Max
Por petición de Alex hemos viajado a Alessandria en vez de Milán, él ha estado atendiendo algunas reuniones con Iván y nosotros aprovechamos estos días para conocer la ciudad junto a David. Después de aquella situación no han vuelto a discutir y ambos se apoyan un poco más, incluso David dejó de hacer rabietas cuando Rag se alejaba en algunas ocasiones, pero lo que sí seguía haciendo era cometer cuanta travesura se le ocurriera.
Hace un par de días estaba con Rag y él caminando cerca del Palazzo Monferrato, ella había dicho que iría un momento al baño y cuidara de David, no hubo problema en ese momento, pero el pequeño dijo que quería ir a una panadería que tenía en la vitrina algunos productos llamativos por las formas de animales que vendían.
Así, lo acompañé hasta ese punto pues no quedaba lejos y Rag nos encontraría fácil, pero el muy descarado había aprovechado que salieron unas personas y justo llega Ragnar, él desaparece, por supuesto ella me pregunta por David dejándome extrañado, pero más temprano que tarde, él aparece del otro lado del local con un pan en forma de jirafa en su mano, lo comía como si nada y lo estiró hacia Ragnar llamándola.
Por un momento creí se me saldría el corazón al no encontrarse él a mi lado, Rag me regañó por haberlo descuidado y me obligó a pagar una cuenta exorbitante por muchos panes en forma de animales, lo que terminó siendo el desayuno por algunos días, obviamente tanto ella como él escogieron los más costosos y aunque no me importó pagarlos, fue la maldad con la cual quisieron ejecutar todo, puesto que no solamente me hicieron comprar esas cosas, sino que ahora me obligaban a hacer para todos el desayuno de acuerdo al animal que le tocara a cada uno.
Vaya que me hicieron usar la imaginación como nunca, ni siquiera en la universidad me sentí tan estresado como en esas mañanas y menos cuando ellos se mofaban de mí exigiendo que cambiara el menú cada día… esos dos son un dolor de cabeza cuando quieren ser vengativos.
-Todavía no puedo creer que te dejaras engañar de un niño de dos años Max.
-Ya deja de burlarte, te recuerdo que ese niño de dos años también se te escapó de las manos cuando estábamos en Venecia y tu castigo no fue más leve que el mío.
-Ya basta los dos, dejen de estar culpando a David por su irresponsabilidad.
-Noche es la verdad, nosotros cuidamos bien de él, pero…
-Pero nada Max, me sorprende que tú siendo tan serio con estos asuntos te pongas en esa actitud y lo mismo tú Alex, él es tu hijo y por lo tanto debes prestarle atención, toda la carga no siempre debe ser para Iván, él es tu apoyo; no es su padre.
Y ella como siempre defendiendo al pequeño tramposo quien sonríe victorioso en sus brazos. Esto es el colmo, solo quería un viaje tranquilo con ella y termino en esta locura, creo que en parte prefiero a las gemelas, al menos ellas sí me escuchan.
-Muy bien… –Rag se detiene unos pasos más adelante que nosotros y gira. –Ahora necesito que ustedes dos cuiden de David en lo que yo voy a hacer una diligencia, no quiero excusas al regresar y nada de culparlo por sus errores… -mira a David. –Y a ti nada de estar discutiendo con ellos, no quiero otra pelea como en Venecia ¿entendido los tres?
Asentimos a la vez, ella le da un abrazo fuerte siendo recibido con gusto por él, nos da un beso a Alex y a mí y después lo deja en brazos de su padre.
-Mama, ich will mit dir gehen geh nicht (mamá, quiero ir contigo, no te vayas)
-Esta vez no cielo, te quedarás con ellos, pero yo regresaré en unos minutos y mientras tanto pueden ir recorriendo la plaza.
-Verlass mich bitte nicht (no me dejes por favor) –ella acuna su mano en el rostro del pequeño dejando leves caricias.
-Ich komme wieder, versprochen, aber du musst mir versprechen, dass du dich benimmst (volveré, te lo prometo, pero tú deberás prometerme que te portarás bien)
Esa relación entre ellos seguía siendo intrigante para mí, sin importar lo que ocurra David siempre la obedecía y le pedía estar junto a él. Había querido hablar con ella sobre eso, quizás ya conocía al pequeño de antes y tuvieron un lazo cercano, ya que la forma en que se veían y trataban era algo sorprendente.
-Ja Mama, ich verspreche es (si mamá, te lo prometo).
-Ich vertraue dir Himmel (confío en ti cielo).
Sonrió y le dio un beso en su mejilla seguido de algunos más en su cuello que provocaron una pequeña risa en él, era tan hermosa la escena que cada que ocurría todos callábamos, así dejaríamos que se mantuvieran en esa aura tan especial.
La vimos partir con Iván quién sabe a dónde y nosotros tres seguimos recorriendo la plaza, había una feria en el lugar, vendían artesanías de todo tipo y demás, así que Rag pensó que sería buena idea estar aquí para comprar algunos recuerdos a la familia, y por lo visto nos dejó parte del trabajo a nosotros.
-Max, sé que no deberías estar cuidando de David, de hecho, ni siquiera deberíamos estar con ustedes, pero en verdad te agradezco todo esto.
-No te preocupes, no digo que ha sido fácil para mí considerando que tienes un hijo muy astuto y travieso, pero me he divertido con todos.
-También disculpa por lo ocurrido en Venecia, sé que estabas intentando calmarme y quizás mi forma de responder no fue la mejor, la verdad no soy de tener amistades, no confío en muchos y considerando que eres mi enemigo como Nicolay… bueno… ya sabes lo que quiero decir.
Por desgracia lo sabía y el pensarlo me generaba esa punzada en el pecho de siempre, aquella que venía acompañada con miles de pensamientos que me mortificaban, mismos que venían con los rostros de la familia Romanov. Veo que David se remueve un poco de los brazos de Alex, este lo baja tomándolo de la mano y vamos caminando los tres sin prestar mucha atención a las compras que deberíamos hacer.
-No te voy a negar que desde que conocí a Nicolay muchas cosas han venido a mi mente, a veces no sé si hago bien o no, e incluso creo que me coloco la soga al cuello al permitir tanto, pero verla tan feliz me hace sentir que hago bien.
-Aunque no lo creas te comprendo, realmente sé de lo que hablas. Cuando la conocí y supe que Nico era pareja de ella, no fue fácil para nosotros, menos porque esa misma noche nos enteramos él y yo que había alguien más en su vida, pero con él no pasó nada.
-¿De quién hablas?
-No importa, igual él no tiene un lugar tan importante como nosotros tres, pero sí es un gran amigo de ella, en fin, lo que quiero decir es que, así como tú yo también tengo mis dudas e inseguridades, anhelo estar con ella y sé que por eso somos enemigos, pero también me has demostrado que puedo confiar en ti y eso me hace verte como a un amigo.
-Supongo que eso complica un poco la situación para ambos.
-Bastante diría yo, pero al final ella tiene la última palabra y por mi parte te puedo asegurar solo dos cosas Max, la primera es que no voy a dejar de luchar por ella, pero no quiere decir que vaya a usar a mi hijo para una bajeza de ese calibre.
Hablaba con tal convicción e intimidación que incluso me recordó a la discusión que tuvo con su esposa aquella vez.
-Y segundo, sea como sea quiero que David tenga el apellido de Ragnar, no importa cuánto tiempo me tome ni lo que deba hacer, pero es algo que no entrará en discusión con nadie aun si ella decide quedarse a tu lado.
Hubo algo en el semblante de él que hizo más amenazante el segundo punto, entonces caí en cuenta que si tomara eso como una batalla es una que ya tendría perdida, y no por Alex en sí, sino porque David había demostrado en todo este tiempo que significaba demasiado para Rag y viceversa, entre ellos había un lazo tan fuerte como el que tenía ella con las gemelas.
De pronto nos detenemos en seco y él se queda mirando una iglesia que está a nuestra izquierda, sus ojos se cristalizan, entonces llamo un poco su atención dejando mi mano en su hombro.
-¿Está todo bien?
-Sí disculpa, es solo que recordé algo.
-¿Tan malo fue?
-Sí y no –suelta un aire pesado dejándose invadir por el recuerdo. –Cuando Katherina estaba embarazada no estaba muy seguro de que fuese mi hijo. Recuerdo que tenía seis meses el día que llegamos a la ciudad y esa noche tuvimos una discusión muy fuerte en este mismo lugar, todo estaba solo, era bastante tarde…
Detiene su relato cerrando un instante sus ojos y levanta de nuevo su mirada.
-Las cosas se pusieron tan mal que ella comenzó a gritar, estaba dolorida y pensé que era un chantaje de su parte hasta que vi su pantalón blanco manchado de sangre, fue entonces cuando la angustia me invadió y la tomé en brazos saliendo directo al hospital.
-Alex –murmuré al verlo a punto de llorar.
-Cuando el médico terminó de atender a Katherina me dijo que había sufrido una amenaza de aborto, en ese momento el mundo se me vino encima y toda idea que tenía sobre el rechazo desapareció. Salí del hospital desesperado e irónicamente terminé en esta iglesia donde todo comenzó, entré, vi unas velas encendidas y pedía al que me escuchase que ayudara a mi hijo a vivir, prometí que sin importar si llevase mi sangre o no cuidaría de él y lo amaría demasiado. Así he hecho desde entonces y suelo venir cada mes a esta iglesia a dar gracias por la vida de mi hijo, por ser tan parecido a mi ángel y porque en verdad sí terminó siendo mío.
Esa historia movió tanto dentro de mí, no imaginaba que él cargaría con un peso tan grande, pero al escucharlo surgió nuevamente esa duda en mi cabeza y esta vez no dejaría pasar la oportunidad.
-Alex, hay algo que quiero saber si no te importa –dije con tiento.
-Dime.
-¿Ragnar es la madre de David?
-Creo que conoces su situación Max, pero sin importar nada es lo único que deseo, es lo que siempre he deseado.
-Lo sé… pero… ¿ella es su madre biológica?
Su rostro se tornó un poco apagado, casi como si dijera que no, pero cuando estaba a punto de darme la respuesta aparecen Rag e Iván cerca de nosotros llamando nuestra atención.
-A veces no sé si dejarlos a solas o no porque cada que los vuelvo a ver tienen un aire melancólico.
Ambos la observamos seguido de un rápido repaso el uno al otro, soltamos un poco ese aire pesado que traíamos y nos relajamos nuevamente.
-No te preocupes noche, no es algo malo, simplemente son cosas de hombres.
-Claro… cosas de hombres… hasta Dániel tiene más imaginación que tú para eso Max –dice un poco en broma haciéndonos reír, pero su ceño queda un poco fruncido buscando algo con la mirada. -¿Dónde está David?
Solo esa pregunta bastó para que se nos cayera el mundo a Alex y a mí en el acto pues el pequeño había desaparecido por completo de nuestro lado, lo peor de todo es que estábamos en medio de una plaza llena de mucha gente y esta vez no sería fácil encontrarlo.
Ragnar
Bastó con verlos para saber que de nuevo ese pequeño se les había escapado, pero esta vez sentía que era diferente, al menos en otras ocasiones él lo había hecho solo hasta que le enseñé una manera de hacer esas escapadas bajo mi consentimiento, de esa forma sabría siempre dónde encontrarlo y él tenía presente que no debía ir muy lejos de Alex o Max.
Todos nos quedamos buscando con la mirada en los alrededores hasta que decidimos separarnos, cada uno tomó un lado acordando que avisaríamos a los demás si lo encontrábamos, solo espero que en verdad esté cerca y esta corazonada no sea nada grave.
(…)
Llevábamos ya media hora de estar buscando y aun no dábamos con él, me encontraba desesperada, justo cuando había ido por un obsequio para David esto tenía que pasar, lo peor es que Alex y Max están incontrolables, realmente les afectó esta situación y más porque ocurrió frente a sus narices, creo que pensaban que sería solo una broma más, pero con tanto tiempo de ausencia frente a nosotros era claro no es el caso.
Hacía unos diez minutos habíamos acordado extendernos un poco más con la búsqueda, Alex por su parte llamó a un grupo de sus hombres para que nos ayudara en caso de que algún enemigo de él estuviera en la ciudad y quisiera atentar contra la familia, Iván por otra parte quiso ir con la policía para movilizar a más personas, Max y yo nos quedamos en la plaza para seguir buscando y preguntando a todo aquel que pasara.
Quise tomar la ruta que iba hacia la muralla que rodeaba la plaza, ahí también recordaba haber visto algunos puestos y quizás alguien pudo verlo salir, no sabía si era posible, pero tampoco quería dejar de lado la posibilidad.
Caminé mirando atenta a todas partes, quería hacer un buen barrido de la zona o esperar a que al menos Max me llamara diciendo que lo había encontrado, pero más grande fue mi sorpresa al escuchar esa voz gritando “Mutter” a lo lejos, de pronto veo a un sujeto tomando del brazo de mi pequeño que está sentado en un banco de madera y voy rápidamente hacia el lugar.
No sabía si era más mi angustia o la rabia al verlo tomar el brazo de él, pero no escatimé en controlar mi fuerza y tomé su brazo y su cabello obligándolo a solarlo. Repaso rápidamente el cuerpo de David quien parece estar bien y una mujer aparece con un palo de madera en sus manos, está furiosa y se pone frente a mi hijo defendiéndolo.
-Juro que si te vuelvo a ver te cortaré algo más que la mano –susurré a su oído.
Lo solté dejándolo escapar por ahora, pero había dejado un pequeño rastreador que llevaba siempre conmigo, así lo localizaría después para mandar a uno de mis hombres y que se encargara de esa basura.
Miré nuevamente a la mujer quien no había cambiado su posición ni semblante y mi pequeño sale detrás de ella mirándome con mucha ilusión, me arrodillé quedando a su altura para que viniera a mí, noté que traía en sus brazos un oso de peluche y vino corriendo a abrazarme.
En cuanto sentí el calor de su cuerpo y ese dulce aroma de sus prendas sentí que me regresaba el alma, por suerte estaba a salvo y cerca del lugar, pero no sé qué habría ocurrido si no me daba por salir, no quiero ni imaginar donde ese infeliz hubiese logrado llevárselo.
-¿Es su hijo? –pregunta la mujer.
-Es mi cielo completo –respondí sin soltarlo.
Lo levanté en brazos en lo que me ponía de pie y la mujer queda un poco más tranquila al ver que David no se suelta de mí.
-¿Hace cuánto estaba aquí?
-Unos veinte minutos, lo vi caminar un poco perdido, se acercó y vio el oso, pensé que de pronto estarían buscándolo y le dije que se quedara conmigo hasta que alguien viniera por él.
-Muchas gracias, le debo la vida misma.
-No se preocupe, sé lo que es pasar esa angustia, aunque al menos usted encontró a su hijo –susurró lo último.
-Es bueno saber que todavía quedan personas que puedan ayudar en casos como este –hablé un poco más maternal a sabiendas de que la haría hablar.
-Es una suerte que lo viera a tiempo, yo en cambio debí pasar por lo mismo y nunca encontré a mi hija.
-¿Hace cuánto no la ve?
-Veinte años, rezo cada día por ella pidiendo que esté viva, con una familia formada y un buen futuro, al menos eso me trae paz y no el pensar que alguien pudo…
No terminó la frase al comenzar a llorar, el solo verla me hizo pensar en las gemelas y David, realmente no podría soportar lo que ella pasó. Tomé su mano dejando una presión, ella me mira intentando calmar su dolor y nos sonríe feliz.
-Tienes mucha suerte David –le dice con cariño en lo que él acomoda su cabeza en hombro.
-¿Cuál es su nombre?
-Marcela Bellini, por favor cuídelo mucho.
-No se preocupe, me encargaré de que su padre pague por este descuido y a él le pondré un rastreador de por vida.
Aunque dije esto un poco en broma para aminorar la situación, en el fondo realmente pensaba hacerlo.
-De nuevo muchas gracias señora Bellini, no tengo cómo pagarle por lo que hizo, pero si hay algo que pueda hacer por usted.
-Será suficiente con pagar el oso, porque dudo que el niño quiera dejarlo, no ha querido soltarlo desde que lo vio.
Por primera vez detallé mi entorno y el puesto de la mujer, estos eran más sencillos, las cosas de la mayoría de vendedores estaban sobre sábanas en el suelo y eran artículos de segunda, algunos más descuidados que otros, en mal estado o sucios, lo que me daba la idea de que no eran personas con muchos recursos.
-David debes devolver el oso.
La verdad es que sí pensaba llevárselo, pero me causaba curiosidad el saber por qué se detuvo a verlo; cuando antes había visto otros juguetes que no llamaron su atención.
-Nein Mama, ich will es nehmen, er ist verletzt (no mamá, quiero llevarlo, está herido)
-Was hat der bär? (¿qué tiene el osito?) –pregunté.
-Hat Narben wie du (tiene cicatrices como tú).
Me enseñó dos pequeños agujeros que tenía el oso de peluche en la espalda y un tercero en el abdomen, lo veía con una mezcla de emociones tan única que combinadas a sus palabras me dejaron pensando de más.
-Ich möchte, dass du seine Wunden heilst, wie du es bei mir getan hast, kannst du? (quiero que sanes sus heridas como hiciste con la mía ¿puedes?).
La mirada que traía era tan profunda que me conmovió por completo, entre tantos artículos él vio el peluche que estaba más sucio y ante sus ojos solo estaban las cicatrices que había visto en mi cuerpo, unas que había reflejado en el oso con tanta pureza como solo un niño puede hacerlo.
-Está bien cielo –besé su mejilla provocando ese hermoso sonrojo que acelera mi corazón. –sanaremos las heridas del osito para que se mejore. –por esa mirada y esa sonrisa tan bella provocaría el fin del mundo si es necesario.
-Ich liebe dich (te quiero).
-Y yo a ti mi pequeño cielo, ¿ya sabes qué nombre le pondrás al osito? –se queda mirándolo en lo que acaricia cerca del orificio en el estómago y asiente sonriente.
-Bosi, weil er so hübsch ist wie du und deine Narbe auf dem Rücken hat (Bosi, porque es bonito como tú y tiene tu cicatriz de la espalda).
Al darle la vuelta me muestra una apertura en forma de V que tiene en la espalda, en efecto poseo una en la misma zona con esa forma. Saber que me tiene tan detallada me hace sumamente feliz, se nota que me presta demasiada atención y su memoria es prodigiosa.
Hablé un poco más con la señora pagándole el oso y dejándole un poco más de dinero como compensación, ella aceptó agradecida, pero también le daría un obsequio adicional, aunque ese me tomaría un poco más de tiempo, solo espero darle buenas noticias.
Me fui hasta la entrada del lugar donde me encontré con Iván, le comenté lo ocurrido y él dio aviso a los demás de que había encontrado a David, pero a raíz de este descuido tan grande estaba algo enojada con ese par. Sé que en parte no tenían la culpa de lo ocurrido ya que David me comentó que había visto al oso desde antes de ingresar y quería verlo otra vez, por eso se había alejado, pero eso no justifica que esos dos se entretuvieran en otra cosa y lo perdieran de vista como si nada.
-¿Qué dices cielo, castigamos a Max y a tu padre o les dejamos pasar todo por esta vez?
Él me sonríe con una maldad tan increíble que me hizo morder el labio.
-Bestrafe sie (castígalos) -...es todo un demonio mi pequeño.
-Señorita Wintar ¿qué tiene pensado hacer? –pregunta Iván.
-Aún no lo sé, pero...
De pronto recibo una llamada y al ver de quién se trata esbozo una sonrisa macabra.
-Creo que ya tengo algo en mente y sé quién nos ayudará. Mi cielo, tú y yo nos iremos de paseo unos días con alguien muy especial.
David y yo nos miramos con una oscuridad única y comencé a ejecutar mi plan con ayuda de Iván quien se encargaría de llevarse lejos a esos dos... esta me la pagarán con lágrimas y sudor...