El ladrido juguetón de Bragi se escuchaba cada día un poco mas fuerte, las risas de Mason en medio de los jardines eran como una melodiosa música para sus oídos, hortensias, tulipanes, rosas y un sinfín de flores de mil colores decoraban con suma exquisitez casi cada espacio en aquellos hermosos y viejos jardines, Adam observaba con nostalgia el rostro sonriente de el menor de sus hijos que jugaba inocente con su amada mascota, de nuevo, la culpa lo golpeaba de frente, tuvo que escuchar de los labios de su única hija lo mal que la habían pasado, las cosas que ella se vio forzada a hacer para sobrevivir, una chica de diecisiete años que desde muchos atrás supo lo que era tener hambre y hacer lo impensable para asegurar además la supervivencia de su hermano, era una joven muy fuerte…muy vali