21 x Cinética

4632 Words
Barshee, Einity Saúl Dani La cinética o cinemática la palabra se deriva del griego antiguo y posee dos componentes “kinesis”: movimiento y “tika”: Relativo a es una rama de la dinámica que estudia las leyes del movimiento y las causas que lo originan. La energía cinética, es la energía que posee un cuerpo a causa de su movimiento. Se trata de la capacidad o trabajo que permite que un objeto pase de estar en reposo, o quieto, a moverse a una determinada velocidad. Un objeto que este en reposo tendrá un coeficiente de energía cinética equivalente a cero. Al ponerse en movimiento y acelerar, este objeto ira aumentando su energía cinética y para que deje de moverse y vuelva a su estado inicial, deberá recibir la misma cantidad de energía que lo ha puesto en movimiento, pero esta vez negativa o contraria. Todo objeto realiza, activa o ejecuta una energía diferente. Empiezo a sentirme como una enciclopedia, empiezo en demasiadas cosas y resguardo en una bóveda demasiada información que por algún motivo me son de utilidad todo el tiempo para lo que suelo hacer. Respiro profundo. Veo a Sisu intentando hacer una tarea súper sencilla que la envié hacer para su test de reacción. La verdad me parecía muy cómico que no lograra percatarse bien de los colgantes con nailon que había puesto en el techo, entonces creo un patrón de conducta que deduje por medio de su movimiento, siempre que lograba memorizar donde se encontraban  los hilos por algún motivo se perdía después de 10 exactamente segundos, al parecer su memoria a corto plazo no funcionaba muy bien. Tenía entendido que a los Moranos solía darles una enfermedad degenerativa que deterioraba su estado mental con el tiempo, algo parecido al Alzheimer y que se podía manejar por medio de un implante. Suspiro porque ya me tocaba ir a la tienda, sinceramente prefería mil veces estar con Sisu en el taller que ir a la tienda y era por las personas. Las personas o la gran cantidad de personas solía incomodarme justamente por mis experiencias pasadas, sentía la gran necesidad de ir corriendo a cualquier sitio para jugar, apostar y estafar a quien fuera que se me acercara, pero mi voluntad debía ser más fuerte que eso y por ello internalizaba. «No lo necesitas, no es lo que quieres y no es bueno para ti» pensaba desesperadamente trazándome un Sutra en la mente con las palabras de Alanys. —El tiempo se ha terminado, puedes retírate a la tienda—Expresa seria. Por un momento pude percibir, la desilusión en sus palabras. —Está bien Sisu, ya acomode el inventario de hoy y ordene todas las nuevas piezas en donde deben estar—Explico con algo de nostalgia. Suelto un largo suspiro y me dirijo hacia la tienda. Las personas charlan y caminan por todos los pasillos, hay un gran bullicio que hasta cierto punto llega a darme cierta curiosidad. Continuo y me encuentro con que es la hora del almuerzo, a esas hora las personas que visitaban el centro solían ir a almorzar a los comedores y sentarse a charlas en las mesas robotizadas, curiosamente en ese lugar solo había personas y por algún motivo Sisu nunca salía. Me parecía lo correcto después de que se supiera que había más especies los humanos se llenaron de xenofobia, sobre todo hacia los Etherografos los cuales podían cambiar de forma, temían que alguno lo remplazara o que alguna de las especies los lastimaran, nunca sentí miedo hacia un cósmico y era justamente porque me había criado desde muy pequeño en un planeta en el que había convivencia mixta, una red de prostitución por así decirlo, los cósmicos también temían de los humanos, pues somos muy bélicos y conflictivos. Una prueba de ello era Jeriko, aunque poseía una tierna apariencia y solía mostrarse elegante antes las personas nunca era lo que aparentaba ser. Siempre he sido bueno al notar como son realmente las personas, puesto que mi intuición siempre ha sido muy buena, se desarrolló gracias al conflicto y lo usaba para darme cuenta de que tan horrible seria el riesgo al cual en enfrentaría. Alguien toca mi espalda, es Hermes quien me sonríe con mucha carisma, mi corazón empieza a latir rápidamente y de la impresión mis entrañas se revuelven, sé que siempre que lo miro parezco un cachorro y que cada vez que me habla logra captar completamente mi atención, a veces era un poco perturbador como podía llegar a sentirme cerca de él, pero le eche la culpa a las hormonas de mi adolescencia y a mis pensamientos impuros. Suspiro. —Siempre andas algo despistado Saúl—Afable. —Es que pienso mucho…—Trémulo me llevo una mano a la nuca. Faltaban doce pasos para llegar a la tienda y pasar sus puertas, se encontraba vacía y la única que se encontraba en el recibidor era Aurora. Parecía estar algo aburrida. —Pues cerebrito pensar tanto hará que tu cerebro explote—Se burla—Quería invitarte a almorzar—Dice algo tímido. Me ruborizo de solo pensar que Hermes después de un mes de trabajar junto a ellos me invitara a almorzar, debía mantener mi mente enfocada puesto que no me lo espere nunca, normalmente siempre me iba a almorzar a las afueras del taller junto con Sisu, quien comía cosas asquerosas la verdad no tenía idea de lo que comía. —Ah...bueno…si—Tartamudeo, estoy nervioso y no se que signifique un almuerzo, bueno una salida a almorzar. —Excelente, almorzaremos tu y yo ahora, y luego Aurora y que aún no posees la experiencia en el recibidor, sé que sueles trabarte frente a las personas—Explica frunciendo el ceño. —Las personas, o bueno congeniar con las personas de ciertas formas me ponen algo nervioso—Me ruborizo y miro hacia otro lado. —Bueno acompáñame—Insta con tono entusiasta. De inmediato me pongo en marcha para seguirlo, nunca me había puesto a detallar el enorme centro, ni siquiera después de salir del trabajo, prefería guardarme las sorpresas mientras estuviera allí, tenía entendido que mucha tecnología había sido removida con los años para cumplir con los estándares de la unión universal. Era lo correcto ya que después de todo ellos era superiores a nosotros en muchos aspectos, tenían experiencia y ya sabían correr en un mundo en donde solo estábamos aprendiendo a gatear, los humanos éramos la especie más joven del universo hasta el momento, ya que la evolución y el tiempo lo quisieron de esa manera, se sabía que la especie más antigua hasta los momentos eran los Etherografos, los Psicoherrantes y los Cathros, justamente en ese orden se llevaba a cabo la jerarquización de lo mandos, aunque debo de admitir que su intento de democracia era mucho más complejo, estable y mejor cumplido que el nuestro, tal vez porque preferimos ejerce el control pero no cumplir lo que este demandaba. —¡Por supuesto! —Me tomo un momento en pronunciar. Hermes se ríe y por fin me dio cuenta de que en una pequeña caja en su mano lleva consigo la comida, empezamos a adentrarnos en el centro de CityCocEinity hasta llegar a un lugar que parecer ser una azotea con cielo cubierto, todo protegido bajo techo, había varias personas sentadas en asientos ordenados como las gradas en un estadio, nosotros no éramos los únicos en el lugar, pero a nadie parecía importarle la presencia de nadie. — Este es un invento de la compañía Live, se colocó hace unos días, gracias a tu trabajo en el taller fue que pudimos terminar tan rápido —Observa el lugar y luego se propone a entregarme una caja con una gran cantidad de comida. —Yo no lo sabía—Asombrado,. —Era un secreto, era un regalo de parte del alcalde, se supone que crea escenarios distintos, es un proyector de ambientes—Me explica al sentarse a comer. —Eso es tecnología holográfica—Expreso un poco confundido—¿La asociación no prohíbe eso ya? —Frunzo el ceño y pregunto cauteloso. —Es más bien un pantalla, que un holograma—Se ríe, su risa e ignorancia me relajan. —Entiendo—Digo algo avergonzado. —Espero te guste el almuerzo, ya que lo compre en uno de los mejores restaurantes del centro—Curioso. —Está muy bueno la verdad—Ameno sonrió. Él se ríe a carcajadas y continúa comiendo. «Espera… compro la comida, me trajo a un lindo lugar y de paso me pregunta que tal esta ¿Esto no se considera una cita ya» Pienso y luego empiezo a entrar en pánico. Empiezo a comer desesperado y a llenarme la boca de la exquisitez que Hermes compro solo para luchar contra la ansiedad, pero debía calmarme él no me había dado indicios de que yo le gustara, solo estaba confundido, yo era el que estaba apresurándose a la situación, pero y si estaba intentando que me diera de cuenta, estaba expresando era un agradecimiento nada más. Mi pánico si convierte en una crisis nerviosa y eso después en una bajada de tensión. —¿Te sientes bien Saúl? Estas pálido—Pregunta Hermes con preocupación. —Si estoy bien—Expreso con voz ahogada—Tal vez solo necesito aire—Me rio. Empezaba a sentir que me faltaba el aire y luego todo es oscuro. ∆∆∆ Puedo escuchar sus voces al fondo, con eco y muy tenue, pero sabía que eran sus voces, se sentía como estar bajo el agua, me pregunto ¿si así se sienten los bebes al nacer? Puedo sentir el peso de mi cuerpo sobre la cama y las tibia manos de alguien que sujeta mi antebrazo. «Puede que la comida le haya hecho mal, o no haya descansado bien». «Solo se desmayó de la nada, estaba comiendo muy rápido y creo que le incomodo que el lugar estuviera tan cerrado» puedo reconocer la voz de Hermes en donde sea. «Necesita descansar» Expresa con su voz cariñosa y preocupada Aurora. Empiezo a abrir los ojos y luego a mover un poco mi cuerpo. «¡Despertó!» Dice Aurora Exaltada. —¿Qué paso? —Gruño mientras aún sigo intentado ajustarme a la realidad. —Te desmayaste—Suelta Hermes—Te trajimos a la enfermería del centro, estábamos muy preocupaste duraste horas durmiendo—Explica. —Tu cuerpo estaba agotado y te suplico que le dieras el descanso que necesitaba—Reitera el doctor. —Si tal vez sea cierto… pero si dormí horas … ¡el trabajo!—Me siento rápidamente con impresión. —Tranquilo chico, el trabajo no es más importante además tienes permisos y seguro de salud—Me sujeta con delicadeza la bella chica. Hermes me ve con preocupación. —Te llevaremos a casa, para que descanses unos días—Insta. Solo una advertencia pasa por mi mente al escuchar ese ofrecimiento. Recuerdo lejano. »Gruñe. —Tienen prohibido traer a personas de afuera aquí, mi trabajo es peligroso y llevar a cualquier persona a casa puede ser un riesgo, el enemigo está en todos lados, por algún motivo vivimos lejos del pueblo —Refunfuña severa. —Pero… no todos son malos—Intenta convencerla Rem. —Cuando te toque estar en una situación de vida o muerte lo entenderás—Gruñe y se acerca a Rem para apuntarlo con un arma. Se exalta y se echa para atrás. —¡Es una amenaza!—Grita. Ella se ríe. —Es un arma para tu protección—Extiende el arma de juguete hacia él y luego le da un beso en la frente. ∆∆∆ Le falle, no pude evitar que me acompañaran a casa, hasta el doctor lo recomendó, que debía estar acompañado hasta llegar a casa. Aurora se sentó en el Skype conmigo para asegurarse de que llegara a salvo ella se quedó conduciendo. Mientras Hermes conducía un Skype n***o detrás de nosotros, me mantuve en silencio, había incumplido una de las ordenes de Alanys y era por mi trabajo, pero después de todo ella no estaba en Einity por lo tanto nunca iba a saber que había llevado a extraños a casa. Respiro profundo al ver la casa. Por algún motivo sentía un poco de vergüenza hacia Hermes, el me vio desmayar, me llevo a la enfermería y después se ofreció muy insisten a llevarme a casa solo para asegurarse de que llegara a salvo. Hoy en definitiva me gustaba más. Una vez en frente al bunker nos estacionamos al frente de la casa, en el arenoso lugar y me percato que Khoalmy aún sigue bajo tierra. —Buen tiempo— Grita Rem sin darse cuenta que me encuentro acompañado. —Yo no pude evitarlo, ellos insistieron en traerme… Me interrumpe con un bufido. —¡Parecerás estúpido!—Exclama en voz baja al ver a la chica y al chico que me acompañan. Ambos nos encontramos en la puerta de la casa hablando antes de decidir qué haríamos con los invitados. Kacknnis se encontraba dormida aparentemente y tenía motivos al parecer ella y Rem habían pasado todo el día jugando. —Lo siento—Trago saliva. —Alanys se molestara cuando se entere—Se cruza de brazos y entra en la casa. —¡No hemos sabido nada de ella en un mes! —Grito. ∆∆∆            Damager, Liberty. Alanys Berellon.  »Su larga cabellera caía hasta llegar a sus caderas y parecía hebras de cobre, el mismo abundaba y su pequeño y ovalado rostro era como el de una muñeca, había crecido grande y fuerte y todo gracias a mi esfuerzo todos los días. —Kacknnis—La llamo con cariño. —Dime—Aparece ella con diligencia. Sus ojos verdes y sus pecosas mejillas resaltaban con la luz de la mañana, apenas y estaba empezando con la construcción de la casa, hacía poco que había traído a Saúl y luego a Rem, mi hermana menor tenía una extraña enfermedad que no le permitía crecer, seguía pensando que tenía 7 años cuando en realidad tenía la misma edad que Saúl, aun así podía llegar a tener una vida humana normal, sin tener que arriesgar su vida a diario ni tener que preocuparse por su vida, porque me tenía a mí. Yo daría todo por Kacknnis y sin dudarlo. —¿Quieres que te enseñe a cocinar? —Pregunto con entusiasmo mientras yo preparo un plato de pasta. Ella empieza a reírse, su risa era simplemente hermosa. —¡Si…si quiero… me encanta la idea! — Alegre. Bien entonces móntate en este banco y empezare a enseñarte. Tal vez hubiera sido mejor pasar más tiempo en casa, estar más tiempo con ellos, vivir junto a ellos y no dejarlos solos por trabajos de los que era posible que no pudiera volver, pero claro que volvería, tenía un motivo, un propósito y mi lugar era con ellos. —Primero enciendes la cocina, luego montas la olla con agua y después de que hierva le agregas sal y lo demás—Me encorvo para poder observar su avance. —Te amo hermana—Puedo oírla susurrar al darme un beso en la mejilla. Solo puedo reírme y darle un cálido abrazo. Ella era lo único que me quedaba y todo lo que me importaba en el mundo, por eso los mantenía ocultos, por ello cumplía todas las misiones y por ello el único que sabía de la ubicación de mi pequeña familia era Howl. Y justo ahora Alex. ∆∆∆ —Ellos estarán bien Alanys—Me consuela Era. —Eso no lo sabemos—Digo obstinada. —Te digo un secreto—Susurra acercándose a mí con ternura. —No me interesa—Expreso hastiada. Deseaba ir, quería ir, necesitaba ir porque sabía que Howl podía morir, pero al mismo me había puesto una traba en la puerta para no poder salir de Liberty. —Alex es un arma de doble filo—Se levanta y empieza a mostrarme una serie de imágenes en la pantalla que se colocó para poder observar a Howl, Miaumen, Alex y la misión por la que se estaban arriesgando. —¿Por qué? —Pregunto confundida. —Porque posee tecnología nunca antes vista, tecnología antigua y no es humana, sino que pertenece a Sílfides, alguien filtro esa información hace años, información sobre una forma de transferir tu conciencia a un cuerpo inorgánico después de morir—Camina mientras pasa las imágenes—Al parecer el procedimiento se basa en pasar la información de la conciencia en forma de lenguaje a través de un análisis que realiza el individuo al crear una conexión— Se detiene un momento y me muestra la anatomía de Alex— Pero este proceso no está del todo completo…hasta que se transfiere el cerebro—Me mira seria. En la oscuridad de la habitación, puedo observar que el cuerpo de Alex estaba anatómicamente creado para albergar un organismo viviente dentro de él, nada de eso lo había leído en el informe. Entonces logro darme cuenta de los fines por los cuales Jeriko quería usarlo, el poder de una máquina y el cerebro de un genocida humano.   —Jeriko…desea usar a Alex como un arma en la guerra—Frunzo el ceño y me levanto de la silla en la que estaba sentada—He visto lo que Alex es capaz de hacer, puede regenerarse, emular y reproducir lo que ve en su exterior, su adaptación es impresionante—La preocupación me invade. —Entonces agradezcamos que está de su lado Alanys Berellon—Suspira. Era remueve todas las imágenes y se conecta con la fragata en la que va Howl. Lo primero que puedo escuchar son las carcajadas de Miaumen. —Jajaja hasta el robot es más competente que usted embajador—Carcajea el gato hasta ahogarse con una bolo de pelo. Me empiezo a reír porque se exactamente de que hablaban. —¡Bola de pelos! —Frunce el ceño y mueve de un lado al otro su cuello. —Alex te ordeno que guardes silencio hasta a llegar a Barshee—Impera enfurecido. —Por favor—Insta el robot. —Si por favor—Dice entre dientes irritado. «Transmisión recibida». —Cat uno, dos, tres, cuatro y cinco, alístense para realizar el salto, entiendan el reactor de Nulla para proceder—Ordena con voz gruesa y ronca. «Activación completa, mejora activada, cargando orden». Empiezo a preocuparme un poco, desde hace tiempo que evito hacerlo por mi bien, pero justo ahora me estaba costando ordenar mis ideas, me parecía gracioso que el gato condujera, había escuchado mucho sobre los Cathros pero nunca antes había visto uno en persona. Los humanos no se mezclaban con los cósmicos por la xenofobia, siempre me pareció estúpido y sobre todo infantil. «Salto en…uno..dos…tres». Cuanto más rápido te muevas en el espacio más lento te moverás en el tiempo. El Nulla permitía viajar en el espacio a gran velocidad sin dilatar el tiempo. Podíamos engañar al mismísimo tiempo después de tres mil años. Pero no podíamos engañar a la muerte.   ∆∆∆ Jeriko Yakuza Saboreo en sus labios mi victoria, no había tiempo para quedarme con mi padre en Babilonia así que me dirigí a Barshee rápidamente. Al fin podía tener un desahogo y regocijarme con mi triunfo. Jadeo. —¿Empiezo Emperatriz?—Pregunta con emoción. Su m*****o se encontraba duro en ms manos y podía percibir que su glande estaba húmedo. Gael estaba ansioso por entrar en mí, parecía que ya le había agarrado gusto a mi cuerpo, ¿y quién no? Después de todo era yo la que le daba el sustento para vivir, había pensado muy seriamente en convertirlo en mi nuevo esposo, solo por jugar a ser una esposa malvada y poder interpretar bien el papel, aunque no era participe de la monogamia, mientras más personas me dieran su liquido amoroso, más feliz me sentía, además de poderosa claro está. —Apresúrate a entrar en mi—Gimo desesperada. Jadea y me coloca sobre el, mi cuerpo se estremece cuando ogro sentir su m*****o entre los labios de mi vulva. —Está muy mojadita Emperatriz—Saca su lengua para lamerse los labios secos. Rodeo su cuello con mis brazos, el mismo cuello en el que puse un collar de perro para pasearlo por la habitación cuando me aburriera de tener sexo, pero este chico tenía algo, tenía algo que atraía desmesuradamente y eso me exasperaba. Mi definición de ese algo; era que sabía coger. Gimo, en cuanto de una sola estocada entra en mí, llenándome por completo con un solo movimiento. Resolló. —Esta cálida—Gruñe. Me acerco a besarlo, sus labios son esponjosos, dulces y cálidos, por ello me dedico a besarlo lento para poder percibir con mayor detalle sus jugosos objetos. Lleva sus manos hasta mis posaderas para poder sostenerme mejor en el aire y empieza a embestirme con lentitud. Suelto un gemido de placer. El gruñe y yo jadeo. Trago grueso cuando escucho a Markus. —¿Emperatriz, desea que la ayude?—Pregunta serio al ver a Gael besarme el cuello. —Rápido—Exijo. Mi vientre y abdomen se golpean contra el cuerpo al desnudo de Gael, el sudor de ambos se mezclas creando un resbaloso impedimento para llevar a cabo nuestros movimientos, la fricción que se causa en nuestros sexos, empieza a acelerar y entorpecer un poco conforme los líquidos que derrama mi v****a empiezan a bañar sus piernas. Gimo en su oído y me acerco a mordisquearlo mientras Markus empieza a besar mi espalda baja, sus labios se sienten cálidos y me provocan gritos de placer incesante hasta que baja hasta mi recto y empieza con sus dedos a dilatar nuevamente el conducto, realmente me encantaba ser acribillada por dos hombres al mismo tiempo, ya se había convertido en una costumbre y hasta cierto punto una necesidad. Trago saliva. En cuanto puedo sentir el m*****o de Markus entrando en mi conducto y la sensación de placer que me llega hacer sentir solo con introducir la punta, primero me enfrento a un dolor abrasivo y luego a un placer idílico. Era el lugar y momento idóneo para que ambos me causaran un orgasmo, o muchos. Estaba dispuesta a aguantar todo el camino a Barshee nada más por sacarme las ganas que se habían acumulado varios días. Deseaba a Gael, lo desee desde el primer día en que lo vi. Así que necesitaba a su m*****o dentro de mí, embistiéndome, haciéndome sentir viva y de ser posible viniéndose dentro de mí, para sentir su amoroso liquido fluir entre mis piernas. Grito. Y empiezo a morder el hombro de Gael en cuanto ambos empiezan a embestirme con fiereza, estaba tan excitada, sentía tanto placer y logro venirme, ellos aún continuaban sin detenerse, penas estaban empezando. Suelto la piel de Gael para girar mi rostro y besar a Markus quien sujetaba con delicadeza mis grandes senos, evitando que rebotaran sin control alguno por el lugar. Trago saliva. Cuando Gael se le ocurre dejarme en manos de Markus por un momento para poder orinar, mis piernas quedan al aire alzadas y mi cuerpo encogido en manos de la máquina que embiste mi recto sin parar. Saco mi lengua y empiezo a besar a Markus quien me sostienes por medio de sus manos agarrando mis muslo con fuerza dejando marcadas sus manos en mi piel pálida, Gael se lanza sobre mí y empieza a rozar mi sexo con su m*****o lentamente hasta que decide volver a entrar en mí. Grito en cuanto puedo sentirlo volver con más fiereza y desesperada pasión. La piel de Gael es cálida, más cálida que la piel sintética de Markus. Puedo sentir como ambos me revuelven las entrañas y como mi piel se eriza de solo pensar en venirme nuevamente. —Ya casi término Emperatriz—Me susurra al oído. Para luego dedicarme una mirada intensa pegando su frente con la mía. Mi corazón late desbocado a toda velocidad debido a la gran impresión que me causa, conforme escucho el golpeteo de sus pieles contra las mías y vuelvo a venirme nuevamente. Gael toma mi cuello y lo aprieta levemente para hacer soltar un gemido, alzo las manos en el aire y se apodera de ellas para llevarlas a su pecho, Markus mordisquea mi oreja mientras sujeta mis senos y los masajea jalando mis pezones. Puedo sentir el cosquilleo recorrer mi vientre y después empezar a sentir que las embestidas de ambos hombres robustos empiezan a acelerar para terminar viniéndose nuevamente dentro de mí. Respiro profundo al sentir el líquido caliente bajar hacia mi recto hasta llenarme toda, Markus me carga hasta el baño mientras Gael se toma un descanso tumbándose sobre la cama, la IA empieza su delicada labor de limpiarme y luego empezar a bañarme como si de una niña pequeña se tratara. —¿Qué haces? —Me rio agotada—Estas mucho más dedicado hoy—Lo halago mientras poso mis brazos sobre la tina. —Hoy ha sido complacida y la emperatriz requiere de cuidados—Sonríe con picardía. —¿Puede ser que Markus este celoso? —Replico chocante. Su mirada se oscurece y el ceño fruncido que tan sexy se ve en el vuelve. —En todo caso no debo porque sentirme celoso, Gael es desechable, en cambio yo soy irremplazable—Susurra iracundo. Me acerco a él para besarlo. —¡Me excita esa ira tuya! — Suelto impresionada—  No tenía idea de que podías sentirte molesto—Analizo un momento llevándome una mano al mentón. El me mira con cariño y sonríe. —Debería tener una nuevas actualizaciones—Exige con sonrisa pícara—Además estamos a punto de llegar a Einity, debe alistarse—Explica con severidad. Respiro profundo. —Pues elije la actualización que desees—Sonrió con dulzura—Prepara a Her y dile a Gael que se prepare con su escuadrón, quiero relajarme un rato en el baño mientras aún tengo tiempo—Impero. De inmediato se retira y se despide de mi con un beso en los labios. Luego de pensar en todas las cosas que había hecho para llegar a donde estaba ahora, me planteaba que tan bien estaban todas esas acciones que me había dedicado hacer y cómo iba a estructurar mi siguiente plan. Debía tener en mente cualquier cabo suelto, entonces recordé que aun necesitaba al KND-946 para completar la primera fase de mi anterior plan y en caso de que fracasara debía activar la opción B por medio de Markus, mi querido Markus, solo podía confiar en él. Desde un principio solo debí confiar en él. Sonrió. Porque mi hermano menor Hermes ya debía tener el lugar de Alanys Berellon ubicado. El pequeño Hermes, el único de ellos que me obedecía sin peros y porqués, tenía tiempo sin verlo y nuestro reencuentro me serviría para llenarme de placer. Me levanto de la tina y puedo sentir el agua hacer por mi cuerpo, salgo para empezar a buscar mi vestimenta y caminar hacia el puente, para esta ocasión me pondría un traje y sujetaría en una cola de caballo mi cabello, pinte mis labios de rojo y guarde armas en mi cinturón. Me rio una vez habiendo visto lo hermosa y poderosa que me volveré al tener en mi poder a los niños de Alanys Berellon, la única mujer capaz de intimidarme. Una vez en el lugar tengo vista del planeta a través del cristal y recibo un mensaje de Hermes. Markus me mira complacido y yo le devuelvo la mirada con complicidad. —Prepárense para aterrizar—Ordeno con severidad. Todo empezaba a funcionar.      
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