4| ¡ES WILLY! |

1751 Words
WILLIAM Me subo en la cama, y empiezo besando sus piernas. Su piel es tan suave como tocar la nueve. Siento una electricidad recorrer mi cuerpo con cada que le doy un beso, que me hace estremecer. Cuando llegó a su centro, la empezó a tocar por encima de la ropa. No quiero apurarme, quiero estar con ella toda la noche. Le voy sacando la ropa interior, y cuando estoy por llegar nuevamente a su centro la encuentro con su mano estimulando su clítoris. Nunca había visto algo tan perfecto, ella es como un ángel caído. Sentía mi boca seca, tan seca que necesitaba agua, me sentía sediento, pero estaba sediento de ella, solo de ella. — déjame ayudarte — le dije como pude, mi voz sonaba en un tono bajo como nunca antes la había escuchado. Me fui acercando y ella abrió más las piernas para mi. Parecía una experta ya que todos sus movimientos eran demasiado excitantes. Pase mi lengua por sus pliegues y sentí la gloria en su sabor malditamente adictivo. Ella tomó mi cabello con sus dos manos y empujó mi cabeza más cerca hacia su coño. Mi mujer quería más y yo se lo iba a dar. Seguí lamiendo, succionando y mordiendo hasta que la tenía más y más mojada, veía como su pequeño centro se iba abriendo para mi. Gemía de una manera tan sensual que yo estaba a punto de venirme sin siquiera haber entrado en ella. Estaba tan confundido por todo lo que ella me hacía sentir y al mismo tiempo no quería detenerme a pensar en eso. Desde que la vi sentí como si en mi interior algo se despertara, y ese algo no me permite detenerme, quería continuar. Metí un dedo dentro de ella, el cual ella ajustó inmediatamente, se sentía tan apretada, que en mi cabeza me preguntaba ¿Cómo voy a poder entrar?. Mi amiguito como Alex le llama no es nada pequeño. Seguí metiendo y sacando un dedo y aumente a dos, sentí su incomodidad pero no me apartaba, no se quejaba. Después de unos segundos, nuevamente escuchaba sus gemidos. Acerque nuevamente mi boca, cuando sentí sus piernas temblar, succione lo mas que pude, quería que se viniera en mi boca y ella también quería lo mismo, puso sus piernas alrededor de mi cuello y con sus manos me presionaba tanto que me incitaban a folllarla mas duro con mis dedos. ¡WILLIAM! – gritó, mientras sus piernas me iban soltando, al perder fuerzas sintiendo los espasmos de su orgasmo. Respiraba pesado y yo no podía dejar de mirarla. Era como una obra de arte, mi obra de arte. Cuando abrió los ojos, después de unos minutos, se puso de rodillas en la cama, se acerco a mi, y nos besamos nuevamente. Nunca había hecho algo como esto, aún sentía el sabor de sus jugos en mi boca y ahora lo estaba compartiendo con ella. Si alguien más lo hubiera intentado, ahora mismo estaría fuera de la habitación. Pero con ella no podía. Con ella quería todo y más. Sus manos recorrían mi cuerpo, mientras el beso se profundizaba más y más, nos soltamos solo para tomar aire y ella en un movimiento ágil sacó mi polla de mis calzoncillos. Primero la miró asustada, pero al ir pasando su mano el susto se fue disipando. Lamentablemente, era muy grande para ella. Ver mi enorme polla en su pequeña mano me excito demasiado que tuve que contenerme mucho para no venirme en el primer apretón que me dio. No se si fue su ansiedad por que la follara, que sus movimientos al tocarme eran torpes. Fui guiando su mano en el sube y baja alrededor de mi polla, mientras ella me dedicaba una mirada juguetona. Cambiamos de lugar y ahora era yo quien estaba acostado en la cama. Ella gateaba desde el filo de la cama hasta llegar a mi, aunque su carita era tierna en sus ojos no se veía una pizca de ternura, ella era una leona y yo era su presa. Nuevamente llegó a mi polla, y puso sus manos alrededor para empezar nuevamente un sube y baja. Se acercó un poco más hasta que lo tenía frente a su boca. — No tienes que hacerlo si no quieres — le dije aunque moría de ganas que lo hiciera — ¿quieres hacerlo? — asintió con su cabeza como una niña tierna — Entonces abre bien esa boquita — me hizo caso y cuando estaba muy cerca empuje su cabeza lo mas que pude, pensé que quizás había sido muy rudo, pero ella no se salió. Como podía lo chupaba, seguía de arriba a abajo pero ahora con su boca. Empezó a succionar cada vez más rápido, y un gruñido salió de mi boca. Al parecer eso la excito que empezó a hacerlo más rápido, con más brusquedad, ya no podía aguantar mas, con mis manos empuje su cabeza para tener mi polla entera metida en ella — me voy a venir — le dije y tomé su cabeza para alejarla de mi y regarme a un lado. Pero ella no me dejó y se presionó más a mi teniendo toda mi polla en su boca, succionando tan fuerte que lágrimas caían de sus ojos, no me dio más opción que correrme dentro de ella. ¡Que delicioso!. Cuando abrí los ojos la vi tragar, volvió hacia mi polla y limpio todo lo que quedó afuera con su lengua, eso ayudó a que me excitara de nuevo, la jale del brazo y la coloque encima mío con las piernas abiertas. Su coño aún húmedo, rozaba con mi polla, ella se movía deliciosamente encima mío, mientras yo tomaba una de sus tetas en mi boca y con la otra mano jugaba con su pezón. — Estoy cerca, no aguanto más — dijo y mientras presionaba mas y mas su coño encima de mi polla, se movía de arriba a abajo y en círculos. — ¡NO! — dije rápidamente — quiero que te vengas conmigo adentro de ti. — ¡No va a entrar! — dijo y solté una risa — no es gracioso, eres muy grande — Si va a entrar, levántate un poco — asintió y lo hizo. Posicioné mi punta en su entrada y la fui bajando de a pocos, a pesar que estaba resbaladiza estaba muy apretada. Subí la vista a mirar sus ojos. Vi dolor e incomodidad y era lo que yo menos quería. La acomode debajo mío, y abrí sus piernas, estimule su clítoris y cuando vi que estaba un poco más abierta lo volvi a intentar. —¡Estás muy apretada! — le dije ya que solo había podido entrar un poco. — duele — dijo en voz baja — ¿Quieres que pare? — negó con la cabeza — Solo quiero saber si dolerá así siempre — ¿siempre? acaso ella pensaba en un futuro conmigo, empuje un poco más y escuche un sollozo. Sentí como si la presión dentro de su coño se soltó de de repente ¡no puede ser! — ¿Eres … ¿Eres virgen? — asintió, me hice para atrás para querer salirme, pero como pudo me sostuvo con sus piernas — Ya estás adentro, no puedes salir, ahora eres mío — me beso y con sus piernas me empujo hasta que ya estaba completamente dentro de ella. Soltó un grito que me asusto pero me sentía en el cielo, tanto que casi me corro, me tuve que concentrar en otra cosa, mientras realizaba movimientos suaves, no quería que le doliera más. — Ya puedes hacerlo duro — me dijo, yo abrí los ojos y ella tenía esa mirada divertida y soltó una risita. — ¿ya no te duele? — pregunte y negó con la cabeza — Ya puedes hacerlo mas rápido, como en las películas — dijo de manera coqueta — Eres una hechicera pervertida, pero me encantas —le di un beso rápido y le empecé a dar mas y mas fuerte. Su coño apretaba mi pene deliciosamente, quería aguantar lo mas que podía y tratar muchas posiciones con ella. La volteé boca abajo y la puse de perrito. Entraba y salía, podía ver la unión de nuestros sexos y como sus jugos empapaban nuestras piernas. Poco a poco la sentí temblar nuevamente lo cual me arrastró a regarme dentro de ella. Era la primera vez que lo hacía sin preservativo y la verdad es que lo volvería a hacer sobre todo con esta preciosa mujer. Mis piernas temblaban por el esfuerzo así que me recosté en la cama, ella a un lado mío, ambos sudados, respirando pesado. — ¿Te gustó? — me pregunto y yo asentí con la cabeza — A mi me encanto, eres todo lo que yo esperaba — dijo y mi corazón se derrite, “tu también, lo eres”, quería responderle, pero no podía, así que solo bese su frente. — Descansemos un rato — mis ojos se me cerraban, la apreté a mi y abrazados nos quedamos dormidos. Cuando me estaba despertando sentí un peso encima mío. Mi pequeña mujercita estaba tratando de cabalgarme. — ¿Se puede saber qué intentas hacer? — le dije mirándola con lujuria — Quería saber si ahora entra más fácil — dijo y me provoco una risa — ¿estas húmeda? — tomó mi mano y la puso encima de su coño — Ven aquí — guie mi polla a su entrada, y sentí toda su humedad. Empecé a entrar en ella lentamente, pero como siempre no espero y se sentó de golpe — Auch – dijo empecé a moverme primero lento y luego más rápido. Paraba por momentos y ella empezó a marcar su propio ritmo, si quería follarme entonces que lo haga. —¡ah… ah… William! — dijo cuando se vino empapándome todo La saqué de encima, la puse en cuatro, ahora era mi turno. Entre en ella de golpe, empecé a darle besos en la espalda empujándola hacia el colchón. Llegué a su odio, y le dije —Dime Willy — y empecé a hacer movimientos más bruscos, mientras intentaba penetrarla más profundamente. Gemía, gritaba, mordía la almohada pero yo no iba a parar, quería como en las películas yo le iba a dar igual o más. — AH WILLIAM — gritó mientras se venía nuevamente y ya no aguante más. — ¡ES WILLY! — grité y corrí nuevamente dentro de ella.
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