Helycion, Ardoscan
Alanys Berellon.
Entramos en el gran salón del amplio castillo y conforme nos guían hacia una habitación contigua, logro darme cuenta de que han cambiado por completo la decoración del lugar, había un trasfondo muy peculiar en todo eso y era el hecho de que todo encajaba ala perfección con los gustos bizarro de Jeriko, un rojo fuego pintaba los pasillos y un dorado brillante daba adorno en las líneas de un alfombrado singular mientras las paredes seguían conservando el mismo color n***o acuarela con pequeños destellos de blanco, las luces flotaban sobre el techo por imanes para darle un aspecto algo fantasmagórico.
Me parecía repulsiva su decoración, sus gestos y su simple presencia, en esa instancia solo deseaba acabar con su bufoniza existencia.
Frunzo el ceño en cuanto entramos en la habitación, estábamos rodeados en la misma habitación por guardias, ocho en total tenían las agallas de acompañarnos en el lugar, parecía más un juzgado que cualquier otra cosa.
Respire profundo.
Empiezo poco apoco a detallar la habitación, los ventanales están cubiertas por un refuerzo metálico, podía observar las cámaras en las esquinas y también contaba como mecas aun lado de las puertas.
Observo a Alex o bueno a Howl a mi lado usando sus prendas fingiendo ser un robot, siendo un robot, mientras Miaumen y sus escoltas parecen disimular inadvertidamente que se encuentran cateando la zona.
Sonrió levemente al ver a Roxanne colocar se la inyección en el antebrazo y devolverme una mirada de temor, sabía que eso le asustaba más que cualquier cosa en el mundo, pero lo estaba haciendo por mí, por todos en realidad y hasta ese momento no me percate que convivir con cósmicos había sido hasta más gratificante que convivir con humanos, eran más agradables y se sentían tan reales, tenían apariencia distintas pero se sentían tan parecidos todos, la soledad que sentía entre otros individuos no se presentaba junto a seres tan anómalos como yo.
Habían muebles en los cuales me tome la molesta de esperar, quería ahorrar toda la energía que fuera posible para cuando llegara el momento de idear un plan. A estas alturas creía que era más posible improvisar que llevar a cabo un plan en sí.
—Alanys—Susurra el general Miaumen.
—Dígame general—Expreso firme, cautelosa y observando a los lados.
—Tenemos serios problemas—Habla de lo obvio.
Trago saliva y tuerzo la boca.
—Tomara quince minutos, tranquilo—Expreso con algo de simpatía.
Estaba claro que la inyección que se había colocado Roxanne tardaría quince minutos en hacer efecto y eso empezando a contar desde ese momento, tenía planeado que Jeriko llegara antes de que pasaran cinco minutos para poder sacarla de sus casillas y utilizar la brutal fuerza que Roxanne tendría para deshacernos de los guardias que se encontraban dentro de la habitación. Además Alex si aún estaba consciente utilizaría la extensión mecánica para volverse nuestro escudo, mientras los Cathros usaban su velocidad para matar con dientes y garras a todos adentro.
—No es eso…está apunto de atardecer y pues pasaos por un proceso un tanto alocado—Sonrió abiertamente.
—¿No hablas enserio o sí? —Susurro a su oreja alarmada.
—Si…tenemos unos diez minutos antes de que empiece—Susurra con emoción.
—No me parece emocionante—Susurro entre dientes.
Entonces nuestra conversación se ve interrumpida por el sonido de las puertas al abrirse.
Me levanto de golpe con el impacto.
El mundo se paraliza para mí y al mismo tiempo mi corazón empieza a latir tan rápido que es lo único que soy plenamente capaz de escuchar. Ajusto los lestes de mis ojos biónicos y por fin logro verlos, puedo olerlos desde el lugar tan amplio en el que estoy y percatarme de que están bien, con frio pero a salvo tanto Saúl, como Kacknnis y Rem, eran lo único que me quedaba, lo único que me importaba, pero mi mirada se desvía por un momento y finalmente poso la misma sobre Jeriko Yakuza, la ostentosa, petulante y desalma mujer que me estaba haciendo pasar por un infierno nada más porque me odia.
Ella entra quitándose el abrigo para entregárselo al mismo chico que me manoseo afuera en el aeródromo. Solo dos guardias se retiraron y uno de ellos se llevó su abrigo.
Apretó los dientes para no crear un cañón con mi brazo y empezar a dispararle para volverla solo residuos de tejido en las paredes, porque sabía que moriría antes de siquiera empezar a dispararle a los demás y en el proceso pondría en riesgo a mis niños.
—¡Alanys! —Puedo escuchar el grito de Rem desde el otro lado de la puerta.
—Si—Susurro llena de alivio al verlos.
En cambio la hastiada Jeriko hace una mueca de desagrado y se sienta en un diván. Los guardias llevan silenciosamente a los tres niños hasta su lado, mientras puedo sentir el gesto extraño en las manos de Howl, miro a Roxanne quien se encuentra chasqueando la lengua con algo de desesperación y vuelvo a ver a la despiadada mujer.
—Bueno, como te mencione en nuestra llamada—Cruza sus piernas—Aquí están—Extiende una mano hacia ellos quienes se encuentra del lado derecho parados uno al lado de otro.
Rem empieza a llorar silenciosamente y Kacknnis es bajada al suelo por Saúl quien la traía cargada, sus ropas estaban sucias y traían las mismas chaquetas que poseían los guardias de Jeriko.
—Aquí está tu estúpido robot—Increpo al empujar el cuerpo de Howl hacia adelante.
Me dolió en definitiva no hablar del como un ser humano.
Ella sonrió de medio lado y luego se llevó un dedo hasta su mentón pensativa.
—Bueno el trato seria de la siguiente manera, contra ti no tengo nada o bueno no tanto como tenia contra mi querido hermano—Expresa entre risas—Así que tus niños y una salida de este planeta para siempre a cambio de tu circo de amigos y el robot—Propone al sonreír de medio lado.
Ladeo mi rostro indignada y sé que mi gento de odio fue obvio porque sus guardias se propusieron a apuntarme con sus armas en cuanto me moví.
Resuello.
—¡Eso no era parte del trato que habías propuesto anteriormente! —Exclamo llena de cólera.
Ella se echa a reír.
—Bien entonces lo pondré más fácil para ti—Propone con una voz dulce, mientras se levanta del diván y toma un arma para ponerla en la adormilada cabeza de Kacknnis.
—¡No! —Gritan todos al unísono.
Rem y Saúl intenta lanzarse contra Jeriko pero los guardias los sujetaron a ambos para inmovilizarlos,
Howl se mueve hacia adelante por inercia, y yo entro en pánico, mis entrañas se revuelven mientras las náuseas empiezan a aumentar.
Jeriko observa con incertidumbre el cuerpo de Howl.
—Está bien, ellos se irán de tu lado, pero no dispares—Alzo las manos y las llevo hacia adelante con la voz temblorosa.
Ella se pone seria y empieza a observar con mucho detalle al robot.
—Imposible—Argumenta con desdén—¿Ese robot ya está siendo usado o no Howl? —Pregunta con un siseo.
Observo a Howl quien tiene los puños apretados y se encuentra encorvado hacia adelante.
—Es solo un mecanismo de defensa—Explico con serenidad—Baja el arma y te lo entrego sin problemas—Impero con severidad.
Kacknnis temblequea a un lado de Jeriko mientras ella continua sin ceder ante mi demanda.
—Los robots no actúan de esa manera y ese gesto en los puños…es igual al de Howl—Musita con emoción—Por lo tanto ahora tengo razones para empezar a divertirme un poco—Sonríe movimiento su cabeza de un lado al otro mientras jala el gatillo.
—¡No! —Grito con todas mis fuerzas.
Howl corre hacia ella, los guardias empiezan a dispararle mientras Jeriko rie sin parar.
Kacknnis grita desesperada segundos antes de que ocurra lo evitable.
Aprieto los dientes en cuanto la veo en el suelo inmóvil.
—Modo extensión mecánica—Susurro llena de ira.
Roxanne se transforma en un enorme monstruo que empieza a devorar a los guardias quienes le disparan con los láseres pero sin causar efecto sobre la regeneración rápida que posee en su cuerpo.
Los Cathros se mueven tan rápido que es imposible verlos, parecen demonios de Tasmania a plena luz del atardecer, puedo sentir como la tormenta arrecia y como los disparos hacia a mi incrementan, pero ni me inmuto debido a que ellos empiezan hacer repelidos y redirigidos hacia los guardias, mi respiración se calma y me acerco a gran velocidad a la despiadada de Jeriko.
Mientras Howl aprovecha la liberación de Rem y Saúl para empezar a protegerlos, tomando en brazos el cuerpo de Kacknnis y crea un escudo a su alrededor, el cuerpo de Alex era simplemente excepcional.
Apunto con mi brazo derecho el cuello de Jeriko quien aún no ha reaccionado contra mi ataque, puedo visualizar sus latidos cardiacos a través de mis ojos biónicos y sonrió de medio lado al atravesar su cuello o eso creí, pero frente mío estaba el cuerpo sintético de un IA, el IA que le servía y claramente el que daría su vida por ella sin siquiera dudarlo un microsegundo.
Me echo para tras con un salto y el proceso esté sujeta el tobillo de mi pie izquierdo, su cuello esta torcido y poco a poco regresa a su lugar, mientras Jeriko observa expectante conforme se vuelve a sentar en el diván.
Trago saliva y empiezo a girar mi cuerpo tan rápido como es posible para librarme de él, pero su agarre es fuerte y su obstinación igual o peor, de inmediato el sonriente general Miaumen retrae sus garras metalizas y de un zarpazo rompe la muñeca del IA, Markus lo observa confundido al igual que los otros guardias quienes creían que le habían arrebatado todas las armas, mientras Jeriko se acomoda un tanto atemorizada en su asiento. La velocidad con la que son capaces de moverse los Cathros supera toda velocidad humana normal, mientras la destructividad de Roxanne empezaba a emporar conforme pasaban los minutos.
Aprovecho la confusión de Markus para cargar mi cañón y darle un disparo con tal fuerza que su cuerpo sintético empieza a derretirse en el mismo lugar en el que se encuentra parado, el disparo logra penetrar la pared y con ello un trozo de piel de Jeriko perteneciente a su hombro.
Aprieto los dientes con más fuerza llena de ira y me acerco a ella sin miedo, poco a poco cada guardia que se atrevía a colocarse en mi camino lo cortaba a la mitad con mi brazo mecánico, en ese momento era casi invencible. Sus llantos me daban esa fuerza, el llanto de Saúl y Rem, en ese momento sentí como mi vida se escapaba y como me volvía un monstruo peor que Jeriko.
—¡Alanys!—Escucho la voz Howl quien se encuentra emitiendo un escudo y lleva en sus brazos a Kacknnis.
Guardo en silencio y continuo el corto trayecto hasta Jeriko quien parece no tener ganas de defenderse.
—¡No hagas lo mismo que ella! —Me suplica Howl.
Soy completa y totalmente incapaz de escuchar, procesar o siquiera tomar en cuenta sus suplicas, después de todo no era una heroína y mucho manos quería serlo, solo quería acabar con la maldita de Jeriko para que todas las atrocidades que tuviera pensadas en un futuro no acontecieran, simplemente deseaba su muerte tanto como deseaba que me devolviera a Kacknnis en ese momento.
—¡Cállate Howl! —Exclamo llena de ira.
Me giro a hacia la maldita de Jeriko quien se levanta y saca un pañuelo de su pecho, me ofrece el trozo de tela y sonríe de medio lado.
—Sécate las lágrimas con esto—Afable.
Sujeto su cuello con una sola mano y la levanto en el aire, para empezar a apretarlo poco, ella se resiste intenta zafarse, pero mi agarre es simplemente inevitable, sujeta la muñeca de mi brazo robótico intentando quitarla desesperadamente, pero insisto en que es inevitable, así como atravesar las defensas de mi traje o intentar darme un tiro en las sienes, pero su entusiasmo me parecía prometedor..
—¡Alanys! —Puedo escuchar la voz de Howl a la distancia y con eco, como si nos encontráramos en un lugar cerrado.
El pañuelo cae al piso.
Su cuerpo temblequea repetidas veces hasta que se queda inmóvil.
—Te matare las veces que sean necesarias maldita—Colérica.
Lanzo su cuerpo al aire y disparo mi cañón para destruirlo en el acto.
Me doy la vuelta y puedo observar que el asedio apenas empezaba.
Llevaban unos minutos intentando abrir las puertas, pero al parecer Alex y Markus estaban librando su propia batalla a nivel cibernético, mientras continuábamos dentro del lugar ideando una forma de salir seguros.
—Alanys opto por destruir la pared y cargarnos a todos los humanos que se encuentren del otro lado—Se acerca Miaumen con las pupilas dilatas y el pelaje lleno de sangre.
Roxanne quien ahora tiene la apariencia de un lobo con orejas largas y su tamaño aumentado tres veces asiente con una sonrisa un tanto siniestra, mientras Howl parece estar indispuesto.
Me encorvó hacia adelante para conversar con Miaumen.
—General estoy totalmente de acuerdo con usted…hay que matarlos a todos—Afirmo con agresividad y con una sonrisa de medio lado.
Los Cathros poseían un escudo protector que reflectaba los disparos de las armas, me pareció interesante saber que Jeriko no poseía esa tecnología en sus manos. Pero después de todo los Cathros detestaban a los humanos como ella.
Observo a Roxanne posicionarse frente a la pared para arremeter con su cuerpo contra ella y romperla al instante.
Los seis Cathros corren velozmente tras de él una vez se han roto las paredes y los disparos empezado, los láseres empezaban a entrar en la habitación.
—Ella tiene clones—Trémulo logra mencionar Saúl mientras se encuentra arrodillado en el suelo.
—¡Tiene cientos!—Llora Rem.
Mi corazón se empequeñece de solo mirarlos así de nostálgicos y sufriendo, puedo escuchar los gritos desesperados y los niveles de destrucción que solo seis pequeños seres pueden causar, mientras me propongo a dirigirme hacia Howl.
Intento atravesar el escudo que los protege pero él me lo impide.
—¡Déjame pasar! —Impero con irritación.
—¡Mataste a Jeriko, creí que veníamos a evitar más muertes!—Grita.
—¡Creíste mal niña llorona!¡Ella mato a mi pequeña hermana nada más por diversión!¡Y además tengo la oportunidad de matarla cientos de veces!¡Maldita sea Howl deja de ser tan cobarde de una puta vez y enfrenta la realidad! —Exclamo hostil y temblorosa—Ella te mato…ella mato a Khoalmy, a Her, a mi hermana pequeña, lo único que me quedaba y tú sigues intentando justificar a esa psicópata—Sollozo al colocar mi frente contra el escudo.
—Yo…solamente intentaba no volverme como ella Alanys—Susurra en tono nostálgico.
Me quedo inmóvil, respiro profundo y levanto la mirada.
Y por fin se digna a deshacer el escudo, de inmediato tomo a Kacknnis en mis brazos, sus ojos estaba cerrados, su cara se veía tan angelical como siempre mientras su cuerpo frio se mantenía inmóvil en los brazos de Howl.
En su frente justo en un costado yacía la prueba circular de que había muerto al instante, sujeto con fuerza su cuerpo, mientras Rem y Saúl me abrazan desconsolados, si ella pudo hacer eso yo haría algo peor.
—Creamos barricadas al frente de este lugar, usamos los jugosos cuerpos de los humanos enemigos en su contra, no tardaran mucho tiempo en venir los refuerzos—Me explica Miaumen eufórico con un arma entre las patas.
—Hay que ir a donde tiene los clones, seguramente allí se encuentra Markus, Howl dile a Alex que los ubique—Impero.
«Alanys Berellon, vaya que rápido te diste cuenta de mi ausencia» Puedo escuchar su presencia atreves de las ventanas que empiezan abrirse.
Observo un enorme y robótico ojo rojos tras los ventanales, obviamente esa enorme presencia era la Meca bestia. Miaumen empieza a reír, parecía estar muy entusiasmado por enfrentarse a la monstruosidad mecánica.
—¡Iré por ti maldita! —Grito iracunda.
«Inténtalo» Empieza a reír.
La pata de la meca bestia amenazo con golpearnos.
∆∆∆
Helycion, ArdoscanJeriko Yakuza
Las naves en el exterior a localizado a intrusos en el territorio espacial al parecer eran las personas que esperábamos en ese momento según lo que me comento Markus.
—¿Desea realizar la llamada? —Pregunta el IA frente a mí.
—Por supuesto que sí, deseo saber si es ella quien se aventuró a buscarme en un planeta como este—Increpo con hostilidad.
—Está bien Emperatriz como usted desee—Realiza una reverencia y luego empieza a realizar la llamada.
Tenía curiosidad de saber cuáles serían los planes que tenía Markus en ese mismo momento como para realizar una llamada como esa.
«Realizando llamada».
—Alanys Berellon—Pronuncio con desdén en la mirada.
La detallo con mucha atención.
—Jeriko Yakuza—Hace énfasis en cada silaba con un rotundo odio.
Inevitablemente empieza a reír. No porque me pareciera gracioso sino porque realmente estaba muy entusiasmada al ver a mi robot sentado tras ella.
—Bueno te explico, no has sido muy inteligente últimamente, pero ya que mi hermano no está con nosotros, puedo llegar a negociar a tus niños por mi robot, el robot que capturaste para mí—Propongo con voz sensual—Al menos claro está que desees enfrentarte a mis naves y morir en el intento de traspasar mis defensas—Expreso con gracia.
— Vine a negociar tarada, tu robot por mis niños—Increpa con frialdad.
— Puedo ver que me lo traes como precise—Me muerde un labio y alzo las cejas.
—Si estúpida infeliz ahora vayamos al grano—Impera Alanys con ira.
Jeriko vira los ojos.
—Tus niños está bien—Sonrió—Puedes entrar al planeta sin problemas—Intento demostrar en mi cara que tenía una expresión bélica, al igual que mis intenciones.
Cuelgo en cuanto doy el único anuncio que ella necesitaba como para incentivarla a perder su vida es mis territorios indómitos.
Vuelvo a acomodarme en la cama y observo a Markus quien espera pacientemente mis órdenes.
—Usa a un clon para dirigir la negociación, ponle un micrófono en la oreja y una vez lleve a cabo todo el proceso deja que la maten—Impero para volver a arroparme.
—¿Cree que se prudente dejar perder a un de los experimentos que más ha avanzado?—Pregunta con incertidumbre.
Lo observo con algo de irritación y empiezo a considerar el hecho de que tal vez tenga razón, pero aun así de todos los clones que habíamos creado solo dos habían aprendido a hablar hace poco y los demás solo sabían pelear, por eso las convertí en guardias y soldados sin alma, programados únicamente para seguir órdenes. Pero dos clones habían empezado a hablar, tomo muy poco tiempo y muy pocos días, pero lo que más me sorprendía era el hecho de Helen ya estuviera trabajando con clones, pero únicamente y exclusivamente míos.
—No es una perdida si aún poseo un clon parlanchín— Expreso con severidad.
—¿Y usted donde se va a resguardar para que ellos no se den cuenta? —Pregunta lleno de curiosidad.
Empiezo a reír.
—Pues con las demás Jerikos, Markus—Afable.
El asiente y se embarca en la búsqueda de la clon.
Una vez sale de la habitación respiro profundo.
Estaba muy segura de que el plan funcionaria, pero sabía que Alanys se daría cuenta y empezaría a buscarme, pero sabía que no sobreviviría a la enorme cantidad de trampas que le colocaría. Veo a través de los inmensos ventanales y estornudo.
Realmente odiaba ese lugar, pero Ardoscan estaba fuera de la jurisdicción humana mientras fuera un lugar helado y habitado por una familia rica que no deseaba tener la compañía de nadie.
El dinero conquistaba, compraba y controlaba muchas cosas, pero no lo hacía igual con las emociones. Realmente deseaba quedarme en mi habitación durmiendo mientras helaba afuera, pero tristemente debía levantarme a continuar con mi retorcido plan y sobre todo para asegurarme de que Howl Yakuza estuviera muerto.
Mi odio empezó el día en el que descubrí que él podía tener hijos y yo no, el día en el que él podía ser feliz, tener a alguien quien lo amara y de paso sería él que se convertiría sin querer en la cabeza de la familia que yo tanto anhelaba, había sido privilegiado y yo castigada, nadie me salvo ni yo misma pude contra ese monstruo al cual se me asigno, por lo tanto opte por enfrentarme al mundo retorcido con mis propios ideales, podía crear un mundo en el que solo mandara, fuera feliz y finalmente pudiera vivir tranquila sin todos esos demonios malvados que me asechaban.
Más aun cuando Howl sabía todo de lo que me pasó y nunca hizo nada, no movió ni un dedo para detener a Helen, igual que mi padre, solo eran unos cobardes, por lo tanto les quitaría todo, para dejarlos sin nada.
Entra en mi habitación Markus nuevamente.
—Realice los preparativos Emperatriz—Indica lleno de emoción.
—Llévame por el pasaje secreto—Imperó al levantarme y empezar a vestirme poco a poco.
El asiente, en esta ocasión solo seríamos él y yo, mientras los demás empezaban a prepararse para recibir a los bien armados invitados. Justo abajo una mesa en mi nueva habitación había un pasaje que conectaban directamente con el laboratorio subterráneo en donde creaba a mis clones. Bajo las escaleras mientras Markus me sigue, la clon que pedí que usará ya se encontraba subiendo a mi habitación por las mismas escaleras, vestida y arreglada como yo lo haría en ese momento y lo que se suponía debía hacer era ir a buscar a los niños junto con mis dos juguetes favoritos mientras yo le daba órdenes del otro lado del auricular.
Llegamos hasta la instalación y me encierro en una cabina desde la cual Markus realizaba todos los procedimientos necesarios para crear a las versiones de mí que necesita de mi lado en una batalla como esta.
Sonrió ampliamente al activar la cámara en uno de los ojos de mi clon, claramente ver a través de sus ojos era como ver a través de los míos realmente.
Recibe a Hermes, Gael y a Markus en mi habitación, sonrió levemente.
—Como Markus les debió haber explicado ya que tenemos a los invitados esperando en la sala de reuniones me acompañaran a buscar a los niños a las celdas del hangar—Explico.
Ella dice exactamente lo mismo, sonrió al verlos asentir y salir de la habitación con la clon enfrente, debían apresurarse por lo tanto lo más rápido seria usar el conducto que conectaba directamente con el hangar.
Parece que Markus sabe cómo llevar a cabo el procedimiento por lo tanto no me preocupo.
Una vez aproximándonos a nuestro destino empiezo a escuchar las voces de los niños.
—No era mi intención—Musita con nostalgia la voz arrepentida.
Puedo escuchar su voz rústica de Hermes interrumpiendo la conversación, al fin mostraba su verdadera naturaleza..
—Podrían dejar de lloriquear y levantarse, la emperatriz desea verlos nuevamente—Sonríe sardónico al asomar su rostro entre los barrotes y extender sus manos en ellos.
Respiro profundo.
Las puertas se abren y él entra junto con los demás guardias.
—¡Arriba! —Su voz resuena con dureza en la celda.
Suspiro y me planteo si debo interferir o no.
—¡Qué son sordos, mocosos! —Exclama con ferocidad.
De inmediato uno de los guardias les arrebata de encima la sabana que nos cubría del inalienable frio del que nos encontrábamos siendo víctimas. Entonces interfiero debido a que parte del juego que quería llevar a cabo debía contar con los mocosos sanos y salvos en el proceso sino no me divertiría como era debido.
Le ordeno a la clon rápidamente.
—Hermes—Entono tono severa.
—Emperatriz—Afable baja su cabeza.
—Creí haberte dicho que los trataras bien, no quiero que se rompan antes de iniciar la negociación—Espeto con severidad.
—Me disculpo por mi inapropiado comportamiento Emperatriz—Baja la cabeza avergonzado.
—Gael dales unos abrigos, no quiero que mueran…así—Suelta una sonrisa y empieza poco a poco a retirarse Gael muy galán hasta los niños para ofrecerle los abrigos que había preparado para ese momento.
Empezamos a avanzar Markus se encontraba esperándolos atrás puesto que claramente debía verme antes de proseguir con la misión, a decir verdad los niños verían las instalaciones con los clones y le informaría sin dudar a Alanys Berellon, pero sabía que lo único que me importaba era el robot por el cual estaba dando una recompensa de cincuenta mil críticos si mal no recuerdo.
—Emperatriz los preparativos para la negociación ya han sido completados, la habitación está en perfecto estado y los invitados esperan ansiosos en ella—Informa elocuente, parecía tener un rostro muy serio y una voz rústica al oído, se veía tan sexy actuando como malo.
Una vez en la sala empiezan las negociaciones, o un intento de negociación porque ya estaba en claro de que sería difícil hacerme ceder.
—Bueno, como te mencione en nuestra llamada—Cruza sus piernas—Aquí están—Extiende una mano hacia ellos quienes se encuentra del lado derecho parados uno al lado de otro.
—Aquí está tu estúpido robot—Increpo al empujar el cuerpo de Howl hacia adelante.
La clon sonrió de medio lado y luego se llevó un dedo hasta su mentón pensativa.
—Bueno el trato seria de la siguiente manera, contra ti no tengo nada o bueno no tanto como tenia contra mi querido hermano—Expreso entre risas—Así que tus niños y una salida de este planeta para siempre a cambio de tu circo de amigos y el robot—Propongo al sonreír de medio lado.
Respiro profundo observando todo desde la cabina.
—¡Eso no era parte del trato que habías propuesto anteriormente! —Exclamo llena de cólera.
Me echo a reír.
—Bien entonces lo pondré más fácil para ti—Propongo con una voz dulce, mientras se levanta la clon del diván y toma un arma para ponerla en la adormilada cabeza de Kacknnis.
—¡No! —Gritan todos al unísono.
Rem y Saúl intenta lanzarse contra la clon pero los guardias los sujetaron a ambos para inmovilizarlos,
El robot se mueve hacia adelante por inercia. Observo con incertidumbre el cuerpo del KND-946.
—Está bien, ellos se irán de tu lado, pero no dispares—Alzo las manos y las llevo hacia adelante con la voz temblorosa.
Me enfurezco de solo pensar que Howl se había a atrevido a usar el robot al cual yo planeaba utilizar.
—Imposible—Argumento con desdén—¿Ese robot ya está siendo usado o no Howl? —Pregunto con un siseo.
—Es solo un mecanismo de defensa—Explica con serenidad—Baja el arma y te lo entrego sin problemas—Impera con severidad.
Kacknnis temblequeaba a un lado de la clon mientras ella continua sin ceder ante mi demanda.
Lanzo mi argumento molesta puesto que mi plan se había llevado a cabo de la manera en la que debía pero aun así se atrevían a frustrarlo de la manera en la que la hacían.
—Los robots no actúan de esa manera y ese gesto en los puños…es igual al de Howl—Musita con emoción—Por lo tanto ahora tengo razones para empezar a divertirme un poco—Sonríe de un lado al otro mientras jala el gatillo.
—¡No! —Grita con todas mis fuerzas.
Ese grito fue suficiente como para llenarme de rotundo odio.