La noche que cambiaría todo

1213 Words
ANYA Desde que tengo memoria, siempre he sido una chica bastante tímida y callada, sobre todo desde que mi madre murió debido a una fuerte batalla contra el cáncer. A pesar de que mi padre siempre estuvo al pendiente de ella y jamás la dejo sola, yo siempre lo culpe a él por la muerte de mi madre, aunque no tuviera nada que ver e hizo todo lo que estaba al alcance de sus manos. Inclusive, hasta mi padre sabía que lo culpaba porque no pudo hacer nada más por ella, no hizo nada por tratar que ella viviera más tiempo, que siguiera a mi lado, acompañándome, dándome consejos, quizá hasta llorando en su regazo cuando alguien me rompiera el corazón. Todo eso, jamás podría suceder, porque ella se fue a una temprana edad de mi vida y mi padre, bueno, aunque trato de hacer lo mejor que pudo, no fue suficiente. Se dedicó a su trabajo, a pasar tiempo con diferentes amistades y yo solo era como un mueble más en casa. Dejé de esperarlo, dejé de pedirle atención, dejé incluso de pedirle un poco de amor y cada uno se dedicó a rehacer su propia vida. A tratar de entender lo que cada uno estábamos viviendo, tratar de vivir con el dolor y seguir adelante. De esa manera me convertí en la mejor de las estudiantes en cada una de las escuelas por las que pasé, hasta que llegué a la universidad, una de las mejores de la ciudad, por supuesto, y desde ese momento, aunque ni siquiera tenía idea de todo lo que iba a suceder en mi vida a partir de ese momento, no había nada que pudiera hacer para retrasarlo o de plano que no sucediera. Al principio no hable con nadie, me la pasaba en la biblioteca leyendo o investigando sobre cualquier tarea que los profesores nos dejaran, no fue sino hasta que Harry Parsons se presentó ante mí. La verdad es que se me hacía un chico bastante guapo y encantador, pero demasiado mujeriego para mi gusto, por ello, cuando me propuso conocernos lo acepté, porque creí que solamente seriamos amigos, no algo más, y si lo que buscaba era acostarse conmigo, claramente eso no iba a suceder nunca. Sin embargo, al conocer al verdadero chico, el que no le mostraba a nadie más que a mí, me termine enamorando de él en secreto. Supongo que nunca fui lo bastante expresiva o mis intentos por aparentar que solo lo quería como un amigo realmente funcionaron, porque él fue demasiado paciente conmigo. Pero, supongo que su paciencia terminó de agotarse y una tarde cualquiera, simplemente llegó a mi casa y se declaró. Me dejó bastante claro que no solo le gustaba por mi belleza exterior, sino por todo lo que lo hacía sentir. Y desde que empezamos una amistad, él realmente había cambiado mucho. Del chico mujeriego, ya no quedaban ni los recuerdos, las chicas ya no lo buscaban como antes y aunque algunas no se dieron por vencidas tan rápido, él siempre las mandó a volar, sobre todo cuando se encontraba conmigo. Desde ese día, cuando me hizo saber sobre sus verdaderos sentimientos hacia mí, nos convertimos en la pareja modelo. Aunque sabía que quería tenerlo a mi lado por el resto de mi vida, el destino nos tenía preparadas muchas sorpresas y bastante desagradables. Dos años después, llegó a nuestra clase una nueva estudiante, llamada Ellie Conner, quien rápidamente atrajo la atención de varios chicos, por un momento llegue a pensar que incluso se sentía atraída hacia mi novio, pero no fue para nada así. Ella era todo lo contrario a mí, era una chica bastante extrovertida, le gustaba la atención, e inmediatamente hizo amigos, desde el primer día de su llegada. Decía lo necesario en el momento correcto y jamás se dejó de nadie. Unas semanas después, ella se acercó a Harry y a mí, pidiéndonos dejarla comer con nosotros, yo estaba un poco reacia, pero Harry aceptó de inmediato. Ellos siempre eran los que hablaban, yo solo los escuchaba y pensaba que quizá hacían una mejor que pareja que nosotros. Ellos debieron notar mi incomodidad y fue entonces, cuando Ellie habló conmigo a solas, a ella no le interesaban los chicos de nuestra edad, mucho menos Harry, quien, a su parecer, babeaba por mí cada que me veía. A ella le gustaban los hombres maduros y con experiencia, según sus gustos, era más placentero estar con ellos en la cama que con un chico que solo buscaba su placer. Yo no sabía ni que decir, precisamente porque yo aún era virgen, sí, a mi edad seguía siendo la virgen de la clase, aunque obvio, ese detalle solo lo conocía Harry y bueno ahora ella. Me pidió que no me apresurara a acostarme con nadie, que no fuera de mi verdadero interés o si quería llegar virgen hasta el matrimonio, ella me apoyaría, porque viendo la relación que Harry y yo manteníamos, seguramente terminaríamos juntos para toda la vida. Durante los siguientes meses, Ellie y yo nos convertimos en las mejores amigas, incluso hasta me invito a conocer a sus padres, pero por lo regular, su padre nunca se encontraba en casa debido a sus viajes de trabajo y simplemente conocí a Lisa. Me hubiera encantado tener una madre como ella, siempre atenta a lo que Ellie le dijera, dándole los mejores consejos, incluso a mí también llegó a aconsejarme cuando se enteró de que mi madre había muerto y que mi padre parecía haber olvidado que tenía una hija. Ahora las veía a ellas como una extensión de mi familia, solo a ellas porque a su padre solo lo conocía por fotos que se encontraban colgadas en algunos pasillos de su enorme casa. Desde que lo vi, me pareció un hombre bastante atractivo, pero nada que ver con Harry. Cada que Lisa hablaba de su esposo, se le iluminaba la mirada, seguro así debía de verme yo al hablar de Harry, así que la entendía un poco. Ellie solo se burlaba de su madre, pero sé que, por dentro, amaba tener a unos padres como ellos. Ojalá yo tuviera una familia como ella, seguramente toda mi vida sería tan diferente. Los meses pasaron y entonces Ellie me invitó a una velada que sus padres realizarían, debido a que cumplían años de casados. Sinceramente, yo no tenía muchas ganas de ir, ni siquiera sabía que ponerme, además de que irían puras personas mayores, no creía encajar de todas formas. Pero Ellie me terminó convenciendo, y finalmente acepté su invitación. Fuimos a comprar un vestido, ella me ayudó a escoger el que quedara mejor con mi personalidad y vaya que tiene muy buen gusto. El día llegó y me arreglé un poco en casa, viendo un par de tutoriales para saber cómo maquillarme y peinarme. Hice lo que pude y según a mi parecer, me miraba decente. Llame un taxi para que me llevara a casa de Ellie y así sucedió. Jamás llegó a pasarme por la cabeza, que una vez poniendo un pie dentro de esa casa esa noche y el conocer a su padre, Anthony Conner, mi vida daría un vuelco de ciento ochenta grados, no sabiendo si para bien o para mal.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD