El viento frio se dejaba sentir desde muy tempranas horas de la mañana, las hojas secas de los arboles danzaban en el aire con la gracia y la belleza típica del otoño a punto de convertirse en invierno, las aves comenzaban a escapar en parvadas hacia tierras mas cálidas en aras de sobrevivir el duro invierno, Helena observaba silenciosa el vuelo de las aves deseando el poder ser una de ellas para escapar lejos, sus ojos de selva esmeralda se perdieron en la danza de las hojas otoñales, era un espectáculo hermoso de admirar desde el gran ventanal en aquel elegante salón de la mansión Da Silva. Caminando hasta el piano que se hallaba solitario en el lugar, acaricio cada tecla recordando los hermosos ojos de zafiro de Antoine Beaulieu, sentándose en la cómoda silla comenzó a recrear la melod