La tarde nublada comenzaba a sentirse un poco más fresca que las anteriores, el viento golpeaba suavemente las ventanas haciendo vibrar los cristales, Mason miraba hacia el parque recordando la promesa de su hermana prometiéndole pasar la tarde con el, hacia mucho que no había tiempo para convivir, Helena estaba permanentemente ocupada y solo llegaba a casa para comer y dormir, apenas y si compartían unas cuantas palabras antes de que ella cayera en inconsciencia… aquello comenzaba a ser molesto, incluso triste, era difícil acostumbrarse, después de todo su hermana siempre había permanecido con él, verla por poco tiempo y siempre agotada lo estaba… lastimando. – ¡Ya llegue Mason! – la voz de Helena anunciaba su obvio regreso. Helena sintió su corazón enternecido al ver a su hermano ya