La música sonaba tan fuerte que lograban sentirse las vibraciones en cada muro y ventanal, el DJ lograba con poco esfuerzo elevar los ánimos de los invitados a la divertida fiesta de Halloween que ya era una costumbre ofrecieran Charlotta y Ekaterina Romanov, jóvenes y no tan jóvenes disfrutaban de una agradable velada entre ritmos variados, baile y sabrosa comida, un sinfín de coloridos disfraces se pasaba de un lado a otro ya sea bailando, llevando una conversación amena o asaltando los bocadillos de las mesas, Helena miraba todo aquel lúgubre esplendor admirando las terroríficas decoraciones y a las muchas parejas que disfrutaban moviendo sus cuerpos al ritmo de las melodías de moda. – Luces demasiado tentadora en ese pequeño vestido…escogí mal mi disfraz, tal vez debería haberme disf