Quien sea que escuche mis pensamientos sabrá que soy una ladrona, que soy una estafadora, mentirosa y poco me importa la vida de los demás mientras no me afecte. Este grupo de características podrían formar parte de la personalidad de una mujer dispuesta a convertirse en la amante de cualquiera. Sin chiste o titubeo alguno. Pero la cuestión es que no me había planteado que Adrián tuviese una novia que por lo que aparentaba, parecía quererla y hacer una buena pareja. Por muchos motivos y ese hermoso temple directo del Polo Norte, me esperaba que ya saben, si tenía una novia fuese una mierda. Como él. No era de meterme con hombres en relaciones por placer o gusto. Una muestra fue lo del fin de semana y el hombre casado que drogamos. Los hombres me aburrían, me molestaban y el sexo con el