¿Cómo se saluda al hombre con el que tuviste sexo salvaje al otro día en la oficina? Yo diría que con una invitación a un buen hotel a la hora del almuerzo. De camino a casa en el taxi no pude sacarme de la cabeza las imágenes de Adrián entrando en mí, la sensación cuando lleno mi espalda de líquido caliente o cuando solo dormimos abrazados al lado del otro. Me gustó, me gustó mucho. Tanto que Dalia me preguntó que qué me pasaba, y Jaz también porque cada vez hablaba mejor y más seguido. Era una lástima que no tuviese habitación propia porque si no, hubiese usado muy bien mis manos en la noche. Toda esa calentura me trae a este nuevo día en la compañía, a la espera de la llegada de mi jefe. El cual veo llegar y me da la mirada rutinaria de que le siga. Eso hago yo, quien había pensado c