Si antes te hubiera conocido

Salgo de la sala de juntas muy enojado. ¡No lo puedo creer! ¡Con qué derecho se atreven! Me he partido el alma trabajando en esta empresa desde que terminé el colegio, ni siquiera deje de trabajar cuando fui a la universidad y aun así no puedo ser el CEO. ¡Es la empresa de mi familia! Mis abuelos fundaron esta empresa cuando emigraron aquí desde Brasil y mi padre se convirtió en CEO el día que se graduó de la universidad a los 24 años. No entiendo por que conmigo es diferente, tengo 36 años y aun no he podido tomar el liderazgo de la empresa, todo por que no tengo una maldita esposa. ¿Qué tiene de malo no querer casarme?, si algún día falto, la empresa quedará para los hijos de mi hermanita, los cuales entrenare duramente cuando llegue el momento para hacerse cargo, pero no, mi padre y la junta directiva se oponen a dejarme a cargo hasta que forme una familia pero ¿Cómo le voy a hacer?. No se que cara tengo pero cuando paso por el escritorio de secretaria Casandra ella se para y abre la boca para decir algo, pero la corto poniendo mi mano frente a su cara, cierro la puerta de golpe y la veo saltar del susto a través del vidrio. No tengo intenciones de casarme, y aunque he tenido experiencias sexuales con algunas mujeres con ninguna he podido conectar de ninguna manera. El sexo esta bien en ese momento, pero siempre hay algo que se siente mal y luego termino arrepintiéndome, y es por eso que hace unos meses deje de salir los fines de semana y deje el alcohol, no quiero perder mi tiempo con alguna mujer que solo quiere acostarse conmigo después de darse cuenta que tengo dinero. Por supuesto no soy un hombre feo, y las mujeres se insinúan a mi gustosamente, pero ya no quiero nada de eso, y no me queda tiempo para conocer a alguien e intentar tener un noviazgo y luego un matrimonio. ¡No se que hacer! Comienzo a tirar cosas al aire y de pronto la puerta se abre, pienso que es Casandra y cuando estoy a punto de gritarle que se vaya, veo a mi mejor amigo entrando. El soltero mas codiciado, rompe corazones y otras cosas, jejeje, el puto de New York mas conocido como “Alexander Bakker”. — ¿Cómo te fue? – me pregunta con una sonrisa el desgraciado — ¿Cómo crees? – no se sorprende — Así que ya te lo dijeron – este desgraciado me envió a la boca del lobo sabiendo que me iban a atacar — Si y si tu sabias por que COÑOS NO ME LO DIJISTE – le gritó, no puedo ver su maldita sonrisa burlona en su cara, es que me da ganas de desquitarme con el — Es que quería ver el berrinche que hacías después, así que parece que llegue en el momento justo, pero por mi no te preocupes, tu sigue rompiendo todo, después la pobre de Casandra limpiara el desastre — Le pago para eso, y no es pobre, gana muy bien — Sí pero ¿a poco no te das cuenta? todas las cosas extras que ella hace por ti – la verdad es que si me daba cuenta , ella siempre estaba pendiente de mi, comidas, medicinas, ropa, viajes, hasta que limpien mi apartamento. — ¿Qué quieres decir? – pregunte con mucha expectativa — Bueno pues, tan inteligente para unas cosas y tan tonto para otras. Tienes que buscar una esposa y la candidata perfecta está aquí afuera de la oficina – jajaja ahora el vino drogado al trabajo, lo que me faltaba — Pero no puedo casarme con ella – dije rápidamente — ¿Por qué?, ¿por qué no es de nuestra clase social? o por que es muy joven para ti — No estoy tan viejo, pero ¿no sería muy raro?, el jefe y la secretaria — No lo creo pasa todo el tiempo, de hecho mi última secretaria y yo teníamos … — Lo corto ya se a donde va y no quiero que me cuente, igual lo sabía, ¡todos en el piso los escuchábamos! — ¡Suficiente!, no me casaré con ella, ni que estuviera loco – seguimos trabajando como esclavos hasta el anochecer. La verdad es que me daban ganas de largarme, si al final nada de esto seria mío, pero como tengo que cuidar el futuro de mis sobrinos que adoro con toda mi alma, no me fui y seguí hasta muy tarde. Una semana después Me desperté de mal humor, y ¡cómo no!, si los malditos inversionistas me llamaron en la madrugada, no se por que diablos nadie llamaba a mi padre. Tenía el tiempo justo para dormir y levantarme a las 6 a hacer ejercicio, ahora me quede dormido, y la furia que tengo no la pude descargar en el saco de box, creo que llamare a Alex y lo usare a él. Llegue a mi oficina y mi secretaria ya estaba ahí, no se como le hacia para llegar tan temprano, su entrada es a las 9 pero siempre está aquí antes que yo, y yo llegaba entre 7 y 8 de la mañana, la verdad es excepcional. La quedé mirando por unos minutos y hoy lucía más arreglada de lo normal, o quizá solo era mi imaginación ya que nunca había dedicado más de un segundo a mirarla. Se había puesto una falda corta, no tanto pero dejaban ver sus lindas piernas, fui subiendo la vista y me encontré con una cintura pequeña, pechos medianos, su piel clara se ve suave y su carita, nunca la vi tan de cerca, pero es muy hermosa. Tiene los ojos grandes y azules, cabello rubio pintado, ya que se ven sus raíces oscuras pero le queda fenomenal, sujetado en un moño, dejando su cuello descubierto, como una invitación para darle unos besos en esa área y unos labios carnosos muy apetitosos. ¡¿PERO QUÉ MIERDAS ESTOY PENSANDO?! Sacudí mi cabeza y entré a mi oficina, me di cuenta que me regaló una sonrisa como todos los días, pero como siempre yo no le correspondía. Ayer deseche la idea y hoy estoy pensando en qué tan bonita se ve. ¡Me estoy volviendo loco!. En mi oficina nuevamente me desplome en mi escritorio, seguí trabajando sin descanso hasta las 5 de la tarde ya todo el mundo estaba alistándose para irse. Fui a ver a mi secretaria pero ella no estaba, así que le mande un correo para que venga a mi oficina, no tenía su número de celular y no planeaba tenerlo ya que eso significaba tener confianza con ella. 3 minutos después de aparece con unas bolsas parece que fue a comprar comida, pero ¡que descaro!, ella ya tuvo su hora de almuerzo. — Casandra le estaba buscando para algo muy importante y tu puesto estaba vacío y yo no estaba enterado. Me puede decir ¿Dónde estaba? – le reclame y la mire molesto en alguien iba a descargar todo lo que sentía — Lo siento señor pero tuve que bajar a recoger la comida que ordene, pero ¿para que me necesita? – me dijo amablemente y con una sonrisa, siempre era así — ¿Comida?, dejó su puesto tirado para recoger su comida, le informo que su horario de almuerzo ya pasó. No son horas de estas comiendo. — Sí señor, le pido una disculpa pero esto no es para mi, si no para usted, normalmente me pide el almuerzo más temprano pero hoy se le olvido y yo también lo olvidé, le pido mil disculpas por eso. Debe comer algo por su gastritis, siéntese por favor, déjeme atenderlo. — nuevamente sonreía y yo no sabía cómo actuar, la verdad es que me sorprendió y me sentí conmovido con su acto — Hay mucha comida ¿me quiere acompañar? – vi en sus ojos la ilusión, así que tuve que ponerme serio nuevamente — ¡Claro que sí – dijo emocionada, lo que causó que se sus mejillas se tornaran rojas, la verdad ella era preciosa, dulce y atenta, la mujer perfecta Nos sentamos en silencio a comer, pero rápidamente se atrevió a cortarlo y empezó haciéndome preguntas. Por más que quería pensar mal de ella, no podía, era una mujer muy inteligente y me encontré compartiendo un ameno momento. Entre las historias de la universidad, me di cuenta que compartimos muchas cosas y entre risas terminamos de comer casi dos horas después, lo cual me asombro ya que jamás había compartido tanto con una mujer, que no sea familia. Casandra se puso de pie para recoger los sobrantes de comida, pero en un impulso tomé su mano y la detuve, mire sus ojos y me perdí en su azul intenso y las palabras salieron de mi boca — Casandra, ¿usted se casaría conmigo?