Damager, Liberty.
Era Borges
»Lo recuerdo claramente, como si lo estuviera viviendo en el momento en el que me encuentro, puedo escuchar su respiración y oír su grito ensordecedor, el rugido que logra provocar cada vez que devora algo o alguien, si hubiera sido humano hubiera sentido miedo hasta el último segundo, pero no lo era y difícilmente sabía que significado transmitía realmente ese rugido.
«Muerte».
Con la misma intensidad con la provocaba esos rugido, provocaba muerte.
Me quedo flotando en la agitada agua, sin tener noción de lo que acontecía y sin siquiera percatarme por completo de que yo era la presa en su mira.
Mientras la grotesca criatura se dirige hacia mí nadando a gran velocidad, alguien se pone enfrente a mí con una gran arma en sus mano.
—Era quédate tras de mi—Entona con fuerza.
Las aguas se agitaban con más fuerza conforme la tormenta empezaba a arreciar con más fiereza.
Enalis sonríe en cuanto lograr cortarle la cabeza al enemigo mortal, las corrientes de agua que ella maneja mueven el cuerpo hacia las profundidades del océano, observo sin inmutarme y sonrió al darme cuenta de que ella siempre estaría allí para salvarme.
Ella me mira con ternura, toca mi mejilla y se detiene a advertirme.
—No te alejes del escondite así Era, es muy peligroso—Un voz emana amor y compasión.
Pero en ese ínstate cuando creíamos que había acabado aparecieron cientos de monstruos, cientos de Krakens devoradores de Etherografos.
No tenía miedo, nunca lo tuve, pero no tenía idea de que fuera tan fuerte.
Mientras Enalis frente a mi maniobra con gran habilidad entre los monstruos distrayéndolos de mi presencia, yo empezaba lentamente a congelarlos mientras los observaba, sonríe mientras los trozos de hielo empezaban a dificultad su movimiento.
Enalis voltea hacia a mi confundida al darse cuenta de que yo era la causante de tal anómala situación.
Sonrió al mostrarle que era tan capaz como ella de defenderme.
Pero tal vez ese control, se salió un poco fuera de mis manos en cuanto un de los Krakens intento lastimarla. Me lleno de una sensación eufórica me hace congelar a cada uno de ellos y que los vuelve un líquido azul que invade el agua en el que ambas nadábamos tranquilamente, ella me observa asombrada hasta que también empieza a congelarse también.
Intento detenerme, pero conforme me concentro ella termina entre mi habilidad, mi madre Enchastres toca mi hombro y de la impresión el hielo empieza a desaparecer, ella posa su mirada comprensiva en mí y lado su rostro hasta mi hermana.
Yo sola había acabado con treinta Krakens.
∆∆∆
Amanecí consolando a la humana, podía ver la luz del sol traspasar por medio de los ventanales hacia adentro y la brisa oceánica invadir con su olor a mar la habitación extensa, la había llevado a un lugar en donde no se encontraban las pantallas para que su experiencia no fuera más traumática de lo que ya era, al contarle porque Howl hacia todo lo que hacía.
Suspiro al observar alarmado por la puerta a Roxanne quien pasa en completo silencio y camina hacia nosotras.
—Buen tiempo. Mi señora…tenemos un problema—Susurra y dirige una sonrisa forzada hacia mí.
—¿Cuál problema y por qué tan temprano? —Anonadada.
—Se nos ha informado que Kenji Yakuza…está en coma—Trémulo.
Rápidamente entro en alarma, puesto que con Kenji Yakuza en coma pasa Jeriko a dominar todo sus bienes temporalmente, lo había planeado todo de tal manera que podía funcionar, me preocupaba que su flota espacial nos declarara la guerra aun cuando el Régimen interviniera, era posible que perdiéramos.
Tenía que calmarme y pensar, pensar en cual estrategia podía usar en su contra.
—Los flotas que le pertenecen a Jeriko…¿Dónde se encuentran ahora? —Pregunto exaltada.
Roxanne baja sus orejas.
—Afortunadamente aún se encuentran en Babilonia, Esfinge—Susurra aliviado.
Suspiro como él.
—Tenemos tiempo, tal vez no planea atacar de frente—Empiezo a conjeturar que puede hacer.
Hasta que Alanys Berellon me interrumpe.
—Para evitar un conflicto a gran escala, la solución es atacar directamente al oponente mientras aún no se ha movilizado… en pocas palabras debemos ir tras Jeriko antes de que decida cuál será su próximo movimiento—Impera mientras empieza poco a poco a despertar de su largo y placido sueño.
—Pero Alanys el consejo me impide interferir a mí de forma directa en el conflicto—Dudo confundida.
—¿Y a tu hermana?¿Pueden cambiar de lugar temporalmente? —Expresa con emoción—Las he visto antes, si ella toma tu lugar temporalmente tú y yo evitaremos muchas muertes innecesarias—Parece estar desesperada.
—Soy la más fuerte, ella tal vez no esté de acuerdo—Suspiro preocupada.
—Intenta convencerla…si Jeriko tiene control sobre la flota y sobre las masas como sabemos o más probable es que piense en atacar luego de que todo se calme—Insta con mucho insistencia.
Tomo sus manos entre las mías.
—Tú debes quedarte aquí a salvo, vas a tener un bebe—Susurro con amabilidad.
—Sabias que los primeros días de gestación aunque son primordiales para el desarrollo del bebe…aun puedo enfrentarme a la muerte sin perder—Musita llena de ira.
Trago saliva.
—¿Deseas matarla…Alanys Berellon? —Pregunto llena de preocupación.
Sonríe.
—Desde que la conocí—Expresa severa.
Observo a Roxanne quien parece algo perturbado con la afirmación de Alanys, mientras a mi aun me costaba entender sus motivos, puesto que claramente había algo que no estaba diciendo.
—Ahora tenemos otro problema…Solaris está en el recibidor—Expresa Roxanne un poco preocupado y sonriendo al mismo tiempo.
Me rio, por algo motivo me alegro de solo imaginarlo sentado en el recibidor, Alanys me observa con seriedad.
—Hay que irnos ya—Impera al levantarse—Resuelve lo que tengas que resolver con Solaris y luego nos iremos—Ordena, no tenía idea de que fuera tan mandona—Roxanne necesito que me ayudes a prepararme—Insta al caminar hacia afuera de la sala.
—Está bien señorita Alanys—Responde rápidamente para luego de que ella se hubiera retirado él empezara a verme con preocupación—Solaris Yakuza viene con intenciones de casarse—Afirma.
—Lo se, yo misma acepte su propuesta una noche anterior…la verdad me sorprender que haya venido con tanta rapidez—Suspiro—No precisaba que fuera a presentarse en tan poco tiempo—Anonadada.
—Está agotada mi señora—Me sujeta con delicadeza para recostarme del diván.
Lo observo con ternura.
—Acompaña a Alanys en su viaje, yo ire luego—Le ordeno con nostalgia.
—Pero…
—Colócale un traje especial…de los que diseñaron los Cathros, es importante asegurar la seguridad de su futuro hijo—Expreso con detalle mientras cierro mis ojos.
Enalis se acerca hacia Roxanne quien me sujeta con mucho cuidado.
—El proceso fue un éxito—Asegura—Debes descansar—Insta con dulzura al darme un beso en la boca.
Entonces la segunda parte de mi plan, estaba completa.
∆∆∆
Barshee, Einity.
Howl Yakuza.
Tarde.
Demasiado Tarde.
Respiro profundo, puesto que la atmosfera de Einity presentaba rastros en sus sensores de una gran cantidad de naves.
—Puede que haya un problema en los sensores—Especulo Alex.
—¡Imposible!—Espeta—Es tecnología Psicoherrante—Explica el general Miaumen.
Mientras yo aún me encontraba pasmado en el asiento, simplemente me imaginaba el peor de los escenarios, e incluso que Jeriko aún continuaba en el planeta, asechándome y usando todos los recursos en su poder para poder herirme de manera indirecta.
Ella era un monstruo, al cual le dieron demasiado poder.
»Ella me observa con sus grandes y hermosos ojos esperando que me levante, me había caído otra vez luego de un combate cuerpo a cuerpo entre ella y yo por cuestión de que era más difícil cada vez intentar vencerla.
—Otra vez—Puedo escuchar a mi padre imperar.
Jeriko extiende su mano hacia a mí para ayudarme a levantarme y sonríe guasona puesto que se esperaba que cayera al suelo las veces que me enfrentara a ella.
Ambos poseíamos trajes de combate especiales elaborados con una fibra muy ligera y resistente que nos permitía movernos con muchas más facilidad, me duelen las costillas y las piernas, sinceramente me abstenía de intentar herirla.
Ambos nos ponemos enfrente a la línea azul, me posiciono adecuadamente para intentar defenderme contra ella.
—Levanta los brazos ligeramente Howl—Ordena mi padre—Cubre tu cabeza o ella de romperá la nariz—Se burla de mi mientras toma té con mis hermanos sentados a su lado.
La miro con ira.
No permitiría que me rompiera la nariz, no como lo hizo con Magnes.
Sonrió al observar su mirada severa.
—Empiecen—Expresa mi padre.
Ella es la primera en lanzar un puñetazo hacia mí, lo esquivo y tomo su brazo para hacerla caer por gravedad, usando mi cuerpo en su contra, ella maniobra elegante mente para soltarse de mi agarre e intentar dirigir una patada al costado de mi torso, detengo su ataque con mi brazo derecho y sujeto su pierna para empezar a girarla, Jeriko de la impresión me observa con desde e intenta zafarse de mi fuerte agarre, hasta que tomo suficiente vuelo como para lanzarla hasta el otro lado de la arena. Su espalda golpea con fuerza la pared cubierta con adoquines.
Resolló.
El sudor cae por mi frente y llega hasta mi barbilla.
Trago grueso.
Y luego observo a mi padre que empieza a aplaudirme orgulloso.
—Magnifico hijo mío—Se levanta emocionado—¿Alguien te ha enseñado a vencer a tu hermana últimamente? —Pregunta curioso.
Observo a Jeriko quien continuo adolorida y pegada a la pared.
—Si he tenido una buena maestra—Sonrió.
Alanys Berellon era capaz de vencer a Jeriko Yakuza sin necesidad de enfrentarla directamente. Ella misma me enseño a defenderme en los combates sin darle ni u solo golpe a mi hermana.
∆∆∆
—Hay que verificarlo—Insto lleno de preocupación.
Mientras aterrizamos empiezo a detallar todas y cada una de las posibles formas de tortura de Jeriko.
Trago saliva.
Y noto que Einity se encuentra bajo una tormenta de arena, el viento azota contra la nave y dificulta a visibilidad.
—No podemos bajar hasta que la tormenta se calme—Gruñe—Genial ahora estoy con un pelado humano y un robot con déficits de atención—Murmura.
Bajo presión suelo reírme por comentarios como esos, pero en ese momento no sentía la necesidad de reír, quería sentirme tranquilo y pensar que los niños aún estaban a salvo.
En el silencio empecé a formularme el porqué de las acciones de mi hermana, no lograba entender nada y mucho menos los fines a los que quería llegar con todos los procesos que llevaba a cabo.
—¿Crees que sigan con vida? —Pregunta Miaumen con seriedad, justamente en ese momento tenía sus patas cruzadas y el ceño fruncido.
—No lo sé, cuando termine la tormenta lo sabremos —Irritado.
En ese momento Alex empezó poco a poco a responder mis dudas de la manera que nunca antes espere que alguien lo hiciera.
— Anteriormente en las noticias había escuchado que Helen de Fabriano Ardoscan había muerto en un atentado por intercepción de seres desconocidos algunas hipótesis argumentaban que era posible que un grupo terrorista, piratas o mercenarios se hayan ha atrevido a atacar al príncipe poco desprotegido en su castillo, el punto es que sin herederos y aun estando casado con Jeriko Yakuza todas sus pertenencias pasaron a la viuda, luego se anunció que la familia Yakuza lamentaba la perdida de el m*****o que acababa de perecer, había mucha información que no se había revelado a través de los medios y que ni la mismísima familia Yakuza sabía. —Expresa severo —Ni siquiera tu Howl tienes idea de la magnitud de problemas que hay de por medio —Replica.
Miaumen voltea a verlo lleno de curiosidad, mientras yo solo soy capaz de quedarme en silencio e ir escuchando todas y cada una de sus conjeturas, después de todo el podía llegar a almacenar más información que yo.
—Información que cargue en mi base de datos por medio de la fragata perteneciente a Alanys, curiosamente Jeriko se encontraba elaborando los trámites para divorciarse del príncipe, puesto que su relación no era buena, además la familia Ardoscan era dueña de los Félidos, los mismos mercenarios que me raptaron y la ubicación a la cual se dirigía el Terrex carguero era el sistema solar Helycion lugar en el cual se encuentra el planeta helado Ardoscan y es el hogar de príncipe. Empezaba a entender lo que quería el príncipe de la estación especial Mérida y era el PCG, me tomo un tiempo darme cuenta de que el proyecto era un completo éxito y de que aparentemente Helen lo quería usar con fines egoístas. —Analizo con mucha precisión.
Mis ojos se abrieron como platos y grito de impresión.
—¿Cómo lograste darte cuenta de eso? Pensé que solo estabas en tu fase de desarrollo —Grito —¡Sabias todo eso y nunca dijiste nada! —Abrumado.
—Según las leyes impuestas por la unión universal y el régimen, los programas de clonación estaban prohibidos, la inteligencia artificial como yo estaban prohibidas y los programas de robótica avanzadas también, la pena por realizar estos actos eran la absorción en un agujero negro.—Continua en trance ignorando mi alegación —Un peor destino que la muerte era ser absorbido por una enorme masa de energía de la cual ni la luz era capaz de escapar, por ende se desconocería por completo tu paradero, de ti solo quedaría el recuerdo, sería como estar muerto sin estarlo realmente. —Culmina y me observa con el mismo rostro inexpresivo que es capaz de evocar cada vez que logro verlo.
—¡El robot sabía todo desde un principio y nunca dijo nada! —Expresa el felino con un arma en la mano apuntando directamente a Alex —¡Es un traidor!
—No dije nada porque no estaba completamente seguro de que fuera así, lamento haberle fallado Howl Yakuza y no haber revelado con antelación mi hipótesis —Baja su cabeza.
Claramente mi hermana no tenía ningún control sobre Alex, quien lo había obtenido era Alanys por lo tanto sus hipótesis fueron simples conjeturas que elaboro mientras nos dirigíamos a Liberty, frunzo el ceño y respiro profundo.
—General estoy seguro de que Alex no es ningún traidor —Afirmo a intentar calmarlo mientras observo con severidad a Alex.
Si había ocultado algo como eso debía tener más secretos que no había revelado, pero si era así debía contarlos en algún momento puesto que la situación en la que nos encontrábamos no ameritaba que revelara nada, se contuvo hasta comprobar que podía ser verdad sus pensamientos analíticos.
Miaumen gruñe y suelta un maullido en forma de advertencia para Alex y vuelve a su haciendo.
—¡Estas bajo la mira robot! —Grita alarmado.
Me acerco a Alex y le susurró al oído.
—Es un riesgo que mantengas información oculta de Alanys Berellon —Digo severo.
Alex me observa confundido y asiente, parecía entender la severidad de sus acciones.
—La tormenta ya se calmó —Ronroneo en el proceso.
Mi pecho recibió una puntada inmediata conforme empezaba a ver que la tormenta solo había dejado arena esparcida en todos lados. De inmediato nos bajamos de la fragata y empezamos a caminar hacia el bunker.
Me adelanto, la arena entorpece mi desesperado movimiento y en el proceso logro llegar a la entrada de bunker para darme cuenta de que era tarde.
Mi respiración es errática y mis preocupaciones eran las adecuadas, claramente ella había llegado primero y había hecho exactamente lo que Alanys pensó que haría, debí partir antes, debí haberme dado cuenta, pero creía saber que Jeriko solo quería lastimarme a mí y no a los demás en el camino.
Empiezo a buscar pistas en la sala llena de arena, habían causado un gran alboroto aquí y ni siquiera habían activado las defensa para protegerse, no les dio tiempo, no tenían idea que el enemigo ya se encontraba en la puerta, recode claramente la fábula de la caperucita roja y de cómo el lobo llego antes y se hizo pasar por la abuela, había una meca en el pasillo, empecé a imaginarme la escena y persuadirme que intento proteger a uno de los niños pero el agresor termino deshaciendo de ella porque simbolizaba una completa amenaza.
Respiro profundo.
«¡Khoalmy!» Pienso, el debió defender a los niños, no habría salido ileso si Jeriko trago consigo artillería pesada, pero tl vez y solo tal vez podría estar vivo.
—Aquí hay alguien Howl —Grita Miaumen frente al bunker.
De inmediato me asomo a la puerta y Alex sujeta en sus brazos el cuerpo de una niña.
Las entrañas se me revuelven y el pecho empieza a dolerme, de inmediato todo eso se transforma en un sollozo y solo soy capaz de emitir un leve sonido.
—¡Her!¡Her! Imposible—Me acerco con pasos vacilantes.
Su cuerpo quedo enterrado bajo la arena y la sangre ya estaba seca en su frente, había salido de un orificio en la misma provocada por un láser de Nulla y sus ojos estaban cerrados. La hermosa niña que tanto me había esforzado en cuidar yacía en la arena abandonada a su suerte después de que alguien le disparara en la frente.
Miaumen y sus escoltas me dan una reverencia para empezar a explorar el territorio.
Mientras Alex me la entrega en los brazos.
—Lo lamento Howl —Expresa frio.
La tomo con fuerza para empezar a susurrar a su cadáver.
—Lo siento, lamento haberte abandonado en Helycion, esto es mi culpa —Musito en sollozos a su oído sabiendo que su cuerpo esta inerte —Debí volver, debí enfrentarme a ese ejército para que Jeriko no te encontrara, para que nadie más te lastimara —Llore con fuerza mientras aún se encontraba en mis brazos, era más pesada y su cabello, su hermoso cabello estaba lleno de sangre seca.
El sol golpeaba con fuerza y verla frágil y de esa manera me dejo frio, cuando por fin entre en razón.
En su mano aún seguía apretando algo con fuerza, parecía ser un hológrafo, empiezo a revisarlo y logro encontrar el botón para activarlo.
Enseguida se forma la figura de mi hermana frente a mí, de pies a cabeza.
Me lleno de ira y sujeto el cuerpo de Her con fuerza.
—Llegas tarde Howl —Severa —Tan tarde como siempre y de paso lloriqueando como es de costumbre —Se burla —¿Sabes que tengo en la mano? —Mostrando su muñeca con detalle.
Me exalto, miro a Alex quien parece comprender lo que ve.
—Usp —Presiona el botón, el mismo botón que activaría mi muerte —Creo que lo presione por accidente, así como tú por accidente naciste y fuiste el favorito, el feliz…el elegido desde el principio para todos los privilegios —Suspira.
Miaumen se acerca al holograma a gran velocidad con sus escoltas felinos bien armados.
—No te preocupes por Her… ella murió rápido, me asegure de que no sufriera—Sonríe —Pero con los niños de Alanys …quien sabe, tal vez merezcan sufrir —Sisea como si de una serpiente se tratase.
Respiro con rapidez.
Alex me observa confundido mientras el general Miaumen ataca el holograma creyendo que era el verdadero enemigo, da varios cuchillazos al cuerpo transparente de mi hermana y esta empieza a reírse en cuanto yo caigo en el suelo convulsionando.
Empezaba lentamente a morir.
∆∆∆
Jeriko Yakuza
Observo a los niños sentada en el trono, mientras los guardias me rodean, Saúl parecía ser el único que me serviría para mi placer, pero los otros dos no servirían de mucho aunque los sobreexplotara con trabajo duro, además la niña que se encontraba aun lado del de medio era la viva imagen de la rastrera de Alanys Berellon.
Ellos sollozaban sin parar, al parecer la escena había sido demasiado para ellos, me parecía un tanto irritante, puesto que todos merecían un castigo, tenía entendido que a los chismosos se le podía torturar y al mismo tiempo dejar con vida y encarcelar, pero mientras ella estuviera con vida yo me encontraría en riesgo y aun habían muchas cosas que debía hacer antes de ponerme en riesgo realmente.
Respiro profundo.
El aire frio del desierto en la noche me causa una sensación de escalofrío absurda en el cuerpo.
Justo a mis pies estaba la pequeña traicionera de Her, desangrándose bajo la luz de las estrellas y con razón porque debía desquitarme, si ella no le hubiera contado nada de lo que investigo a mi padre seguramente no hubiera tenido que dejarlo en coma.
Juego con mis manos mientras me planteo que debería hacer.
Mi más fiel ayudante me lo plantea al oído con un breve susurro.
—Emperatriz, deberíamos dirigirnos a Helycion y seguir trabajando en el proyecto —Musita.
Me tomo un momento para observarlo.
—Helycion sería un buen escondite temporal, allí puedo enfrentarme frente a frente a Alanys o negociar —Susurro —¿Cuánto tiempo tardaste en descifrarlo Markus? —Pregunto con elocuencia.
—Una hora, mientras nos encontramos en Ardoscan, cree cientos —Expreso emocionado.
—Activa todas las defensas del planeta, hasta esa Meca bestia que Helen construyo nada más por despilfarrar su dinero —Ordeno con el ceño fruncido.
—Como usted desee —Expresa.
Me levanto del trono.
—Nos retiramos —Impero.
Los guardias empiezan a marchar hacia las naves, mientras Hermes y Aurora se encargan de los niños, nunca creí que dejarlo vivo fuera un buena idea hasta el día en el que descubrir que se había ido a vivir a Barshee y afortunadamente manejaba la tecnología del centro comercial, fácilmente pudo ver a Alanys Berellon en las cámaras de seguridad y junto con ella el mismo adolescente que tenía e frente.
Sonrió.
Mientras las naves son cargadas y el cuerpo de Her sigue inmóvil en el suelo.
Respiro profundo y la observo con detenimiento.
—¿Alguna vez tuviste opciones? —Le pregunto al cadáver cuando claramente la pregunta era para mí misma.
Me rio un poco al darme cuenta de que ella no me responderá.
—Claro que no, las personas no tiene opciones en la vida que ellos elijan, todo está determinado a pasar como debe pasar, tu debías morir Her, sino morías en Ardoscan de igualmente yo te materia y sino, morirías de alguna otra manera —Expreso al tomar su mano y empezar a guardar en la misma un pequeño cubo —No lo dejes caer, has algo bien por una vez y entrégaselo a Howl—Impero y me levanto para empezar a dirigirme a las naves.
Gael se acerca por mi espalda.
—¿Hablando con los muertos? —Pregunta un poco preocupado.
—Me gusta hablar con las personas que ya no están, ellos no te juzgan por tus actos una vez que han abandonado su cuerpo, así piensan los Moranos—Sonrió al girarme y verlo finalmente.
—Compartimos mucho en común entonces —Expresa con una amplia sonrisa.
Toco su pecho.
—No creas que estas a mi altura o somos iguales —Espeto severa —Eres un soldado, un sirviente y mi juguete, así que no te atrevas a tratarme como una igual sin tener eso en cuenta Gael —Increpo para dejarle bien en claro cuál era su lugar para dirigirme a la nave.
El hecho de que tuviera privilegios al ser mi juguete, no significaría que podía llegar hacer más que eso, solo Markus podía cuestionarme y tratarme como un igual, pero Gael seguía siendo solo eso, un pequeño humano que servía para saciar mi hambre de vez en cuando.
Suspiro.
En cuanto empiezo a ver en dirección a los niños me enfoco al mayor y me planteo como un nuevo juguete, realmente tenia belleza, me llamaba particularmente la atención sus hermosos ojos, pero no me terminaba de convencer el hecho de que aun fuera un niño, tan mojigato y confiado del mundo, pero ya descubriría más sobre el mientras nos dirigíamos hacia Ardoscan.
Markus se acerca a mí y me escolta hasta mi habitación.
Los pasillos son amplios y el n***o mate que elegí para su diseño siempre me pareció un tanto llamativo, sabiendo que en contraste con las luces blancas se podía admirar la monocromática belleza en el lugar, debía admitir que había sido una tarea demasiado fácil capturar a los niños adoptados de Alanys Berellon de los cuales nadie sabía más que su patrocinador.
—¿Moverá la flota espacial a Liberty? —Pregunta Markus con curiosidad mientras entro en la habitación.
—Sinceramente, no sería una buena idea en este momento, tomando en cuenta de que aún no tengo a el KND-946 en mi poder y atacar liberty sabiendo que hay una flota de Cathros y la mitad de la flota de los Moranos que se supone le pertenecen a Helen se encuentran de su lado, no será una buena idea aun cuando el factor sorpresa fuera una opción, sería un tanto arriesgado, seré paciente solo por esta vez—Respiro profundo al sentarme en la cama —Todos en la unión están en alarma, debo aparentar que estoy en luto por la muerte de mi difunto esposo para que bajan la guardia, pero creo que eso no funcionaría ya —Me echo a reír —Estado pensado que el plan va demasiado bien y que solo me hace falta la chatarra —Frunzo los labios —Nunca me había divertido tanto en un día —Suspiro.
—¿Qué le parece tan gracioso? —Pregunta sereno.
—El dolor por el cual les hago pasa a Alanys y a Howl —Expreso con entusiasmo.
Los odiaba, por algún motivo o por varios.
Pero más que eso los envidiaba.