Placer nocturno

1570 Words
—Oh Elijah, ¡eso es! Fiona gimió de placer mientras cabalgaba sobre el pene de Elijah, sus gemidos de placer llenaban la habitación; el olor del sexo en el aire, con el placer fluyendo a través de ambos. —Así es, vente para mí —gruñó él mirando a la mujer encima de él, sus senos rebotaban con cada embestida mientras él agarraba sus caderas con fuerza, empujándola hacia abajo sobre su pene. Su cabeza estaba inclinada hacia atrás en un éxtasis puro, sus mejillas enrojecidas y su cabello hecho un lío sexy, pero incluso a través de la bruma de lujuria, Elijah no estaba completamente en ello. Claro que se sentía jodidamente bien, y ella era sexy, pero algo faltaba. De repente, la imagen de Scarlett cabalgándolo entró en su mente, apretando sus senos en su sexy sostén rojo, su cabellera roja y sexy inclinada hacia atrás mientras mordía esos labios exquisitos. Se quedó congelado por la imagen que había entrado en su mente. —¡Ay! Fiona gimoteó, agarrando las muñecas de Elijah. Él parpadeó, sacando la imagen de su mente, mirando abajo y viendo cómo su agarre en sus caderas era dolorosamente fuerte, sus dedos clavándose en ella. —¡Mierda, lo siento! —dijo soltándola, viendo la marca que había dejado. Ella sonrió débilmente, sacudiendo la cabeza.  Colocando sus manos en su pecho, ella comenzó a moverse sobre él nuevamente, pero no llegó muy lejos, él sujetó su cintura levantándola y dejándola caer en la cama mientras él se sentaba. Él no podía hacer esto, ella simplemente no lo satisfacía. Ver la impactante imagen en su cabeza le hizo darse cuenta de lo que pensaba realmente de Scarlett. —Cariño, ¿está todo bien? —preguntó Fiona, colocando su mano delgada en su musculoso bíceps. Elijah se tensó. —No lo hagas —dijo, su voz peligrosamente fría, congelando a Fiona con ella. —L-lo siento —dijo, cayendo entre ellos un tenso silencio. Habían sido amigos con derecho a roce durante unos años antes de que él se fuera a su entrenamiento como Alfa, cada vez que él la visitaba, terminaban acostándose. Muchos habían pensado y esperado que terminaran siendo compañeros, lo cual no fue el caso. Era algo que había devastado internamente a Fiona, quien secretamente esperaba que Elijah se enamorara de ella y la aceptara. Era de conocimiento común que él realmente no creía en el vínculo de pareja ni en su valor. Siempre le había advertido que no lo llamara con algún apodo cariñoso y dejó en claro que no eran más que compañeros sexuales ocasionales, una de varios. El hecho de que no fueran compañeros nunca molestó a Elijah, ya que nunca la vio como algo más que una buena follada. Algo que ahora claramente no funcionaba. —Simplemente, ¿estás bien? ¿Pasó algo? ¿Hice algo mal? —preguntó ella suavemente mientras él se levantaba, recogiendo sus boxers y pantalones y luego poniéndoselos. Ella aún podía ver su m*****o grueso y grande. —Parece que ya no me satisfaces —dijo en voz baja, sus palabras eran duras y él lo sabía.  Ella se estremeció ante esas palabras, sintiendo el dolor punzante del rechazo. —Lo siento, tal vez podamos intentar algo diferente —dijo poniéndose de rodillas al borde de la cama sintiéndose bastante vulnerable. Él la miró, tenía que admitir que de todas las mujeres con las que había estado, ella era la menos molesta. Incluso podría haber sido una Luna ideal; era genuina, dulce y se preocupaba por los demás. Pero él nunca la había visto como algo más. —Si tenemos que intentar hacer que funcione, significa que es jodidamente inútil. No es nada personal, Fiona, pero creo que definitivamente hemos terminado —dijo sin molestarse en ponerse su camisa mientras la sostenía en su mano y se dirigía a la ventana, mirando de reojo a la loba que tenía lágrimas en los ojos. Pero no le importó.  Saltando, cayó dos pisos hacia el suelo, aterrizando con facilidad antes de enderezarse y dirigirse a casa. Su mente era un desastre y una incómoda erección lo acompañaba. Al entrar en la mansión, subió las escaleras de dos en dos. Entrando en su habitación, tiró su camisa al suelo antes de ir al baño contiguo, un baño que compartía con Scarlett. Su olor era intenso aquí, haciéndolo palpitar aún más fuerte. Mierda, realmente estaba jodiendo con su mente.  Se desnudó y se metió a la ducha, sus ojos no pasaron por alto los productos de ella, que estaban en la esquina de la bañera y su ropa usada colgando del cesto cerca de la puerta que llevaba a su habitación.  Su mente divagó hacia la imagen de ella con su sostén rojo, su pene tembló ante el pensamiento, golpeó su mano contra la pared del baño pensando: “¿en serio estaba haciendo esto?”  Agarró su m*****o endurecido con la mano, acariciándose mientras se imaginaba a ella en su mente. La forma en que se veía cuando él lamía su herida, el olor de su excitación, su trasero que se movía de forma tan jodidamente sexy en esos pantalones de yoga. Gimiendo, aceleró el ritmo, imaginándose esos sexys labios rojos envolviendo su pene. Tan perdido en sus pensamientos, no se dio cuenta cuando la puerta del baño desde la habitación de Scarlett se abrió. *** Hacía tiempo desde que Elijah se había ido. Scarlett se había duchado, había navegado por i********:, publicando una o dos fotos, e incluso había puesto música y había intentado leer un libro. Sin embargo, Scarlett no había podido concentrarse, sintiéndose molesta sin una razón obvia.  Bueno, había una razón, una razón que no iba a reconocer. Ella siguió pensando en todo lo que había sucedido, su mente seguía reproduciendo sus pequeños momentos anteriores.  ¿Qué significaban? Terminó el chocolate que estaba comiendo. Gimiendo, se levantó, decidiendo cepillarse los dientes e irse a la cama. Caminó hacia la puerta pensando que era otra cosa molesta compartir un baño con él. Que ahora constantemente olería a él solo agregaría más a sus pensamientos.  Estaba tan perdida en sus pensamientos que ni siquiera notó el sonido de la ducha. Abriendo la puerta, entró y fue golpeada por una manta de vapor. Frunció el ceño confundida antes de que sus ojos se abrieran de par en par, la realización impactándola al ver al hombre parecido a un dios en la ducha... masturbándose. Sus mejillas se pusieron rojas, un pequeño suspiro escapó de ella. No pudo evitar que sus ojos recorrieran su cuerpo, era puro músculo, delicioso, músculo perfecto. Sus abdominales parecían estar tallados en piedra, su cinturón de Adonis hizo que se lamiera los labios.  Podía sentir su núcleo palpitar cuando su mirada bajaba, su corazón latiendo rápidamente al mirar el m*****o duro y grueso en su mano. Dios, nunca había imaginado que sería tan... perfecto. Un gemido la devolvió a la realidad cuando su leche espesa salió de su punta, haciendo que se sonrojara y se diera la vuelta rápidamente para salir del baño, cerrando la puerta de golpe. Elijah levantó la vista al sonido de la puerta cerrándose. ¿Ella acaba de verlo masturbarse?  Lástima que no se haya dado cuenta, habría sido aún mejor tener la cosa real frente a él cuando se corriera. Sonrió maliciosamente mientras tomaba su jabón corporal. Bueno, al menos tenía algo de qué burlarse mañana. *** Scarlett puso una mano en su pecho, su corazón latía de forma irregular, la imagen clara en su mente. —Oh Diosa. Gimió. Se levantó y cerró la puerta, su estómago todavía se contraía y su v****a palpitaba. Apagando su lámpara y música, se lanzó a la cama.  ¿No se suponía que él estaría con Fiona? ¿Qué pasó para que sus planes cambiaran y tuviese que cuidarse a sí mismo?  Se sonrojó, la imagen clara en su mente mientras deslizaba su mano por su rostro mirando el techo. La grieta en las cortinas dejaba que la luz de la luna se filtrara en su habitación, proyectando una franja de luz en su cuarto. Se mordió el labio, metiendo su mano en sus shorts de seda y cerrando los ojos cuando su dedo encontró su clítoris. Gimió suavemente, girando su dedo sobre él y bajando sus shorts con la otra mano. Abrió sus labios para un mejor acceso mientras lamía la punta de su dedo, volviéndolo a aplicar en su c*****o. —Oh mierda. Gimió suavemente, complaciéndose a sí misma, la imagen de Elijah en la ducha clara en su mente. Sus cabellos castaños mojados cayendo frente a sus ojos, una mano apoyada en la pared de la ducha, la otra mano fuerte envuelta alrededor de su m*****o grueso.  Imaginando sus dedos deslizándose dentro de ella, ella palpitó intensamente, imaginando sus labios en ella, lamiéndola y besándola. El placer en su núcleo se estaba construyendo y dejó que su mente volara. Los pensamientos ilícitos de Elijah eran fuertes, pensamientos que nunca se atrevería a pronunciar en voz alta. Dejó escapar un suave gemido cuando su orgasmo la atravesó, su espalda arqueándose ligeramente de la cama mientras jadeaba.  Temblando, parpadeó para aclarar su mente. —Joder, Elijah. Te odio por hacerme esto—murmuró. Subiéndose los shorts, enterró su rostro en su almohada, sonrojada, sintiéndose un poco mortificada consigo misma por masturbarse pensando en su hermanastro. Un hermanastro increíblemente sexy.
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