- ¡Ay! Mi niña, voy por los informes. - Se va con su tumbao al escritorio, es una mujer de treinta y siete años, bajita, un poquito regordete, dice que se parece a "Marie Jones", de cabello teñido de rubio, blanca de ojo marrón claro, casada pero no podido tener hijos, han intentado de todo y nada que lo logran.
-Carmencita, dame un
momento ya vengo por ellos, se me olvido un carpeta.- Salgo casi que corriendo
para que no me agarre el tarde, apenas entro al depósito siento el impacto del frio
en mi cara, es un depósito de procesos de mariscos y siempre está a veinticinco
grados centígrados, en la cuidad en que vivimos, el sol está presente cada día,
estamos en Vigo en la zona industrial de Beira mar es una de las sucursales más
pequeñas de las empresas de Exportaciones D'ALTRUI, aunque también hay una
temporada que llueve muchísimo, me encanta cuando llueve, el olor a tierra
mojada y estar bajo la lluvia me da paz, hoy no es uno de esos días, está muy
caluroso, me consigo con Esmeralda es una mujer de cabello rojo, blanca y con
ojos verdes saltones es muy linda pero su maldad se lleva toda esa belleza.
-Buenos días. - La
saludo por educación, no estaba temprano y no le reclamarle, no me voy amargar
mi día.
-Que tendrán de buenos.
- Me mira de arriba, abajo torciendo sus ojos, respiro hondo para no matarla
aquí mismo, es con una que tengo que liar todos los días, hago todo mi esfuerzo
hoy no quiero pelear, voy a los archivos ella se empeña en buscarme la piedra y
hacerme pasar un mal rato, diciéndome que mi cargo no lo merezco, que ella es
quien debería tenerlo, la ignoro y salgo del depósito me voy al depósito de
Señor Sánchez, tiene cincuenta años y ha trabajado toda su vida aquí es un afroamericano.
-Buenos días, señorita Martínez.
-Vengo por los informes
de la semana pasada, si no los tiene listos, paso más tarde. - Le doy media
sonrisa.
-Ya te los dejé en el
salón. - Me señala con su mano las oficinas, es un edificio pequeño, aparte de
los depósitos, están todas las oficinas y las salas de reuniones.
-Muchas gracias, apenas
termine de recoger los otro, voy por los de usted. - Nos despedimos y voy por
la que me tiene preocupada -Holaaaaaaa... - Entro al depósito.
-Hola. - Está con su
cara agachada para que no me dé cuenta de que estuvo llorando, no le pregunto
nada, no es el momento, se pondría peor, ella ya sabe por lo que vengo, me da
los informes sin decir una palabra, voy al depósito de Carmencita.
- ¡Ayyyy! , mi niña te
estaba esperando y ¿a ti que te pasa que vienes pensando en pajaritos
preñados.? - Me gruñe moviendo sus manos, me saca de mi ensimismamiento,
empiezo a contarle como vi a Paty y lo preocupada que me tiene. -! ¡Ay! mi
niña, tenemos que sacarla de esa depresión...
- ¿Y cómo hacemos?, Si
no quiere hablar. - Ella me entrega las carpetas.
-Lo más seguro es que se
volvió a pelear con el gilipollas de su marido. - Acordamos que tenemos que
buscar la manera de sacarla de ahí lo más pronto, me fui a buscar el resto de
los informes para terminarlos en el salón, no los facilitaron para poder tener
un sitio, donde volvernos locos entre tantos papeles.
-Buenos diassss. - Le
digo a mi vecino Giovanni, vivimos en el mismo edificio, su esposa e hijos son
un amor, son de México.
-Bien, no me quejo. - Me
da una leve sonrisa, lo dice sarcástico, esta entre una montaña de papales, mi
móvil me saca de mi ensimismamiento, veo de reojo a Giovanni está también
metido entre los documentos....
¿En dónde carajos estas mi niña, no piensas venir almorzar?
(Mario Jone), Carmen Lamas
-Me río de su
comentario, miro la hora son las doce y media.
Ya voy......
Estefanía Martínez.
-Acomodo los informes y
salgo del salón, Giovanni no quiso venir, quiere terminar las montañas de
carpetas que tiene, entro al comedor, busco a las chicas con la mirada se pone
muy lleno a la hora del almuerzo, Carmencita sube la mano para decirme en donde
están, pasado un rato de comer nos quedamos hablando, Carmencita le reclama a
Paty que ya dejé de llorar, que ese hombre no la quiere y que se busque otro.
-! ¡Ay! mi niña, no me
veas así, que a ti te vamos a beatificar, desde hace mucho que no estás con un
hombre, ya debes de ser virgen de nuevo. - Le abro los ojos como platos, tomo
de mi jugo no le prestare atención. -Les tengo la última. - Se acerca más a
nosotras...
-A ver, ¿cuál será
señora periodista? - Me mofo de ella, no le gusto me dio un codazo en las
costillas.
-Les van a poner nuevo
jefe a los depósitos de almacenes principal, viene cortando rabo y oreja - Se
cruza de brazos.
- ¿Quién te dijo eso? -
Quede sorprendida.
-No te voy a decir, son
unos informantes muy anónimos. - Arquea una ceja y poniendo su cara de que se
las sabe todas, después de hablar un rato, regreso a buscar los informes, se
los llevó a mi jefe.
-Buenas tardes, señora
Martha. - Es una mujer irlandesa, cabellos rojizos, pecosa, cuarenta años,
saluda con una sonrisa de lo más linda me hace pasar a la oficina ya el señor
Herrera estaba esperando.
- Se puede saber, ¿Por
qué me has traído los informes tan tarde? - Gruñe apenas entro.
-Disculpe no volverá a
pasar. - Gruño entregándole los informes, su mirada es de un pervertido, trato
de ni verlo. -Ya tiene los informes, me retiro. - Abro la puerta.
-Recuerda que tú estás
aquí, gracias a mí, me debes muchos favores. - Que gilipollas, lo fulmino con
la mirada, me agarro del pomo de la puerta muy fuerte, los nudillos ya están blancos.
-Le agradezco que me
diera este trabajo, que yo recuerde no le debo nada, más que mi agradecimiento.
-Se le olvida que usted
está aquí, porqué su tía me hacía ciertos favores y como ella no está, te los
tendré que cobrar a ti. - Esta encaminándose hacia mí, tan cerca que dan ganas
de vomitar.
-Usted lo dijo muy bien,
mi tía era quien le hacía favores, yo no. - Le gruño cerrando la puerta con
fuerza, que un poco más me queda el pomo en la mano, veo de reojo a Martha que
dio un respingón del susto, voy al depósito termino mi jornada laboral, ya las
chicas estaban en los vestidores listas para irse, entro a las duchas tardo un
buen rato bajo el agua, necesito desestresarme un poco, ellas se despiden,
salgo de la empresa, para ir a ver a mi princesa y mis abuelos.
Liskarlyn Rodríguez.