Alexandre
Nunca me imaginé que mi hijo pudiese hablar tan fluido el alemán, siempre soltaba unas palabras, incluso en italiano solo decía unas cuantas, pero escucharlo decir una frase completa me dejó sin palabras, supongo que tengo un pequeño genio, me pregunto ¿qué más sabe decir o hacer?
Nos preparamos para ir a la playa, por mi parte, llevaba una pantaloneta roja con camiseta blanca, Max una negra con camiseta azul clara, David una verde con camiseta blanca y mi ángel, con una cara de querer torturarme hasta el final de mis días, llevaba un pareo n***o amarrado a su cintura y que gracias a las aperturas podían verse sus torneadas piernas, debajo de este llevaba un traje de baño n***o de una pieza cruzado en el cuello y escote en la espalda, la personificación del pecado hecho mujer.
-Si solo esa imagen provoca los deseos más oscuros, no imagino cuando entre al mar.
-Opino lo mismo Max, por eso lo preparé y más, porque solo ella puede lucirlo con ese caminar tan propio lleno de poder -le guiño un ojo y sé que los dos pensamos lo mismo solo con verla.
Max y yo debimos controlarnos demasiado para no hacer una escena en ese lugar y de no ser porque David se robó prácticamente toda la atención de ella; creo que las cosas se habrían puesto más calientes que el sol.
Igual pasamos un excelente día los cuatro, incluso David se integró bien con Max, jugábamos todos con él, hicimos castillos de arena y jugamos en el mar, ver a mi hijo sonreír de esa manera junto a mi ángel era lo más bello del mundo. Agradecí que Max trajera su cámara para tomar varias fotografías de todos, me encantaba la forma en que salían ellos dos.
Algo que me gusto, fue el saber que Max le decía a mi ángel Noche y Sirena era algo hermoso porque realmente le quedaban muy bien, incluso cuando Nicolay le dice Zarina porque es todas esas cosas para nosotros, y aunque cada uno pensaba en un futuro con ella, mi ángel solo pensaba en disfrutar el tiempo a nuestro lado sin elecciones, para ella solo éramos nosotros.
-Sabes Max, solo hay dos cosas por las cuales le estoy agradecido a la vida y son esas dos personas que están en el mar ahora mismo, ellos son todo para mí y el poder verlos juntos sonriendo de esa forma es mi cielo, mi sueño hecho realidad, así que gracias por traerla.
-Bueno, tampoco es como si lo hubiese planeado, aunque te confieso que siento un poco de celos, sé que ella no puede tener hijos, pero el saber que tienes uno tan parecido a ella me hace envidiarte en cierta medida.
Fue imposible no sonreír orgulloso por eso, la verdad es que si, el parecido entre ellos es sublime y saber que ese pequeño es mi hijo me hace el hombre más feliz de todos.
-Sí, por eso me considero un afortunado. No se lo digas a ella por favor, pero desde que mi hijo llegó al mundo le hablo todos los días de Ragnar y le muestro fotos de ella para que siempre la tenga presente.
-¿Pero no debería ser tu esposa quien sea su madre? además, si crece pensando de esa forma podría generarse una gran confusión en él.
-Lo sé, pero no pienso estar casado el resto de mi vida con Katherina, el contrato vence dentro de poco, le daré lo que corresponde y el divorcio está firmado desde antes de casarnos. En cuanto a mi hijo no importa, ella tampoco pasa mucho tiempo con él, después de nacer sufrió depresión post parto y no se le acerca mucho.
-Lamento escuchar eso.
-No, antes lo agradezco, por eso siempre le hablo de Ragnar para que pueda generar ese sentimiento hacia ella, sea su madre o no quiero que la vea así y sé que ella lo ve de forma especial, aun cuando no quiera aceptarlo como un hijo para no lastimarlo.
Sonrío más al pensar en ese bello futuro con ellos mientras mi ángel sostiene a David y le enseña a nadar entre las olas, él irradia una felicidad que solo ella le puede dar.
-Alex, no sé si lleguemos a ser amigos algún día, pero quiero que sepas que puedes contar conmigo para lo que necesites al igual que tu hijo, sabes que ella lo es todo para mí y yo sé que ustedes son muy importantes para ella, así que solo avísame y te ayudaré tanto como sea posible.
-Gracias Max, por ahora me diste el recuerdo más bello y si me das unas fotos de hoy será mejor.
-Cuenta con ellas.
Luego de esa conversación, sentí que realmente podía obtener un amigo en él, más allá de la rivalidad por el amor de mi ángel era innegable que me había caído bien. Al ver a mis dos amores tan felices en el mar fuimos a acompañarlos, salimos corriendo hacia ellos y jugamos en el agua cristalina, mi felicidad no podía ser más grande en ese momento al tener a mi familia reunida.
Algo gracioso que ocurrió, es que cuando Max y yo queríamos acercarnos para besarla; David se encargaba de meterse siempre en medio, es como si ahora él estuviera defendiendo su posición en la vida de ella y más al estar en sus brazos.
Intentamos distraerlo muchas veces llamando su atención, le decíamos que había algún pez o ave pasando cerca, él volteaba un instante, pero en seguida el muy descarado nos lanzaba agua en la cara para alejarnos. Jamás lo vi hacer algo así, pero era curioso que tomara esa actitud. Al vernos tan decididos en querer darle un beso a mi ángel, mi hijo nos terminó dando una sorpresa a todos.
Aún me pregunto si sabía lo que hacía o fue de forma inocente, pero el muy osado tomó las tiras del nudo en el cuello de mi ángel y las desató provocando que quedara expuesta, mi hijo en cuando nos vio tan extrañados (por no decir con cara de idiotas), aprovechó y se aferró más a su cuello para impedir que viéramos su piel.
Ella nunca ha tenido vergüenza de su cuerpo, por el contrario, puede exponerse tal y como es, así que al ver lo que le había hecho David; hizo que la mirara, ella negaba con su cabeza y reía en lo que él la veía con inocencia y la vez con una sonrisa de travesura.
Intentó atarse nuevamente el nudo y mi hijo impedía que lo hiciera, la manoteaba suave para que ella soltara la tira y luego le daba algunas palmadas a su pecho mientras se reía. Si algo caracteriza el cuerpo de esa diosa son sus curvas tan peligrosas y esos senos no eran precisamente pequeños, así que más gusto tenía él al tocarlos.
Max y yo no teníamos palabras para todo lo que veíamos ¿cómo era posible que un pequeño de dos años hiciera algo así?
-Vamos pequeño descarado deja que vuelva a arreglarme.
Decía ella entre risas con cariño, pero él seguía manoteando sus senos y riendo triunfal mientras negaba con su cabeza.
-¿Cómo que no pequeño pillo? –vuelve a decir entre risas, pero él no cambia su actitud.
Es el colmo del descaro, ella en vez de detenerlo seriamente solo se reía con él y de vez en cuando mordía su labio acolitándole así tal acto, nosotros al final solo nos reímos con ellos y mi hijo nos veía con cara de victoria por lograr su cometido, esos dos juntos son un peligro mortal.
Tras ese momento tan único que jamás olvidaré, salimos para comer un poco e hidratarnos, al menos ahí si podía arreglarse en lo que él jugaba en la arena, pero cuando se separó de David, los tres nos quedamos como idiotas al verla expuesta.
-Cierren la boca o se les meterán las moscas trio de pervertidos.
Ella se alejó para sacar una botella de agua y al tener que inclinarse para tomar la botella de la nevera con hielo, mi ángel nos regala otro panorama en el que los tres coincidimos con cara de perversión, ella se gira descubriendo la escena y nos lanza una mirada indescriptiblemente perversa.
-Alex, deja de enseñarle esas cosas a David, esperaba más de ti como padre.
-Ángel, le enseño cosas buenas a mi hijo, pero él no es tonto y sabe lo que quiere.
-Mutter!
Él la llama estirando sus brazos para que vuelva a tomarlo y yo solo le alzo una ceja confirmando mis palabras.
Al menos con esto tuve en claro dos cosas, primero, mi hijo sería mi mano derecha a la hora de alejar a otros de su madre, porque sí, haré hasta lo imposible para que ella le dé su apellido y pueda estar con él, y segundo, él será también mi enemigo cuando ella esté con nosotros.
Quisiera que mi ángel y Max puedan darnos la oportunidad de acompañarlos en este viaje por un tiempo, quisiera tener más momentos así con ellos, no solo para verlos juntos, sino porque quiero conocer más de esa faceta de David.
Al final del día terminamos todos bastante cansados, nos fuimos los cuatro a mi habitación para bañarnos juntos y David por supuesto no desperdició la oportunidad para hacer otra travesura.
Creo que ella tiene razón, es un pervertido en todos los sentidos y eso que solo tiene dos años, no imagino cómo será en su adolescencia.
Max
Simplemente no tengo palabras por lo ocurrido, yo que pensaba que era un pervertido a mis once años por enamorarme de alguien mayor y llega ese pequeño sin vergüenza de dos años a dar una buena pelea, incluso a su padre lo dejó con la boca abierta.
Luego de un largo y divertido día en la playa nos fuimos a la habitación de Alex; en lo que Rag terminaba de dejar lista la ropa de todos junto a David, quien quiso ayudarla. Alex y yo nos duchamos y luego preparamos el jacuzzi mientras tomábamos unas cervezas para relajarnos un poco con agua fría y calmar las quemaduras.
Por otro lado, Rag y David se estaban bañando, ella lo enjabonaba y jugaban haciendo burbujas mientras él le hacía caras tiernas, cuando terminó de bañarlo iba a pasárselo a Alex, pero él se negó rotundamente y fue entonces cuando pasó la segunda travesura que nunca olvidaré.
Al ver que ella se rindió y lo dejó quedarse a su lado, audazmente tomó el jabón líquido y lo esparció en sus hombros y pecho, juro que de no ser porque era un niño de dos años esa imagen sería demasiado erótica. Él comenzó a pasar sus manos por donde había caído el jabón, y así como hizo ella con él, estuvo enjabonando su piel para bañarla.
Quizá uno no vería nada malo en eso, es solo un niño copiando una acción que acaba de ver, pero la forma en que paseaba sus manos por los senos de ella, el agarre en sus pezones y el hecho de que casi termina llevando su mano a otras partes de su cuerpo, nos hizo pensar seriamente en qué tenía ese pequeño en su cabeza.
Lo peor, es que ella apenas lo detuvo cuando iba a llevar sus manos más al sur y fue cuando se volteó para que él enjabonara su espalda, pero David en vez de tener alguna reacción negativa a su piel estaba dichoso de seguir bañándola, ahí Alex y yo comprendimos que él pensaba como nosotros, no le importaba nada salvo que ella estuviese a su lado feliz… y vaya que ambos lo estaban.
Cuando terminaron, nos metimos los cuatro al jacuzzi y David seguía encantado de estar en el agua con ella, mi noche quiso involucrarnos para jugar con él y este accedió a que nos acercáramos a su lado… entonces pasó el tercer evento con él.
Sí, este pequeño es un verdadero demonio y la verdad creo que sí podría ser hijo de Ragnar considerando su físico, actitud, personalidad, miradas… es suyo, sea como sea lo es.
Cuando Alex y yo al fin pudimos besarla, David parecía disgustado, así que fue directo al cuello de ella y comenzó a morderla dejando un moretón en este, ella no emitió sonido alguno, pero sí se notaba en su rostro que le había dolido un poco. Al verse por un espejo que nos había pedido, se veía enojada y dejó una mirada fría en el pequeño, lo que terminó afectándolo porque es como si lo hubiese regañado en silencio.
David se entristeció y bajó su cabeza, no sabía cómo reaccionar, así que en su inocencia solo la vio como pidiéndole perdón con la mirada, ella soltó un suspiro suavizando la suya, lo abrazó y él la besó donde había mordido para quedarse mirándola con arrepentimiento.
-No vuelvas a hacerlo David, si hay algo que no te guste, dilo, pero no lastimes a otros.
Su voz era firme y a la vez suave, él asintió con la cabeza y dejó un beso en su mejilla.
-Ángel lamento mucho esto -dice Alex un poco afligido.
-No te preocupes, lo importante es que él entienda y así fue, ¿no es así David? -pregunta ella al pequeño y él afirma nuevamente.
Realmente me sentía desconcertado por todo lo que había pasado entre ellos, no sabía ni qué pensar con respecto a esa conexión, la actitud entre cada uno y sobre todo la de David, es un niño sumamente inteligente, perspicaz, sabe lo que quiere y en especial, sabe a quién ama sin dudarlo un solo instante, ella es su todo.
Al salir del jacuzzi más tranquilos por lo ocurrido, nos quedamos en la habitación acostados, Rag quedo entre Alex y yo y el pequeño durmió en su pecho mientras nosotros los abrazamos, entre el agotamiento y la paz que se sentía, caímos en un profundo sueño rápidamente.
Luego de algunas horas desperté y noté que aún seguían dormidos, esta escena me parecía muy bella, así que antes de volver a dormir encendí una luz, preparé la cámara y tomé una foto de ellos tres, luego programé el temporizador y me acosté con cuidado generando una segunda foto, la cual quedaría en un bello marco en mi habitación por muchos años.