La perfección de las costumbres consiste en vivir cada día como si fuera el último. - Marco Aurelio . . . -No te pases, ¿Es en serio, Isis?- Layla abrió la boca y los ojos con asombro- ¿Le has contestado el teléfono? Antes de que le respondiera que no, el aparato empezó a sonar, de nuevo. Suspiré y lo bloqueé. -Ni hablar, no quiero saber nada de él- fruncí el ceño- ¿Por qué siento que estás horrorizada? -¡Idiota!- me golpeó la frente- ¡No te pagó las fotos de tus pies!- me recordó y abrí la boca como tonta por un par de segundos. -Sí, verdad… ¡Bueno!¿Ya qué?- encogí mis hombros y acabé la malteada de chocolate que compartíamos en mi cocina. -Eres una perra, amiga, estoy empezando a cagarme de miedo con esta versión tuya- tuve que reírme de su expresión dramática. -¡Ay, sí, tú!-