El vals nocturno de las 10 de la noche resonaba en casi cada rincón de los terrenos que pertenecían a la opulenta y poderosa familia Da Silva, un desfile sin final de máscaras, vestidos y esmóquines de gala se paseaba de un lado a otro entre danzas y cotilleos, la noche recién comenzaba y los más jóvenes disfrutaban de lo que parecía ser una velada inocente y magnifica, lejos estaba sin embargo de ser lo que parecía. – Todo es lo que se esperaba de usted mi honorable Señor Da Silva, no puedo evitar admirar este gran esplendor que hace un delicado y magnifico homenaje a su encantadora nación, me complace demasiado haber sido de sus invitados de honor esta noche – decía con falsa gratitud Caín Slorach quien se hallaba sentado junto a Manoel admirando la gran recepción que tenia lugar. –