Un instante es lo máximo que se puede esperar de la perfección. - Chuck Palahniuk . . . Toqué la puerta roja que me indicaron en la recepción. El “señor” Carlo había alquilado una habitación de hotel muy extravagante para nuestra reunión. Me sentía nerviosa, el suéter blanco de botones que llevaba aquel día cubría mis brazos y mi falda negra llegaba hasta encima de mi rodilla, no quería verme muy formal ni tampoco muy provocativa. Usaba sandalias doradas, mis uñas pintadas de blanco porque… No sé. Él abrió la puerta y me sonrió ampliamente. -No pensé que llegarías tan temprano- dijo acercando sus labios a mis mejillas sonrojadas. -¡Lo siento!¿Llegué muy antes?- pregunté avergonzada. -¡Oh, no! Por favor pasa- pidió y accedí- No, lo que pasa es que estoy acostumbrado a chicas u