-Tic, tic tic....- Suena el despertador, lo busco con mi mano, se cae como puedo sigo buscando y ya estoy levantada, ¡Joder! , como odio levantarme tan temprano, voy directo a ducharme y alistarme, me encamino a la habitación de mi princesa, aún está durmiendo tampoco le gusta madrugar, empiezo a darle muchos besos para que se despierte, mientras la voy vistiendo aun casi dormida, mi abuela ya nos tenía el desayuno hasta el almuerzo listo para llevármelo al trabajo, le doy un casto beso en la mejilla y el abrazo que no me falta mi hija me imita, adora a su abuelita, nos parecemos mucho a ella, blanca , el cabello castaño sus ojos color marrón aunque mi princesa salió a los de su padre con unos ojos azules como el océano, nos ha tocado una vida muy dura, pero como dice mi abuelo "Al mal tiempo buena cara", paso a recoger a los niños de Giovanni, Luisito y María, los llevo al colegio y ella los pasa recogiendo así nos acomodamos ya que mi trabajo no me permite ir a buscar a mi princesa. -Holaaaa.... - Le digo a Juanita la esposa de Giovanni.
-Hola madrecita, ¿Cómo amaneciste? - Ya está con su café en la mano.
-Bien. - Por lo que veo, no tuvo muy buena noche. - ¿Cómo paso
la noche Guadalupe?
-Le volvió a dar mucha fiebre, su enfermedad cada día está
avanzando más la veo empeorando. - Trata de tener su mejor cara, se me parte el
alma, le doy un abrazo demostrándole que estoy con ella, llama a los niños para
llevarlos al colegio, en el trabajo Carmencita nos actualiza de su cotilleo de
la mañana, en toda la mañana la pase en mi rutina diaria, hasta que me voy al
almuerzo...
-Y Carmencita, ¿Dónde está? Siempre está aquí primero que
nosotras...
-Tu más que nadie sabe en dónde está, debe de estar con sus
informantes anónimos. - Nos reímos, no pasaron ni diez minutos cuando llega muy
contenta y abanicándose con la mano, Paty y yo nos vemos las caras sin entender
que le pasa.
-A ver mi niña y a ti ¿Que te pasa? - Contraataca Paty,
colocándose las manos en la cintura.
- ¡He visto un Ángel!, caído del cielo.
- ¿Un Ángel? - ¿Es tu esposito Armando? - Nos mofamos de ella.
-Armando es mi primer ángel y él, es el segundo. - Está muy ofuscada,
abanicándose.
- ¿Y en dónde está ese Ángel? - Paty ya está más intrigada.
-Viene entrando al comedor. - Vemos dónde nos dice, él que viene
entrando es él señor Sánchez, nos reímos a carcajadas.
- ¿Desde cuándo te gusta él señor Sánchez? - Me burlo de ella.
- ¿Son ciegas o qué? - Nos gruñe, ella se queda callada, no dice
más nada, nos mira de forma extraña, no la entiendo.
- ¿Qué es lo que te pasa, Carmencita?, estás friqui que andas
torciendo los ojos. - Aún estaba riéndome, Carmencita nos da un pellizco de
esos que te duelen mucho, nos corta la risa.
- ¡La madre que te pario!, ¿Porque hiciste eso?, cómo duele. -
Le gruño sobándome mi brazo.
-Para que dejen la risita, miren para allá. - Nos gruñe y dirige
su mirada en dirección hacia la puerta, le hacemos caso, cuando lo vemos quede
sin aliento, ¡Dios mío!, es alto, piel blanca, ojos marrones, su cabello un
poco largo alborotado, le queda muy bien, sus vaqueros azules, camisa blanca de
botones manga corta, que le hace lucir muy bien sus músculos, no es para menos,
todo él, es un guapo de primera, viene hacía nosotras, no le puedo quitar la
mirada de encima.
- ¡Dios mío!, ¡Es qué esté hombre es un Dios Griego! . - Paty
está igual cómo una boba, está frente a nosotras, siento que el aire se puede cortar
con un hilo.
-Buenas tardes, señora Lamas. - Su acento es italiano.
-No por favor, dígame Carmencita me puede tutear. - Le dice con
una sonrisa de oreja a oreja.
-Entonces soy David, también me puede tutelar. - Me mira, le
quitó la mirada, agacho la cabeza empiezo a comer, los escucho hablando, se
sienta frente a mí, los nervios me están atacando, ¿Por qué?, no sé, Paty se
presenta le estrecha su mano, cuándo siento un codazo por mi costilla, le pongo
los ojos cómo plato a Carmencita.
-Estefanía ¿No te piensas presentar?, no seas mal educada mi
niña. - Me gruñe, miro a David tiene una hermosa sonrisa y su mirada puesta en mí,
estiró mi mano.
-Hola soy Estefanía. - Es lo único que llego a decir.
-Encantado de conocerte, Estefanía. - No suelta mi mano.
- ¿Eres él nuevo jefe? - Carmencita corta la tensión, él no
responde, termino mi comida lo más rápido posible.
-Si me disculpan, tengo que hacer unas cosas. - Me excuso con
que tengo mucho trabajo y salgo como flecha del comedor, ¡JODER!, Estefanía
¿Qué fue todo eso?, empiezo a regañarme, jamás me había pasado algo así, ni
siquiera con él padre de mi hija, pasada la jornada laboral me voy a los
vestidores.
- ¡Mira quién ha venido! - Le dice a Paty sarcástica.
-La qué se fue del comedor cómo un rayo. - Le dice Carmencita,
ya sabía que me iban atacar a preguntas. -A ver mi niña, ¿Cierto que David es
un majo? - Y ya empezó con la primera.
-Si Carmencita. - Trato de no darle mucha importancia.
-Y esta de un Buenorrroooooo... - Lo dice zancarróna.
-Vale, ¿Qué quiere saber? - Me rio.
-Qué no me lo puedes negar, te gustó.
- ¡Por Dios!, déjala en paz. - Veo a Paty dándole las gracias,
está arrastrando a Carmencita para irse.
-No pienses qué de estás te salvas. - Me grita a todo pulmón.
-Vale, cuándo quieras hablamos. - Le grito igual, entre risas...
Liskarlyn Rodríguez.