El sexo era una herramienta para conseguir lo que quería. ¿Lo era verdad? Entonces porque una vez satisfecha y de cuatro en esta camilla, mi vientre y entrepierna se sienten dichosas, me siento contenta, y con ganas de más. —Maldita sea, maldita sea… — oigo maldecir a Adrián, este se baja de donde estamos y busca la toalla para limpiarse. Irónico porque la que tiene la espalda embarrada soy yo, por su culpa. Soy más práctica, y me limpio con la misma bata a medio poner que tenía. Me siento de piernas cruzadas mientras veo a Adrián hacer el baile del arrepentimiento. ¿Qué era el baile del arrepentimiento? Son los traspiés ridículos que dan los hombres tratando de vestirse después de tener sexo contigo. Lo caracteriza la rapidez de sus movimientos, y la música de fondo típica son frases