Un nuevo desafío

1775 Words
ANTHONY Habían pasado días desde la última vez que vi a Anya, al parecer, o no quería volver a pisar mi casa, o a quien no quería ver era a mí, porque a pesar de que traté de estar el mayor tiempo ahí, para por lo menos, verla, me fue imposible. Una mañana, Ellie nos estaba contando sobre las prácticas que tenía que hacer dentro de una empresa, supuse que lo haría en mi empresa, pero al parecer, la universidad se los prohibió. No querían que, precisamente por ser familiar, se tomaran ciertas libertades. Aunque por un momento me alegré de que Ellie estaba por comenzar a ver por su futuro, también recordé a Anya, quien no contaba con el apoyo del único padre que le quedaba vivo. Pregunté más sobre cómo era eso de aceptar becados en las empresas y cómo funciona, quizá sea una forma para estar más cerca de ella. —Padre, deberías de aceptar becados, seguro Anya sería un buen elemento, ¿por qué no investigas como…? —Lisa no la dejó terminar. —Si cariño, creo que sería una estupenda idea, aún estás a tiempo, ¿verdad Ellie? —Supongo que si —en mi interior rezaba que aún hubiera tiempo. —Quizá… —no sea buena idea, pensé— debería hacerlo, ¿creen que Anya quiera?, tal vez ella… —Seguro que sí, además de que se sentirá más en confianza contigo. Si te inscribes, ya me daré cuenta y le diré a Anya que aplique para tu empresa, ella debe ser tu primera opción —se levantó, dejó un beso en mi mejilla y se marchó Después de esa charla… aclaradora, me puse manos a la obra, no puedo desaprovechar esta gran oportunidad para tenerla cerca. Coordine todo con mi gente esa misma mañana para inscribirnos dentro de las empresas que la Universidad está aceptando, les pedí que hicieran todo cuanto antes, porque ya no teníamos mucho tiempo, aunque, de cualquier manera, no me encuentro seguro que ella acepte entrar siquiera la oferta. Además, tengo que pensar la forma en que trabajaría conmigo, para poder tenerla más cerca y poder conocerla un poco más. Lo que conozco lo sé por Lisa y Ellie, pero quiero saber quién se esconde detrás de ese bello rostro de ángel. Por la tarde, llegó un correo de la misma universidad, donde aceptaban gustosos mi oferta para aceptar un par de becarios en distintas áreas, sé que corro un gran riesgo, pero… ¡Qué mierda!, ahora hasta me encuentro pensando en lo que puede llegar a pasar, despejé mi cabeza y mejor me puse a trabajar. Si ella acepta, entonces… ya sabré qué hacer después. Pero corría el riesgo de que ella no aceptara, por ello, le pedí a mi secretaría que llamara a Johan, uno de mis colaboradores más antiguos, un excelente amigo y persona y quien me conocía a la perfección. Él, es quien puede ayudarme a hacer lo único que me garantiza que Anya entre a esta empresa. —Anthony —entro sin tocar— tu secretaria, me pidió que viniera a tu oficina, ¿qué pasa? Lo miré, ahora mi secreto, ya no lo sería más. No sé hasta qué punto Johan pueda ayudarme con esto, es más, ni siquiera me encuentro seguro que quiera hacerlo al conocer mis motivos, sobre todo porque él conoce a mi esposa, es su amigo y seguramente me echara en cara el querer engañar a mi esposa. —¿Por qué no dices nada? —me miró con los ojos entrecerrados. Me levanté de mi asiento y miré por el ventanal de mi oficina. No quería ni mirarlo a la cara, al decir lo que estaba por decir. Por ello, desde mi posición empecé a hablar. —Johan, lo que estoy a punto de decir, es… bastante vergonzoso hasta para mí, pero si no lo externo creo que terminaré explotando. Yo… necesito que me ayudes a que una persona entre como becario a mi empresa, para trabajar a mi lado. No miré las expresiones que se encontraba haciendo, pero seguramente, no debía entender ninguna de mis palabras y su rostro debió haber hecho mil expresiones en solo un par de minutos. —¿Una persona?, ¿becario?, ¿trabajar a tu lado?, no entiendo nada de lo que me estás diciendo Anthony, ¿podrías ser más claro? Caminé directo hasta el minibar, para servir dos tragos y hacer más fácil lo que Johan iba a escuchar. Serví un poco de vodka, necesitaba algo fuerte para esta situación, enseguida serví otro y le pasé su vaso a él. —Supongo que debe ser algo bastante difícil, como para tomar algo tan… fuerte, a estas horas de la mañana. —Supongo que si —tomé un respiro profundo y proseguí— necesito que me ayudes a que una chica, trabaje a mi lado como becario, no estoy seguro si ya ha aplicado en alguna otra empresa, pero quiero que elimines toda la competencia para nosotros ser su única opción. —¿Una chica?, seguro debe ser alguien excepcional para que la quieras a tu lado —me quedé callado, porque, aunque no tenía duda de eso, en realidad esos no eran los motivos— Anthony, ¿es por eso o por alguna otra razón? —Puede que… las dos. —¡Que! —alzó la voz— espero que no sea por lo que estoy pensando. —No soy un maldito adivino para leer tu mente, exactamente, ¿qué es lo que estás pensando? —¿Es tu amante?, ¿estás enamorado de ella?, ¿ella no te corresponde y…? —Ya, ya, ya, demasiadas opciones y en realidad ninguna de ellas es cierta, hasta cierto punto. Es… amiga de Ellie, Lisa la trata como a una hija más y yo… siento que me encuentro obsesionado de alguna manera con ella. —¿A caso te estás escuchando?, Anthony, de todos los lados que lo veas, esto es muy mala idea. ¿Ya pensaste en lo que pensará Lisa cuando se entere de tu aventura? —No tengo ninguna aventura, solo quiero… —Aún no la tienes, pero quieres tenerla, o de otra manera… —No quiero tener una aventura con ella, solo quiero conocerla más, y sé que si encuentra trabajando conmigo podré hacerlo. —Esa mentira ni tú te la crees Anthony. —¿Me ayudarás o no? —repliqué. —Si te ayudo, no te dejaré ni un momento a solas con esa chica, te lo aseguro, seré como tu maldita sombra, a donde quieras que vaya ahí estaré —me pidió todos los datos y antes de salir dijo unas últimas palabras —espero que no te arrepientas de lo que estás por hacer. Solamente esperaba tener el resultado que quería o de lo contrario mis opciones se agotarían. … Días después, llegó un correo a mi buzón, avisando sobre la llegada de nuestra nueva colaboradora. Durante esos días, yo ya tenía varias actividades en mente en las cuales ella podía apoyarme. Ese mismo día, tenía que presentar sus papeles para ser aceptada, tenía que pasar a recursos humanos y ellos la mandarían conmigo para hacerle saber sus actividades. Por supuesto, yo me encontraba preparado, cancele todas las reuniones y le pedí a mi secretaria que las reagendara para otro día. La mañana se me hizo eterna, pero finalmente recibí una llamada por el intercomunicador, avisando que la señorita Joy, se encontraba en la sala de espera. Le pedí a mi secretaria que le accediera el paso y unos segundos después, ella entró. Me miró, sonrió un poco y enseguida miró a todos lados, observando cada detalle de mi oficina o solo tratando de no mirarme a mí. —Anya, ¿por qué no te acercas?, no muerdo —sonrió con un poco de vergüenza y avanzó lentamente hasta encontrarse frente a mi escritorio. Extendí la mano para que tomara asiento y ella accedió, aunque seguía sin prestarme atención. —Es bueno, verte otra vez, ¿cómo has estado? —¡Eh!, bien señor Conner —el que me llamara señor, era una clara señal de la barrera que estaba poniendo entre nosotros. —Anya, creí haber dejado atrás la parte donde me llamas, señor, para llamarme Anthony. —Lo siento, es solo… la costumbre. —De acuerdo, entonces vayamos a lo que nos interesa, te pasaré las actividades que realizaras de la mano conmigo, y… —¿Contigo? —parecía sorprendida. —Así es, trabajaras a mi lado, Ellie me dijo que eres muy buena en esta materia y prácticamente me rogó para que te aceptara, sé qué haremos muy buen trabajo, te lo aseguro, supongo que por eso solicitaste esta empresa. —Sí, en realidad… solicité en varias, pero al parecer nadie se encontraba interesado en mi perfil y no me lo tomes a mal Anthony, es solo que… no creí que me fueran a aceptar en tu empresa. —¿Por qué creíste eso?, te acabo de decir que eres un buen elemento y estoy seguro de que tú encontrarás la solución para cada desafío que se te presente. —En verdad espero llenar tus expectativas. —Ya verás que sí, ahora, te daré un recorrido por la empresa, para que conozcas todas las áreas, ¿de acuerdo? —asintió con la cabeza y salimos de mi oficina. No soportaba pasar un minuto más con ella a solas, si no hacía algo para calmarme, terminaré de hacer la peor estupidez y ahuyentaré de nueva cuenta a Anya y eso es lo último que quiero. Cambie mi chip por completo, dejé de pensar con mi polla y le explique a Anya a que se dedica cada departamento, cada tanto ella hacia un par de preguntas, ahí me di cuenta, que en verdad si es un buen elemento, ahora comprendo por qué Ellie me pidió que le diera una oportunidad, porque ella conoce sus capacidades y vaya que son buenas. Una hora después, regresamos a mi oficina, Anya parecía encontrarse más receptiva conmigo, le pedí que tomara asiento, le di una tableta que estaría ocupando en la empresa con las actividades que estaría realizando y ella me agradeció. Me levanté para despedirla, no quería dejarla ir, pero tenía que hacerlo. Ella se acercó, me abrazó y dejo un beso en mi mejilla, después me dio las gracias y se dio la media vuelta para salir. Ni siquiera lo vi venir, me deje caer de nuevo en el sofá, cubriendo mi rostro con mi antebrazo, sé que cada día que ella pase a mi lado, será un completo desafío para mí.
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