La mañana se presentaba calurosa para gran sorpresa de nadie, el sudor comenzaba a gotear desde su cuello hasta su perfecto y bien marcado abdomen, era un hermoso día después de todo, aun tenía energía para continuar su pesada rutina de ejercicios, las pesas ya no le oponían resistencia, su cuerpo se había fortalecido bastante, sus músculos ahora eran más fuertes y grandes que los de Antoine Beaulieu, su mejor amigo y acérrimo rival, deseaba sobrepasarlo en todo, de ninguna manera podría permitir que el francés estuviera por delante de su encanto latino, siempre buscaba estar un paso adelante, esculpir su cuerpo era uno de los tantos placeres que disfrutaba Geraldo Da Silva, la competencia era otro, desde pequeño buscaba destacar en todo y estar por encima de los demás y siempre lograba co