Si antes te hubiera conocido

17 | ¿Quieres ser mi novia? |

WILLIAM

Ha pasado un mes desde que conocí a Sandy pero parece que nos conociéramos hace mucho tiempo. Cada día a su lado es especial, no tengo palabras para describir todo lo que siento cuando estamos juntos. Ella es todo lo que no sabía que necesitaba y más. Además de ser una buena estudiante, hija y trabajadora. Estoy demasiado orgulloso de mi dulce niña.

Veo mi teléfono y es tarde, son casi las 9. Estos días he dormido poco pero vale la pena todo por ver a mi Sandy.

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No se cómo ya está despierta y el mensaje fue de hace 1 hora. Llegamos a su casa casi a las 3, ya que nos quedamos a esperar a Lis.

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Solo me responde con un corazón. Mi Sandy es tan tierna, pero a la vez es pura seducción, aunque no hemos tenido oportunidad de vernos a solas otra vez, aún no puedo olvidar el día que nos conocimos.

Me alisto para trabajar y veo que todo está en su lugar solo faltaba yo.

— Buenos días William — dice Casandra entrando a mi oficina.

— Buenos días Casandra, ¿Qué se te ofrece? — digo sentándome, me siento muy cansado.

— Solo quería preguntarte si necesitas algo, estos días has estado llegando muy tarde que he tenido que reprogramar casi todos los pendientes de la mañana. ¿Te gustaría que solo organice todo para la tarde?

— Si, creo que será lo mejor.

— No olvides que la reunión mensual con los inversionistas es el otro viernes a las 9 am esa reunión no se podrá cambiar.

— Está bien, solo recuérdamelo un día antes, muchas gracias por el apoyo. Seguiré trabajando — digo con un poco de fastidio

— ¿Está todo bien? ¿Por qué llegas tan tarde? — me pregunta y me molesta, no tengo porque responder y tampoco entiendo por que se toma estas confianzas.

— Son asuntos personales Casandra, ahora como lo has dicho he llegado tarde tengo que empezar con los pendientes.

— Lo siento, yo pensé …

— Lo entiendo, no te preocupes pero esto es algo que no tiene nada que ver con la empresa.

Sale de mi oficina rápidamente, no quiero tener que ser malo con ella pero la actitud que está tomando últimamente no me gusta. Me hace preguntas muy personales que me hacen sentir incómodo.

Son las 5 de la tarde y Alex no ha venido a mi oficina. Así que me dirijo a la suya. Lo primero que me encuentro es el escritorio de mi secretaria vacío, espero que se haya ido, pero siempre se despide antes de irse así que esta aquí aun.

Llego a su oficina y escuchó risas, mejor me voy antes de escuchar algo más.

“Si Cassie no te preocupes, lo llevo a cenar y luego tu llegas” dice mi amigo, así que con quien está es Casandra. “El resto es trabajo tuyo, y esto es lo último que hago por ti, solo porque sé que lo quieres bien y yo creo que tu si puedes hacerlo feliz”

No puedo ni creerlo, me quedo parado cerca de la puerta y veo como ella sale sonriendo pero cuando me ve su expresión cambia a una de terror.

— William, ¿qué? — no puede decir más por que la interrumpo

— Casandra, tenemos una buena relación laboral, no estoy para juegos, lo que sea que planees con Alex no pasará. Así que limítate a hacer tu trabajo. Más tarde no iré a cenar con él así que no pierdas tu tiempo.

— Lo siento mucho William — dice y yo asiento con la cabeza

— Créeme que yo lo siento más, ahora por favor vete de aquí a tu escritorio o a casa, tengo que hablar con Alex.

Entró a la oficina y azoto la puerta fuertemente. Estoy muy enojado.

— ¡QUE MIERDAS ALEXANDER! — grito muy fuerte, no puedo creer que mi mejor amigo me está traicionando.

— ¿Qué te pasa loco? — dice pretendiendo no saber nada

— Te escuche, escuche lo que le decías a Casandra. Sabes que ella no me interesa — reclamo

— Si lo sé, solo tienes ojos para esa NIÑA. Solo quería que me deje de molestar.

— No te creo, así que si veo que le sigues ayudando dejaremos de ser amigos.

— Pero …. ¿estas hablando en serio? Es una cena nada más

— Claro que sí, te he confiado mis sentimientos y aun así haces algo como esto.

— ¡William reacciona!, no puedes estar enamorado, ¡es una niña!, encima pobre no te das cuenta, ella solo …

— No me harás cambiar de parecer. Si tan mal piensas de ella, no me sigas acompañando a Eclipse, ya que es gracias a ella que te dejan entrar.

Salgo de su oficina muy molesto, mi mejor amigo de años haciendo cosas a mis espaldas, no puedo evitar pensar en que tantas veces la ayudo. Porque de un momento a otro ella empezó a aparecer por todos lados a donde yo iba.

Lo siento por los dos pero mi corazon ya esta ocupado por mi hermoso Zafiro.

…

Entro al Eclipse solo, me doy cuenta que Alex no está aquí. Eso es bueno, ¿no? pero duele carajo, duele su traición. Me siento en la barra y la veo bailar más de cerca. Ella voltea a verme y una sonrisa se forma en su rostro. ¡Maldición! No puede ser que cada vez que la vea me hipnotice de esta manera.

Veo como se mueve al ritmo de la música, y la imagino haciendo un baile parecido pero conmigo dentro de ella. De solo pensarlo me estoy poniendo duro. Cierro mis ojos, para pensar en otra cosa más.

— Hola Willy — dice la hechicera con una voz suave que me eriza la piel. Abro los ojos y veo cómo me sonríe con esa picardía de siempre. Sigue bailando pero ahora es para mí. Se mueve de una manera tan sensual que debería ser prohibido.

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Espero hasta las 2 de la mañana y me acerco a ella, siempre vamos a la parte de atrás a esperar a Lis, pero parece que hoy nos iremos sin ella.

— Hola Willy, ¿ya estás listo? — pregunta mi hermosa

— Claro, ¿y ustedes? — digo mirando a los lados

— Lis no vino hoy así que podemos irnos — dice y veo que está ansiosa.

Caminamos hacia la salida del lugar de la mano. A estas alturas mucha gente nos ha visto juntos, no planeo esconderla. Llegamos al auto y ni siquiera espera que le abra la puerta, ya que entra rápidamente.

— Sandy, ¿está todo bien? — solo asiente con la cabeza — bueno ¿quieres comer algo o vamos a tu casa?

— Me gustaría ir a tu departamento, ¿podemos? — La verdad es que me sorprende, nunca antes hemos hablado sobre ir a mi casa, he querido invitarla pero prometí respetarla.

— Claro que podemos ir, pero ¿estás segura? ¿Mañana no debes ir a la universidad? — niega con la cabeza.

— Vamos — dice tocando mi mano.

…

— Es muy bonito — dice mirando mi departamento

— ¿A qué hora te debo llevar a casa? — digo nervioso, no quiero que se de cuenta que me tiene muy duro desde hace rato.

— Quiero quedarme esta noche contigo ¿puedo? — pregunta sorprendiéndome y no puedo negarme la oportunidad que me está dando.

— ¿Vives solo? — asiento con la cabeza, mientras ella se va quitando los zapatos y su chaqueta — ¿Podemos hacer ruido? — dice robándome el aliento

— Depende de qué tipo de ruido — veo como se pone cómoda en mi sofá y levanta las piernas, y eso hace que el vestido me deje ver un poco más de sus muslos. Sandy, ¿Quieres jugar?

— Ven siéntate a mi lado — también me quitó la chaqueta y me siento a su lado, me acerco a ella y quiero tomarla en mis brazos pero no me deja, solo le doy un corto beso en los labios.

— Me gustas mucho Sandy — le digo suavemente

— Tu también me gustas mucho — susurra y se sienta a horcajadas sobre mi regazo. Quita su vestido por encima de mis hombros y me deja ver su lencería.

Conecta sus ojos con los míos hechizándome. No puedo evitar tocar su cuerpo, mientras ella roza su coñito en el bulto de mi pantalón. Tengo una erección desde que la vi, que ya es dolorosa. Bajo mis manos por su espalda hasta que llegó a su redondo trasero, mi nueva obsesión. Masajeo, palmeo y escucho como gime excitada.

Siento como va sacando mi camisa, igual que la primera vez. Avanza a abrir mis pantalones, se sale de encima mío para terminar de desvestirme y me deja solo en ropa interior. Vuelve a subirse encima mío y siento como su mano se mete en mis calzoncillos para liberar mi polla, en ese momento despierto del trance.

— Sandy, espera, espera — le digo y se mira confundida

— ¿No quieres? — dice desilusionada, apartándose de mí pero no la dejo. La afirmo sobre mí, no quiero que se aparte.

— Si quiero, pero no quiero mas sexo sin compromisos — este es el momento, sus hermosos ojos conectan con los míos haciendo trabajar a mi corazon a mil por hora. Me mira con expectativa. ¡Ella es! mi corazón la reconoce. Es la mujer de mi vida — ¿Quieres ser mi novia?