Nicolay
Tuvimos un vuelo bastante tranquilo, las niñas durmieron gran parte de este al haberse desvelado con sus abuelos, mi zarina y yo viendo películas y escuchando los libros que ellos les leían, muchas veces sus ojos se cerraban, pero por mucho que insistíamos en que fuéramos a dormir, ellas se negaban ya que querían aprovechar el mayor tiempo posible.
Yo por otra parte me la pasé todo el vuelo angustiado por lo que pudiera pasar ahora que regresaría a Rusia, es bastante claro que todos se habrán de enterar que mis hijas estarán viviendo conmigo y se desatará el caos con tal de obtener mi poder atacándome por donde más me duela.
Sin embargo, me aseguré de contratar un ejército completo para que vigilen la casa mientras no esté, y al tener a Brie todos estos años, sería la única persona a la cual le confiaría a mis hijas sin dudarlo, su lealtad estuvo en juego muchas veces y siempre demostró que nunca nos traicionaría sin importar lo que ocurriese.
Antes de llevarlas a casa, solicité a Brie que viajara a Nóvgorod para que cuide de ellas en lo que atendía un asunto y después de unos días viajaríamos a San Petersburgo, lugar donde tenía una casa a las afueras de la ciudad y otra cerca del Palacio Mariinski, siendo esta ciudad nuestro hogar de ahora en adelante.
Una vez terminé con todo el trabajo correspondiente y dieron aviso que aterrizaríamos en media hora, organicé todo y di las últimas indicaciones a Piotr Morozov (mi mano derecha desde hace varios años), para después dirigirme a la habitación en la que descansaban mis gemas. Abrí la puerta encontrándolas aun dormidas tomadas de las manos, se veían tan hermosas que me daba un poco de pesar tener que despertarlas.
Es imposible mí no sonreír viéndolas tan tranquilas en esa cama. Me acerqué con cuidado sentándome a un lado, acaricié sus mejillas y poco a poco abrieron sus ojos regalándome una tierna sonrisa.
-Ya es hora de levantarse, aterrizaremos dentro de poco.
-¿No podemos dormir un poquito más? –el escuchar a Lily en ese tono tierno y somnoliento me recuerda mucho a Rag.
-Lo siento preciosa, pero deben levantarse para quedar listas, aterrizaremos en Nóvgorod e iremos enseguida a casa para que duerman un poco más en lo que voy a una reunión.
-No, quédate con nosotras y así pasamos el día juntos.
-Nada me gustaría más que eso Vicky, pero haré lo posible por salir rápido de la reunión y volveré cuanto antes con ustedes.
-Espera, dijiste que aterrizaríamos en Nóvgorod, pero ayer dijiste que viviríamos en San Petersburgo.
-Y así es, solo debo asistir a una reunión aquí y partiremos nuevamente a casa, lo bueno es que no están muy lejos las ciudades y ustedes estarán al cuidado de alguien de mi entera confianza, ahora vámonos que deben cambiarse.
Dejé unas prendas sobre la cama que las abrigaría de este frío que había en la ciudad y las esperé afuera, al cabo de unos minutos salieron vestidas muy hermosas e hice una señal para que se acercaran, abrí dos cajas para sacar un abrigo que había mandado a encargar exclusivamente para ellas y las ayudé a ponérselos junto a unos sombreros. En serio que esta fue la mejor decisión de mi vida, nunca antes llegué a sentirme tan feliz de volver a casa como lo hago ahora.
Una vez aterrizamos en el hangar nos encontramos con Morozov y Brie, hice las presentaciones correspondientes y salimos enseguida a casa. Mis gemas iban fascinadas viendo absolutamente todo por la ventana, me hacían miles de preguntas e interactuaban con ellos, lo bueno es que ambos dominaban varios idiomas así que no tendrían inconveniente en comunicarse, pero Vicky siempre mencionaba cuan gracioso se escuchaban por el acento.
Al llegar a casa les enseñé sus habitaciones, las dejé instaladas y me despedí de ellas, quienes quisieron acompañarnos a Morozov y a mí hasta la puerta para despedirnos, Brie se quedó a su lado, las vimos mover sus brazos enérgicamente sacándonos una sonrisa y salimos rápidamente de ahí.
-Esas dos niñas provocarán mucho caos aquí –comenta Morozov.
-Lo sé y más considerando que son hijas de Ragnar.
-Entonces con mayor razón creo que deberíamos preparar un ejército más grande.
-¿Qué estás insinuando?
-Sabes muy bien a lo que me refiero, Wintar no es una mujer precisamente tranquila, pero desatar sus demonios es la mayor equivocación del mundo y si ellas dos son unas Romanov Wintar, entonces se harán sentir en todo el país.
-Igual no las quiero metidas en estos asuntos Morozov, las quiero a salvo todo el tiempo, así que preparara a los mejores hombres para que cuiden de ellas y de Brie.
-Así lo hice no te preocupes, pero sí es importante que sepas que ya todos saben de la existencia de ellas.
Sentí mi corazón detenerse y más al ver el semblante tan serio de él, esperaba al menos tener unos días más, pero si ya saben de ellas y su llegada es porque alguien nos estaba siguiendo.
-¿Tienes la información?
-Sí y no son buenas noticias.
Me entregó un informe con todos los movimientos en el país durante las semanas que estuve por fuera, pero los últimos días han sido bastante movidos a lo largo y ancho del país, al parecer quisieron aprovecharse para tomar algunas zonas desde que asesinaron a mi padre, pero están muy equivocados si piensan que porque él está muerto y yo traje a mis hijas dejaré que me arrebaten el poder tan fácilmente.
-Lleva a tus hijos y los de Brie con las gemelas, aumenta la seguridad y mantenme informado en todo momento durante la reunión, no quiero a nadie cerca de ellos –asiente con su cabeza en silencio y escribe para dar la orden a los demás.
A pesar de ser mi mano derecha, solo Morozov y Brie tenían la potestad de hablarme con tanta confianza. Durante estos años ellos y yo hemos sido un gran equipo hasta el punto de que me han hecho el padrino de sus hijos, así como mi padre también lo fue de algunos de ellos, tenemos una confianza absoluta y la lealtad de ellos hacia mi familia y los Jhonson no está en tela de juicio.
Solo espero que todo termine bien y no vayamos a una guerra contra nadie; ni mucho menos se atrevan a tocar a nuestras familias o iré con todo contra quien sea.
(…)
Brie
En cuanto supe que Nicolay se había decidido en adoptar a las gemelas mi dicha no pudo ser más grande, durante estos años lo vi llamarlas, visitarlas con esmero y hasta investigaba con varios especialistas para el tema de sus cicatrices, se notaba desde el comienzo cuánto las amaba y sé que será un padre ejemplar para ellas.
No obstante, el tenerlas ahora a mi lado y poder conocerlas al fin me hacía sentir un poco nerviosa, no porque sean hijas de dos grandes demonios, sino porque llevaba mucho tiempo esperando este momento, hasta parece un sueño el tenerlas aquí.
-Niñas, ¿qué les gustaría hacer? Aquí tenemos una biblioteca muy grande, televisores, piscina por si desean bañar ¿o prefieren descansar?
Ellas se quedan mirándome un poco afligidas, sin duda este cambio parece afectarles bastante y al no estar Nico aquí es más intimidante para ellas, ni siquiera han soltado sus manos y no hacen más que ver por la ventana esperando por el regreso de su padre.
-¿Tardará mucho la reunión?
-No lo sé cariño, tengo entendido que a lo mucho serán un par de horas, pero podemos hacer algo aquí mientras tanto.
-Mejor esperamos a que él llegue.
-De acuerdo, si desean algo estaré en la cocina preparando la cena, por lo pronto pueden recorrer la casa, pero nada de salir de aquí ¿está bien? –ellas asienten y siguen mirando por la ventana.
Es tan extraño, hasta me recuerdan a Ragnar cuando recién empecé a trabajar con ellos, ella también se quedaba con la mirada perdida en la ventana o recorría los jardines junto a los perros, incluso el ver a esas dos niñas me hacía pensar que eran hijas biológicas de Nico y Rag, se parecen mucho a ellos por su actitud y ciertos aspectos físicos, siendo Vicky la que más similitud guarda con su padre, incluso ambos tienen los ojos miel.
En cuanto llego a la cocina me pongo a revisar lo que hay para decidir un menú que pueda agradarles, pero mi sorpresa aparece en cuanto recibo un mensaje de Morozov diciendo que enviará a nuestros hijos para mantenerlos bajo protección con las gemelas, lo que quiere decir que las cosas están más complejas de lo que imaginamos… y para colmo, entra una llamada de la persona que menos me imaginé recibir, pero si no atiendo las cosas serán peor.
-¿Debo preocuparme por esta llamada tan inesperada?
-Lo mismo pregunto yo ¿hay algo de lo que deba preocuparme?
-Hasta ahora no, por lo demás ya deberás hablarlo con Nico o con Morozov.
-¿Y cómo están ellas?
-Bastante tristes, Nico debió salir a una reunión, nos encontramos en Nóvgorod y en un par de días viajaremos a San Petersburgo para instalarlas del todo.
-Comprendo, también vi que había un mensaje donde reforzarían la seguridad ¿sabes algo al respecto?
-No, justo estaba leyendo el mensaje cuando marcaste.
-Está bien, hablaré con Morozov para estar al pendiente y también estaré coordinando desde acá el traslado de todos a la mansión, por favor avísame si llega a ocurrir cualquier cosa.
-No te preocupes, lo haré de inmediato, pero antes de que cuelgues necesito preguntarte algo.
-Dime.
-¿Qué les puedo preparar a las gemelas? Es que están bastante desanimadas y me gustaría hacerlas sentir mejor en lo que vuelve Nico.
Tomé nota de todas las indicaciones, nos despedimos y comencé a sacar lo que necesitaría, sabía lo difícil que sería para ellas este cambio, pero no creí que Rag me daría esas sugerencias, supongo que al final son más parecidas de lo que suponía.
Al cabo de una hora tengo casi todo listo para la cena, solo falta una cosa así que fui a la sala para saber si ellas seguirían en el sofá, sorprendentemente sí estaban, pero ya no veían por la ventana; sino que dibujaban sobre la mesa de centro, estaban tan concentradas en su tarea que no se percataron de mi presencia, sus abrigos incluso estaban bien acomodados sobre el sofá y tenían todo muy organizado.
-Chicas –levantaron sus rostros a la vez con una profunda mirada. –la cena estará lista dentro de poco, hasta ahora no me han dicho que volverán así que pensé que podrían ayudarme a preparar algo especial para su padre ¿qué dicen?
-¿Ayudarte en qué? –pregunta Vicky un poco a la defensiva.
-Quiero preparar Sharlotka, el postre favorito de su padre.
-Nunca escuché de eso –comenta Lily un poco más interesada.
-Es un bizcocho de manzana que a su padre siempre le ha encantado porque le recuerda a su madre, solo que yo hago una modificación a gusto de él para que le recuerde más ese calor de hogar.
Ellas se miran entre sí y Lily asiente a su hermana, entonces ambas se levantan hasta que llegan a mí observándome con mucha convicción.
-Si es el postre favorito de papá, entonces queremos aprender a hacerlo y también le daremos nuestro toque especial.
Quedé un poco sorprendida al escuchar a Vicky en esa actitud tan… Romanov… De no ser porque conozco bien a Nicolay hasta diría que ellas sí son hijas biológicas de él, incluso parecieran haber sido criadas toda su vida con él y Ragnar… Supongo que las cosas estarán muy movidas en Rusia con ellas.
Las tres terminamos en la cocina donde les expliqué paso a paso cómo hacer el postre, ellas seguían las indicaciones al pie de la letra e iban preguntando los siguientes pasos, durante el proceso definitivamente le hicieron cambios, por lo general yo dejaba el bizcocho un poco más seco para acompañarlo por encima con crema batida y café, que era como solía prepararlo la mamá de Nico, pero lo que ellas hicieron me dejó sin palabras.
-¿Seguras no habían hecho esto antes?
-Este postre en especial no, pero sí cocinábamos otros con la abuela Livi, ella nos enseñó mucho al igual que mamá –contesta Lily con dulzura.
-Sin duda quedará sorprendido por el resultado, pero sé que quedará flechado en cuando lo pruebe.
-Sí, aunque quizás deberíamos presentarlo diferente. –Vicky coloca una mano en su mentón haciendo presión en su labio inferior con el pulgar… ¿En serio? ¿hasta eso le copió a ese hombre?
-¿Qué te gustaría hacer?
-En vez de agregarle la crema batida encima podemos dejarla a un lado y mejor espolvoreamos azúcar palpable, podemos hacerle un diseño para que se vea más bonito y agregarle un poco de miel ya que no está tan dulce.
Es definitivo, está claro a quién se parece cada una y sus respectivas personalidades. Me enfoqué en seguir con lo demás que hacía falta de la cena, en lo que ellas dejaban enfriar el postre y preparaban la crema a su gusto para después decorar.
Estaba tan encantada con ellas que me había olvidado por completo del móvil y en cuanto revisé tenía varios mensajes de Morozov, en uno decía que tardarían un poco más, en otro; los chicos ya estaban a punto de llegar y el último era un aviso en el que me advertía de asegurar la casa, puesto que las cosas se complicaron en la reunión.
Hice una llamada rápidamente en la sala mientras las chicas decoraban en la cocina, le comenté a Ragnar lo ocurrido y me informa que los chicos están a punto de llegar a salvo, pero en efecto el lugar donde se encontraban Nico y Morozov era una batalla campal y no tenían comunicación.
Así, me dirigí al despacho donde activé las alarmas, revisé las cámaras de vigilancia para saber la ruta del auto el cual estaba a cinco minutos de la mansión y envié un aviso a todos los guardias para que estuvieran pendientes ante cualquier movimiento sospechoso.
-¿Papá está problemas?
Me sobresalté y di un pequeño grito al escuchar la voz preocupada de Lily tras de mí, no las sentí llegar en ningún momento.
-Está bien, es solo que la reunión se extendió un poco –dije lo más tranquila posible.
-Es mentira –afirmó Vicky. –No te conocemos de nada Brie, pero sabemos cuándo alguien miente, mamá nos enseñó bien y tú estás mintiendo, así que dinos la verdad.
No sabía si en verdad era correcto hacerlo considerando que eran muy pequeñas, pero quizás sí sea lo mejor teniendo en cuenta que Ragnar les enseñó eso. Solté un poco el aire y las miré firmemente.
-No sé lo que ocurrió, solo sé que las cosas se complicaron y ahora están un poco… -no supe cómo decirles eso.
-Está en un enfrentamiento ¿no es así? –no tuve el coraje para mentirles de nuevo y solo asentí en silencio.
-No es la primera vez que ocurre, pero sé que él estará bien, por ahora debemos quedarnos aquí a esperar a que lleguen ellos, también vendrán dentro de poco los hijos de Morozov y los míos para resguardarnos juntos.
Ellas no mencionaron una palabra más, solo tomaron sus manos con fuerza y dieron media vuelta, pero antes de salir retornan su mirada a mí.
-No vuelvas a mentirnos Brie, mamá dijo muchas cosas buenas de ti, pero nunca dijo que eras una mentirosa y el hecho de que tengamos diez años no significa que seamos tontas.
Me sentí un poco mal al haberlo hecho, pero la verdad es que no quería preocuparlas, supongo que después tendré que hablar de varias cosas con sus padres respecto a ellas.
Alejé por un momento mis pensamientos para enfocarme en proteger la mansión, el auto llegó rápidamente y los chicos descendieron de este, lo bueno es que al menos nuestros hijos mayores se encontraban en Francia y Portugal, así que estarían a salvo.
En cuanto ellos entraron me saludaron con un fuerte abrazo, hice las presentaciones y después los pasé al comedor para que todos cenaran, aunque las gemelas no quisieron tocar ni siquiera el cubierto.
-Niñas deben comer algo.
-Esperaremos a papá para comer.
Los chicos me veían con cara de mil preguntas, ellas estaban cabizbajas aferradas la una a la otra y yo solo deseaba que ese par volvieran pronto para que ellas estuvieran más tranquilas, pero no fue sino hasta después de la cena que escuchamos un estruendo en la sala, salimos corriendo hacia allá y vimos a Nico sosteniendo a Morozov en lo que hacía presión a una herida en su abdomen.
Todos estábamos conmocionados por la escena, estaban bañados en sangre y malheridos, pero antes de que fuese a buscar el botiquín para atenderlos y llamar al médico, las gemelas ya venían corriendo con muchas cosas hasta el sofá donde se sentaron ellos, los chicos los rodearon muy angustiados, pero esas pequeñas parecían unas expertas al manejar cada una de las cosas, lo interesante es que no habían tomado el botiquín sino varias cosas de la cocina, pañuelos, una botella de vodka, aguja e hilo, recipientes con agua y otras cosas más.
Sea lo que sea que ocurriera en las vidas de ellas, era bastante claro que no eran unas niñas cualquiera y tenían guardado más de un As bajo la manga.