La melodía del piano sonaba de nuevo una tarde más en la mansión Beaulieu, el silencio de Beethoven deleitaba los sentidos y llamaba a las viejas memorias de Antoine, el viento fuera de los ventanales golpeaba suavemente los vidrios, los árboles ya lucían desprovistos de vida y su antigua gloria veraniega yacía derrotada sobre el césped seco, los colores vividos del otoño se habían desvanecido dando paso a la fauna seca y los vientos cada vez mas helados del invierno, los cantos de las aves se habían perdido viajando a tierras más cálidas, Antoine mantenía sus ojos de zafiro cerrados mientras sus dedos gráciles hacían un precioso homenaje al silencio de esa tarde, las nubes grises de a poco comenzaban a teñirse de oscuridad, la noche comenzaba a abrazar el día envolviendo todo bajo su mant