siendo sujetado por el mismo hombre.
De inmediato puedo sentir que alguien del costado de la puerta golpea con fuerza mi nuca.
Entre la poca vista que aún conservaba mientras quedaba lentamente inconsciente pude observar la mirada frívola de Lucila.
Despierto lo más rápido posible mientras aún estoy en el suelo.
Respiro profundo y observo a Rem a un lado mío con las manos sujetas a su espalda, igual que Kacknnis quien parece estar traumatizada, no soy capaz de escuchar a Khoalmy por ningún lado y por los sollozos leves que provoca Kacknnis y el sonido pleno del viento frio. Pude darme cuenta de que tal vez la gran bestia había perecido.
—Hermes levántalo, ya despertó—Una voz elegante y grácil suena desde el rango de visión que tengo obstruido.
—Un gusto mi amada—De inmediato puedo sentir sus manos en mi espalda.
Ahora puedo verla con claridad, es Jeriko quien se encuentra sentada en un trono delante de mí y quien tiene sujeta con un collar y correa a la pobre Her, toso y empiezo a buscar a Khoalmy entre el circulo de uniformados que se han formado alrededor de nosotros.
Logro encontrar el cuerpo del enorme animal tirado al lado de una nave, lleno de heridas tan profundas como huecos cavados en la tierra, me lleno de cólera. Y vuelvo mi mirada hacia Jeriko.
—¿Les gusta mi nuevo juguete? —Se burló—El juguete que tan amablemente me trajo aquí—Se rie al poner a Her frente a nosotros y levantarse.
—Rem—Susurra asustada.
—Pudiste haberte quedado callada mocosa y no lo hiciste—Suspira.
Jeriko extiendo una mano hacia Hermes y este muy amable se acerca a entregarle un arma y con ello un beso en los labios.
—¡No! —Grita Rem.
—Un grito no va a cambiar nada…pequeño—Observa a Rem con desdén—¿Sabes puede provocar un cambio? —Levanta el arma—El poder provoca un cambio y tú no tienes poder—Sonríe.
Her había echo algo muy bueno como para que Jeriko la odiara de esa manera, algo debió pasar como para que una mujer armada se encontrara apuntando hacia la cabeza de un niña de diez años, Jeriko era una psicópata.
Trago saliva.
El silencio inunda el lugar y solo el tenue sonido que provoca el arma resuena en el área, ni siquiera la gente en el pueblo sale a ver qué ocurre, solo nos dejan morir, porque simplemente nada de eso les incumbe y porque tal vez Jeriko los ha comprado.
Rem grita y Kacknnis llora, mientras yo solo miedo llorar en silencio tan asustando como ellos dos.
Hermes se acerca a mí sonriendo.
—Has provocado un completo caos Saúl Dani—sonríe y se acerca a darme un beso.
Apenas logra ponerse frente a mi le lanzo un escupitajo iracundo.
—Estúpido mocoso, sino hubieras sido el objetivo te hubiera tomado sin problemas en ese taller—Dice entre dientes molesto.
Él se hace para atrás y saca de su bolsillo un pañuelo para limpiarse el rostro, se ríe a carcajadas mientras Jeriko murmura.
—Lo hice rápido porque no quería hacerte sufrir—Seria entrega el arma a Aurora.
Gruño, sufro y estoy a punto de perder la cordura por todo lo que paso.
¡¿Dónde está Alanys?!