El café sigue pareciéndome una bebida asquerosa, apenas puedo tolerarlo, es mejor si me limito a comer los bocadillos, el marqués Voroni tiene mejor apetito.
Su mandíbula se mueve con un sonido atronador que perfora mis oídos y las migajas de comida quedan atrapadas en su prominente barba. En preparación para este día hice un pequeño sacrificio y gasté una cantidad considerable de mi presupuesto en la comida, pero él toma cada bocado y lo muerde con tal fuerza que la salsa escurre hacia su barba.
Estoy siendo pretenciosa, todos tenemos hábitos alimenticios que a los ojos de otra persona pueden parecer desagradables, ¡puedo con esto!, hay cosas más importantes en la vida matrimonial.
– El ambiente es muy tranquilo, imaginé que sus circunstancias eran diferentes, me alegra ver que está ta
