Un poco de diversión...
Ya hace algún tiempo que me siento a gusto en casa, los chicos han tenido que acomedirse a mantener el orden y la pulcritud del lugar. Desde hace algunos días Henry me ha negado la entrada a su cuarto. Se torna nervioso cuando intento limpiar cerca de su cuarto, me quita el trapero y él mismo se encarga de esa parte.
Pero he logrado percibir que es para ocultar algo. Ahora no comparte la comida con nosotros en la mesa, toma su plato y se dirige de inmediato a su cuarto. Su padre lo ha regañado hoy, pero entonces devolvió el plato de mala gana a la mesa y se encerró en su cueva sin comer.
Entonces conversando con Noel le he dicho:
__ ¡Démosle su espacio! Está experimentando los cambios de su adolescencia, no siempre va a ser así de rebelde. ¡Dejémoslo que crezca! __ Él solo asiente y se queda observando el plato de comida. Pero como no toma la iniciativa lo hago yo y como ha estado comiendo muchísimo agrego un poco más de pollo y ensalada. Me dirijo al cuarto e intento abrir pero la puerta tiene seguro y entonces escucho un leve llanto.
Me da mucho dolor que se sienta triste o solo y entonces golpeó la puerta y le digo:
__ Ve, Nené te traje la comida. ¡Por favor ábreme e intenta comer un poco si! Mira que con la panza llena las penas duelen menos.__ No se oye nada y vuelvo a insistir entonces me responde:
__¡Déjala ahí en el piso! Y retírate, no quiero ver a nadie… __ Bueno hice lo que me pidió porque lo más probable es que no quería que viese sus ojos rojos por estar llorando. ¡Qué complicado es ser adolescente! Y pensar que aún quedan dos del mismo corte. Pero bueno esperemos que se comporten un poco diferente.
__ ¿Te abrió? __ Pregunta Noel un poco consternado, éstas situaciones son nuevas y no sabe cómo sobrellevarlas, además se siente un poco frágil aún porque hasta hace muy poco tuvimos la última quimioterapia. Los resultados de sus exámenes arrojaron que estaba libre de esa terrible enfermedad. Ahora debe trabajar de nuevo para recuperar su masa muscular, está muy delgado y en su rostro unas grandes ojeras expresan los días oscuros que experimentamos con anterioridad.
__ No, pero me prometió que comería. Me dió la impresión que estaba llorando por eso no insistí mucho en que me abriera, ya sabes lo difícil que resulta demostrar las emociones a su edad. __ Noel arruga el rostro con disgusto pero no considera mi opinión sobre darle su propio espacio.
Cuando se va a su colegio pega carteles prohibiendo la entrada a la habitación y deja con llave su cuarto que por pura curiosidad las demás copias de llaves de esa puerta no están en el llavero. Con anterioridad debe haberlas extraído.
Pero bueno así me evito la tentación de entrar para ver qué es lo que hace encerrado ahí en la habitación. Ni a sus hermanos les permite la entrada, en ocasiones me da miedo que llegue a atentar contra su propia vida.
Hoy mientras limpiaba el pasillo, mientras barría el polvo y la suciedad al barrer cerca de su puerta sobresalió un encaje de color fucsia, entonces me agaché y lo hale, ¡No vas a creer! Era una tanga. ¿Pero que hace una tanga justo ahí? Mía no era y la otra mujer que frecuentaba la casa era Marcia, conocía su ropa interior porque casi siempre íbamos a comprarla juntas y de ese estilo nunca compraba, decía que era muy incómoda.
__ ¿Qué hace una tanga en el cuarto de Henry? ¿Será que es gay y por eso está tan cerrado? __ La observó, la estiró y sí, tranquilamente podía ser de él. La guardo en mi bolsillo pues pienso averiguar con calma ¿Qué es lo que está sucediendo con ese chiquillo? Bueno por mi parte no le veo nada de malo.
__ ¿Pero y si es algún pedófilo que me lo está asechando? __ Porque nunca ha tenido actitudes femeninas, incluso en alguna oportunidad me menciono a Gaby, que estaba enamorado de ella pero el padre de la niña les había prohibido ser novios. Hasta me había mencionado la idea de escapar con ella. Pero le dije que aún eran muy jóvenes para asumir semejante responsabilidad, solo dieciséis años tienen.
Aunque ahora que recuerdo, hace aproximadamente quince días se presentó aquí en la casa el papá de la niña, buscándola porque no aparecía y habló con Henry pero él no sabía nada de ella. Saco la tanga de mi bolsillo y la vuelvo a observar. ¡Sospechoso! Pero no le comentaría nada por ahora a Noel.
Pero bueno esperaré hasta que llegue de la escuela para hablarle antes de que se encierre en su cuarto. Me senté a estudiar un poco, ser constante era lo que facilitaba que fuese una de las mejores, empezó a sonar mi celular, en ocasiones lo apagó para evitar distracciones pero cuando los niños están en la calle o Noel no ha llegado a casa lo mantengo encendido.
Agarro el teléfono y dudo si contesto o no, es Marcia que me ha vuelto a desbloquear porque tuvimos una pequeña discusión anoche porque ella considera que yo le estoy faltando el respeto a mi esposo al dejar que Ignacio toque ciertas partes de mi cuerpo. A veces me pregunto si mi esposo es Noel ¿Por qué debo darle explicaciones a ella? Pero la entiendo en medio de su frustración y la dejo que sea feliz, sin embargo anoche me obstinó, a tal punto que la mandé a comer caracoles y me bloqueó, pero ya sabía yo que apenas me necesitara para algo me escribiría. Tiene una actitud un poco infantil. ¡Ella es el novio tóxico que no tengo en la vida!
__¡Qué pasó Marcia! __ Digo de la forma más distante posible, no perdonó inmadureces tan fácil. Me quedo aterrada de la actitud de ella. Porque es como si nada hubiese pasado y me dice:
__¡Hola Salo! ¿Cómo estás? Te llamó porque hoy Daniela ésta cumpliendo años y nos estamos organizando para llevarle un pastel y pasar un rato ameno con ella. ¿Te le mides? Anda, no seas rencorosa tu sabes que te quiero mucho y me importas, además aún nos queda tiempo para estudiar el fin de semana. __ Después de todo tenía razón, el tiempo que teníamos para divertirnos era muy poco así que le dije que me enviara la dirección y cuando llegaran mis hermanos de la escuela pasaba por allá.
Llamé a Noel y estuvo de acuerdo que fuese un rato a pasarla bien, él estaba haciendo unas diligencias en la empresa y estaría en casa en menos de una hora. Le pedí que me acompañara pero dijo que no se sentía de ánimos para ir y se disculpó.
Me empecé a alistar y como tenía tiempo de sobra use una crema depiladora para poderme poner una faldita corta que me había regalado Noel hace unos días. La combinaría con una camiseta con un estampado de Minie y le haría un nudo en la espalda, además me pondría unas deportivas para poder bailar a gusto.
Escuché el coche de Noel y salí para recibirlo, cuando me vió la falda puesta me dijo:
__ ¡Estas preciosa! Pero sabes algo ¡Me dieron ganas de utilizarte! __ Tuve que reírme porque a pesar que le había dicho millones de veces que no tenía que pedirlo de esa forma tan anticuada él lo seguía diciendo. Me llevó de la mano, bajó mi ropa interior y empezó a moverse encima de mí. Sentía la necesidad de conseguir un orgasmo pero él fue tan fugaz que apenas se empezaba a calentar el asunto terminó, se acomodó su ropa con cuidado y yo me quedé ahí, como cuando subes a la montaña rusa pero se daña justo arriba, donde va a empezar lo más emocionante.
Salió del cuarto y no se fijo que yo había quedado insatisfecha y frustrada, corrí al baño y lloré un poco de rabia porque no sabía cómo decirle que estaba necesitando que me hiciera llegar al orgasmo. Y que todo no terminaba cuando él eyaculaba. ¡Era muy egoísta en ese aspecto! Solo le importaba satisfacerse él.
Pero como a eso nunca le da importancia, me volví a maquillar, me bañé de nuevo para retirar ese olor a semen que me generaba tanto asco. Estuve lista, y fuí a buscarlo a la cocina para despedirme con un beso.
No quise llevar mi auto porque me tomaría unas cervezas y no era prudente manejar en estado de ebriedad. Llegué a la fiesta y la desesperante de Marcia no me dejaba en paz hablándome de lo que le había sucedido porque se había visto con su ex novio y habían tenido sexo en el auto.
No va a aprender, ella no entiende que ese hombre la usa y jamás la tomara en serio. Pero yo quería bailar y sobre todo dejar de seguir escuchando sus problemas y darle consejos que nunca tomaba en cuenta. La dejé hablando sola y me fuí por una cerveza a la mesa donde estaba la cumpleañera. La felicité y dije:
__ ¡Quiero bailar un poco! ¿Quién se apunta? __ Y un compañero con él que casi no hablo se ofreció. Lo sujeté de la mano y caminamos hasta la pista. No había mucha confianza pero al carajo el pudor, rodeé con mis brazos su cuello y él me rodeo la cintura y empezamos a bailar un merengue bien bueno. Decir que la cercanía con éste hombre no me estaba excitando sería mentir, de vez en cuando el chico bajaba su mirada a mis muslos, la falda se subía de vez en cuando y él también estaba excitado porque tenía marcadísimo su pene.
La canción se terminó y le agradecí, me giré para regresar donde estaban las chicas pero me detuvo de una mano e intenté explicarle que quería ir por una cerveza. Pero la realidad es que le estaba dando alas a este chico y después todo podía resultar muy mal.
Me tomé cuatro cervezas una tras otra, tal vez estando ebria olvidaría la necesidad que tenía en medio de mis piernas. Pero al contrario la sensación aumento. Mis ojos brillaron cuando vi llegar a Ignacio, pero venía acompañando de su novia. ¡Qué fastidio!
Ésta vez saqué a Marcia a bailar, bailábamos las dos de espalda, en ocasiones me agarraba el trasero con una mano pero era mi amiga y eso no significaba nada. Sin embargo mis ojos seguían encima de Ignacio. Hasta que cruzamos unas cuantas miradas y él lambia su labio superior al observarme bailar.
Después vi como su novia le pegó con la cartera y salió de la fiesta hecha una furia. Pensé que iría detrás de su amada Flor pero me equivoqué. Entonces sacó su teléfono y empezó a escribir algo. Luego mi teléfono vibro en mi abdomen era un mensaje para mí:
✓✓ ¡Estas muy rica! Baila para mí, que desde aquí te disfruto mamacita. ¡Estas como para chuparte y no la boca! __ Si tenía un conflicto entre mis piernas, este mensaje había detonado una bomba nuclear.
Pero empecé a bailar para él y me tocaba los senos y me ponía de espalda y encorvaba el cuerpo para que tuviese una visión de mis nalgas.
Marcia estaba pendiente de las miradas que nos estábamos pasando y me insultó dijo que yo era una perra regalada. ¡Por favor! Para amigas como esa mejor me quedo sola. A cada nada me cuestiona y me juzga. Pero después le pasa el coraje y vuelve como si nada hubiese pasado. Me estoy cansando de sus inmadureces. Pero después le doy importancia, por ahora quiero seguir bailando para él.
De nuevo vuelve a sonar mi celular y era de nuevo él:
__ ¡Quiero besar tus labios! Si estás dispuesta te espero en media hora en el baño de hombres ¡Y te doy lengüita ahí abajo! __ Y venía acompañado de un corazón rojo. Creo que me tuve que subir las pantaletas porque se me escurrieron. Ahora debía tomar una decisión ¿Sería oportuno ir a matar estás ganas o por el contrario debía seguirlas aguantando?