-Estoy en el depósito y no ha sido una mañana agradable gracias a Esmeralda, sé ha dignado en molestarme, está más impertinente que nunca, al mediodía me voy al comedor, quiero ver a David solo nos hemos enviado mensajes de texto, busco a las chicas, David no está que mal.
-Hola mi niña, ¿Pensé que ya no venías?
-Hola Paty, si Carmencita, si venía. - Le gruño.
-Las dos son unas embarcadoras, las llame y ningunas me
contestaron, ¿Es que se les olvido, que íbamos a salir? - Nos gruñe.
-No me dio tiempo, las niñas tenían muchas tareas pendientes. -
Paty sé defiende.
- ¿Y tú Estefanía, qué excusa vas a decir?
-Deja ya Carmencita, entre semana vamos. - Le respondo de mala
manera.
-Hoy no he visto a mi papasito ¿Qué le habrá pasado? - Y ya
empezó sé qué esa punta es para mí, si llamó a mis abuelos tuvieron que haberle
dicho algo.
-Hummm, no sé, hoy no lo he visto. - Trato de hablar lo más
tranquila y si supiera que lo quiero ver y comérmelo a besos.
- ¿Y tú Paty, sabes algo de David? - Es que tiene atragantado,
lo que me quiere preguntar.
-No lo he visto desde el viernes. - Veo a Paty su voz sonó
triste de nuevo, se le ve los ojos hinchados, estaría llorando toda la noche.
-Paty sabes que puedes contar con nosotras, para lo que sea. -
Le tomó su mano.
-Así sea, para matar a tú marido. - Es qué mato a Carmencita, sé
que está cabreada por verla como está por la culpa de él, pero no es el momento
de decirle esas cosas.
-Buona serata mía bellas, ¿Cómo están?... David se sienta frente
a mí, sin quitarme la mirada.
-Hola. - Le decimos las tres.
- ¿Estás bien Paty?
-Si, sí, estoy bien. -Ella pone su mejor cara, él la ve, cómo te
lo voy a creer por educación de no preguntar más, todo caballero.
-Papasito tenía tiempo sin verte, estabas desaparecido, ¿Cierto Estefanía?
- Ella un día de estos me va a matar, en serio que sí, nos ve a los dos, cómo
hablen ya.
-Si es cierto, ¿Cómo le va señor Piazza? - Trato de disimular mi
alegría y el no ir a besarlo.
-Muy bien, Señorita Martínez. - Me sigue la corriente.
-Mi niña, ayer llame a tú casa y tú abuela me contó que estabas
con tú novio. - Y contraataca, escupo toda mi bebida, le cae encima a David, me
ahogo comienzo a toser, Paty me da palmadas en mi espalda.
- ¿Estás bien, Estefanía? - Paty si se preocupa.
-Si, sí. - Es lo único que logro decir, me abanico con mi mano
para tener aire.
-Eso le pasa, por no contarnos que tiene novio, somos tus
amigas. - Me gruñe.
-Ya Carmencita déjala tranquila, no vez, que ni puede hablar. -
Paty me defiende.
-Nadie le mando ocultarnos cosas. - Ella comienza a comer, veo a
David está muy tranquilo secándose el agua, se ríe por todo el show.
- ¿Qué es lo que quieres saber? - Y después de volver el aire a
mis pulmones, la enfrento.
-Dé qué termines de confirmar mis sospechas. - Se cruza de
brazos, mirando a David.
- ¿Que sospechas estás hablando Carmencita? - Le gruñe Paty.
-Que mientras tú, te ahogas en tus penas, Estefanía y David
andan juntos, ¿No es así Estefanía?
-Puedes hablar más bajito, ¿Quieres que toda la empresa se entere?
- Le gruño me rindo, las dos se sorprenden, su cara de póquer es muy buena.
- ¿Entonces es cierto? - Aún están en shock, Carmencita no para
de hablar.
-Sí, el fin de semana estuvimos juntos. - Les digo, David no
habla, le pongo los ojos como platos para que me ayude, arquea una ceja y su
mejor sonrisa, empiezo a comer.
- ¿Queeee, ustedes son novios? - De repente Paty cómo que cayo
de la burbuja, David se arrecuesta de su espaldar, observándome a ver que digo.
- ¿Será que ya pueden decirnos, son o no, son? - Gruñe
Carmencita, casi que está encima de mí, bajo mis manos las aprieto, estoy
nerviosa no sé, si responder de si somos novio o una aventura.
- ¿Estás bien, nena? - Se da cuenta de que estoy perdida.
- ¿Por qué más bien no, nos dice David?, Estefanía no lo quiere
decir. - Le gruñe Paty.
-Sí.
- ¿Sí que mi niña? - Carmencita me ve como si tuviera dos
cabezas.
-Qué si somos novios. - Mi voz está temblorosa.
-Es una excelente noticia. - Ella aplaude.
-Carmencita ya bájale a tu emoción, estás buscando que se
enteren y los voten. - Le gruñe Paty.
-Esto hay que celebrarlo, por qué ya iba a pedirle una cita,
para que entrará al convento. - Y ahí está sus queridos sarcasmos de
Carmencita.
-Vez que no. - Le gruño, seguíamos comiendo, se quedó tranquila
nos fuimos a trabajar.
- ¡Ay! mi niña, estoy tan contenta por ti. - Me abraza, estaba
entrando a los vestidores tuve una dura tarde en el depósito, Esmeralda nunca
paró. - Me tienes qué contar todo, hoy no será mi Armando me tiene una sorpresa
y estoy loca por saber cuál es. - Cierra su casillero.
-Así será. - Subo mis ojos, como diciendo que no me escapare. -Y
tú Paty, ¿Nos contarás, por qué esa carita? - Envuelvo mi toalla en mi cuerpo.
-No es nada. - Se lleva arrastra a Carmencita, sé qué de esta
semana, no pasará, en que me entere lo de Paty, se ve grave….
L. R.