Ragnar
Aun cuando Nick había dicho que firmaríamos los papeles al día siguiente, Livi nos pidió (por no decir que lo obligó) que esperáramos unos días ya que ella quería prepararle una fiesta a las gemelas para celebrar que ahora eran oficialmente parte de la familia, aunque para todos ya era así desde hace años.
En cuanto a Max, no tuvo inconveniente sobre esta decisión que tomamos Nick y yo y a diferencia de lo ocurrido semanas atrás cuando lo conoció, esta vez estaba muy feliz por lo que haríamos, lo que me comprobó que en verdad estas experiencias lo hicieron pensar en demasía.
Pero por muy hermoso que fuese este momento para nosotros, también había una huella imborrable en la vida de nosotros al tener que despedir a Mijaíl, sin duda fue un padre ejemplar para Nick y él junto a su madre lo hicieron ser el hombre tan increíble que ese, desarrollaron ese lado bondadoso evitando que se convirtiera en otro Boris y eso no siempre es fácil de lograr en los hijos.
A pesar de las lágrimas que se siguieron derramando por su despedida, Nick se unió más a las gemelas, así como ellas también lo hicieron de él al sentir por primera vez el terror tan grande de perder al hombre que amaban, respetaban y veían como su padre, lo que me hizo recordar a aquella vez en la que Marcus casi muere en Rusia. Recordar esa escena me hace pensar que él significaba demasiado para mí desde pequeña.
-Así que aquí te escondías.
Parpadeo saliendo por completo de mis pensamientos y torno mi mirada a la puerta, va entrando con ese porte tan galante de siempre, su cálida sonrisa y se sienta junto a mí regalándome un beso en la frente que me mueve por dentro.
-Sabes que no tengo escondites en casa.
-Sería muy extraño considerando que nunca tuviste que esconderte aquí.
-Se nota que Livi tiró la casa por la ventana para este evento –dije en lo que ambos veíamos cómo seguían arreglando el jardín y mi madre iba coordinando todo junto a mis pequeñas.
-No solo ella cariño, yo fui quien le dijo que no escatimara en gastos para ellas.
Su mano se acomoda en mi mentón haciendo que lo vea, esa mirada que me da siempre ha sido la misma cargada del ayer, pero cada vez hay más amor en él.
-Dímelo.
-No tengo nada por decir.
-Hija, eres muchas cosas, pero no una mentirosa y menos con tu padre.
-No lo pienso de esa manera.
-Rag, aunque no lo creas sé cómo te sientes, pero lo que quiero saber es lo que te acongoja en este momento y el que ya seas una adulta y madre de dos niñas no significa que dejarás de ser mi niña.
Es cierto que han pasado muchos años desde que llegué a su vida, pero el ser quien soy al día de hoy me hace sentir más sensible, lo que me hace preguntarme en ocasiones si en verdad fue una buena idea haber querido comprender las emociones.
-En verdad estoy bien, no te preocupes.
Marcus suelta un respiro y toma mi mano con delicadeza, nos levantamos y sigo sus pasos en completo silencio, de pronto una extraña sensación se aloja en mi pecho, todo a mi alrededor cambia tornándose en los pasillos fríos, oscuros y grises de esos lugares en los que iba a combatir con él, pero esta vez mi padre sostenía mi mano y no una cadena atada a mi cuello.
Solo de recordar ese frío metal hace que presione su mano, él presiona también en respuesta sin voltear a verme e ingresamos a mi habitación, me da una señal para que me acueste y seguido se sienta para retirar sus zapatos, pero hago caso omiso y me apoyo en una rodilla para ser yo quien los retire, lo hago con tanto cuidado que una punzada se aloja en mí.
De nuevo me pierdo en la nada misma y él me toma entre sus manos para que ambos nos acostemos, el silencio es nuestro por completo al igual que el encerrarme entre sus brazos y pecho, y lo abracé dejándome inundar por los recuerdos de todas las veces que me ha tenido en esta misma posición. Él fue el segundo hombre cuyas manos me sostuvieron con cariño, pero el primer y único padre que me ha amado incondicionalmente.
-La última vez me dijiste que hablaríamos de esto llegado el momento, pero no sé si en verdad tengas alguna duda al respecto.
-Con referente a ellas no, pero tampoco sé qué preguntarte ya que de todas formas estarán lejos de mí, tal vez tu consejo le serviría más a Nick.
-Esos consejos ya los recibió de Mijaíl y también hablé con él, sabe que ante cualquier duda puede acudir a mí sin inconveniente alguno.
-¿Entonces por qué estamos aquí?
-Tú dime ¿por qué te dejaste llevar hasta aquí?
Enlacé mi pierna entre las suyas aferrándome más a su cuerpo, él ya no es aquel hombre joven que conquistaría al mundo, ahora es alguien que el pasado y el tiempo se ha ensañado con su ser dejando marcas que no comparte con nadie más que con Livi, Oz e Isma.
-Siempre me encantó esta casa, desde que la vi junto a Livi sabía que la quería para nosotros, te imaginaba tantas veces en ese jardín rodeada de flores corriendo como una niña libre y sonriente.
-Pero nunca viste eso.
-No, vi algo mejor, vi a mi hija viva, a salvo y estando en paz a pesar de la vida que llevaba a mi lado lejos de este hogar que había formado para ustedes.
-Dime a dónde vas con todo esto por favor.
Su abrazo fue más fuerte, dejó un beso en mi cabello y lo acarició con suma delicadeza, siempre era como una muñeca de porcelana para él; mas nunca me tocaba con miedo a romperme, es difícil de explicar esta muestra de afecto.
-Serás una excelente madre sin importar en qué parte del mundo estés tú o tus hijos, lo importante es que siempre estés para ellos incondicionalmente y no olvides que por mucho que digan odiarte, te guarden rencor o hieran tus sentimientos, en el fondo te seguirán queriendo porque no dejarás de ser quien eres en sus vidas.
Escondí mi rostro en su cuello sintiendo cómo ambos dejábamos morir las lágrimas en el otro. En todos estos años nunca dejó de flagelarse por haber lastimado a sus dos hijos para proteger una tercera, sufrió en tanto silencio por nosotros que no sé de dónde sacaba las fuerzas para levantarse cada día y seguir sonriendo con su corazón.
Es cierto que de un tiempo para acá mis hermanos se han acercado más a él, sobre todo porque eran influenciados por Vero y Janet (a veces eran amenazados por ellas), siendo la primera quien más cercanía tuvo a mi padre al ser mi mano derecha y haber estado en constante contacto por años con él, sé que incluso la veía como otra hija al igual que Livi lo hacía con ella, pues nunca le cerraron las puertas ni le negaron el cariño a Vero.
-¿Crees que me lleguen a odiar por no vivir en Rusia con ellos?
-Jamás podrían odiarte, esos tres te aman tanto que no les alcanza la vida para demostrarlo, pero igual se esforzarán cada día por hacerlo, creen en mí pequeña.
-Siempre lo he hecho y nunca dejaré de hacerlo.
-Si así entonces confía en que Nicolay hará un excelente trabajo como padre, las protegerá de quien sea y hablarán de ti y de todas las aventuras que te contarán, por ahora lo importante es que vivas tu vida un paso a la vez Rag, recuerda lo que dice tu madre: “a veces es necesario detenerse y admirar tu alrededor”.
Una frase que me marcó por completo en su momento, aquella que empezó mi recorrido por mi autodescubrimiento y la misma que ahora dice él para darme esperanza.
(…)
Nicolay
Han sido unos días bastante agotadores, pero el solo hecho de ver a mis gemas correr de aquí para allá dando órdenes de todo lo que quieren y cómo lo quieren junto a su abuela, alegra mi vida e ilumina todo mi alrededor.
Hace un par de horas vi cómo entraba Marcus quedando junto a mi zarina en el estudio, sabía de lo que hablarían puesto que ambos la conocíamos bien y era menester que tuviera una voz de aliento ajena a la mía, necesitaba a su padre que era el que había sentido más la lejanía de sus hijos por años. Aun con todo siempre admiré a Marcus en muchos sentidos, no solo como un hombre de negocios y cabecilla de la mafia, sino también, como padre de tres increíbles hijos y esposo de Livi.
Es cierto que no estaban casados, pero el amor que he visto entre ellos desde que los conocí es algo de admirar… hasta podría decir que me inspiró para querer casarme con mi zarina aquella vez y si por mi fuera lo haría en este instante.
Observo nuevamente mi vestimenta en el espejo recordando las veces que lo hacía en Rusia, todas las ocasiones que me vestía para ir a follar con lo primero que se moviera, las drogas y el alcohol que llegué a consumir, las torturas que propiné a nombre de Boris y lo infeliz que me sentía en el fondo al estar tan solo.
Hoy en cambio estoy con un pantalón azul petróleo y camisa blanca, un reloj escogido especialmente por mi pequeña Lily junto a una cadena que escogió mi bella Vicky, no quería un traje, ni nada cargado, todo lo contrario, quería sentirme cómodo y fresco considerando que el sol brillaría más que nunca para mis hijas, aunque serían ellas las que les daría la energía a ese astro por la felicidad que irradiaban.
Escucho que tocan la puerta dejándome un poco extrañado, doy el pase y la veo entrar con un hermoso vestido blanco y su cabello cayendo en ondas acompañada de esa sonrisa cálida reluciente de amor, una imagen tan hermosa que calca la de la primera mujer más importante en mi vida.
-Te ves guapísimo, sin duda esas niñas tienen excelente gusto. –dice con entusiasmo logrando sonrojarme.
-Claro que tienen buen gusto, me escogieron como padre y no pudieron adoptar a una mejor madre que tu hija.
-En eso estoy de acuerdo ¿me permites? –asiento con mi cabeza dejando que ella termine de acomodar el cuello de la camisa y la abotone como si fuera un niño, acto que me hace sonreír.
-Desde la primera vez que te vi llegar sabía que estabas roto por dentro, pero al ver la forma en la que mirabas a mi hija; también me hizo saber cuánto amor albergabas dentro de ti.
-¿Cree que soy digno de ella?
Deja de abotonar la camisa para levantar esos hermosos ojos cargados de brillo, realmente me recuerda tanto a mi madre que me produce miles de sensaciones en el pecho.
-Tu nunca necesitaste ser digno de ella Nico porque siempre has tenido su amor, es solo que al comienzo no sabía cómo demostrarlo adecuadamente… y el sexo no cuenta. –reímos un poco solo de recordar todas las veces que nos ayudó para que Marcus no me asesinara a mí ni a Alex.
-¿Entonces por qué no soy suficiente para ella Livi? Tú que la conoces mejor dímelo por favor. –pregunto afligido.
-Creo que sí lo eres Nicolay, es solo que mi hija tiene demasiado amor para dar y aprendió muy bien de nosotros y de Oz que no necesitaba etiquetas ni límites para hacerlo.
-¿Y por qué sí prefiere quedarse con D’Porti?
-Cariño te preocupas por trivialidades cuando no estás viendo que ella te ama profundamente, créeme que si Max llega a conocer a toda la gente de su pasado se sentirá intimidado en cuanto le digan que un ruso y un italiano la traían como loca, y de los dos tú fuiste el primero que marcó su vida.
-Pero igual seguirá con él.
-Y también seguirá contigo, solo deja que ella disfrute esta etapa con Max, llevan muchos años queriendo estar juntos libre de ataduras y ahora es cuando pueden hacerlo.
-Entonces… -ensancha su sonrisa para acunar sus manos en mi rostro regalándome un gesto cálido entre sus caricias.
-Ella siempre será para ti, así como tú eres para ella, pero todo se dará en su momento y de la forma adecuada Nico, confiemos en que todo saldrá bien y no dudes del amor que se tienen por favor, porque si no te amara entonces no estaríamos hoy reunidos para celebrar un acto tan importante en la familia.
Solo las palabras de Livi y Marcus tenían tanto peso en mi vida además de las que me daba mi padre, pero las de ella especialmente eran mi todo, Livi siempre ha sido como una madre para todos ganándose más hijos de los que alguna vez pudo imaginar, todos en la Orquídea la adoraban y seríamos capaces de hacer lo que sea por ella, incluso tiene más influencia que el mismo Marcus, pero eso no es algo que le moleste a nadie, todo lo contrario, siempre celebramos el hecho de tener a una mujer como ella que se preocupe por nosotros.
Hubo varias ocasiones en las cuales la veía tan tranquila bebiendo un té o un café en el jardín con un libro o tocando el piano en el salón, que me hacía olvidarme de todo, Livi aun sin ser parte de la mafia tenía un poder nato sobre la organización al ganarse el afecto de todos, siempre era sabía consejera, escucha, amiga y madre, era esa bella flor que nos daba la esperanza de una mejor vida en un mundo cruel.
-Listo, ahora si te ves mucho mejor cariño.
Sonreí y la tomé entre mis brazos con delicadeza, los suyos me rodearon dejando una caricia en mi espalda como solo una madre puede darla para regalar consuelo a sus hijos.
-Gracias por darme tanto en estos años Livi, no sé qué habría hecho sin ti, pero espero seguir recibiendo tu apoyo y más ahora que tendré a mis hijas conmigo.
-Llama a la hora que me necesites que ahí estaré para ti hijo.
Presioné un poco más su cuerpo al mío al escuchar esa palabra, algunas lágrimas cayeron mudas embriagándose de su perfume.
-Te amo Livi, eres la mejor madre que pude tener después de la mía.
-Hay Nico, no me hagas llorar. –dijo tan bella entre una sonrisa que ya sabía tenía los ojos brillosos al querer hacerlo también.
Me separé un instante de ella sin llegar a soltarla de mis brazos, nos veíamos tan felices que hasta pensé me casaría ese día y no que firmaría unos papeles de adopción.
-Es lo mismo hijo.
-¿Qué cosa? –pregunté un poco extrañado.
-El casarte y adoptarlas, la sensación que tienes ahora es la misma porque ambos eventos significan el comienzo de una familia, pero confía en mí cuando te digo que todo se dará en su momento, no sé el día, la hora ni el cómo se dará, pero ustedes serán una familia y si quieres hasta te lo puedo prometer.
Olivia Clyde no tiene ni idea de cuán feliz puede hacer a una persona con su sola presencia y más con sus palabras, pero cuando adivina los pensamientos de los demás, así como hace mi zarina, se convierte en una bruja que sellará tu presente y hasta tu futuro con lo que diga.
-Todo lo que dijiste es tu promesa, tus solas palabras son mi esperanza y eso me basta, aunque sí quisiera pedirte algo.
-¿Qué podría pedirle a una simple mujer el hombre más poderoso de Rusia?
-Un beso y que sigas siendo mi madre y la abuela de mis hijas por toda la eternidad. –respondí con cariño.
Acunó sus manos en mi rostro atrayéndome hacia ella y dejando un beso en mi mejilla.
-Siempre que viva tendrás mi amor y mis besos Nico, sabes que te aprecio demasiado y eres como otro hijo para mí.
-Y tú eres mi madre Livi, así que necesito vivas unos cien años más si no te importa.
-Haré lo que pueda, pero quizás debas conformarte con ochenta.
-Que sean noventa y estaré feliz. –reímos fundiéndonos en otro abrazo que sella este hermoso pacto por completo.
Al cabo de unos minutos ya estábamos todos listos en el jardín, mi zarina estaba con un enterizo blanco de una manga ancha que se extendía por su brazo, mientras el otro quedaba por completo al descubierto, sandalias altas negras y el anillo que le regalé de compromiso, verlo puesto este día lo hizo más especial para mí junto al collar que le regalé.
Nos colocamos uno al lado del otro frente al juez con nuestras hermosas hijas entre nosotros, lucían un vestido color beige con una tela encima semitransparente que estaba decorada con flores rojo vino y un listón delgado del mismo color, su cabello recogido y decorado con una hermosa tiara sencilla que mi padre les regalo al poco tiempo de llegar en este último viaje.
En un momento mientras el juez hablaba vi a Livi sentada junto a Marcus y Max, el verlo aquí tan sonriente me hizo tener un choque de emociones; mas ella me miró como diciendo que no tenía nada que temer, así que miré a mi zarina y tomé su mano dejando un beso en esta a lo que ella me sonrió. Livi tenía razón, una boda y una adopción se siente igual porque en ambas empiezas a formar una familia, eso era justo lo que hacíamos y es justo lo que obtendré junto al amor de mis tres mujeres.
Una vez firmamos los documentos siendo las palabras del juez las definitivas para sellar este hermoso encuentro, todos aplaudieron muy felices, nuestras hijas nos abrazaban con tanta alegría que en verdad opacaron el verano con su existencia, ahora son nuestras legalmente y para toda la vida, ahora solo me faltaba un paso más para tener a mi familia reunida, pero es algo que haré en su debido momento, por ahora haré caso a las palabras de mi segunda madre y dejaré nuevamente a mi zarina hacer su vida como siempre lejos de mí, pero esta vez no me devolvería solo, sino que llevaría el tesoro más importante para nosotros.
Todo ese día estuvimos muy felices celebrando en familia, cada que veía a Marcus con mis gemas imaginaba que mi padre estaba junto a ellos muy sonriente de saber que por fin estarían con nosotros, mis niñas lucían tan hermosas que presumían ante todos los vestidos que les había hecho la hermana de Livi, al igual que el traje que le hizo a mi zarina, no hacían más que decir que harían sus diseños para que su tía los fabricara y ellas los modelarían en las pasarelas de París y Milán.
-Si siguen así creo que terminarán viviendo con Alex. –murmura mi zarina sacándome de mi felicidad solo por mencionarlo, lo que me hace girar los ojos con fastidio y ella ríe como si nada.
-No puedo creer que en serio digas eso zarina, jamás dejaré que ellas vivan con ese idiota.
-Vamos Nick no te hagas el rudo que ambos tenemos buenos recuerdos con él. –dice con travesura logrando hacerme sonreír… Solo esa mujer es capaz de cambiar mi ánimo tan rápido.
-Ragnar Wintar, el que seas la madre de nuestras hijas no te da el derecho de traer a ese idiota a nuestras vidas.
-¿Y a Max?
-Tampoco.
-¿Seguro?
-Sí.
-¿Seguro? ¿Seguro?
La miro extrañado por el tono que usó en esa repetición y bastó ese acto para comprender el maquiavélico plan que estaba trazando en su mente.
-Será mejor que te olvides de eso. Una cosa es estar desnudos follando en la misma cama, pero otra muy diferente es compartir un hogar con esos dos, mis hijas tienen un padre y soy yo y no permitiré que esos dos idiotas me quiten mi lugar.
Esa maldita sonrisa de ella me saca de quicio, joder, esa mujer en serio me va a enloquecer cada que despierta mis celos con esos imbéciles, lo peor es que sabe cómo provocarme en cualquier sentido. De la nada cruza sus brazos en mi cuello, los míos quedan en su cintura cortando la distancia entre nosotros y me da un beso maravilloso.
-No creas que por besarme así se me olvida lo que acabaste de decir.
-Así como a mí no se me olvidará lo que tú acabaste de hacer por nosotras. Nick, a ti nadie te quitará ese puesto de la vida de ellas, tú eres su padre y nada ni nadie va a cambiar ese hecho, además, ellas ya conocen a Alex y Max y aun así tú fuiste quien firmó el papel de adopción ¿o no?
-No me importa, no quiero a ninguno de los dos criando a mis hijas ¿o acaso te piensas que Alex me dejaría cuidar de su hijo? Ni siquiera lo he visto y existe un motivo para eso ¿sabes cuál es?
-¿Cuál?
-Que él piensa lo mismo que yo y no dejaremos nuestros hijos en manos de otros que no sean pertenecientes a esta familia.
-Es bueno que digas eso mi zar porque Livi tiene pensado invitar a todos para navidad y su boda.
Estaba a punto de recriminarle a sabiendas de que ahí aprovecharía para poner en marcha su plan, pero ella me besa y sale corriendo rápidamente hacia donde está Oz e Ismael, dice algo apenas perceptible para ellos e Ismael queda riendo muy divertido por la situación una vez los tres se me quedan viendo, Oz lo hace entre divertido y con un tono amenazante en la mirada, y mi perdición, esa magnífica zarina que me enamoró, levanta su ceja sensualmente altiva y sonríe victoriosa.
La muy tramposa sabe que no puedo contra Oz y menos después de lo ocurrido hace un tiempo, algo que al día de hoy me sigue pesando considerando que ese demente se puso de acuerdo con mis hijas para ir en mi contra. No sé de dónde saca el poder para controlarlas, pero sin duda es escalofriante cuando tiene a las tres de su lado, es como ver personificado al dios Shiva en él.
(…)
Días después
Hoy por fin terminamos de empacar y pasamos una última mañana con la familia, al menos por ahora, ya que prometimos venir en septiembre a celebrar el cumpleaños y la boda de Livi, así como también vendríamos en diciembre y demás veces que nos fuese posible.
La familia optó por acompañarnos hasta el hangar donde el avión ya se encontraba listo, nos estábamos despidiendo de todos con felicidad y a la vez con mucha tristeza al no querer irnos, sobre todo las gemelas las cuales ahora comenzarían una nueva vida en otro país, pero a pesar de eso lo que más las inquietaba es que Rag todavía no había llegado, ella quedó en encontrarse con nosotros, pero todavía no había aparecido y ya debíamos partir.
-Niñas, denle un último beso y abrazo a sus abuelos, por desgracia no podemos esperar más. –dije un poco triste al saber cuánto significaba para ellas.
-Solo un poco más papi por favor, yo sé que ella vendrá. –dice Vicky en una súplica.
Mis hijas son mi debilidad y mi fortaleza, pero cuando ellas ponen esas caras quiebran mis muros por completo. Antes de que les dijera nuevamente que no podíamos seguir esperando, escuchamos una motocicleta a lo lejos que en menos de nada se detiene cerca de nosotros, de esta van descendiendo Rag junto a Oz y mis pequeñas salen como cohetes hacia ellos abrazándolos con emoción.
-¡Sabía que llegarían! –dice Lily quien está en brazos de Oz.
-Claro que vendríamos pequeñas, no creerán que se irían sin despedirse de nosotros.
Ellos vuelven a abrazarse muy fuerte y luego Lily y Vicky cambian siendo ahora la primera quien abraza a mi zarina y la segunda a Oz. Sé que evitaría que Alex y Max intercedan en la crianza de mis hijas, pero a él no puedo moverlo de sus vidas aun si llegase a odiarlo, lo cual no hago puesto que él fue el hombre que las salvó, consoló, ayudó en la mejora de sus heridas y estuvo para ellas desde aquella fatídica noche, solo él se lleva mis respetos y hasta mi temor.
Ragnar.
El sentir por última vez a mis niñas en brazos me dolía bastante, pero luego de la charla que tuve con mi padre, me quedo más tranquila al saber que en su momento nos volveremos a reunir y tendremos muchas cosas por hablar con todo lo que harán en Rusia junto a Nick, anhelo volverlas a ver para escuchar todas sus locuras.
-Pequeñas, su madre y yo tenemos un obsequio para ustedes. –comenta Oz.
Saca de su campera una caja en terciopelo rojo vino y la abre frente a ellas enseñando dos collares con un dije en forma de estrella para cada una, mis niñas se alegran bastante y él y yo tomamos cada collar para ponérselos con mucho cuidado.
-Pase lo que pase no olviden todo lo que les enseñé, aun si la situación es muy horrible para ustedes ¿entendido?
-Sí, recordaremos cada lección y repasaremos todo en casa al pie de la letra tío Oz.
-Y si las cosas se ponen muy mal hasta el punto de ser imposibles, solo bastará con unir los dijes para enviar una señal.
-No te preocupes que lo haremos bien, igual sé que papá nos cuidará mucho allá. –comenta Vicky sacándonos una sonrisa.
-Lo hará mi pequeña, pero igual es importante que tengan en consideración todo lo que Oz y yo les hemos enseñado, al comienzo será difícil, pero llegará un momento en el que todo se calmará y es ahí cuando deben pensar con cabeza fría. –ellas asienten muy seguras y enlazan sus manos. -Mientras tanto cuídense mucho la una a la otra y cuiden de su padre.
-Lo haremos mami no te preocupes, de todas formas, seguiremos en contacto, papá dijo que podíamos llamar a cualquier hora si necesitábamos algo y memorizamos los números más importantes. –Oz y yo sonreímos orgullosos por ellas.
Sé que lo harán bien, pero nunca está demás considerando que van a un campo de batalla fuerte, Rusia no es un territorio que se ande con juegos y menos cuando se trata de la Bratva, pero ellas son unas Romanov y sé que lo harán excelente.
Las abrazamos por última vez, caminamos un poco más para despedirnos de Nick, teniendo él un apretón de manos con Oz y a mí me levanta entre sus brazos dándome un profundo beso y la promesa de que protegerá a nuestras hijas de todo peligro, sé que tiene miedo por lo que vendrá, pero también sé que cumplirá su palabra aun si alguien logra llegar hasta ellas.