—Deseo desembarcar en Atenas— dijo el Príncipe—, voy a buscar a mi esposa y le agradeceré que envíe a dos cargadores para que traigan mi equipaje.
El comisario sacó un libro.
—¿Me da su nombre, señor?
El Príncipe dudó por un momento y después dijo:
—Soy el Conde Nicolo Theodoro.
—Estamos encantados de tenerlo a bordo, señor— respondió el comisario utilizando un tono de voz más amable.
Empujó el libro hacia el Príncipe y dijo:
—¿Quiere firmar aquí, por favor?
El Príncipe firmó con el nombre que se acababa de inventar.
Entonces se alejó seguido de los dos cargadores.
La pagó al hombre que los llevó al puerto.
También le deseó que encontrara algún pasajero que llevar de regreso a la ciudad. Entonces ayudó a Sacia a bajar del bote.
Con el brazo alrededor de ella, el Príncipe la ayu
